Experimento FOBIA ©

By SolusStella

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El miedo es la sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. El miedo es... More

Sinopsis
P R Ó L O G O
I
II
III
IV
V
VI
VII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII

VIII

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By SolusStella


E06 se encontraba inconsciente, sentado en su silla.

Los choques eléctricos eran aleatorios, pero muy intensos, fue tanto así que E06 terminó desmayándose por el dolor e incomodidad que sentía. La sensación de ser electrocutado es algo que no se puede describir, es algo que debes vivir para poder entenderlo.

El Dr. Roosevelt, por su parte, se encontraba tomando una taza de café, cuando E07 apareció en su oficina por la abertura que se encontraba en el piso.

En la camilla tan solo se encontraban restos del mismo. El olor pútrido era intenso, tanto, que el doctor tuvo que taparse la nariz y boca con la manga de su bata.

—Estás peor de lo que pensé.

Y así, lo tapó con la sábana blanca, y lo llevó a la morgue. Ahí lo destapó y empezó a limpiar la carne de los huesos, la cual se seguía desintegrando. Separó cada parte de su cuerpo dejando los huesos en una mesa, donde indicaba de que parte eran con etiquetas.

Tiró los guantes al cesto de basura y se dirigió a la sala de hologramas, mientras pensaba en el discurso de esta vez.

Se puso el micrófono y activó la cámara. Las luces se prendieron, una por una, donde se encontraban los demás experimentos.

—Mis queridos experimentos, —empezó, — ¿cómo se encuentran?

Los experimentos miraban el holograma, sin interés, estaban drogados y no percibían nada, —Espero que bien. El día de hoy E07 nos ha dejado tan solo sus huesos, los cuales he limpiado y catalogado. He venido a explicarles algo, tanto para que me faciliten a mí con mi trabajo, como para que ustedes puedan sobrevivir a lo que supongo es un sufrimiento interminable para ustedes. Verán, esto es un experimento, pero lo vamos a empezar a considerar como un pequeño juego, en el cual cada uno de ustedes debe sobrevivir enfrentando lo que se les viene. Si no lo supera, tan solo morirán a su voluntad mental, así de simple, solo deben controlar la situación, sencillo ¿verdad?

Los experimentos se encuentras más confundidos que antes, cada uno tiene una pregunta en su cabeza, cada uno tiene una duda, y todos tienen curiosidad de lo que está pasando.

—Espero lo hayan entendido, quiero lo mejor de ustedes. Tal vez le puedan hacer compañía a E06. —Eleva una pequeña sonrisa, y espera unos segundos antes de continuar, —E08, te toca.

Apaga la cámara, el micrófono, y regresa casi corriendo a su oficina, donde pone en marcha nuevamente las computadoras.

Se dirige hacia donde está E06, y empieza a tratar de despertarlo a través de parches. Al ver que no funciona, opta por entrar a la transparente cabina. Lo desconecta, lo pone en el suelo, y luego lo coloca en posición fetal, se levanta y trae un poco de agua en un vaso de cristal. Tira el agua en la cara de E06 y le da pequeñas cachetadas en la cara. —E06, E06...

Lentamente E06 empieza a abrir los ojos y reaccionar, y antes de que esto suceda, el Dr. Roosevelt, lo coloca en la silla como puede, lo conecta a las máquinas, pone parches en su cabeza, cara, brazos, torso, piernas y pies. Sale lo más rápido posible de la cabina para evitar un ataque por parte del individuo y lo mira desde fuera hasta que el mismo vuelva en completa razón.

E06 lo mira, el doctor lo saluda con un gesto de la mano.

E06 está confundido, ¿por qué tiene la cara y la cabeza mojadas? ¿Por qué no se puede mover? ¿Por qué le duele la cabeza? ¿Por qué tiene más parches?

El Dr. Roosevelt ha regresado a su oficina, y por el micrófono dice: —E06, la siguiente prueba implica el físico. Sentirás lo mismo que E08: su cansancio, su miedo, sus nauseas, su transpiración. Todo lo que él sienta, lo sentirás tú. Suerte.

»Has estado tarareando. Estás aturdido, tanto que no has llegado a preguntarte por cualquier cosa. Has visto un hombre, ha dicho algo, pero solo recuerdas cosas como: "juego", "experimento", y algo relacionado con "sobrevivir".

»Te encuentras en la oscuridad, pero antes de que te des cuenta de que estás ahí, resplandores azules salen de la nada, iluminando la sala. Un fuerte resplandor te daña la vista un poco y te deja ciego por un momento.

