Son las 10:00 am, me levanto sin el más mínimo ruido. Mi padre les ha dado el día libre a todos, así que iré a casa de Joe para al fin decirle la verdad a Barry.
Le mandé un mensaje a Barry para preguntarle dónde se encontraba y respondió que en la estación, que Joe le había encargado revisar unos papeles pero que lo viera allá.
Al llegar a la estación, había mucha gente, en el lugar donde estaban todos los escritorios, habían muchos policías rodeando a Joe, al parecer había junta. Busqué con la mirada a Barry, pero no se encontraba ahí, por lo que fui corriendo hasta su pequeño laboratorio.
—Barry, hola —caminé hasta donde se encontraba. Estaba preparando algunos reactivos—¿No se supone que Joe te había dado el día libre?
—Sí, pero hay un caso que resolver —dijo sin mirarme.
—¡Barry! —gritó Eddie entrando. Detrás de él venía Iris.—Tengo más pruebas.
—¿En serio? —dejó los reactivos en una mesa.
—Esto es increíble Barry —le dijo Eddie abriendo la carpeta que traía en las manos.
—¿Recuerdas que te tengo que decir algo importante? —me acerqué a Barry.
—Nina, lo siento pero es que...
—¿Qué tal si tú y yo, vamos a tomarnos un café? —me tomó del hombro Iris—Hay que dejar trabajar a nuestros hombres —me sonrió y asentí a regañadientes.
Ambas salimos de aquel estresante lugar, y caminamos hasta llegar a una pequeña cafetería que hay cerca de aquí.
Tomamos asiento en una de las mesas que hay afuera tomando nuestros cafés y disfrutando un poco de pastel de ahí mismo.
—¿Qué era eso tan importante que le tienes que contar a Barry? —con su mano izquierda sostuvo un pequeño espejo y comenzó a retocarse el brillo de los labios.
—No es nada —mire detenidamente lo que hacía, hasta que mis ojos se toparon con un hermoso anillo—¿Eddie te pidió que te casaras con él? —estaba más que sorprendida.
—¡Shh!-guardó sus cosas en su bolso —No le digas a nadie por favor.
—Sí, pero ¿cuándo pasó? —estaba muy feliz por ella y por Eddie.
—Fue ayer después de la cena, hoy pensaba decírselos a ti, a mi papá y a Barry en la hora del almuerzo —comenzó a reírse—Pero tú me has pillado primero.
—¡Felicidades Iris! —me levanté y la abracé—Ya quiero que llegue la hora del almuerzo.
—¡Chicas! —gritó Barry desde el otro lado de la calle—Al fin hemos terminado.
—¿Tan rápido? —Iris se levantó de la silla—¿Eddie sigue allá?
—Sí, te está esperando.
—De acuerdo, nos vemos en la hora del almuerzo. Que por cierto es en la casa —comenzó a correr hacía la estación.
—Bien, ¿qué querías contarme? —me sonrió.
—Bueno, éste no es el lugar indicado —miré a mi alrededor.
En menos de una fracción de segundo ambos estábamos en la playa. Inconscientemente se había convertido en nuestro lugar preferido para pasar el tiempo juntos, pero no creo que lo sea después de esto.
—Bien, ya estamos solos —me volvió a sonreír—¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme?
—Es acerca de Reverse flash —su sonrisa desapareció—Al fin, sé quién es.
—Esto es una broma, ¿cierto? —se pasó una mano por el cabello riéndose sarcásticamente.
—No jugaría con esto —saqué la fotografía que había tomado ese día del parque. Estaba algo maltratada pero aún estaba distinguible—Mira esto.
—A ver... —la desdobló con cuidado y al mirarla, su semblante cambió—Tu padre es...
—Reverse flash.
—¿Cómo tienes esta foto? —siguió observándola.
—Yo la tomé ese día del parque —se la quité de las manos y la rompí.
—¿Por qué la rompiste?, esto me servía de prueba para llevarlo a la estación —dijo alterado.
—¿Pensabas meter a prisión a mi padre? —esto va por mal camino.
—Tú padre mató a mi madre, ¿recuerdas eso?
