El día se estaba pasando lento, más que un día de instituto. Mamá salió de casa, Katherine fue a ver a papá para que la dejara quedarse una semana más con nosotras.
En la tv no estaban pasando nada bueno, los programas solían ser repeticiones y ver una película romántica no era una buena idea. Con un suspiro apague la tv, pero entonces el leve toque en la puerta me hizo voltear hacia allí.
En unos pocos segundos abrí la puerta y sorpresivamente encontré a Mason parado detrás.
— Hola, uhm.... sí buscas a Katherine no está... pero no creo que tarde, puedes esperarla si quieres
El asintió en respuesta y abrí aún más puerta para que pudiera entrar, Mason tomó asiento en el sofá grande, en silencio me senté en el otro extremo. No bastó mucho para que se volviera a levantar del sofá y se acercara al estante que estaba por la ventana y tomar una fotografía.
Tan pronto como la analizó se volvió hacia mi
— ¿esta eres tú?
Asentí con una leve sonrisa de vergüenza. Había hablado con Mamá en varias ocasiones sobre quitar esa fotografía de ese estante, puesto que los invitados podían verla con facilidad, como ahora.
Sabía que era solo una fotografía vieja de cuando estaba en primer grado celebrando Halloween, pero mi yo de cinco años disfrazada de conejo parecía más feliz que avergonzada.
Me puse de pie
— ¿quieres algo de beber? ¿Agua? ¿jugo?
— Agua, estaría bien — añadió sonriente.
Caminé hacia la cocina para ir por el vaso con agua. Cuando regresé a la sala de estar Mason estaba sentado de vuelta en el sofá cruzando una pierna a modo que su pie tocaba su rodilla contraria.
— Gracias — agarró el vaso — ¿Kate también tiene foto de Halloween de su escuela? — bebió un poco y tomé asiento en el sofá.
— si...uhm... por lo que recuerdo, ese año usó un disfraz de hada
Su sonrisa se ensanchó aún más pero luego su expresión cambió a una más seria.
— sé que no te había preguntado adecuadamente sobre el tema.... pero... ¿Cómo estás por lo de mi primo?
Miré sus ojos verdes y luego el vaso que tenía entre las manos.
— Me siento.... rara, lo extraño no voy a mentir, pero...cada que lo veo o pienso en él, mis sentimientos se mezclan y... — puso una mano sobre mi hombro
— lo entiendo y de verdad lo siento, él puede ser un idiota a veces... — suspiró — hablar con él es difícil y más ahora... tiene un comportamiento que jamás le había visto y créeme que he visto todos sus comportamientos — apretujó levemente mi hombro mientras sonreía — además, entre chicos malos también hay discrepancias
— ¿tu? ¿un chico malo? — mi sarcasmo fue leve, lo suficiente para bromear
Mason sonrió mientras asentía
— No soy un ángel, era incluso peor de lo que es Christopher — bebió un trago de agua
Lo miré con mayor atención
— ¿Huh? ¿de verdad? — arquee una ceja
Soltó una risita, mientras ladeaba la cabeza en desaprobación, pero con una sonrisa en la cara.
— bueno. Sucede que, en el segundo curso de instituto yo era un casanova. sí, tenía muchas novias, todas de un círculo diferente, así que nunca se conocieron entre ellas. Las veía un día a la semana... ¿Mi estrategia? Las clases, por supuesto, así no sospechaban por qué solo pasaba tiempo con ellas un solo día en especial
— ¿andabas con varias al mismo tiempo? Katherine... ella sabe...
— si — admitió — el caso es que me metía en peleas y de ahí adquirí la pinta de un chico malo — sonrió burlándose de el mismo — me era fácil no entrar a clase, me quedaba con una de mis novias y en otras ocasiones las llevaba a mi casa — soltó una risita al ver mi expresión de horror — mi compañero, mi amigo, hermano siempre fue Christopher, era casi igual a mí en comportamiento, sólo que él sabía cómo controlar la situación, eso sí, cuando decía algo era que se tenía que hacer, nunca le ha gustado que le lleven la contraria y mucho menos que le digan que no
— ¿desde cuándo están juntos? — pregunté — digo ¿desde cuándo hacen eso de...actuar juntos, como Robin y Batman?