»Cuando recuperas la vista, la habitación en la que te encuentras es azul. Bastante extraño a tu parecer. Algo en ti no te permite seguir sentado, así que te levantas y empiezas a caminar a tu alrededor, mirando cada detalle de donde te encuentras. En una de las paredes puedes ver como un hilo sobresale de la misma, y empiezas a jugar con él.

»Lo dejas después de un tiempo, cuando ya te has aburrido, y sigues caminando a tu alrededor, todo es silencio hasta que empiezas a tararear nuevamente. Te quedas parado un momento y empiezas a mirar hacia el techo. Dejas de tararear, has escuchado algo que no ha venido de ti, ¿qué es? Lo empiezas a buscar, miras a un lado, miras al otro, das vuelta en tus tobillos, buscando en cada esquina lo que produjo ese sonido. Cada vez es más intenso, es como si algo se estuviese arrastrando en el suelo, ¿qué es?

» ¿Qué es? ¿Qué es? No lo sabes. Sigues mirando, hasta que notas un ligero movimiento cerca de tus pies. Te empiezas a asustar, ¿qué es?

»De nuevo, sientes algo cerca de tus pies. Te están rodeando. Se arrastran cerca de ti. ¿Acaso es una serpiente? Tu miedo incrementa un poco más, ¿qué tal si es venenosa? Te quedas estático, sin saber cómo reaccionar.

»Sigues escuchando a aquello que se arrastra, es un sonido brusco, fuerte, y el silencio no ayuda a apaciguar tu ansiedad.

»Ahora el sonido parece que se ha duplicado, ¿hay más?

»Miras como aquellas cosas se mueven más rápido por el suelo, así que empiezas a retroceder de manera rápida, y te tropiezas, ¡mierda!

»Estás en el suelo, algo adolorido, y miras con que te has tropezado, antes no había nada allí. Una cuerda. Abres los ojos, tus pupilas se dilatan y tus manos te empiezan a sudar, ¿por qué? ¿Qué es esto? ¡Es solo una jodida cuerda! ¿Por qué sientes tanto miedo? Pero algo en ti te dice que estás en peligro, que debes correr. Sientes algo que no has sentido antes, es como si la cuerda te produjera miedo.

»Retrocedes con manos y pies, todavía estando en el suelo, y tratas de levantarte, pero no puedes, das la vuelta, y caminas como si tuvieses cuatro patas, te tropiezas nuevamente, miras hacia atrás: te están siguiendo. Como puedes, empiezas a correr, pero no hay salida. Sin embargo de la nada, aparece un pasillo oscuro, no dudas entrar corriendo, tienes mucho miedo.

»No importa si tropiezas, si tus pulmones están quemando, si te duele debajo de las costillas, si te duelen los pies, tú solo sigues corriendo sin importar nada.

»Corres, corres, y no paras de correr. No puedes ver nada, estás en competa oscuridad. Empiezas a llorar.

»Llegas una habitación naranja, y ves que hay una escalera de metal adherida a la pared, sin dudar empiezas a subir mientras escuchas como las cuerdas se arrastran tratando de atraparte, y el sonido chirriante de la oxidada escalera. Tienes miedo a que se caiga, pero tienes más miedo a que las cuerdas te apresen.

»Has subido bastante, lo suficiente como para que ya empieces a sentirte cansado y muy, muy sudado.

» ¡Déjenme en paz!

El Dr. Roosevelt mira a través de dos computadoras, en la primera muestra a E08, y la segunda muestra a E06. Los dos están iguales: agotados, sudados, en un estado de pánico.

E06 no sabe lo que le está sucediendo a E08. No sabe el porqué de sus reacciones, no sabe porque se encuentra en ese estado tan miserable.

El Dr. Roosevelt por su parte lo empieza a disfrutar, y esboza en su cara una sonrisa complacida. —Así es E08, sigue escapando, parece que has entendido lo que te he dicho.

» Sigues subiendo, y no paras por muy cansado que te estás llegando a sentir. Miras hacia arriba, esperando ver algo, una escapatoria. Y ahí está, una compuerta de metal. Empiezas a subir más rápido que antes.

»Cuando llegas, empujas la compuerta, pero esta no ceda. Las cuerdas están cada vez más cerca, así que muy desesperado, empiezas a empujar con tu hombro, pero te das cuenta de que la compuerta se abre hacia abajo y la abres. Por ella sale un chorro de agua, que te empapa y casi te hace caer de la escalera, pero te aferras a ella hasta que termina de caer, una de las cuerdas está enredándose por tu pie. Lo mueves para soltarte y subes por la compuerta.