—Lo sé Barry, pero él es mi padre y...
—¿Y qué?, ¿vas a justificar el delito que cometió? —me tomó de ambos hombros—¿De qué lado estás Nina?
—¡Del tuyo! —me solté —Sólo que no puedes ir a la estación y decirles esto o se te ocurra matarlo.
—Créeme que lo que más deseo ahora es hacer eso último —retrocedió y salió corriendo.
Esto ha ha salido peor de lo que pensé. Me acosté en la arena y cerré los ojos, no quería pensar en nada más.
~*~
Narra Barry
Corro, corro y corro lo más rápido que puedo. No quiero aceptar lo que me acaba de decir Nina, todo este tiempo, ¿su papá ha sido mi enemigo?, el hombre al que he admirado todo este tiempo, fue él que mató a mi madre. Necesito decírselo a alguien, y ese alguien es mi padre.
Corro hasta Iron Heights para verlo, espero que pueda verlo, no siempre los días de visita me dejan verlo, así que espero correr con suerte.
Me siento en la silla de los visitantes esperando a que uno de los guardias traiga a mi padre para hablar con él. No pasa ni un minuto, y dos guardias lo traen esposado con un par de cadenas.
Él tomó asiento y al mismo tiempo tomamos el teléfono para poder comunicarnos.
—Hola papá —dije feliz, verlo a él me ponía así.
—Hola campeón, ¿cómo has estado? —me miró con esa mirada tierna de siempre.
—Bien papá, en lo que cabe... —dije tristemente.
—¿Qué ocurre?, ¿algo le ha pasado a Nina?
—No, pero es algo sobre ella —suspiré—Me ha dicho quién mató a mamá —su expresión cambió totalmente.
—¿La involucraste en esto?, ella no tiene porque estar en esto —dijo algo enojado.
—No, ella lo descubrió por su cuenta y me lo ha dicho —pensé bien lo que iba a decir—Quiero que él tomé tu lugar.
—No tan rápido Barry, no tienes las pruebas suficientes para hacerlo.
—Necesito hacerlo, ¡Quiero que estés fuera de aquí! —golpeé con el puño el vidrio que nos separaba—¡Quiero matar a ese hombre pero no puedo porque es el papá de Nina! —un silencio inundó la sala.
~*~
Narra Nina
Ya casi es hora del almuerzo en casa de Joe, así que tomo un taxi para no llegar tarde, este es un buen día para Iris y Eddie y no quiero arruinarselos por algo que no es problema de ellos.
El taxi en donde iba, se descompuso a unas dos cuadras de la casa de Joe, así que le pagué y me fui corriendo para no perder más tiempo.
—¡Llegué!-dije abriendo la puerta de golpe.
—Hey, tranquila. Llegaste a tiempo —Iris caminó hasta a mí y me saludó de nuevo—¿Dónde está Barry?
—Pensé que ya estaba aquí —no quería pensar que no vendría ya que esto pondría mal a Iris—Deja le marco a su celular.
—De acuerdo —cerró la puerta y regresó al comedor para arreglar la mesa.
Marqué a su celular como unas diez veces y me mandaba al buzón, esto iba de mal en peor. Quiero hablar con él, pero no sé dónde encontrarlo, él puede estar en cualquier lugar.
Joe llegó de la estación, nos sentamos a platicar mientras esperábamos que Barry llegara. Pasó media hora y decidimos que era mejor que empezáramos nosotros, a Iris se le notaba algo triste y todo era por mi culpa. Al terminar de comer, yo me encargué de llevar los platos al lavaplatos. Desde aquí pude oír la reacción de Joe cuando ellos le dijeron la noticia. Iris vino a la cocina a buscar un par de copas para brindar.
—¿Dónde diablos está Barry? —me dijo mientras buscaba un poco de champán en el refrigerador—¿No te contestó las llamadas?
—Sí, me dijo que le salió un imprevisto, que en verdad quería estar aquí —mentí. Ella se acercó a mí y me miró fijamente.