Se lo pensó
— desde que iniciamos el instituto — se detuvo a pensar un poco más — unos meses más atrás de hecho
Entonces conoció a Mason cuando llegó con su padre, eso quería decir que el papá de Mason era hermano del papá de Christopher.
— ¿tu padre y el de Christopher son hermanos o... tú y él son primos políticos?
— somos primos cercanos por nuestros padres, ellos son hermanos; hubo un tiempo en donde los reubicaban constantemente, en ese entonces sabía que tenía un primo, porque mi madre me hablaba sobre él, pero no lo conocía, cuando dejaron a mi padre y al de Christopher estables en una unidad médica fue cuando lo conocí — añadió serio. Como si estuviera recordando ese momento — después de un tiempo conocí a Natalie y creo que Chris se molestó con su padre...es todo lo que sé. — alzó los hombros.
Esta era la otra parte que faltaba. Enterarte de que tienes una media hermana de tu misma edad ha de ser algo intenso, si Katherine fuese mi media hermana estaría en todo mi derecho de enfadarme con mi padre, a un que el divorcio de mis padres no tenía nada que ver con eso. Simplemente ellos no congeniaban.
La historia de mis padres y la de los padres de Christopher me hacía pensar que tal vez, sólo tal vez el amor verdadero no existía, simplemente las parejas se casan sin pensar o porque hay un bebé en camino. ¿Sera que eso les sucedió a mis padres? O ¿a los de Christopher?
El sonido de mi móvil me sacó de mis pensamientos. Contesté la llamada al ver el nombre de Kate en la pantalla
— ¿Dónde estás? — pregunté
— ¿Mason ya llegó? Estoy en el centro comercial
— pensé que estabas con papá — añadí seria
—tú misma lo has dicho, estaba ¿puedes decirle a Mason que estoy en el centro comercial? Porfis....
Miré a Mason que estaba jugando con el vaso.
— si, yo le digo
—gracias. papá no me dejó quedarme más tiempo, así que se me ha ocurrido venir aquí — añadió y colgó
Me giré hacia Mason.
— ¿todo está bien? — preguntó arqueando las cejas.
— sí, era Katherine, me dijo que te está esperando en el centro comercial
— de acuerdo — se levantó para dirigirse a la puerta. Lo seguí, pero antes de que saliera totalmente de la casa se giró hacia mí.
— nos vemos Evy, fue lindo charlar contigo
— adiós casanova
Cerré la puerta para después subir a mi habitación y entrar a la ducha.
Cuando mi madre se separó de padre a mí me tocaron los llantos y encontrar botes de helado de casi todos los sabores en la nevera del refrigerador. Para mí en ese momento era como el paraíso, pero para mamá era la forma perfecta para desahogar todo.
Sus amigas llegaban los viernes; cada vez que cenaba con ellas le decían a mamá que para superar a mi padre se tenía que ver mejor, que él viera que no le afectaba para nada, qué se tenía que ver guapa, para que a papá le doliera tanto que lo pensara. Lo que mamá hacia era una tontería porque ella misma junto con el pidieron el divorcio, pero esa historia no me correspondía a mi o al menos no ahora.
Entonces....
¿En verdad quería ir a la fiesta? Me pregunte, mientras me miraba al espejo.
Unos minutos más tarde tocaron a la puerta, Daniel estaba detrás de ella con una ligera sonrisa. Traía puesta una camiseta azul con unos jeans. Se veía guapo, corrección estaba guapo. Caminamos hacia su auto deportivo color rojo y cuando llegamos me abrió la puerta como todo un caballero.
— gracias
Cerró mi Puerta y después de eso, rodeó el auto para entrar y ponerse en marcha. Daniel y yo pasamos casi todo el camino comentando sobre comida, conciertos y series de Tv.
