『Dulce y peligroso camino de...

By kitamae_nary

5.1K 367 51

Himeri es una chica deprimida, con muchos traumas, incapaz de seguir adelante hasta que conoce a un gran amig... More

Capitulo 1.
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 10.
Capitulo 11.
Capitulo 12 {Final}
{Agradecimientos}

Capitulo 9

385 25 3
By kitamae_nary

Tras la ducha, Tsuzuku y yo salimos del baño, secando nuestros cuerpos y cabello, el amarro una toalla blanca a su cintura en lo que yo cubría completamente mi cuerpo, y sin más caminaba hacia mi habitación,dejándome caer en la comodidad de mi cama, estaba agotada.

— Creo que dormiré una semana entera.— Murmure, sacándole unas cuantas carcajadas a Tsuzuku el cual se acercaba y simplemente se sentaba en la cama.

— No exageres, mira que aún falta la segunda ronda.— Dijo entre risas.

— ¿Segunda ronda?.— Dije alzando mi voz, negando tal y como si estuviera horrorizada.— Dame un respiro.— Susurre, acomodando mi cabeza sobre sus piernas.

— Sólo bromeo.— Admitió, comenzando a acariciar mis húmedos cabellos.

— Lo se. . Además hay que ir a buscar a Ryuta dentro de un rato ¿no?.—

— Algo así.— Llego a murmurar, apartando me para levantarse.

— ¿Algo así?.— Pregunte enarcando una de mis cejas.

— El estará un tiempo internado, pero de todas formas hay que ir a ver el resultado de sus exámenes.— Comento, levantándose rápidamente.

— Ya. . Yo iré contigo, después de todo tengo que saber.— Murmure, sentandome en la cama con cuidado.

El sólo asintió en un inicio, desviando su mirada, generalmente su ánimo y comportamiento cambiaba cuando se trataba de temas delicados.

— Iré a vestirme y a preparar algo para comer, tu descansa, no vaya a volver a subirte la fiebre.— Dijo, dándose la vuelta para sin más retirarse.

Mi reacción fue algo obvia, me deje llevar por mis impulsos, y antes de que cruzara la puerta de mi habitación, le lance uno de mis más grandes peluches, haciendo que se volteara nuevamente.

— ¿Por que fue eso?.— Pregunto con cierta sorpresa.

— Que-quédate conmigo.— Murmure, comenzando a juguetear con mi manos.

El no tardo mucho en sonreír ampliamente, pero en vez de hacer lo que pedía, se aproximó hasta la cama, quedándose de pie.

— ¿Qué decías? Creo que no te escuche bien.— Dijo entre risas, se notaba alegre nuevamente, jodido bipolar del demonio. .

— ¿Estas consiente de que puedo lanzarte cosas más pesadas y que eso no?.— Pregunte con la más falsa de mis sonrisas.

— Realmente no me importa lo que puedas llegar a lanzarme Himeri.— Respondió, sentándose en la cama.

— Eres insoportable.— llegue a pronunciar, cruzando me de brazos.

—Me parece que de esa forma me has llegado a querer.— Canturreo sin más, sacándome de mis casillas.

— No se de que me hablas, yo te odió, te odió con toda mi alma por ser tan insoporta. . —

Sin poder terminar aquella frase, otra vez sus labios estaban sobre los míos, su boca devoraba la mia, haciendo que mi corazón el cual apenas se calmaba, volviera a acelerarse.

— Mientes.— Susurro apenas tomó distancia.

Yo sólo pude quedarme en silencio, mordiendo mi propio labio inferior, como odiaba que siempre me ganará.

— So-sólo quédate conmigo de una jodida vez. . No quiero quedarme sola.— Susurre a los segundos.

— Esta bien.— Respondió, recostandose sobre mi cama y simplemente permitiéndome acurrucarme a su lado, juntando nuestras frentes en lo que nuestras narices se rozaban sutilmente.

— Duérmete.— Me susurro, en lo que con su diestra comenzaba a acariciar mi rostro.

— Aún no quiero.— Susurre, llevando el índice de mi izquierda a rozar sus labios con suavidad.