—Sé que me estás mintiendo, pero te diré que te creo —se dio la media vuelta y cuando estaba a punto de salir de la cocina, se giró para mirarme—¿Brindas con nosotros?
—Claro —sonreí.
Toda la tarde nos la pasamos platicando hasta el anochecer, al parecer ellos habían olvidado de que Barry no había venido, pero en verdad yo no podía quitarme de la mente en donde podría estar. Entonces, se me ocurrió que podría estar con Cisco, así que le mandé un mensaje preguntando si se encontraba con él, no recibí respuesta, así que suspendí el festejo y preferí irme a mi casa.
Le pedí a Joe que me llevara y él aceptó. No tardamos en llegar y le dije que mañana lo vería.
Al entrar a la casa, todas las luces estaban apagadas, mi padre debe de estar durmiendo, así que cuidadosamente me fui tratando de no tropezarme con nada hasta mi habitación.
—Buenas noches —la luz de la sala se encendió y vi a mi padre utilizando el traje amarillo—¿Dónde estabas?
—En casa de Joe —me acerqué hasta él—¿Por qué traes puesto el traje?
—Se lo has dicho —su mirada comenzó a endurecerse.
—¿Qué? —no entendía lo que decía.
—Le has dicho a Barry quien soy —cerró sus puños para contener su enojo—¡Te dije que no se lo contaras!
—Yo no le he dicho nada —mentí para defenderme.
—¡Mientes! —tomó el control de la televisión y la encendió. Pude ver en la pantalla que eran grabaciones y uno de los cuadros mostraba el momento cuando estuve con Barry en la playa.
—¿Me estabas espiando? —dije indignada. Tarde o temprano él se iba a enterar de esta forma.
—No cambies de tema... —arrojó el control al suelo y me tomó del cuello—Teníamos un trato —él comenzaba a ahorcarme.
—Nunca... Tuvimos un trato —dije apenas. Rápidamente pude sentir la falta de aire—Papá... Suéltame —puse mis manos al rededor de su muñeca para que dejara de hacerlo.
—No me vuelvas a llamar papá —me levantó del suelo y me arrojó hacía una pared de cristal haciendo que esta se rompiera.
Sentí como mi cuerpo pesaba del dolor, en especial mi espalda, traté de levantarme pero no pude, mi vista comenzó a nublarse.
Mi padre levantó un pedazo de vidrio y caminó hasta dónde estaba tirada.
—Sabes Nina, me has arruinado mis planes... —el pedazo de vidrio que tenía en la mano, me lo enterró en el brazo izquierdo, haciéndome gritar del dolor—Y me tengo que deshacer de ti.
—Papá... —solo pude decir eso, el dolor no me dejaba pensar. Sentía la sangre me recorría el brazo hasta llegar al suelo.
—Vamos a volver a viajar —me levantó del suelo para cargarme.
Comenzó a correr como la anterior vez, y volví a sentir esa electricidad corriendo por mi cuerpo, esa sensación mezclada con dolor era lo peor que podía sentir en el momento.
—Llegamos —mi padre me aventó en el suelo un poco mojado. Con las pocas fuerzas que me quedaban, pude notar que estábamos en Jitters como la otra vez, solo que era de noche—Aquí te quedarás.
—¿Cómo... Puedes hacerme esto?, soy tu hija —mi vista volvía a nublarse.
—No eres mi hija, todo fue un engaño —comenzó a reírse cínicamente—Me hice pasar por tu padre todo éste tiempo. Yo me llamo Eboard Thawne, y soy de aquí, del futuro.
—No...
—También mentí con lo de tu futuro. Barry no te dejó por otra, es que tú aquí ya estás muerta —se hincó—Y tú te lo has creído todo.
—Él te matará —al escuchar eso, comenzó a reírse más fuerte—Y también vendrá por mi.
—Vamos a ver si lo logra —con la mirada comenzó a buscar algo—Esto, me pertenece ahora —me quitó el anillo que me había dado Barry.
Traté de poner fuerza pero fue inútil, mi brazo seguía sangrando, cada vez más, solo pude ver cómo mi padre desapareció corriendo, y al instante, cerré los ojos.