Kate acercó su silla a la mía y me lanzó una miradita que no supe interpretar.
— ¿Qué pasa? — le pregunté en susurro de una forma disimulada
— así qué ¿Christopher? — me preguntó arqueando las cejas.
suspire.
— sólo porque pregunte eso no significa que me guste o por lo menos que me agrade
— pero te interesó saber quién era el, eso si significa algo, no lo niegues
Eso no significaba nada, sólo era simple curiosidad. ¡CURIOSIDAD! Miré al frente, justo hacía la mesa de unos chicos que soltaron una fuerte carcajada.
— ese silencio.... — dijo, sonriendo contra el vaso de coca cola.
Ella pensaba cosas que realmente no eran. Despejé mi mente y me concentré en otra cosa más importante. Mason decidió quedarse unos minutos más, charlamos de todo un poco, era fácil entablar conversación con él, era realmente muy sociable. Cuando era tiempo de irnos Mason se acercó a mí.
— ¿Evelyn te importa que lleve a tu hermana a casa?
¿por qué me preguntaba esto? Kate me miraba con las manos juntas, y casi me suplicaba que dijera que sí.
— adelante, no hay problema — sonreí — los he visto hacer otras cosas antes así que.... — me rasque la nuca
La cara de Mason pasó de un color caramelo a pálido en un abrir y cerrar de ojos. Ambos salieron del restaurante y salí detrás de ellos. Katherine subió a la motocicleta de Mason así que empecé a caminar hacia la casa.
Miré el cielo que estaba empezando a tomar un color más deprimente, perfecto para ver mi serie favorita.
— ¡Evy! — gritó Carter y me giré hacia él. — ¿ya te vas? — se acercó y asentí acomodando la mochila en mi hombro — entonces vamos, te llevaré
Miré el auto negro que estaba aparcado cerca.
— no quiero molestarte... puedo caminar — dije amable
Cambió su mirada y colocó su mano derecha sobre mi hombro.
— no me molesta llevarte, lo sabes
Tenía buena confianza con Carter así que en realidad no tenía que pensar nada. Sonreí.
— está bien, me has convencido
Sonrió, caminó hacia el auto y me abrió la puerta como todo un caballero.
— pero que amable — dije, siguiéndole el juego
— quería darle elegancia - bromeó
Había más autos en la carretera, pero sin que el tráfico llegara a agobiar, era exactamente la hora en que la mayoría de las personas salían de sus trabajos.
— por cierto, gracias — dije después de mirar a un hombre con traje que iba hablando por teléfono en el auto de al lado.
Carter me miró rápidamente para luego centrarse en la carretera
— ¿por qué?
— por pagar mi comida — acomodé la mochila en mis piernas antes de que se resbalara
bufó
— no fue nada, aparte Mason pagó la otra mitad
Lo observé mientras conducía; Carter era guapo, en realidad siempre lo había sido, tenía el cuerpo en forma gracias a la natación y sus ojos grises le daban ese aspecto de chico misterioso; hablando de su personalidad era todo un caballero mientras no lo provocaras con bromas, claro estaba.
Era otro día en elinstituto, con la misma rutina, las mismas clases, las mismas personas y losmismos profesores.
— ¡trabajo en parejas! — ordenó el profesor mirándonos fijamente como si eso fuera tan complicado de entender.
Miré a mi alrededor. Eso no me gustaba, para nada. Era la clase en donde no conocía a nadie o por lo menos no había intercambiado otra palabra que no fuese un "Hola" con algunos de ellos.
El profesor hizo que todas las mujeres tomaran un papel perfectamente enrollado. Curiosamente ahora que llegó Christopher a la clase la cantidad de hombres era la misma que mujeres. Tomé el mío y esperé a que todas tuvieran uno. A continuación, el profesor nos pidió que pasáramos al frente, los únicos que estaban sentados eran los hombres.