El rápidamente beso mi dedo, haciendo que lo apartara y simplemente me acurrucara más, quedándome dormida entre sus brazos, un buen final para un buen momento, pero aún el día no acababa y era tiempo de pisar aquellas espinas de mi camino. Enterrándolas profundamente en la planta de mis pies desnudos, hasta que estos sangrasen.

Desperté al rato debido al teléfono de Tsuzuku que no paraba de sonar, este tenía un sonido bastante extraño, no podría esperar menos de alguien como el, o eso supuse.

— Tsuzuku.— Susurre,comenzando a picar uno de sus costados.

— Mnh. .— El apenas abrió uno de sus ojos y tomó rápidamente mi mano.— No toques ahí. .— Susurro, colocando su rostro justo entre mis pechos.

—¡Tsuzuku!.— Grite alejandolo.— tu móvil esta sonando.— Dije antes de soltar un suspiro.

— Déjalo que suene.— Murmuro, atrayendo me nuevamente a su cuerpo.

— Podría ser importante idiota.— Susurre.— Además suena como chillidos de cerdo en matadero, así no voy a poder dormir.— Comente, abultando leve mis labios.

—¿Chillidos de cerdo en matadero?.— Dijo rápidamente sentándose en la cama en lo que colocaba su diestra sobre su pecho, parecía algo ofendido.— Se que mi voz no es la mejor, pero no exageres.— Dijo, con su típica cara de tristeza fingida.

— Ups. . — Susurre, más para mi que cualquier otra cosa, la había jodido a lo lindo.— perdón.— Dije, colocando la cara más tierna que pude.

El sólo suspiro y negó, levantándose finalmente de la cama y yendo por su teléfono, comenzando a a hablar por este.

— Ya te lo dije Koichi, estoy ocupado.— Le escuche decir en lo que aprovechaba para ir a colocarme algo de ropa.

Me sentía mal por mi tonto comentario, pero tampoco es como si supiera como arreglar las cosas, soy una completa idiota, aunque tal vez. . Sólo debía ser dulce y linda con el por una vez, después de todo no es que lo tratara muy bien.

— Vaya problema.— Le escuche susurrar y rápidamente le observe de reojo, el rápidamente me sonrió con levedad y se acerco a mi, colocando su brazo sobre mis hombros.

— ¿Paso algo interesante?.— Pregunte.

— Sólo dolores de cabeza.— Respondió, apegandome finalmente a su cuerpo.

— Tsu. . Perdón por lo que dije.— Solté finalmente, apoyando mi mejilla contra su hombro.

— No importa.— Susurro, dejando un beso sobre mis cabellos.— Termina de vestirte, aún tenemos que ir al hospital, además hay algo que tengo que buscar.—

—¿De que se trata?.— Pregunte.

— No es nada importante, sólo Koichi quiere que vea algunas cosas que compuso.— Respondió, finalmente alejándose para ir por su ropa.

— Entonces supongo que iremos al hospital más tarde.— Dije.

— No, iremos primero al hospital a ver a Ryuta, y de regreso pasare a buscar las partituras, después de todo eso último no tomara más de un momento.— Comento en lo que se vestía, colocándose inicialmente su bóxer.

— Ya veo.— Murmure, volviendo a sentarme en la cama.

— Creo que iré a robarle algo de ropa a Ryuta, ya luego tendré que pasar a buscar algo de ropa por mi departamento.— Dijo, aproximandose hacia la puerta de la habitación.

— ¿crees que te quede?.— Pregunte.

— Aunque no lo creas Ryuta y yo usamos la misma talla, con excepción del calzado, claro.— No hizo más que encogerse de hombros y salir a "pedir prestada" algo de la ropa de mi hermano. Sin duda sentía algo de lástima por el, después de todo el estilo de mi hermano es muy diferente al suyo.

