Simplemente Mi Chico Malo

Por KeitiRB

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Evy es una chica tranquila, vive atrapada en su propio mundo. Prefiere quedarse en casa viendo una película... Más

▪ Capítulo 1 ▪
▪ Capítulo 2 ▪
▪ Capítulo 3 ▪
▪ Capítulo 4 ▪
▪ Capítulo 5 ▪
▪ Capítulo 6 ▪
▪ Capítulo 7 ▪
▪ Capítulo 8 ▪
▪ Capítulo 9 ▪
▪ Capítulo 10 ▪
▪ Capítulo 11 ▪
▪ Capítulo 12 ▪
▪ Capítulo 13 ▪
▪ Capítulo 14 ▪
▪ Capítulo 15 ▪
▪ Capítulo 16 ▪
▪ Capítulo 17 ▪
▪ Capítulo 18 ▪
▪ Capítulo 19 ▪
▪ Capítulo 20 ▪
▪ Capítulo 21 ▪
▪ Capítulo 22 ▪
▪ Capítulo 23 ▪
▪ Capítulo 24 ▪
▪ Capítulo 25 ▪
▪ Capítulo 26 ▪
▪ Capítulo 27 ▪
▪ Capítulo 28 ▪
▪ Capítulo 29 ▪
▪ Capítulo 30 ▪
▪ Capítulo 31 ▪
▪ Capítulo 32 ▪
▪ Capítulo 34 ▪
▪ Capítulo 35 ▪
▪ Capítulo 36 ▪
▪ Capítulo 37 ▪
▪ Capítulo 38 ▪
▪ Capítulo 39 ▪
▪ Capítulo 40 ▪
▪ Capítulo 41 ▪
▪ Capítulo 42 ▪
▪ Capítulo 43 ▪
▪ Capítulo 44 ▪
Epílogo
Extra

▪ Capítulo 33 ▪

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Por KeitiRB

Abrí los ojos en cuanto un rayo de luz se coló en mi habitación por el pequeño espacio entre las cortinas. Me tome mi tiempo para entrar a la ducha y vestirme. Cuando bajé hacia la cocina me encontré a mi madre desayunando un bowl de fruta con granola y yogurt. Apenas se dio cuenta de mi presencia me sonrió de forma ligera.

— Buenos días, cariño ¿Ya te vas al instituto?

Asentí mientras colocaba un poco de cereal y leche en un bowl para desayunar. Mama no dijo nada mas así que me senté a la mesa junto a ella. Mientras ella veía las noticias en su teléfono yo trate de acabar rápido mi desayuno, sabía que Brooklyn pasaría por mí en cualquier momento.

Al igual que ayer, y los días pasados sentía que el instituto no era el mismo, a pesar de que las clases seguían siendo las mismas y los profesores seguían impartiendo la misma rutina.

Fue inevitable no rodar los ojos cuando note que Gabriella se acercaba a nosotras. Venia pavoneándose como una modelo, el dobladillo de su falda terminaba en sus muslos y su blusa era parecida a un corsé y su largo pelo moviéndose como un péndulo mientras caminaba.

— Justo a tiempo, Mosquita — dijo, dirigiéndose a mi

Mis dedos apretaron el libro de biología que sostenía contra mi pecho.

— Hey, cuida tu lenguaje — intervino Brooklyn dando un paso hacia delante

Gabriella rodo los ojos y luego regresó la mirada hacia mí.

— ¿Qué quieres? — pregunté

— ¿has visto al imbécil de Gibson?

¿Que? ¿Todo ese drama por él?

— No — contesté de golpe para después reanudar el paso.

Brooklyn la miró de mala gana y también empezó a caminar.

— perra — murmuró

— repite lo que dijiste — refutó Gabriella

Brooklyn se giró, formó una sonrisa perfecta ante ella, como si desde hacía tiempo anhelaba hacer esto.

— ¡Perra! — exclamó y se giró caminando hacia nuestra aula — ¿lo escuchaste bien? no tengo problema en repetirlo

¿Se suponía que tenía que sentirme bien después de eso? Antes de entrar al aula leí el nombre de la materia que estaba pegado en la puerta "Anatomía"

Brooklyn me sonrió como despedida, yo le sonreí también, pero mi sonrisa fue más ligera que la suya. Me lo pensé bien, necesitaba aire, necesitaba espacio. Así que fui a un lugar donde casi no llegaba nadie, o al menos en mi instituto; la cancha de fútbol.