Pidió que una por una fuésemos abriendo el papel mientras él anotaba las parejas en una lista. Había llegado mi turno, gracias al cielo yo no era la última. Desenrolle el papel con calma, esperando que la suerte estuviera de mi lado. Al leer "Gibson" me quedé en silencio con las primeras sílabas a medio camino. De todos los chicos del aula tenía que ser él... ¿enserio? ¿Qué tenía el universo contra mí?
— ¿Quién es su compañero señorita Adams? — me preguntó el profesor al ver que me había quedado muda.
No quería responder, pero me veía obligada a hacerlo. El profesor se inclinó hacia mi para poder leer.
— Gibson — indicó
Sin querer lo miré. Tenía una sonrisa en el rostro ¿Qué era tan gracioso? Al darse cuenta de que lo estaba mirando cambió su expresión a una más seria. Me giré para ir de nuevo a mi lugar y mientras iba caminando entre las sillas hice bolita el papel listo para botarlo a la basura.
— ¡por favor, necesito verlos en pareja! ¡Daré las indicaciones! — ordenó el profesor cuando ya todas las chicas habían pasado.
Miré a Gibson, esperando a que se acercara o me dijera algo. Pero solo me observaba, al parecer no pensaba moverse; pero no pensaba darle el gusto de moverme. Todos estaban tal y como el profesor había indicado, excepto nosotros.
— ¿algún problema señor Gibson y señorita Adams? — nos preguntó automáticamente todos nos voltean a ver.
Que vergonzoso
— no señor no hay ningún problema — respondí apresurada mientras me ponía de pie
— entonces ¿Qué están esperando? — preguntó de brazos cruzados. — ¿Qué el presidente se los ordene personalmente y les mueva las sillas?
Miré a Christopher nuevamente; se hacia el tonto con un lápiz y papel. Apostaba a que ni siquiera había escuchado aquello. Me levanté, tragándome todas las palabras de hacía un momento y junté la silla con la de él.
Jamás, me habían llamado la atención de esa forma y todo por culpa de ese... Imbécil.
El profesor comenzó a dar las instrucciones de cómo teníamos que trabajar y esas cosas. Christopher seguía sin prestar atención. Lo miré, mientras seguía ocupado con el lápiz y el papel ¿Qué tanto hacia? Esperaba y fuera algo relacionado con el trabajo.
— ¿quieres por lo menos prestar atención? — le pregunté en voz baja.
Él, al escuchar mi voz guardó la hoja con una calma relativamente lastimosa
— ¿y a ti que te interesa si presto o no atención? se supone que es mi problema ¿no?
— me interesa por que ahora tú calificación es la mía
— sólo es un número, niña
¿enserio? ¿Qué tanto me odiaba el universo? Por lo menos me hubiera tocado como compañero Carlos él comía todo el tiempo, pero trabajaba.
— sí, pero ese número cuenta en la universidad, si a ti no te preocupa ese número puedes quedarte haciendo nada, pero yo sí quiero entrar a una buena universidad
—- ese no es mi problema...pero, si tanto te interesa te alegrará saber que no vamos a sacar una nota baja
—¿Cómo sé que no lo dices para impresionar? — rodé los ojos
Sonrió
— para impresionarte no usaría esas palabras
Bufé
— ¿y que te hace pensar que me voy a impresionar con lo que tú digas? — pregunté con algo de diversión.
Sus ojos azules recorrieron mi cara.
— ¿quieres apostar? — preguntó seductoramente.
Fijé mis ojos en los suyos para desafiarlo, no le tenía miedo...para nada.
— ¿Qué quieres apostar? — pregunté como toda una apostadora profesional de las vegas
«cosa que no era ni un poco y claramente estaba cometiendo una estupidez»
Arqueó una ceja — «¿pensaste que no lo iba hacer?» — abrió la boca para hablar, pero luego la cerró y fingió tener tos
¿Qué se traía? Eso solo significaba algo "el profesor". Miré al frente y presté atención.
Después, Christopher me entregó una hoja con un escrito: "si te impresiono, tú y yo jugaremos billar, pero, si no lo hago te dejaré hacer lo que sea conmigo. PD: acepto cualquier cosa"
Al mirarlo de nuevo sus ojos azules recorrieron mi cara. En realidad, no pedía mucho, sólo un juego de billar, eso, si lograba impresionarme. En esos momentos pensé las posibles cosas que le pediría que hiciera....