»Una habitación marrón, eso es lo que ves y sientes al traspasar la compuerta, la cuerda te ha soltado. Empiezas a correr, no has podido cerrar la compuerta, las cuerdas están muy cerca.

»Corres pero por cada ves que das un paso, tu cuerpo se hace más pesado, te estás hundiendo y es más difícil para ti correr. Ya no puedes levantar los pies, y ya te has hundido hasta la cintura. Dejas de moverte, a pesar de que las cuerdas se acercan seguras, creyendo que ya tienen a su presa segura.

»Y de un momento a otro, como si te absorbieran, empiezas a hundirte completamente en el suelo. Estás aprisionado y bajas lentamente, sin poder respirar. Te estás asfixiando. Tienes miedo.

»Finalmente caes.

»Sientes tierra en tus pies, está algo húmeda.

»Las paredes son de piedras grandes y de tonalidades oscuras, es similar a aquellos calabozos de las sociedades antiguas. Solo hay una pequeña entrada de luz, que está bloqueada por tubos de metal y está por encima de tu alcance. No tienes escapatoria, pero no te preocupas, por lo menos te has liberado de las cuerdas, o por lo menos eso piensas hasta que de nuevo escuchas como se arrastran cerca de ti.

»Las cuerdas han reaparecido, tal vez sea tu mente, pero las notas más gruesas. Empiezas a gritar, pero ningún sonido sale de tu boca. La ansiedad es cada vez más grande, al igual que tu sudoración y pupilas. A pesar de la adrenalina, la taquicardia y demás, ya empiezas a sentir pánico, sin tener explicación alguna.

»Tus lagrimas se deslizan por tus mejillas, tu respiración es dificultosa. No puedes moverte.

»Las cuerdas te rodean y empiezan a recorrerte, por ambos lados, las piernas. Van subiendo lentamente hasta envolver tu torso y brazos, y llegan hasta tu cuello.

»Tan solo puedes mirar uno de los extremos de cada cuerda, son tan largas, que lo demás está escondido en la oscuridad del calabozo.

»Si tu respiración fue dificultosa antes, ahora es mucho más, las cuerdas empiezan a hacer presión por tu cuerpo, empezando por el torso, luego, en el cuello, mas no en tus piernas y pies.

»Te sientes realmente acorralado, el cuerpo te empieza a doler en gran magnitud por la presión cada vez más grande.

»Ya no puedes respirar, empiezas a asfixiarte, en tus pulmones ya no sientes aire, tu garganta está al borde. No puedes gritar.

»Tus ojos están inundados de lágrimas, tu corazón ha empezado a detenerse.

»Las cuerdas siguen presionando, es como si alguien o algo las estuviese jalando desde la sombra. Ya no lo resistes, y ahí es cuando algo en ti suena, y el dolor aumenta más. Dos de tus costillas se han roto. Tus ojos salen de sus orbitas por el intenso dolor que sientes. Y así se quedan.

El Dr. Roosevelt se sentía aturdido, la pantalla ha quedado en blanco, dejando inconcluso el final de E08: —Pero qué rayos...

Durante todo ese tiempo había escuchado los gritos desgarradores de E06. Desesperadamente intentó captar de nuevo la señal de la cámara ocho, pero no pudo. Estaba empezando a ponerse eufórico, pero en ese momento recordó que E06 estaba sintiendo lo mismo que E08.

Regresó la vista a la cámara de la cabina, y vio que E06 está inconsciente de nuevo. Su rabia aumentó y de un momento a otro, una taza a medio tomar, papeles, documentos, un teclado y demás cayeron al suelo. La taza y el teclado rompiéndose por el impacto.

El doctor abrió rápidamente uno de los cajones del escritorio histérico, sacó de él un frasco marrón y una inyección.

Llenó la jeringa, alzó la manga derecha de su bata y se inyectó el espeso líquido verde en el brazo.

Empezó a tranquilizarse, botó la jeringa en el cesto, se sentó temblando en la silla, y empezó a respirar profundo, tratando de calmarse. Terminó vomitando en el suelo.

Cuando al fin su respiración se volvió regular, se levantó, todavía un poco débil y abrió otro cajón del escritorio, sacó un frasco azul y lo llevó donde E06.

Entró a la cabina, y empezó a suministrar el contenido del frasco a través de una cánula.

—Creo que es mucho por hoy E06. —dicho esto, salió de la cabina, entró nuevamente a la oficina y se durmió en su sillón. 

N/A: ¡Sorpresa!

Pregunta del capítulo: ¿Cuántos años creen que tiene E08? 

Feliz inicio de semana :3




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