No puedo dormir, me la paso mirando la fotografía que había tomado de mi padre por accidente, deseando que él no fuera aquel hombre. Necesito saber más antes de decírselo a Barry o incluso a los chicos. Podría quitarme las dudas preguntándoselo directamente o buscando información externa pero no tengo idea como.
Quizá por la mañana, cuando estemos desayunando, pueda preguntarle lo fundamental, ¿cómo consiguió sus poderes?, ¿cuándo sucedió esto? y a lo mejor se me ocurrirán otras preguntas en el momento, por mientras, trataré de cerrar los ojos, necesito dormir para soportar todo lo que escucharé.
~*~
Me desperté gracias a la alarma de mi celular, miré la hora y aún era temprano, me daba tiempo de preparar el desayuno para que todo fluyera normal. Busqué mis pantuflas por debajo de mi cama, al encontrarlas, me las puse y caminé hasta el comedor, donde me llevé la sorpresa de que el desayuno ya estaba listo en la mesa, mi padre ya se encontraba comiendo y leyendo el periódico.
—Buenos días —dijo sin mirarme—El desayuno está listo, apresúrate, tenemos que ir al laboratorio.
—Gracias, pensaba prepararlo yo —me senté sin hacer el más mínimo ruido.
—Podrás hacerlo mañana —dio un sorbo a su café y siguió leyendo el periódico.
—Sabes... —me metí un bocado del hot cake que había en mi plato—Ya pensé muy bien acerca del trato que me habías dicho.
—Te escucho —le volvió a dar un sorbo a su café y dobló su periódico y lo dejó en la mesa.
—Acepto si contestas algunas preguntas que te tengo —traté de no tartamudear para sonar segura.
—Un nuevo trato ¿eh? —asentí—De acuerdo, dime.
—¿Desde cuando te convertiste en Reverse flash? —mis manos comenzaron a sudar—Quiero decir, ¿cómo pasó? —él solo se comenzó a reír.
—No, no y no —se levantó de la mesa de manera un poco brusca—No te contestaré nada de eso —caminó hasta la sala.
—¿Por qué no? —igual me levanté para seguirlo—Ayúdame a entender mejor por qué quieres hacer esto.
—Ya te expliqué, mejor dicho, te mostré que es por ti.
—No creo que sea solo por mi, papá —comencé a alzar un poco la voz—Mataste a la mamá de Barry, creo que es más que suficiente —me sentí mal por decir aquello.
—Él necesita sufrir más, tú no lo entiendes —me acerqué a él—Necesito que pague por lo que hizo —comenzó a alterarse.
—Papá, es que no es justo —traté de calmarlo.
—¡Tampoco es justo para mí! —gritó exaltado y di un paso hacía atrás—Te veo en el laboratorio —se dio la vuelta para salir de la casa.
Bueno, todo esto ha salido del asco, no he conseguido ninguna respuesta. Solo me ha vuelto a confirmar que mató a la mamá de Barry y eso me pone realmente mal por no decirle esto aún. Necesito encontrar el momento adecuado y las palabras correctas para decirle todo esto para que no lastime a mi papá, porque se que lo hará, siempre ha querido eso.
Sin terminarme mi desayuno, me fui a mi habitación para cambiarme de ropa para ir al laboratorio, mientras me cambiaba, recordé que hay una persona que me puede ayudar mucho con respecto a mi padre, no exactamente haciéndole las mismas preguntas. Y sé que persona me puede ayudar a encontrarla.
—¿Barry?
—¿Qué pasa, linda? —dijo en tono coqueto.
—Necesito tu ayuda.
—Dime.
—¿Sabes quién es la doctora Mcgee?
—Sí.
—¿Sabes dónde la puedo encontrar?
—Claro, ella es dueña de Mercury Labs.
—¿Puedes conseguirme la dirección?
—Por supuesto, pero, ¿para qué?
—Luego te explico, te veo en el laboratorio —y colgué.
Tengo que pensar en una excusa para decirle a Barry cuando me de lo que le pedí, y sin matarme pensando solo diré que es una amiga de mi padre, espero que no quiera saber más porque estaré en problemas nerviosos.
Tomé un taxi ya que mi padre se había llevado mi auto y mientras llegaba repasé mentalmente lo que tenía que hacer hoy, no puedo desperdiciar los segundos del día.
Llegué al laboratorio y me fui corriendo hasta el cortex para ver si Barry ya estaba aquí.
—¿Dónde está Barry? —le pregunté a Cisco que estaba en las computadoras.
—Él no...
—Perdón por llegar tarde —se tropezó con la mesa de utensilios de Caitlin.
—Y acaba de llegar —Cisco me sonrió.