Saqué un bolígrafo y escribí en la misma hoja en la parte de atrás la respuesta. "Está bien, acepto. ¿Qué puede ser un juego de billar? Cosa, que no creo que pase; PD: ya estoy pensando lo que vas hacer... :D
Le pasé la hoja y cuando terminó de leer se llevó la mano a la boca para no soltar una carcajada
— no te hará falta pensar — salté de un susto al sentir su aliento en mi oreja. Lo miré sorprendida, su sonrisa llena de satisfacción me hizo revolver el estómago.
— ¿Qué crees? Siempre lo hago — dije en voz baja.
El timbre para el almuerzo sonó, el profesor dejó las palabras a medías y apretó los labios, seguramente maldiciendo no haber terminado la clase. Los demás empezaron a salir, a excepción de nosotros dos. Christopher se levantó y se colocó frente a mí. Levanté la mirada mientras intentaba guardar mis cosas.
— ¿que?
— para que sepas, sabelotodo el número no es lo importante si no el conocimiento que adquieres es un engaño — dijo y a continuación me entregó la hoja, la acepté, pero no la abrí hasta que el desapareció del aula.
"Nadie tiene que saber esto ¿vale? Es sólo entre nosotros".
¿en qué me había metido? «¿qué acabas de hacer Evelyn?»
Tomé mis cosas y salí del aula para ir a la cafetería. El profesor me llamó justo cuando iba atravesando la puerta del aula.
— señorita Adams
— sí, señor — contesté educadamente
— tiene a un gran compañero — fruncí el ceño — digo, con alguien relacionado en este campo es algo muy bueno ¿No lo cree?
¿de qué estaba hablando? Sin entender lo que me acababa de decir le agradecí.
— ah... gracias, que tenga un buen día profesor
Eso había sido de lo más extraño. ¿alguien relacionado en el campo? Hice mis propias conclusiones camino a la cafetería, pero no podía explicar nada. Alguien chocó con mí y me hizo tirar los libros que estaba a punto de guardar en el casillero.
— Chispas — exclamé y me agaché a recogerlos.
una carajada resonó en el pasillo.
— ¿Chispas? ¿En qué año crees que estamos?
Levanté la mirada al escuchar la voz de Christopher. Simplemente no dije nada y seguí con lo que estaba haciendo y para ponerle la cereza al pastel los papeles y copias que tenía también se habían esparcido por el suelo. Christopher se agachó para ayudarme a levantarlos.
Lo miré extrañada.
— algunos idiotas no se fijan — dijo
— sí, pues aquí está lleno de idiotas, porque no es la primera vez que me pasa — murmuré, pero él pareció oírlo y soltó una risita
— o tú eres la torpe
Me extendió la mano para ayudarme a ponerme de pie, pero no la acepté.
—no, gracias, tengo piernas puedo hacerlo sola
— Mhn, apuesto a que si — introdujo sus manos en los bolsillos delanteros de sus jeans.
Rodé los ojos
— ¿sabías que poner los ojos en blanco es de mala educación?
¿ahora era el chico educado y aplicado del Instituto? Había que reconocer que era un buen actor. Sólo esperaba sus ovaciones.
— sabes necesito comer algo para seguir viviendo, disculpa — dije, haciendo una muy sarcástica reverencia
Sonrió ampliamente haciendo notar el hoyuelo de su mejilla izquierda. Rozó mi brazo al momento de retirarse y enseguida mi piel se encrespó. ¡Diablos! El juego había comenzado. Me giré, mientras iba caminando por el pasillo, las chicas lo miraron pasar y después empezaron a murmurar entre ellas.
Empecé a caminar para ir de una vez por todas a la cafetería y justo cuando pasé al lado de unas chicas una de ellas dijo "es muy atractivo". Negué ignorando aquel comentario y seguí con mi camino.