Estaba con Brooklyn en el aparcamiento, ya que Christopher iba a llegar tarde por asuntos personales, pero Brooklyn me abandonó a medio pasillo porque debía ir al gimnasio, así que caminé hacia el aula completamente sola.
Mis pies dejaron de andar al momento en que vi la escena frente a mí. Christopher estaba charlando con Gabriella, ella estaba tan cerca de sus labios como si estuviera vacilando en besarlos o no. Sin embargo, Christopher no estaba haciendo nada para impedírselo.
En tan solo tres segundos ella lo besó.
— ¿Qué hay de tú chica? — le preguntó de forma sarcástica mientras jugaba con las orillas de su chaqueta
Al ver que Christopher no respondió Gabriella soltó una risita
— ¿sabes? Siento lástima por ella. Apuesto a que te quiere mucho... está tan enamorada... Su corazoncito late por ti... — se burló
Christopher hizo una leve mueca. Gabriella lo besó nuevamente y él le correspondió sin problemas.
Traté de retroceder, pero en mi intento de hacerlo tropecé con la puerta, el ruido los alertó y ambos me miraron. Lo primero que Christopher miró fue a mí.
Di un paso hacia atrás y salí corriendo hacia el baño. Entré y cerré la puerta de inmediato. Sin darme cuenta ya estaba llorando. Esta vez no podía detener las lágrimas, no podía. Me sentía una tonta. Que estúpida me sentía ¡la besó! Y no la rechazó, ni si quiera lo intentó.
Traté de calmar mi llanto, pero era imposible, mi mente me jugaba sucio y me hacía recordar lo que vi y escuché hace unos instantes. Tal vez sólo estaba jugando conmigo, tal vez fui parte de algo y caí como una estúpida.
Estaba tan enfadada conmigo misma por confiar en alguien como el tan ciegamente.
Respiré hondo y me lavé la cara. La prefecta abrió la puerta del baño y me indicó que era hora de entrar a clases. Asentí, tratando de que no viera mi cara roja.
Una vez en clases traté enfocarme en las actividades y pruebas, funcionó, pero cuando fue hora del almuerzo las cosas fueron diferentes. Dejé los libros de la clase anterior en el casillero, estaba a punto de cerrar cuando sentí la presencia de alguien detrás mío.
— Evy
Me giré al escuchar la voz de Carter
— ¿es tuyo? — preguntó mientras extendía un broche para el pelo en forma de flor — estaba en el suelo....
Bajé la mirada hacia el broche y lo agarré
— si... debió...debió caerse cuando abrí el casillero
Carter asintió. Por la forma tan fija con la que me miraba me daba miedo que se diera cuenta de mis ojos hinchados así que aparte la mirada con la excusa de cerrar mi casillero.
— bueno.... nos vemos en el almuerzo
Asentí, dándole la espalda. Apenas siguió su camino solté todo el aire que había estado reteniendo. Casi no había nadie en los pasillos, sólo yo y unas cuantas chicas que pasaban frente a mi riéndose como locas mientras charlaban entre ellas.
Caminé con intención de ir al aula de biología cuando de pronto me tomaron del brazo y me metieron al cuarto de limpieza. Me giré para ver quien rayos me había metido aquí y me quedé sin palabras cuando encontré ese par de ojos azules.
— ¿piensas ignorarme todo el día?
Intenté alejarme de el
— Evelyn...
— Necesito ir a clases
Se acercó a mi para arrinconarme contra la pared, no tenía como escapar, a mi lado había utensilios de limpieza y estantes con aromatizantes.
— Escucha... sobre lo que viste...
— ¿Qué es lo que se supone que voy a pensar? ¿Qué era un juego? ¿Qué no lo decías enserio? ¡cuando te vi besándola con toda naturalidad! ¡Ella se burló de mí y ni siquiera la detuviste!
Lo aparté con todas mis fuerzas
— es complicado de explicar....
— ¿complicado? ¿así lo resumes todo? O ¿es una excusa para no decir que ya te aburriste de mí? O simplemente fui tu juguete personal... de todas las chicas ¿por qué yo?
—Evelyn....
Por fuera parecía fuerte y firme, pero por dentro estaba triste, vulnerable y destrozada. Lo miré a los ojos mientras una lágrima se resbalaba por mi mejilla.
— Jamás debí confiar en ti....
¿Había algo peor que esto? Me sentía fatal, lo único que quería ahora era salir de aquí, alejarme de todo, quería estar como estaba antes, antes de él.
— Tienes razón, jamás debiste hacerlo —su voz era fría e inexpresiva
Me dolía escuchar aquellas palabras ¿Dónde estaba el " lo voy a intentar"? ¿Suponía que sólo eran cosas para entretenerme? Ahora entendía que sólo era un juego para él. Nunca sintió nada....
