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Narra Barry
Caitlin y Cisco me han pedido que corra en la caminadora cósmica para ver qué tanto puedo aumentar mi velocidad. Wells está trabajando en un antídoto neutralizante para poder inyectarle a Eobard para poder traerlo hasta las cápsulas donde mantenemos a los meta humanos.
—Barry, has aumentado un 1% —dijo Caitlin del otro lado de la pequeña habitación a través del micrófono—Es suficiente por hoy.
—No, necesito seguir corriendo —grité un poco cansado—Puedo aguantar un poco más.
—Barry, es suficiente —volvió a repetir Caitlin.
Me detuve y traté de recuperar el aire, si me sentía cansado y más que nada, me estaba muriendo de hambre, podría comer cualquier cosa.
—Cámbiate, tenemos que ver qué tal va el neutralizante —dijo Cisco asomándose por la puerta.
—Enseguida voy —me cambié de ropa y me apresuré a llegar hasta donde estaban los tres—¿Qué pasa?
—Está listo —dijo Wells mostrando un tubo que tenía una sustancia verde—Sólo tienes que inyectarlo en él.
Una alarma comenzó a sonar en el cortex, lo que hizo que nos sorprendiéramos, Cisco corrió hasta las computadoras para apagarla, y revisó las cámaras de seguridad que habían. Una mostró que Eobard se encontraba en la parte trasera del laboratorio.
—Creo que ha llegado la hora —Wells me dio la inyección ya lista—Tienes que ser rápido —asentí.
Voltee a ver el traje y corrí hasta él para ponérmelo y de ahí para ir afuera. Sentía más que adrenalina corriendo por mi cuerpo, estaba nervioso porque no estaba seguro si podía hacerlo, pero solo tenía que atraparlo para que toda esta pesadilla acabe.
—¡Mr. Allen! —dijo Eobard sonriendo cínicamente—¿Ya estás listo para atraparme?
—Siempre lo he estado —dije un poco inseguro—Veremos quién es él hombre más rápido.
—Claro... —extendió su brazo izquierdo hacía adelante, hizo un puño con su mano y de un anillo salió su traje amarillo y corrió hasta él para ponérselo. Me quedé en shock por un segundo, lo que hizo que él tuviera ventaja.
—¡Vamos Barry! —gritó Caitlin desde el micrófono.
Empecé a correr, pero estaba muy detrás de él, me era más complicado seguirle el paso. Sentía que recorríamos todo Central City en menos de un segundo pero a la vez se sentía una eternidad.
Por un momento estuve a punto de atraparlo pero él tomó impulso haciendo que volviera a tener una ventaja sobre mi, dejándome otra vez atrás.
—Chicos, no puedo... —dije decepcionado—Él es mucho más rápido que yo.
—Tú puedes Barry, solo tienes que concentrarte —me dijo Harrison por el micrófono—Crea una estrategia.
Mi mente comenzó a pensar, quizá podía sorprenderlo en un cruce de calles y así poderle inyectar el antídoto.
—Cisco, dime en dónde se encuentra él —en las computadoras él tenía un mapa en tiempo real donde podía ver nuestras localizaciones.
—Se encuentra en la avenida principal de la cuidad, puedes llegarle desde la calle donde está la estación —pareció entender mi plan.
Corrí hasta la calle donde se encuentra la estación, Cisco me iba dando instrucciones las cuales iba haciendo caso. A lo lejos pude verlo llegar, cuando estaba a pocos centímetros de mi, corrí hacía él y le inyecté el líquido en su pecho. Eso hizo que se sintiera mareado hasta caer al suelo.
—¿Barry? —dijo Caitlin en un tono de preocupación.
—Listo chicos —di un gran respiro de alivio—Al fin lo he atrapado...
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Joe se fue a contarle todo a Eddie para que la tarea de decírselo a Iris fuera mucho más fácil. Sé que ella se preocupa por mí y sobre todo por Nina, a estas alturas, se debe de andar preguntando dónde está ella.
Mientras tanto, aquí en el laboratorio, nos encontramos en una situación intensa con respecto a Eobard.
—¿Qué hacemos ahora? —le dijo Cisco a Harrison.
—Tienes que ir a hablar con él Barry, tienes que preguntarle qué es lo que quiere —todos me miraron. No estaba convencido del todo—Tienes que preguntar dónde está mi hija, Barry.
—De acuerdo, lo haré —le dije para calmarlo un poco.
Bajé solo, mientras lo hacía, pensaba lo que iba a decirle, pero mi mente estaba en blanco. Quizá cuando lo vea, el odio que siento por él, me haga decirle muchas cosas.
Puse mi mano en el lector, y la compuerta se abrió.
—Mr. Allen, que bueno es verlo otra vez —su sentido sarcástico comenzó a irritarme—¿Qué lo trae por aquí?