— El verlo vestido así será un dolor de cabeza.— Murmure para mi misma, tomando aquel cepillo, para comenzar a peinar mi cabello y aprovechaba para pensar en esa propuesta que Tsuzuku me había hecho apenas un rato atrás. . Ser novios eh. . No sabría que decirle, no es que no me lo esperaba, después de todo según el esta enamorado de mi, pero creo que nunca me puse a pensar en que sería capaz de decirle en respuesta si este momento llegaba a pasar, ya que por mucho que me gustara, no quería salir lastimada, no quería volver a llorar, después de todo ya tengo demasiados problemas y ahora tendré que ocuparme de Ryuta, sinceramente no se que haré.

— Himeri ¿Estas lista?.— Pregunto Tsuzuku, entrando a un paso apresurado a la habitación, este tenía puesto algo de la ropa más casual de mi hermano y aún así parecía ser ropa formal, joder. . ¿Hace cuanto Ryuta no compraba ropa decente? Pero tenía que admitirlo a Tsuzuku le quedaba bien, ese pantalón negro algo holgado, los mocasines, la camisa blanca y aquella chaqueta de tela negra, se veía realmente lindo, podría decirse que demasiado, tanto que por un leve segundo me quede embobada por el.

— Himeri.— Repitió, comenzando a pasar su mano cerca de mi campo visual, haciéndome salir de mis pensamientos y centrando mi atención hacia el.

— ¿Mnh? S-si. . Ya estoy lista.— Susurre, levantándome con rapidez y tomando mi pequeño bolso azul, el cual llevaba conmigo a todos lados.

—Vámonos entonces.— Dijo, haciéndose a un lado para que saliera de la habitación.

Juntos nos aproximamos hasta la salida de la casa y de ahí a su auto, directo a hacer nuestra primera parada en el hospital, luego seguiríamos por buscar aquella cosa que Tsuzuku tenía que ver referente a su trabajo y para finalizar pasaríamos por su departamento, debido a que Tsuzuku buscaría algo de ropa, ya que por lo visto pensaba instalarse en mi casa hasta que Ryuta saliera del hospital. . Vaya molestia.

Durante todo el camino hacia el hospital nos mantuvimos en silencio, mi corazón ya estaba lo suficientemente agitado por el susto y nerviosismo de lo que pudiera pasar referente a mi hermano, motivo por el cual no quería hablar, prefería el silencio para no alterarme y Tsuzuku respetaba eso en todo sentido, supongo que en estos meses pudo conocerme lo suficiente.

— Llegamos.— Hablo finalmente en un tono bastante bajo, una vez detuvo el auto en frente del enorme edificio donde estaba internado desde hace unas horas mi hermano.

Sólo asentí en ese momento y me decidí a bajar, esperando a Tsuzuku quién tardo un poco más en salir del vehículo y en dirigirse hacia mi, tomando mi mano y al poco tiempo tirando de esta para acercarme lo suficientemente a el como para poder rodearme con sus brazos.

— Pase lo que pase, estaré contigo, así que no te contengas.— Susurro a mi oído.

— Tengo miedo.— Confesé, aferrandome a el.

— Lo se, pero todo estará bien.— Tras esas palabras sólo se limitó a besar mi mejilla y a soltarme para que pudiera caminar hacia dentro de las instalaciones hasta el piso de las habitaciones, siguiendo hasta la habitación 304 donde actualmente estaba mi hermano. Tsuzuku fue quién abrió la puerta en ese entonces, asomándose por esta y saludando a Ryuta antes de abrir la por completo y hacerme pasar.

— No se si golpearte o sólo aguantarme las ganas de hacerlo.— Susurre al verlo de esa manera, postrado en una cama con una via intravenosa en su mano izquierda por la cual le iban pasando varias soluciones y medicamentos.

— Por el momento aguanta, cuando salga te dejare golpearme.— Dijo con una sonrisa.

— Te odió por ocultarme esto ¿sabes?— Le dije, en lo que iba a sentarme en una de las sillas cercanas a la cama.

— Lo se, pero estoy seguro de que algún día entenderás los motivos por el que lo hice.— Respondió, dirigiendo su mirada a Tsuzuku el cual tomaba asiento a mi lado y colocaba una de sus manos sobre mi pierna, muy cerca de mi rodilla.

— Lo dudo.— Murmure, desviando mi mirada.