Tomé asiento en las primeras gradas y lancé un gran suspiro mientras miraba el enorme espacio del centro del lugar.

¿Podría hacer esto? ¿Dejar de pensar en él? Era fuerte pero el problema era que no sabía si me alcanzaría para esto. ¿Cómo olvidar a alguien que de verdad quieres? ¿Alguien ya lo ha hecho sin esfuerzo?

Ignoré a la persona que tomó asiento detrás de mí, sinceramente no tenía ganas de seguir fingiendo sonrisas. Cerré los ojos, conté hasta diez y los abrí de nuevo. Cuando estaba a punto de tomar mis cosas para irme pude ver a la persona que estaba sentada a unos asientos detrás.

No iba a mentir, mi corazón empezó a latir como loco, tampoco había forma de ocultar el palpitar de mi pulso en mis muñecas. Sin embargo, mi mente ya había tomado una decisión, así que llevé mi mochila al hombro y empecé a caminar hacia la salida.

— sé que prometí no volver a dirigirte la palabra o acercarme a ti, pero al menos déjame decir un par de cosas

Al escuchar su voz mis pies se detuvieron. Tenía la salida justo frente a mí, pero por alguna razón mis pies no se movían a pesar de que sabían que tenía que hacerlo.

— Después de esto... no volveré a romper mi promesa — insistió

Logre sentir su presencia detrás de mí, lentamente me gire hacia él y al ver sus atractivos ojos azules mi pulso pareció acelerase más.

— tienes cinco minutos — dije con la voz apenas audible.

Asintió estando de acuerdo con eso y prosiguió.

— lo siento, de verdad lo siento. Se que debes odiarme y no te culpo por eso.... — abrió la boca para seguir hablando, pero no dijo nada más.

Lo miré a los ojos y el igual hizo lo mismo. Me acomodé la mochila en el hombro y empecé a alejarme de él.

— Evelyn... ¡Espera! — mi cuerpo se tensó cuando me agarró del brazo — No ruego atención, pero estoy rogando la tuya...

— Cristopher....

¿por qué mi corazón seguía latiendo tan fuerte como la primera vez que lo bese? ¿por qué mi pulso seguía tan insistente?

Mis ojos se abrieron de la sorpresa cuando me atrajo hacia el para abrazarme. Su calor corporal mezclado con su perfume me arropó suavemente.

— Yo... te necesito — musito mientras sus brazos se aferraban a mi — incluso me pondría de rodillas ahora mismo...

Una sensación extraña se apoderó de mí. Cerré los ojos y traté de pensar con claridad, pero... Él había sido lo más excitante y sumamente doloroso que había conocido jamás.

— sé que no te traté como debía y ahora que no te tengo me doy cuenta que eres una chica maravillosa....

Eso empezó a doler como si hubieran puesto algo pesado sobre mi cuerpo.

Me miró detenidamente y se enfocó en mis labios. Me besó sin pedir permiso y a mí me pareció el paraíso y el infierno juntos en un mismo lugar. Me aparté.

— ¿Qué crees que haces? — dije, pero en mi mente mi voz no fue tan suave como ahora

— Tú tienes algo qué... Me hace necesitarte.... te necesito Evelyn... Si me das la oportunidad hare las cosas enserio... — me acaricio la mejilla con delicadeza

— Gib... — intenté alejarlo de mi pero no pude, en vez de eso... Una lágrima se resbaló por mi mejilla. — eres un idiota, un mujeriego, un tonto que me ha roto el corazón más de las veces que me gustaría y piensas que con.... — Limpió las lágrimas de mis mejillas — por favor.... Dime por primera algo que sea verdad...

Levante la mirada hacia sus ojos.

— Eres muy especial para mi

Sus hermosos ojos azules me miraban de manera diferente, mientras que mi corazón estaba en mil pedazos tratando de sobrevivir. Tal vez estaba loca, pero no había querido a alguien con tanta fuerza. Había imaginado ya mi vida sin él y me di cuenta de que yo no volvería a ser la misma.

Hubo silencio mientras yo trataba de frenar mis estúpidas lágrimas. Lo miré una vez más y me alejé. Tenía que hacerlo, debía hacerlo

¿pero por qué me sentía mal?

Christopher se había quedado ahí, en silencio, pero en el interior quería que dijera mi nombre, aún que fuese una última vez.... 