—¿Qué quieres de mí? —comencé a acércame a su celda.
—Matarte, pero no pude. Por eso maté a tu madre —comenzó a reírse—Fue tan divertido como te quité a las personas que más quieres.
—¿Por eso te llevaste a Nina? —golpee el vidrio con mis puños—No tuviste porque haberte metido con ella.
—Oh, vamos... No es para tanto. Ella solo está en el futuro —se quedó un momento callado, pensando lo que diría—Te tengo un trato.
—Habla.
—Solo tienes que correr lo suficientemente rápido para viajar al pasado y salvar a tu madre y yo me iré —eso hizo confundirme—Sólo tienes que correr y correr para entrar a la speedforce.
—Adiós —me di la vuelta y volví a poner mi mano en el lector para que la compuerta se cerrara.
Subí al cortex, Caitlin, Cisco, Wells me estaban esperando curiosos con respecto a la intensa plática que tuve con Eobard.
—¿Cómo estuvo? —Caitlin se acercó a mí preocupada—¿Todo bien?
—Sí, me ha ofrecido un trato.
—¿Cuál ha sido? —Cisco me hizo sentarme en una de las sillas del escritorio donde están las computadoras.
—Me ha dicho que puedo salvar a mi madre, y si lo llego a hacer, él se irá —dije un poco nervioso.
—¡No puedes! —gritó Wells—Tienes que traer a mi hija de vuelta.
—Lo sé, pero poder salvar a mi madre...
—¡No! —Wells me sujetó de la camisa que traía—Tienes que traerla.
—¡Basta chicos! —Cisco se puso en medio de ambos—Tenemos que estar tranquilos.
Wells se dio la vuelta y se fue del cortex furioso, lo entiendo, pero es que, poder salvar a mi madre, sería todo para mí, pero igual, quiero salvar a Nina, ella sería mi futuro. Todo esto me pone mal.
—Yo iré a tranquilizarlo —dijo Caitlin amablemente y se fue detrás de él.
—Pienso que tienes que decírselo a alguien más —Cisco se sentó en la otra silla vacía—A Joe o a tu papá.
—Gracias por tu consejo —le di una palmada a su hombro y me fui corriendo hasta la comisaría.
El día aquí estaba tranquilo, la oficina de Joe estaba con la puerta abierta, por lo que entré sin ningún problema.
—¿Puedo hablar contigo?
—Por supuesto —me senté en una de las sillas que tenía él—¿Qué ha pasado desde que me fui?
—He hablado con Eobard y me ha dicho que puedo salvar a mi madre —dije un poco entusiasmado—¿Te imaginas?, puedo salvarla —esperé una sonrisa de su parte pero eso no sucedió.
—¿Y qué pasará con Nina? —frunció el ceño—¿La dejarás en dónde sea que esté?
—Está en el futuro —hice una mueca.
—¡Oh por Dios! —se pasó ambas manos por la cabeza—Entonces... ¿Prefieres viajar al pasado que al futuro?
—Joe... —un sentimiento de frustración comenzó a recorrer mi cuerpo—Piénsalo, si salvo a mi madre, el accidente que tuvieron Nina y sus papás nunca hubiera pasado y ellos serían felices, y yo también.
—Pero ya no serías flash y no la hubieras conocido —los ojos de Joe se comenzaron a poner llorosos—Iris y yo nunca te hubiéramos conocido.
Él tenía la razón, si salvo a mi madre, jamás hubiera conocido a las increíbles personas que me topé desde el día de la muerte de mi madre, hasta el día de hoy. Dejaría de ser flash, cosa que es lo que más me gusta hacer, correr, sentir el viento chocando contra mi rostro, poder ayudar a la gente. Creo que no había mucho que pensar sobre el tema.
—Tienes razón Joe —dije seguro—Ya sé lo que tengo que hacer, te veo en el laboratorio con Eddie e Iris.
Me fui corriendo de regreso al laboratorio para contarles lo que tenía en mente. Esta vez, pensaba ser mucho más inteligente que Eobard.
Al llegar, me encontré a Wells hablando con Cisco sobre porqué le dio de comer a Eobard, yo solo me reía al escucharlos. Caitlin estaba guardando todo los utensilios que se ocuparon hoy, así que me fui hasta donde estaba ella para ayudarla.
—¿Ya has pensando lo que harás? —miró a los chicos por un segundo y luego a mi—Me costó mucho tranquilizarlo, pero lo logré.
—Si, veo que lo lograste —ambos nos reímos—He pensando en un plan.
—¿Y cuál es?
—Ya estamos aquí Barry —dijo Joe entrando al cortex junto con Eddie e Iris.