— Himeri, no seas así con tu hermano.— Dijo Tsuzuku.

— Bien.— Respondí, mirando de reojo a Ryuta el cual por alguna extraña razón sonreía.

—Hay algo diferente en ustedes dos.— Dijo.

— ¿Algo diferente?.— Pregunto Tsuzuku con una notoria sonrisa que posiblemente nos delataría.

— Si, bueno a parte de que hayas usado mi ropa.— Dijo Ryuta entre risas.

— No tenía opción necesitaba una ducha.— Dijo Tsuzuku encogiendose de hombros.

— ¿Paso algo entre ustedes?.— Pregunto Ryuta retomando el tema importante.

— Pues. .—

— S-sólo tenemos una tregua temporal hasta que salgas de aquí.— Dije interrumpiendo a Tsuzuku.

—¿Tregua temporal?.— Pregunto con curiosidad mi hermano.

— S-si. . Nada de acosos raros, ni peleas y ese tipo de cosas hasta que vuelvas a casa.— Explique, haciendo que Tsuzuku comenzara a reír.

— Ahora que lo pienso fue una manera muy original en la que hicimos esa tregua.— Dijo Tsuzuku entre risas y yo no dudé en codearlo con cierta fuerza, logrando que dejara de reír y sólo carraspeara un poco.— Pero el punto es que Himeri tiene razón, después de todo ¿cuál es el sentido de acosarla si no se tiene la adrenalina de que alguien me pueda pillar o regañar?.— Pregunto aquello último con cierto dramatismo, apoyando el dorso de su mano libre sobre su frente.

— A veces pienso que estas demente, Tsu.— Confeso mi hermano, soltando un suspiro poco después.

— Tampoco es que este muy cuerda.— Dijo Tsuzuku, encogiendose nuevamente de hombros.

— Pero me alegra que hayan tomado una decisión así en estos momentos, a decir verdad me preocupaba que te aprovecharás de la situación ahora que no estoy en casa para vigilarte, Tsu.— Dijo Ryuta con una sonrisa, sin duda haciéndome desviar mi mirada hacia una esquina vacia de la habitación. . . Si tan sólo supieras hermano. . Posiblemente lanzarías a Tsu por la ventana. .

— Pero que cosas piensas Ryuta, sabes que soy un hombre de palabra, nunca me aprovecharía de la preciosa Himeri. . A menos que ella quiera claro.—

Tras Tsuzuku decir aquello último pude sentir la mirada de ambos sobre mi. . Que incómodo. . Pero supongo que sólo debía actuar tal y como el día de ayer y hacer como si nada pasara.

— Ni de coñá pasaría algo así.— Dije en un tono alto y lo más serio posible, ahora sólo quedaba que mi hermano se lo tragara.

— Dudo que algo así pase aún, así que siento que puedo estar tranquilo.— Comento Ryuta.

Tanto Tsuzuku como yo asentimos con seguridad, después de todo ninguno quería preocupar a mi hermano más de la cuenta y mucho menos por estupideces como nuestra extraña relación.

Después de ese momento tan incómodo tocaron a la puerta, y esta no tardo en abrirse tampoco, en lo que con un paso lleno de orgullo y confianza entraba aquel médico que atendía a mi hermano, sólo venía a ver que tal seguía y al vernos a a ambos ahí pregunto quién era familiar de Ryuta. Inicialmente Ryuta insistió en que Tsuzuku fuera quién hablara con el médico, pero Tsuzuku tras sacudirse del asunto me hizo levantarme y me sacó a empujones de la habitación, para que así yo fuera a saber el diagnóstico de mi hermano, era algo que tenía que agradecerle, pero aún así me preocupaba que esos dos estuvieran a solas. .

— Señorita, por aquí.— Indico el doctor el cual me guiaba hacia su consultorio.

— Bien.— Llegue a murmurar apenas mientras simplemente le seguía hacia el primer piso del edificio lugar donde estaban los consultorios y donde el me diría la cruel y dura verdad.

— Doctor Shirogame, ¿el va a morir?.— Me atreví a preguntar en lo que me adentraba finalmente a su consultorio.