Abrí la puerta del cuarto de limpieza de una buena vez. Todo acabó incluso antes de empezar.
— ¿Evy? — mi cuerpo se detuvo a mitad del pasillo cuando escuché la voz de Brooklyn — ¿Qué ocurre?
Brooklyn me abrazó apenas le conté la situación. Estábamos en los vestidores del gimnasio alejadas de todo.
— Estúpido chico.... puedo ir a reventar sus neumáticos ahora mismo... — dijo con enojo
Traté de respirar hondo y arreglarme un poco la mascara de pestañas.
Ahora me sentía derrotada y confundida, sin saber qué hacer, sentía que era lo peor que podía sentir; que aunque por fuera todo parecía estar muy bien mi mente no dejaba de darle vueltas a la situación.
Habían pasado dos semanas desde mi separación con Christopher, después de que logramos ser novios; bueno el intentaba porque yo estaba dispuesta a todo y esa era la parte que más me dolía.
En estos últimos días Brooklyn, Katherine, Carter, incluyendo a Mason estuvieron conmigo y la verdad estaba muy agradecida con ellos. Por supuesto que me encontraba con Christopher en alguna clase o en los pasillos, pero yo sólo... seguía con mis actividades.
Ahora me encontraba aquí, tirada en mi cama tratando de relajar mi mente.
¿Cuándo va a dejar de dolerme? Al principio me burlaba de Kate cuando venía a casa llorando porque había terminado con alguien y yo le decía que era para tanto llorar por alguien, pero...después de experimentarlo sabía que era horrible y la verdad no se lo deseaba a nadie....
— ¡cariño alguien te busca! — me gritó mamá desde las escaleras
— ¡no quiero salir! — grité
La puerta de mi habitación se abrió de golpe.
— ¿enserio? Mi madre piensa que un pastel recién horneado puede alegrarte.
Me levanté de la cama al escuchar la voz de Natalie.
«Rayos, cierto. Le prometí a señora Gibson que hornearíamos juntas el fin de semana».
Natalie se acercó hasta mi para abrazarme.
— Evy, lo siento... — suspira — sé que le prometiste a mi madre hornear con ella hoy, pero... si no tienes ganas de ir, está bien, ella lo entenderá
— No quiero...quedar mal con ella... Además, se ha de haber esforzado en buscar todos los ingredientes...
— Evy... — al ver mi expresión Natalie asintió — está bien....
Al bajar las escaleras mamá se sorprendió y se sorprendió mucho más al verme salir por la puerta con Natalie. Me subí a la motocicleta de Natalie y ella se puso en marcha.
Nos acercamos a la puerta de su casa y me quedé quieta.
— Ese alíen mal parido no va a molestarnos, yo no lo permitiré — abrió la puerta, entró primero y la seguí. Cuando llegamos a la cocina Jocelyn se giró y me dio un cálido abrazo.
— me alegra verte... Me disculpo por todo....
Jocelyn me indicó todo lo que tenía que hacer y por cuanto tiempo. Cuando terminamos de hacer la masa, la repartimos en los moldes para después meterlos en el horno.
— bien, ahora hay que esperar a que estén listos — me sonrió con dulzura — si quieres algo de la nevera tómalo, estas en tu casa
— gracias
Sali de la cocina después de que Jocelyn se retiró para atender una llamada de su trabajo y paseé por la casa hasta llegar al salón donde estaba la mesa de billar.
«Esto de verdad me sería difícil de olvidar»
Logré escuchar el sonido del temporizador de la cocina y salí de mis pensamientos. Caminé hacia la cocina cuando tropecé con alguien.
— ¿Daniel? — pregunté en voz alta
— Hola Evelyn — me sonrió — ¿vienes a ver a Christopher?
Negue
— Le prometí a la señora Gibson hornear el fin de semana con ella
— entiendo
— ¿y tú...?
— Vine por unas cosas — me enseñó los libros que llevaba en la mano — uhm... Evy sé que esto es pronto, pero...hay una fiesta mañana y me gustaría verte ahí, sé que te lo digo en poco tiempo y de un día para otro, pero en realidad me encantaría que fueras — me miró un poco avergonzado.
¿Ir a una fiesta? La última vez que estuve en una Christopher se salió de control y ambos terminamos en la cama de Zac.
— lo voy a pensar
— vale — sonrió — tienes mi número llámame si decides ir — se retiró y fui hacia la cocina.
Me encontré a Jocelyn esperando a que los pastelillos se enfriaran para poder decorarlos.