Eddie e Iris estaban asombrados por todo lo que miraban, más por ver mi traje de flash, sé que ambos tienen muchas preguntas, pero eso es lo de menos. Me siento un poco mal por Iris ya que se tuvo que enterar de mi otra identidad en estas circunstancias.
—Muy bien chicos, como saben, el nombre real de reverse flash es Eobard Thawne —miré a Eddie y su mirada era de confusión—Al parecer es familiar tuyo Edd.
—Solo dinos qué piensas hacer —el tono de voz de Wells se escuchaba algo triste.
—Tengo un plan, con respecto a la propuesta que me ha hecho sobre salvar a mi madre en vez que a Nina —todos me miraban esperando buenas noticias—Traeré de vuelta a Nina, pero hay que hacerle creer a Eboard que salvaré a mi madre.
—Bien, pero, ¿cómo lo haremos? —dijo Cisco y Caitlin le lanzó una mirada matadora.
—Solo tengo que hacer todo lo que me diga.
Caitlin y Wells fueron a las computadoras para tener todo listo, mientras que yo fui a ponerme mi traje el cual, Cisco le había hecho algunas pequeñas modificaciones.
—Escucha —me dijo mientras tocaba el emblema de mi traje—Alteré la frecuencia de recepción para que al llegar al futuro, la señal que emita el anillo, funcione y me sea más fácil localizarla.
—Gracias Cisco, pero no creo que...
—Barry, ya es hora —me dijo Caitlin.
No esperaba recibir una señal desde el anillo, ya que, éste, no lo tenía Nina, pero como sea, ya era hora de hacer el viaje, cosa, que me hacía sentir muy nervioso. No quería arruinar esto, todos confían en mí y no me gustaría decepcionarlos.
Todos a excepción de Caitlin y Cisco bajamos a la tubería para prepararnos.
—Escúchalo con atención, Barry —me dijo Wells tomándome de los hombros—Vuelve con ella —asentí.
—Suerte flash —Iris me dio un abrazo para animarme.
—Tú puedes hijo —Joe también me dio un fuerte abrazo.
Puse mi mano en el lector para que la compuerta se abriera. Eobard ya tenía su traje puesto.
De repente, un silencio incómodo, nos inundó a todos.
—¿Por qué todos están tan callados? —dijo él con su pésimo sentido del humor—¡Harrison, qué gusto me da de verte otra vez!
—Cállate —Joe lo apuntó con su arma—Sólo di lo que tiene que hacer Barry.
—De acuerdo —alzó las manos en modo de derrota.
Bajé por unas escaleras que daba hacía un túnel en éste mismo nivel, y la compuerta se cerró, dejando a los demás, aislados de esto.
—Bien, escúchame —me miró a los ojos—Cuando hayas corrido lo suficiente, entrarás a la speedforce. Es una fuerza de energía la cuál reflejará imágenes de tu pasado o futuro.
—¿Cómo sé qué voy a llegar al tiempo correcto?
—Sólo tienes que concentrarte bien en el momento que murió tu madre—asentí—Ya puedes comenzar.
Me quedé un momento tratando de no concentrarme, me sentía mal por tener la oportunidad de salvar a mi mamá y no hacerlo, pero sé que ella estaría orgullosa de lo que soy ahora.
—Barry, ¿me escuchas? —me habló Cisco por el audífono del traje.
—Si.
—Bien, tienes que alcanzar la velocidad de 2 match para abrir el agujero de gusano —dio un respiro—Y asumiendo que lo hagas, solo tendrás 1 minuto y 53 segundos.
—De acuerdo Cisco.
Di un gran suspiro y comencé a correr por el largo del túnel. Sentía que estaba corriendo como nunca lo había hecho en mi vida, sentía el doble de adrenalina corriendo por mi cuerpo.
Logré ver cómo una especie de luz se comenzaba a notar mientras corría.
—Barry, haz alcanzado la velocidad adecuada —dijo Caitlin con un tono de orgullo.
Al lograr entrar a esa especie de luz, pude notar varios sucesos de mi vida, como la vez cuando Iris, Nina y yo íbamos juntos a la universidad, la última vez que vi a mi madre, unas imágenes que no eran conocidas para mí, que intuía que eran de mi futuro, como a mí siendo director del laboratorio, entre otras cosas.
No podía saber en cuál de esos momentos se encontraba Nina, hasta que mi emblema comenzó a brillar.
—La señal se emitió en la playa del este de la ciudad —dijeron Cisco y Caitlin al mismo tiempo.
Estaba totalmente confundido, no tenía ni la menor idea de cómo se había activado la señal, pero aún así, solo me detuve a pensar en ella, en el lugar que estaba en éste preciso momento, varias imágenes aparecieron, y en una de ellas, estaba ella con la ropa con la que la vi la última vez y con su padre.
Por lo tanto, me enfoqué en ese momento y me dirigí hacía el.
—Voy por ti.