— Señoria Himeri, es cierto que su hermano no está para nada bien, pero no puedo ser tan negativo al respecto, después de todo la esperanza es lo último que se llega a perder en estos casos.— Dijo, tal y como un reproche por mi negatividad.

— Entonces podría decirme todo sin omitir y sin censurar nada ¿verdad?.— Dije, sentandome sobre la camilla que había ahí.

— Por supuesto.— Dijo secamente.

— Entonces explíqueme.— Pedí.

— Su hermano sufre de una de las muchas variaciones existentes de cáncer, leucemia. Sin duda es una enfermedad difícil de curar, necesitara quimioterapia, mucha medicación, trasplantes de sangre regulares, radiación y un trasplante de médula ósea, que puede ser lo que llegue a sanarlo por completo.— Explico el médico.

— Entonces hay posibilidades de que salga de esta. . — Murmure.

— Señorita, su hermano es joven y fuerte. Si este fuera un anciano como yo posiblemente, le dijera que no habría esperanza alguna, pero este no es el caso, el puede vivir, pero durante todo el tiempo que posea la enfermedad, tiene que quedarse bajo observación, así que no podrá ir a casa una buena temporada.—

— Entonces sólo me queda confiar en usted. . ¿Verdad? Espero que haga lo necesario para que el vuelva en una pieza. .—

— Tenga por seguro de que así será.—

Tras aquella charla con el médico, mi corazón sólo estaba más acelerado, mi cuerpo temblaba, después de todo mi hermano era lo único que me quedaba, mi único pariente, tenía miedo de perderlo, pero tenía que tener esperanza ¿no? Quise pensar en las palabras del doctor y pensar en lo mejor, para que esto no me afectase. "El es joven y fuerte. Estará bien" comencé a repetir cual mantra de camino a la habitación y al llegar a esta simplemente me prepare para abrir la puerta, oculte mis angustias y miedos tras una máscara imaginaria y fingí una sonrisa. Entrando a donde estaba Ryuta y Tsuzuku, los cuales parecían hablar de algo divertido, ya que no paraban de reír.

— ¿Se divierten?.— Pregunte.

— Ah, Llegaste Himeri. Justo a tiempo, tenemos que irnos dentro de un momento, Koichi no ha parado de enviarme textos.— Dijo Tsuzuku.

— Ya veo.— fue lo que respondí, quedándome parada en aquella puerta, después de todo de que servía sentarme si ya nos íbamos.

— ¿te dijo algo importante el doctor?.— Pregunto Ryuta.

— Sólo cosas que me hacen querer golpearte aún más querido hermano.— Dije con una sonrisa mientras que Ryuta tragaba algo de saliva y Tsuzuku sólo reía un poco.

— Bien, bien. Vamos no lo amenaces tanto y despídete, mañana vendremos a verlo otra vez.— Dijo Tsuzuku, quién sin más se levantaba y caminaba hacia la puerta.

— Tsu, ¿te importaría darme cinco minutos más con ella a solas primero?.— Pregunto Ryuta.

— Esta bien, no tengo problema con eso, Himeri, te estaré esperando afuera.—

Después de eso Tsuzuku salió, cerrando la puerta a sus espaldas en lo que yo iba a sentarme nuevamente.

— ¿Qué quieres decirme?.— Le pregunte a Ryuta.

— Himeri, sabes yo siempre hice muchas cosas sin pensar.— Dijo, como si nada, evitando mi pregunta.

— Eso lo se, ibas en contra de nuestros padres y todas esas tonterías, pero ¿cual es el punto de esto?.—

— Nunca sentí que me arrepentía de nada, pero al día de hoy cuando supe de mi enfermedad y vi mi vida pasar ante mis ojos, me arrepentí de muchas cosas, algunas que pueden ser reparadas y otras que no podré reparar en miles de años. Himeri quiero que me prometas algo el día de hoy ¿si?.—

Mi reacción ante sus palabras no fue muy bien, por un momento lo llegue a sentir como una despedida, como si no lo fuera a ver nunca más, por lo que simplemente no pude evitar llorar en lo que asentía, sin llegar a decir ni una sola palabra, sólo me dedique a escuchar.