Era la hora de salida, todos estaban guardando sus cosas y saliendo lo más rápido que podían del instituto. Terminé de guardar mis cosas también y salí del aula mientras me acomodaba la mochila en el hombro.

En los pasillos casi no había nadie, sólo los que se quedaban a las actividades extracurriculares. Bajé las escaleras de la entrada y observé a Christopher y a Mason en el estacionamiento. Fue demasiado tarde cuando decidí desviar la mirada.

Katherine me alzo la mano y la agitó con euforia para llamar mi atención y despedirse de mí. La segunda motocicleta arranco y salió del estacionamiento, ese había sido Christopher.

Mason salió del estacionamiento con Kate abrazado a su espalda. Tomé el autobús y tomé asiento en los últimos lugares. Mi mente se había perdido en el paisaje y en mis pensamientos.

Sentía una clase de amor bipolar hacia Christopher. De la nada me vino a la mente Carter y Brooklyn. Reposé mi cabeza en el ventanal y esperé a que el autobús llegara a la parada que estaba más cerca de mi casa.

Al llegar al patio de la casa alce la mirada y me paralice al ver la motocicleta cerca del árbol y al sujeto arriba de ella.

Al verme se bajó de la motocicleta y se acercó. Lo primero que hice fue esquivar su mirada.

— dijiste que te alejarías de mi...

— pero no puedo hacerlo....

¿por qué toda aquella mierda tenía que ser complicada?

— lárgate....

Me aparté de él para entrar a casa y hacer cualquier cosa menos estar allí con él.

— Evy... De verdad lamento todo.... solo, dame otra oportunidad....

— ¡Jugaste conmigo! — me giré en seco hacia su dirección. Sus ojos me miraban detenidamente

— lo sé

Negué por su respuesta y giré hacia la puerta. Sentí el calor de sus manos sobre mis hombros, me giró con cuidado hasta que sus ojos encontraron los míos.

— sólo te pido una oportunidad... Sólo una y luego te daré el derecho a odiarme por lo que resta del instituto hasta que nos graduamos y toda la vida si es necesario

— eres un....

Tomó mi cara con sus manos sin dejarme terminar la frase por su repentina acción. Al sentir sus tibios labios sobre las míos mi piel se puso de punta y mi estúpido corazón empezó a palpitar con fuerza.

— Evy — me llamó Kate mientras caminábamos hacia la puerta principal de la casa de Christopher — dime que esto no es solo para probar algo y nada más — suspiró — por favor no quiero que te engañes a ti misma y sufras aún más

Negue

— No quiero que te rompa el corazón otra vez ¿sabes lo difícil que fue lidiar con eso? Y si lo vuelve a hacer...... — frunció el ceño — conocerá quien es realmente Katherine Adams, pero tú me importas más

Entramos a la casa; Mason estaba sentado en el sofá y Katherine se sentó junto a él tan pronto como se acercó.

Cerré la puerta y al girarme mis ojos encontraron los azules de Christopher. Caminamos hacia el sofá y tomamos asiento al lado de los chicos. Mason escogió una película de acción así que estábamos viendo I Am Legend. La película iba por la mitad, sin embargo, no le estaba prestando atención.

Miré a Christopher y él al sentir mi mirada también me miró. ¿Había hecho lo correcto?

No tardó mucho para que Mason y Katherine empezaran con su muestra de afecto en público; era imposible mirar la película con el sonido de sus besos, sus respiraciones aceleradas y sus jadeos.

Miré de nuevo a Christopher; al él no parecía importarle, seguía mirando la película como si mi hermana y su primo no estuviesen a nuestro lado.

— Mason — lo llamó Christopher

— ¿Que? — respondió mientras besaba a Kate

— en silencio... ¿quieres?

— oh, vamos — Mason se separó de Katherine, pero de inmediato la volvió a besar — podemos hacer un cuarteto si quieren...

Christopher rodo los ojos y se levantó del sofá. Me extendió la mano hacia mí y lo empecé a seguir por los pasillos de su casa. Lo miré cuándo entramos al salón. Nos acercamos a la mesa de billar.

— ¿quieres jugar? — preguntó

Las cosas ya no eran las mismas que antes y ambos lo sabíamos

Caminó hacia el tablero para tomar dos tacos de madera. Me entregó uno.

— no di una respuesta — dije

— sólo será un juego

— vale — contesté, retomando mi posición.