— ya casi — me sonrió entusiasmada
Cuando los pastelillos se enfriaron adecuadamente listos para decorar, Jocelyn me entregó todo lo necesario y los ingredientes que podía colocarles. Era más o menos buena en esto, claro, no me quedaron tan perfectos como los de ella pero se veían bien.
Después de todo, hornear fue una buena terapia...
Me volteé al escuchar unos pasos en la cocina, el señor Gibson entró y miró lo que estábamos haciendo.
— ¿ustedes hornearon todo eso?
La señora Gibson asintió feliz y se acercó hacia él.
Terminé de decorar mis pastelillos y la verdad es que se me hacía agua la boca. No podía esperar para probar uno.
El señor Gibson se fue a sentar a la mesa junto con Natalie, aún que no se escuchaban mucho sus voces, suponía que no charlaban demasiado. Me acerqué a la mesa y esperé ansiosa a que el señor Gibson probara uno de los pastelillos.
— uhmm...que delicia...
Sonreí. El señor Gibson le pasó un pastelillo a Natalie, ella lo probó y logré ver su cara de fascinación.
— La señorita Adams tiene buena mano para la repostería ¿no es así? — me dijo Jocelyn para luego sonreírme
— ¡¿Chris?! — intervino Natalie.
La mirada de Christopher pasó por todos hasta llegar a mí. Traía puesta una camiseta blanca casi transparente que dejaba ver su tatuaje y unos jeans oscuros.
— ah... recordé que Evelyn y yo tenemos que ir a otro lugar — dijo Natalie, levantándose de la mesa — toma... llévate los pastelillos, Alexander ya comió muchos — agregó llevándome fuera de la casa — no te preocupes por mi madre...
Natalie se puso en marcha, pero esta vez le dije que me dejara en otra dirección. ella no se quejó por el cambio de ruta. Así que cuando estuve frente a la puerta toqué suavemente
En pocos segundos la puerta se abrió.
— ¿Evy? — habló Carter un poco sorprendido por mi visita
Le enseñé los pastelillos. Me dejó pasar a su casa y con cuidado dejé la bandeja de pastelillos sobre la mesa
— ¿Horneaste? — preguntó mientras se acercaba a mi
—bueno... tuve algo de ayuda — dije mientras le entregaba un pastelillo.
Carter me arqueo una ceja, pero terminó mordiendo un costado del pastelillo.
— Esta bueno... — asintió gustoso
— Me alegra que te haya gustado
—¿Dónde los horneaste? ¿en tú casa?
— en casa de Natalie — frunció el ceño — en casa de Christopher — corregí.
— ¿están juntos de nuevo? — preguntó en voz baja
Negue. Entonces recordé a Daniel y su inesperada invitación
— ¿Carter?
—¿sí?
— Uhm... si alguien te invita a una fiesta y estás, así como yo... en esta situación ¿irías?
— ¿Qué clase de pregunta es esa? — lo pensó — uhm.... depende
— ¿En qué?
— Tus ánimos de ir
le di un leve empujón mientras sonreía
— bueno, tienes que verlo de una manera diferente, a una fiesta vas a divertirte ¿no?
Alzó los hombros. Aunque no estaba muy segura de si esa era su respuesta. Saqué el móvil que estaba vibrando en mi bolso. Era un mensaje de mamá al parecer necesitaba ayuda con algo.
Cuando llegué a casa observé que la cocina estaba hecha un desastre. ¿Pero qué fue lo que pasó aquí? Katherine estaba ayudando a mamá a colocar un cuadro con varias frutas pintadas en la pared.
— ya estás aquí cariño, ¿puedes ayúdame con los demás cuadros? — habló mamá
Dejé la canasta de pastelillos, o, bueno los pocos que quedaban en ella en la mesa y fui a la cocina. Tomé el cuadro más pequeño y observé la cocina tratando de acomodarlo en alguna parte; pero ya casi no había espacio. ¿Dónde se suponía que iba a colocarlo?
— por cierto ¿de dónde vienes Evy? — preguntó Kate desde arriba de una escalera mientras sujetaba el cuadro.
— de casa de Carter
— no lo sueltes Kate — intervino mamá.
Miré el cuadro y por segunda ocasión observé la cocina y encontré un lugar perfecto para él. Me acerqué y busqué todo lo necesario para colocarlo. Mientras lo hacía me vino a la mente la fiesta.
— ¿creen que sería bueno ir a una fiesta?
Por un momento el silencio reinó la cocina. Las miré, se miraban una a la otra y luego me miraron a mí.
— sí, tienes que distraerte. Conoce chicos nuevos. Muéstrale que él no es el único
Tomé el comentario de Kate como opción. Me acerqué a ellas y ayudé a detener el cuadro. «estaba más pesado de lo que se veía» después de remodelar la cocina, subí a mi habitación.