Al llegar al lugar de la fiesta aparcó, se bajó para abrir mi puerta. Sali mientras le agradecía. Caminamos juntos hacia la puerta principal de la casa del anfitrión. No había nadie fuera en el jardín delantero a excepción de un chico sentado en el césped cerca de unos arbustos fumando.
Antes de entrar me detuve. Daniel me miró confundido. Esto de hacerme la fuerte estaba costándome mucho.
— ¿Todo bien? ¿Olvidaste algo?
— No es nada... Entremos....
Había gente bailando en la sala de estar, habían adaptado una mesa como barra de bebidas y un chico estaba haciéndola de Dj cerca de las escaleras.
Daniel caminó entre la gente y me tomó de la mano; haciendo que mi cuerpo se sintiera raro, nos detuvimos cerca de una ventana y justo al lado de un sofá con una planta de decoración a un lado. El ambiente estaba bien, si no fuera por el aroma a tabaco que se impregnaba en mi ropa.
— ¿quieres beber algo? — preguntó Daniel cerca de mi oído
Negué. Un chico con una gorra de la universidad de Seattle y una sudadera se acercó a Daniel y le entregó un vaso color rojo, Daniel lo aceptó y bebió de el sin alguna preocupación. El chico con aspecto de atleta me miró sonriente.
— ¿Y ella es? — preguntó poniéndose a mi lado y tomándome del hombro
— ella es Evelyn — contestó Daniel apartándolo de mi — no la molestes — lo miró de forma seria.
El chico asintió alzando sus manos como forma de paz hacía Daniel.
— Esta bien, está bien.... Pero preciosa, respóndeme esta pregunta — añadió el chico ya alejado de mí, pero cerca de Daniel, como si fuese a protegerlo — ¿tú eras la chica que estaba con el cazador en la fiesta de Zac, cierto?
¿Cazador? ¿Quién carajos era el cazador?
— disculpen mi ignorancia, pero ¿Quién es el cazador? — pregunté totalmente confundida.
El chico me miró sorprendido pero divertido por mi pregunta y luego miró a Daniel quien tragaba saliva y miraba la planta sin ninguna otra expresión en la cara.
— Christopher — respondió Daniel sin mucho énfasis
— ¿por qué lo llaman así? — los miré a ambos y entonces me acerqué un poco a ellos al ver que estaban algo incómodos.
— Fácil, suele asechar a su presa y cazarla — me respondió el chico de la gorra.
Miré hacia la ventana y luego a la multitud que estaba bailando. Solté una risita por que aquella situación, yo me daba risa; fui una verdadera tonta. El chico se fue a charlar con otro y nos dejó a Daniel y a mí como hacía unos minutos. Solos.
— Oye... lo que dijo Thomas...
— ¿quieres bailar? — pregunté de repente.
Daniel pareció sorprenderse con mi pegunta, pero no se negó a la idea.
— de cuerdo, bailemos
Quería olvidarme del tema del "Cazador" por un momento, estaba aquí para divertirme no para recordar a Christopher.
Daniel y yo nos acercamos a donde estaban los demás bailando y nos unimos a ellos. Daniel parecía muy precavido acerca de si debía acercase mucho a mi mientras bailábamos, pero al final por la cercana interacción con los demás chicos terminamos cerca uno del otro. Mas tarde una chica se nos unió, ella parecía ser amable y al parecer se llevaba con Daniel por que entre ratos intercambiaban comentarios. El ritmo de la música cambió, ahora era un poco más lento.
«mierda ¿por qué siempre ponen estas cosas?»
La chica, Daniel y todos los demás seguían bailando menos yo. No sabía bailar ese tipo de ritmo. Daniel alzó las cejas buscando la respuesta del porque había dejado de bailar.
«podía hacer esto» si aprendí a manejar motocicleta, podía bailar así.
Comencé a moverme, imitando a la chica. Daniel me estaba observando con atención; se acercó a mi dejando a la chica fuera del pequeño círculo, se ajustó a mi ritmo y empecé a moverme por mi cuenta, sin imitar a nadie.