Me miró sorprendido.

Llevé mi dedo índice al taco y el pulgar en la parte inferior; tiré rompiendo en línea recta y la bola corrió por el borde de la mesa. Christopher tomó su ángulo y apuntó directamente, fallando, la bola número uno corrió, pero no entró. Era mi turno así que me posicione bien, buscando el ángulo, apunté logrando que la bola número uno entrara. Sonreí satisfactoriamente.

— suerte de principiante — habló. Se colocó en posición y tiró haciendo que la bola número dos entrara — ésta es la suerte de un profesional.

Esta vez, tomé un ángulo diferente, ya que la bola número tres estaba un poco complicadas. Apunté, tiré y fallé.

— Rayos....

Era su turno, apuntó casi en mí mismo ángulo, tiró y nada. Me miró divertido. Iba de nuevo, apunté; tiré para darle a la bola tres y nada.

«¡no puede ser!»

Christopher se colocó en posición buscando un ángulo bueno. Me coloqué a su lado, tiró y no logró nada.

— al parecer vamos tres, dos — dije un poco menos tensa y más tranquila

Tomé mi taco con más fuerza y nerviosa apartándome un poco, buscando un buen ángulo para meter de una vez por todas la bola número tres. Apunté, mientras él caminaba hacia un pequeño refrigerador que había al final del salón; sacó dos botellas de agua, cerró el refrigerador y se acercó con el par en mano, mi mirada se perdió en él y tiré a lo tonto fallando por completo.

Me arqueó las cejas aún más sorprendido que antes

Era su turno, dejó el agua cerca de la mesa, en un lugar donde no estorbara y se colocó en posición, apuntó y todos sus músculos de la espalda se contrajeron. observé su ángulo; iba a lograrlo.

Me acerqué a él mirando el ángulo desde aquella posición. Se quedó inmóvil y me miró con delicadeza.

— quieres ganar ¿no es así? ¿Ahora piensas sobornarme?

— No... en realidad estoy segura de que puedo lograrlo sin ayuda

Su brazo rodeó mi cintura lentamente como si temiera que yo fuera a alejarme.

— Christopher...

Levante la mirada hacia sus ojos. La forma en la que el me miraba hacia que mi corazón latiera con fuerza.

— Uff, ¿Mason no tienes calor? — la voz de Kate me hizo mirar hacia la puerta. Ambos estaban mirándonos.

Mason sonrió de forma ladina y se llevó las manos a la cadera

— ¿pero que tenemos aquí? Al parecer ya relajaron más las cosas. Oye, que forma de quitar la tensión

Las orejas de Christopher se pintaron de rojo.

— Mason... Lárgate — agregó

— está bien — nos miró una vez más — sigan en sus " asuntos " — salió junto a mi hermana — ¡oye! ¡Por cierto! Creo que tú papá tiene condones en su oficina, ya sabes, los que dona al hospital — añadió desde fuera del salón.

— ¡Mason! — gritó un Christopher medio molesto

Empecé a reírme. No sabía si era por lo nerviosa que estaba por que Mason y mi hermana nos habían encontrado o por que de verdad me divertía la situación. Las orejas de Christopher aun seguían rojas.

Desvió la mirada de la puerta para verme.

— ¿que? — pregunté al notar que me estaba mirando con esmero

— De verdad eres hermosa...

— yo... — desvié la mirada al sentir mis mejillas calientes

Tomo mi mentón y con delicadeza me hizo mirarlo otra vez

— En especial ese sonrojo tuyo...

El calor de mis mejillas se extendió hasta mi pecho cuando se inclinaba hacia mis labios. Su beso fue suave pero demandante, casi abrumador. Sus manos lograron estabilizarme cuando sentí chocar con el borde de la mesa de billar.

— ¡tío Alex, buenas tardes ¿Cómo has estado?! — habló Mason casi gritando que logramos escucharlo claramente.

— parece que tu padre está aquí — dije en susurro, separándome de el

Christopher asintió en silencio y me tomo de la mano.

El señor Gibson me miró de inmediato apenas me vio salir del salón de billar. Traía puesta una bata blanca haciendo que se viera más joven y que su parecido a Christopher fuese aún mayor.

— Evelyn, que bueno verte de nuevo — habló

Luego el señor Gibson miró a Katherine que estaba al lado de Mason. Katherine dio un paso al frente en dirección a él.

