A partir de ese día tan especial de ambos en que se dieron su primer beso que fue desde hace un mes los dos se volvieron inseparables; y en verdad fue su primer beso, porque Natsu nunca había besado a nadie, y además no dejaba que ninguna mujer lo besara, aunque estas intentaran de todo para robarle un beso de los labios.
Y Lucy, durante varios siglos, jamás dejaba que un hombre la besara, ni mucho menos la tocara, cuando alguien se atrevía, lo asesinaba sin piedad.
Pero ese beso fue especial para los dos, ya que fue uno de amor y no de lujuria.
Iban juntos a citas tan diferentes y únicas en cada ocasión; a veces los visitaban sus familiares o viceversa, ya sea Sting y su familia.
Sting le tomaba mucha confianza a Natsu y el a Sting, se llevaban muy bien ya que ambos querían ser lo mejor para cada uno; Natsu para que el mellizo de su adorada Lucy lo vea como un hombre excelente para ser su cuñado; y Sting para que lo vea como un excelente cuñado y que se case pronto con su gemela Lucy y le den un sobrino pronto.
A veces también visitaban a la familia de Natsu, pero para la vergüenza de Natsu, su madre Lily atosigaba a ambos con lo del compromiso de matrimonio; ya que según, quería ser abuela pronto.
Su padre no decía nada al respecto, en cambio el pequeño Romeo le encantaba jugar con Lucy, y algunas veces la actitud de Zeref respecto a ambos se ponía muy sospechosa, pero se mantenían a raya.
Juvia ya estaba emocionadísima de que ellos dos salieran en citas; aunque fuese solo como amigos, pero esperaba que pronto pasaran a ser algo más que eso.
Era domingo y Lucy estaba de paseo por el centro comercial, ya que estaba buscando un regalo para su sobrino Tenshi, que ya pronto iba a cumplir 3 años.
En eso entra a una tienda de juguetes y ve un juego de bloques que le encanto para el pequeño; ya que a Tenshi le encantaba armar cosas; según Lucy y Yukino, Tenshi salió igualito a su padre en varios sentidos, y ese era uno de ellos.
Escoge el juguete y lo manda a envolver en una tienda de novedades, y se prepara para ir a comer en la plaza de restaurantes del centro comercial.
- ola Lucy- dijo una voz conocida para ella
Al tiempo que su dueño la abrazaba cariñosamente por su espalda, haciendo que Lucy se ruborice y se sienta débil, solo había una persona que la hacía sentir así, además por el olor de su sangre lo supo de inmediato.
- ola Natsu, como estas, que haciendo por aquí?. - le pregunta Lucy mientras se volteaba a verlo a la cara, pero sin soltarse de su abrazo.
- vine a ver unas cosas que necesitaba para mi casa, y tú?- le decía Natsu mientras la seguía abrazando