Seguimos bailando sin parar ni un momento. Llevó una mano a mi espalda y yo llevé ambas a sus hombros dejándome llevar por la canción, sin querer miré hacía un lado y observé a Christopher apoyado contra la pared, de brazos cruzados, mirándonos.
¿Que? ¿Estaba alucinando?
Negué y me pegué un poco más a Daniel
— Evelyn ¿qué... — me dijo un poco sorprendido por mi proximidad y miró hacia donde yo había mirado hace un segundo — entiendo ¿quieres darle celos no? — preguntó mirándome a los ojos.
Lo observé detenidamente mientras me miraba divertido, era mucho más alto que yo y ahora me sentía súper pequeña.
— lo siento yo...
— vale, entro al juego — añadió con una sonrisa
— ¿enserio? Pensé que te enfadarías conmigo o algo, sé que es tú amigo y...
— todo sea por molestarlo un poco
Me hizo girar de pronto, sin terminar lo que tenía planeado decir y quedé a espaladas de él. Colocó sus manos en mi cintura. El único que había hecho eso había sido Christopher y era extraño sentir otras manos que no fuesen las de él.
— olvida todo lo que está dando vueltas en tu cabeza ahora, te recomiendo que lo hagas de una manera natural...No te fuerces a ti misma
Hice lo que me pidió y por decisión propia alejé todo lo que me atormentaba. Moví mis caderas tan lento y sexy como podía y descendí en un movimiento provocativo. Daniel soltó mi cintura y esperó a que yo llegara hasta el para colocarlas nuevamente.
— relájate, sólo déjate llevar y me disculpo por lo que voy a hacer —me volvió a susurrar en el oído.
Miré de reojo a Christopher; seguía en el mismo lugar, estaba serio al máximo, ni las locuras de Mason le sacarían una sonrisa. Daniel me giró y empezó a bailarme. Me quedé admirada ante sus sensuales movimientos, claramente me ruboricé. Tomó mi cintura nuevamente y me acerco a él, podía sentir su respiración contra la mía.
En ese impulso, lo besé. Sus labios les dieron permiso a los míos y dejamos de bailar. Me tomó con más fuerza y sin darnos cuenta ya habíamos profundizado el beso. Me separé despacio y miré hacia donde estaba Christopher, pero ya no estaba ahí.
Miré a Daniel avergonzada por lo que había hecho.
— lo siento
— no te preocupes, lo entiendo, estoy bien — sonrió — si te soy sincero deseaba hacerlo también
Sentía algo en el estómago y no creía que fuesen mariposas, ¿culpa? ¿Nerviosismo? ¿Qué diablos era?
— tengo que ir al baño
asintió y me indicó el camino. Recorrí el pasillo hasta llegar al baño. De pronto alguien me tomó del brazo con brusquedad y me apresó contra la pared. Christopher me miraba serio, más serio de lo que lo había visto.
— ¿Qué te traes? suéltame — le hablé seria.
Sus ojos me miraban directamente, tenía la mandíbula tensa, sus ojos habían cambiado de color; estaban más oscuros, eso sólo significaba una cosa, estaba enfadado.
No me contestó. Tenía sus manos contra la pared, una en cada lado dejándome en medio de ellas.
— quiero ir al baño...suéltame
Tenía intenciones de no hacerlo, pero después de un momento accedió. Caminé hacia el baño y entré cerrando la puerta detrás de mi casi de inmediato. ¿Por qué estaba aquí? Se suponía que no iba a venir. ¿No?
Al salir noté que el seguía en el mismo lugar, ahora apoyado contra la pared con los brazos cruzados. Me alisé la falda y me acomodé el pelo haciéndome creer a mí misma que él no estaba ahí, mirándome.
— Evelyn...
Ojos que no ven...Ojos que no ven....
Con un solo pasó logró bloquearme el camino.
— Christopher.... — intenté escapar, pero el pasillo era tan estrecho que la única salida era volar encima de el — ¿puedes moverte? Por favor
— ¿por qué? ¿Vas a ir con él? — bufó
— y si es así ¿qué? ¿Piensas golpearlo o algo por el estilo? — hablé con el tono un poco fuerte — y si no soportas eso ¿por qué hiciste lo que hiciste conmigo? ¿Cuál es tu problema?