—¿Estás bien? —me acerqué hasta donde estaba él.
—Sí, aquí lo tienes —sacó un papel del bolsillo de su pantalón—¿Para qué me lo pediste?
—¿Pedirte qué? —mi padre entró con su silla de ruedas fingiendo ser el inválido. Tenía que desenmascararlo, ya no podía soportar como le mentía a los demás.
—Una canción.-contesté rápido—Barry me dio el nombre de una canción que escuchamos los dos —mi padre solo asintió y se fue a su oficina.
—¿Qué sucede? —preguntó Barry confundido.
—Necesito ver a la doctora Mcgee —seguía sin entender—Solo quiero hablar con ella.
—De acuerdo.
Tomé las llaves del auto que mi padre dejó colgadas en un llavero que hay en el pasillo para poderme ir en el. Miré bien la dirección, dejé el papel en el asiento de copiloto y me dirigí hacía allá.
Al llegar al laboratorio, vi aquel inmenso lugar. Varios recuerdos se me vinieron a la cabeza, mis padres venían aquí cada día a trabajar y algunas veces me traían para no estar sola. En una de las paredes hay cuadros con fotografía de empleados y en un extremo hay cuadros de los que fundaron el lugar, mis padres aparecen ahí junto con otras dos personas, sonreí al mirar aquello.
—¿Puedo ayudarla en algo señorita? —dijo una chica más o menos de mi edad. Traía puesto una bata blanca con su gafete.
—Si bueno, me gustaría saber si puedo ver a la doctora Mcgee —empecé a rezar porque me contestara que "sí".
—¿Tiene alguna cita? —con eso, todos mis planes se vinieron abajo.
—No. Pero es urgente que la vea —escondí mis manos por detrás para cruzar los dedos.
—Espere, iré a preguntar —se dio la vuelta y entró por una puerta que está por la derecha—Perdone, ¿cuál es su nombre? —se asomó por la pared.
—Nina Wells —sonreí amablemente y ella asintió.
Me quedé esperando a que la chica regresara. Miré todo lo que había a mi alrededor, éste lugar no se parece en nada a Star Labs, bueno, de aquí se basó mi padre para crear el suyo.
—La doctora la espera en su oficina —me abrió la puerta para entrar.
Era una oficina realmente amplia, no se comparaba a la de mi padre. Predominaba el color blanco con azul, había muchas cosas de última tecnología que no teníamos allá.
En la pared detrás del escritorio, había una repisa llena de premios.
—Nina, es bueno verte otra vez —dijo la doctora entrando por una puerta que estaba por unos estantes—¿Qué te trae por aquí? —tomó asiento en su silla y me señaló de que me podía sentar también.
—Bueno, es acerca de mi padre —mis manos comenzaron a sudar.
—¿Le sucedió algo? —se alteró.
—No, él está bien —me reí nerviosamente—Sólo quiero saber acerca del día antes y después del accidente.
—Oh, acerca de ese tema... —aclaró la voz—Pensaba que tu padre ya te había contado.
—No, él ni siquiera quiere hablar de mi mamá —me entristecí—Y sé que usted puede me puede ayudar a quitarme las dudas que tengo —ella asintió.
—El día antes del accidente, hablé con tus padres y les dije que ya era hora que se tomaran un día libre —inhaló profundamente—Ellos trabajaban tan duro que a veces no tenían tiempo de estar contigo, por eso les dije que salieran de la ciudad o fueran a la playa.
—Mi mamá eligió ir a la playa —sonreí.
—Así es, dijo que tenía mucho tiempo en no ir a ese lugar.
—Cuando fuimos, estaba más que feliz. Al igual que mi papá —pequeñas imágenes de ese día vinieron a mi mente—Pero luego pasó eso...
—No sabes lo arrepentida que estoy —su voz comenzó a sonar temblorosa—Tu madre era como una hermana para mi, y que ya no esté aquí me pone muy mal —sé que quería llorar.
—Usted no tiene la culpa de nada —dije para que se tranquilizara.
—Recuerdo que me enteré al día siguiente al verlo en el periódico —una lágrima recorrió su mejilla—Inmediatamente fui a ver a tu padre para preguntar como estabas y...
—Le dijo que me había dejado a cargo con un policía porque no se sentía capaz de cuidarme sólo —de repente mi nostalgia pasó a decepción.
—No cualquier policía, fue con Joe —al menos no podía sentirme molesta por eso—Fui a verlo y me prometió que cuidaría de ti y se encargaría de tus estudios hasta que llegaras a la universidad porque yo te iba a pagar eso.
—¿Hasta la universidad? —dije confundida.