— Siempre has lo que tu corazón te pida, no siempre le hagas caso a tu cabeza y a tu orgullo, por favor vive sin límites y no te arrepientas como yo lo hago hoy en día, piensa que luego puede ser muy tarde y que el tiempo no puede recuperarse.—

El tocaba mi rostro e iba limpiando mis lágrimas con cuidado a medida de que esas palabras fluían de su boca, haciéndome temblar. "No te arrepientas como yo lo hago hoy en día" por algún motivo esas palabras eran un puñal que se encajaba en mi corazón, significaban tanto a pesar de no entender completamente a lo que se refería.

— ¿A qué viene todo esto?.— Susurre.

— Por que es necesario, tu aún estas a tiempo de remediar muchas cosas, por eso lo digo. Himeri, sabes algo de lo que más me arrepiento fue de decirle a nuestro padre donde estabas ese día con Tsuzuku, realmente no sabía todo lo que traería y hoy en día, aunque no puedas recordarlo, tengo que decirte cuanto lo siento. Por favor, se que hoy en día Tsuzuku te parece un idiota, insoportable, pero considera un poco sus sentimientos, no vayas a arrepentirte luego el día que no lo tengas a tu lado como un fiel perro faldero que hace todo por ti y el cual yo se que te ama de la manera más impensable en este mundo. Así que piensa un poco en el.—

Inicialmente no supe que decir ¿acaso el tenía la culpa? ¿Por su culpa fui alejada de Tsuzuku? ¿Por su culpa ocurrió ese accidente y ahora estoy así? Realmente no podía echarle la culpa a el, sólo podía considerarlo mala suerte o una espina más en el camino.

— Ryuta. . Recuerdo ese día, cada detalle cada sentimiento. . Aunque muy borrosos, los recuerdo y no soy capaz de culparte, no sabías lo que hacíamos en ese lugar y menos la reacción de nuestro padre, así que no te culpes, sólo fue mala suerte.— Respondí, levantándome y caminando hacia la puerta.

— Himeri. .— Susurro.

— Mañana vendré a verte, Ryuta y te juro que si mañana no estas aquí, en esa cama tal y como deberías, ni siquiera me preocupare por hacerte un funeral y dejare tu cuerpo para que sea comida de perros ¿quedo claro?.— No hice más que sonreírle y salir, encontrándome con Tsuzuku fuera de la habitación y prácticamente yendo directo a abrazarlo fuertemente, llegando a sorprenderlo quizás.

—¿Paso algo?.— Pregunto.

— Tsuzuku. . Acepto ser tu novia.— Susurre.

— ¿Aceptas ser la novia de alguien que canta como cerdo en matadero?.— Pregunto con cierto tono sarcástico, sin duda arruinando el momento.

— ¿Quieres que te deje esperando un mes más por mi respuesta y te lance todo lo que haya en casa verdad? Eres un jodido arruina momentos.— Dije, alejandome rápidamente de el.

Pude escucharle reír un poco en lo que iba a rodearme con sus brazos, atrayendo me lo más cerca posible de su cuerpo.

— Te perdonare y olvidare lo que dijiste a cambio de un beso, mi pequeña y dulce novia.— Canturreo aquello último y abulto sus labios sutilmente.

— Te odió. .— Susurre en lo que dejaba un rápido beso en sus labios y sin más me alejaba para ir hacia la puerta de salida del hospital.

— Yo también te amo.— Le escuche decir a mis espaldas.

Sin duda creo que no sabía en lo que me estaba metiendo ese día, había enloquecido, pero ya estaba hecho, nuestra extraña relación seguiría su rumbo, aunque de una manera más intensa, psicópata y posiblemente obsesiva.

Continue Reading

You'll Also Like

428K 43.6K 110
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
835K 99.8K 118
Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola. Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar...
2.6M 239K 36
Zoe y Axel son polos opuestos y, a la vez, muy similares. A él le encantan las matemáticas; ella las odia. Él es reflexivo; ella le da muy pocas vuel...
478K 66.4K 43
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!