Soltó una risita burlona
Quería golpearlo y besarlo después pero no lo iba hacer, esto no era una de esas películas románticas.
— muévete, necesito pasar.... quiero irme a casa
— yo puedo llevarte
— No quiero subirme a tu estúpida motocicleta
— no he venido en motocicleta
Lo miré confundida. ¿Como? ¿Christopher sin su motocicleta? Pero que....
— necesito hablar con Daniel — insistí — hazte a un lado
—Mierda, deja a Daniel un momento ... — sus ojos se clavaron en los míos — tú no debes de estar con él.... Tu eres mía...
— no soy tuya — dije interrumpiendo — deja de mentirme, sé que te importa un carajo lo que hago y como me sienta. Tú eres el cazador y yo soy tu presa y no vas a estar satisfecho hasta tenerme donde quieres ¿no es así? Pero conmigo vas a tener que empezar hacerlo mejor, porque tú estrategia no creo que funcione de nuevo
— ¿piensas que estoy jugando al cazador contigo? — rio por lo bajo de forma burlona — hay presas mejores, las que si saben cómo hacer lo que a mi gusta... Tú no eres más que una chica estúpida y cursi la que cree que la vida gira en torno a una película romántica — dijo con voz firme — Eres tan patética...
Lo abofetee. Su mejilla quedó roja mientras mi mano ardía por la reciente acción. Después de unos segundos me miró enojado.
— vete al diablo, Gibson
Quería salir de ahí, quería alejarme de él, aún estaba frente a mí, así que lo aparté de un empujón y salí de ese pasillo tan rápido como mis piernas podían. Entré a donde estaba la multitud aun bailando y al localizar a Daniel me acerqué; estaba charlando con la chica de hacía unos momentos. La chica me miró de inmediato y se acercó a mi rápidamente.
— ¿Qué te pasó? — preguntó preocupada — ¿te hicieron algo?
Daniel se giró hacia mí de inmediato.
— estoy bien — contesté; fingiendo una sonrisa. — es sólo qué... — me detuve al no saber que decir, mi mente estaba en blanco
— ¿quieres ir a casa? — me preguntó Daniel
— sí, no me siento muy bien...
Quería llegar a casa y botarme en mi cama. Lo que me dijo Christopher hacía unos minutos aún estaba dándome vueltas, me dolió y mucho. Aún no podía creer que enserio así era él. ¿Qué era lo que me mantenía ciega?
Me despedí de la chica cuyo nombre nunca supe y caminé junto a Daniel hacia su auto. Cuando nos pusimos en marcha Daniel no dijo ni una sola palabra acerca de la fiesta.
— gracias — me decidí hablar y enseguida me miró
— no me agradezcas.
Detuvo el auto en una calle cerca de mi casa, me miró contemplándome preocupado.
— ¿segura que estas bien?
— Si... — asentí
Me bajé del auto y caminé hacia la puerta de mi casa. Una vez dentro y en mi habitación me dejé caer a la cama y dejé salir todas esas lágrimas que estaba reteniendo con furia y dolor.
¿Cómo era que Christopher podía ser tan lindo y cruel a la vez? Era un ángel y un demonio al mismo tiempo. Pensé que conocía todo de él, pero al parecer me equivoqué. Tal vez ese era mi problema; me encariñaba con la gente muy rápido.
Entonces, entre todo eso pensé....
¿Cómo estaría ahora si hubiera aceptado ser la novia de Carter? ¿Sería capaz de hacerme llorar? ¿Me trataría como me trataba Christopher? Hasta pensé que era una estupidez pensar en aquellas respuestas.
Carter no era como él. Carter era el tipo de persona que, si yo estuviera en un día de lluvia, me llevaría un paraguas para que no me mojara, pero en cambio Christopher.... él se mojaría junto conmigo, me llevaría a un lugar seco y se acercaría a mi para que su cuerpo me calentara sin importarle nada.