— Katherine Adams — le extendió la mano — soy la hermana de Evelyn — sonrió de manera cordial

— un placer señorita Adams — estrechó la mano de Katherine.

El señor Gibson tuvo intenciones de caminar en mi dirección, pero de inmediato Christopher se interpuso. Mason se acercó llevando su mano al hombro de Christopher para calmarlo. El señor Gibson noto esta acción y decidió no seguir.

— ya que están todos aquí — Agrego mientras metía sus manos en los bolsillos de la bata — me gustaría invitarlos a una pequeña celebración que habrá en el patio trasero — miró a Christopher — de verdad me gustaría que asistieran

— no sé si pueda — comentó Mason — tengo unos asuntos pendientes ¿Cuándo será?

— el próximo fin de semana, tus padres asistirán — Katherine tragó saliva, seguramente nunca había visto a los padres de Mason — sería bueno que vinieras

— lo tendré en mente — apartó la mano del hombro de Christopher

— Chris, ¿podemos hablar? — preguntó el señor Gibson con el ceño fruncido

Christopher tensó su cuerpo.

— voy a... con permiso — caminé hacia el sofá y me senté en el más pequeño. Miré a los chicos que estaban mirándose enamoradamente y luego a Christopher que se retiró con su padre hacia la cocina.

— Evy — me llamó Mason y miré hacia el — tengo una sorpresa para ti — sonrió. Se levantó del sofá mientras Katherine lo seguía con la mirada y saco de su mochila la fotografía que estaba en mi casa, me la enseñó y me ruboricé por completo. Era la foto que mamá me tomó en Halloween.

— ¿por qué tienes esa foto? — pregunté asustada mientras se acercaba al sofá.

— un pajarito me la dio

Me levanté mirando a Katherine seria y me acerqué a Mason. «esto era vergonzoso» la fotografía era vergonzosa; tenía puesto un tutú, unas orejitas blancas, con bigotes y la nariz rosada dibujados sobre la cara y el cabello arriba de los hombros con el flequillo cubriendo mi frente.

— Mason — dije y el alzó el brazo dejando la fotografía fuera de mi alcance. Di un salto para alcanzar la fotografía y Mason se reía de mi al no poder alcanzarla. 1.61 no eran suficiente para alcanzarla

Katherine se levantó, se acercó a Mason y él le entregó la fotografía. Katherine la guardó en la mochila de Mason y se acercó nuevamente a nosotros.

— listo, ya no hay problema

De repente se escucharon unos pasos marcados y nos giramos al mismo tiempo para ver qué estaba pasando. Christopher nos miró.

— creo que tenemos que ir a otra parte — habló de forma áspera.

Mason suspiro, tomó sus cosas y las de Kate y ambos salieron de la casa sin hacer comentarios. Me acerqué a Christopher un poco preocupada.

— ¿está todo bien?

— Mn — Asintió

Tomé mi mochila y salí antes que él pues me estaba esperando en la puerta.

Unos minutos después estábamos sentados sobre el césped en el lugar favorito de Christopher, mientras Mason y Katherine charlaban sentados en una banca. Christopher tenía la mirada pérdida, la mandíbula tensa y los brazos sobre las rodillas.

— Chris... — lo llamé con voz dulce. Me miró y luego miró el césped, bajando la mirada.

— no pienso asistir a su celebración, no quiero verlo cuando empiece a alardear...

Asentí cuando entendí que hablaba acerca de su padre.

— lo entiendo. Pero....

me miró de manera esquiva

— ¿Asistirás?

— parece algo importante para tu padre y se molestó en invitarnos — lo miré a los ojos y su mirada se suavizó un poco — pero...

— quiero que vayas en mi presencia — agrego

Abrí la boca para intentar opinar.

— por favor, aparte, no quiero ponerme un traje — formó una mueca que me hizo sonreír — colocarme un pantalón de vestir, unos zapatos negros, con un saco que tendré puesto hasta que todo acabe, prefiero no ir, pero en cambio, tú te verás hermosa con un vestido

Me imaginé a Christopher vestido de traje y mi corazón empezó a palpitar más rápido, agaché la mirada mientras me ruborizaba.

— eso sería desastroso — bromeé — además, tus jeans se extrañarían

sonrió dejando ver su hoyuelo.

— te extrañaré a ti

— ¿estás seguro?

Asintió como respuesta. Mason y Katherine se nos unieron al poco rato, sentándose con nosotros. 

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