—Sí —alguien tocó la puerta de su oficina—¿Quién? —la chica que me atendió se asomó por la puerta.
—Yo doctora, es hora de su junta —cerró la puerta.
—Tengo que irme, pero Joe te dirá al acuerdo que llegamos —ambas nos levantamos de las sillas y salimos de su oficina—Espero vuelvas a visitarme.-me dio un abrazo como despedida caminó hasta un elevador donde desapareció.
Caminé hasta el auto y di un gran respiro por aquella intensa plática que tuvimos. Pero es que en vez de tener una respuesta definitiva, obtengo más dudas. Ahora tengo que ir a la estación para hablar con él, sólo espero que esté desocupado, no quiero andar dando más vueltas y no tener nada resuelto.
Llegué a la estación, estaba prácticamente vacía, eso quería decir que no había mucho trabajo y que Joe estaría en su oficina.
—Joe —toqué a su puerta que estaba abierta.
—Pasa mi niña —guardó unos papeles que tenía a la mano en un folder—Qué gusto tener por aquí —dijo alegre.
—¿Estabas ocupado? —con la mirada señalé el folder.
—No, esto se lo daré después a Barry —tomó un sorbo a su café—¿En qué te puedo ayudar?
—Hoy vi a la doctora Mcguee y hablamos. Me dijo acerca de un acuerdo entre ustedes dos —dije ansiosa por saber.
—Oh, ese acuerdo —se quedó pensativo un segundo—Acordamos que yo iba a pagar tus estudios hasta que fueras a la universidad, ya que ella te iba a pagar eso.
—¿Y por qué ella? —ahora estaba más que confundida.
—Tu padre dejó que lo hiciera en su lugar.
—Sí, pero no lo terminó haciendo —tomó otro sorbo a su café—Alguien ya había pagado tu universidad.
—Y... ¿Quién ese alguien? —dije intrigada.
—No lo sé. Creía que había sido tu padre de manera anónima, pero me dejó muy en claro que no fue él.
—Gracias Joe —resoplé—Ya me tengo que ir.
—De nada. ¿Nos acompañas a la cena de hoy?
—Claro —sonreí y al salir de la oficina tropecé con Barry—Lo siento.
—Hey, así que aquí estabas —me sonrió—Te fui a buscar a Mercury Labs y no te encontré ahí.
—Sí, no tardé mucho.
—Bueno, ¿me acompañas a hacer las compras para la cena de hoy?
—Claro.
Fuimos al supermercado a comprar las cosas para hacer una rica lasaña a la "Joe", como dice él. Tardamos como una hora haciendo fila, me dolían los pies de tanto estar parada, aparte de que había caído la tarde y nosotros seguíamos aquí.
Llegamos corriendo a casa de Joe a preparar todo mientras él llegaba de la estación. No era necesario que él preparara la cena, ya que aquí todos saben cómo hacerla. Mientras Barry metía la lasaña al horno, le envié mensajes a los chicos junto con Iris y Eddie para que nos acompañaran. Barry quería invitar a mi padre pero le dije que no podía, no quiero tenerlo aquí para que siguiera fingiendo enfrente de los demás.
Cayó la noche, todos llegaron y nos sentamos a disfrutar la deliciosa cena acompañada con un poco de vino que trajo Iris. Mientras todos hablaban de temas no importantes, aproveché que Barry se terminaba su cena.
—Barry...-sólo veía como él podía comer tanto. Sí que su velocidad hacía que comiera tanto—¿Podemos hablar mañana?
—¿Y por qué no hoy? —dijo con un poco de comida en la boca. Ambos nos reímos.
—Es que, prefiero que estemos solos. Es un tema delicado.
—¿Vas a terminar conmigo? —su gesto de felicidad se esfumó.
—Barry, no, ¿cómo dices eso? —moví mi cabeza en negación—Es sobre otra cosa.
—Está bien, ¿te parece mañana como al medio día? —asentí.
—¿No tendrás nada que hacer?
—No, no te preocupes. Joe me dio el día libre y últimamente no ha habido problemas en Central City ni con el tema de Reverse flash —le dio un sorbo a su vino y se unió a la conversación que tenían los demás.
—Claro —dije en un susurro.
En verdad espero que mañana, al contarle la verdad, no tengamos ningún problema y no sea necesario terminar con nuestra relación. Apenas comenzamos y que eso llegara a pasar, me rompería el corazón.
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Chicossss, espero que el capítulo no les haya parecido aburrido o tedioso, pero es que todo esto es necesario para los siguientes capítulos en dónde vendrá lo bueno.
Tengo una propuesta que me gustaría compartirles pero eso será luego.
¡Saludos!