-¿En algún momento viste la piedrita de tu pulsera brillar?-Que bueno que lo menciona porque no recordaba esa parte, es que realmente Dylan distrae mis pensamientos, asentí en afirmación.
-Bueno es la misma que tengo yo – me dejo ver su pulsera- así como todos en la comunidad, te la di para que pudieras encontrar tu camino hacia mí así como representa que eres parte de la comunidad del mar. Anoche yo estaba en la playa y tu llegaste de la nada, me besaste, no es que me queje pero no creí que estuvieras despierta a esa hora y hablaste en sireno, me dijiste que me habías buscado toda tu vida, que la inmensidad del mar no podía ser llenada con el amor que sentías- cuando Dylan termino de hablar estaba un poco apenado, con ese rubor hermoso que se crea en sus mejillas hasta alcanzar sus orejas, no cabe duda que lo amo.
-Pero ¿Cómo puedo hablar una lengua que jamás he escuchado o siquiera estudiado?-creo que tendré muchísimas preguntas de aquí en adelante.
-Es parte de quien eres Ner, de lo que somos, está en nuestro ser, a partir de hoy descubrirás mucho de ti nena-dijo Dylan con una gran sonrisa en su cara, así es como no derretirse por el.
-¿Y después de que me encontraste en la playa, que paso?- porque aún no me explicaba como llegue hasta su dormitorio, Dios, solo de pensarlo me ruborizaba y me daban ganas de meter mi cabeza en un hoyo profundo en la tierra.
-Bueno creo que todo eso para ti fue demasiado y simplemente te desmayaste, me asustaste nena, realmente lo hiciste. Mi casa era la mas cercana así que te lleve en mis brazos y le explique a mis padres lo que paso, claro ellos ya sabían acerca de ti, bueno de nosotros. Te lleve a mi cuarto, mamá te ayudo a cambiarte y yo hice mi camino al sillón-bueno era un alivio saber que él no me vio desnuda, pero llego a mi más vergüenza saber que su madre me ayudo a cambiarme, creo que será un poco incómodo la próxima vez que vea a su madre.
-Para mí ha sido una tortura-prosiguió Dylan- todo este tiempo fingiendo no estar tan interesado, pero mis padres me dijeron que era la mejor manera de llevar esto a cabo, porque no quería asustarte y mira lo que paso. Pero te juro que desde el momento en que entre en ese salón en la universidad no quería dejarte ir nunca más. Eres más hermosa que cuando te veía en mis sueños. Ner, nena quiero que sepas que te amo y nada, ni nadie podrá alejarme de ti, siempre, escúchalo bien, siempre estaré para ti- Esto era una completa revelación para mí, podía sentir mis emociones embriagarme, subían a través de mi como burbujas histéricas queriendo salir y explotando dentro de mi llenándome de euforia pura. Ahora podría decirle que es correspondido pero las palabras parecen poco significativas. Lo bese, así podría sentir a través de mis labios lo que él le hacía a mi corazón y a mi alma, hacerle saber la necesidad que tengo de él, lo feliz que me hace, que ha quebrantado y derribado el maldito caparazón que a través de este año había creado. Estoy aquí vulnerable ante él dejando caer todas las paredes, confiándole mi corazón, porque lo amo.
-Hrmm Hrmm- escuche que alguien se aclaraba la garganta y solo supuse que era mi madre, terminamos nuestro beso y ambos estábamos ruborizados, no sabría decir si era por nuestro beso o porque mi madre nos haya visto.
-Ya veo que todo va bien-dijo mi madre, con una sonrisa en su cara y algo de picardía en su voz, no pasaba nada desapercibido por el radar de mi madre.
-Sí, todo bien- dije en nadie en particular, ya que mis ojos se negaban a dejar de ver los de mi amor, de mi Dylan.
-Bueno Dylan, tienes que regresar a casa a empacar, ya les di a ellos todas las indicaciones necesarias, nos vemos en dos horas- dijo mamá algo autoritaria y de que va todo esto, ellos saben algo que yo no, y ya no entiendo nada...
Para variar.
-¿Empacar? ¿A dónde vamos? No entiendo nada- dije claramente desconcertada.
-Nena, te amo, te veré en dos horas, probablemente tu madre quiera platicar contigo y necesitas empacar- Dylan se levantó de su asiento a mi lado, me dio un beso en la frente, posterior lo vi hacer su camino hasta la puerta, salir por ella y cerrarla tras de si.
-¿Mamá?- pregunte en busca de alguna respuesta.
-¿Recuerdas que necesitabas escuchar mi historia?- por supuesto que recordaba eso, era lo primero en mi lista después de hablar con Dylan.
-Si- le dije, algo ansiosa por saberlo todo, oh claro que sí. TODO
-Hace ya más de veinte años yo viva en la comunidad con tus abuelos, cada año como es como parte de las costumbres en la comunidad, se realiza un festival para honrar y celebrar a nuestra Diosa Sedna, toda la comunidad se encuentra ahí, todos contribuyen con algo o algún acto si es que eres bueno en algo. Esa vez fui con algunas amigas, tu sabes era la moda ir ahí y pasarla bien. Más no conté con lo que encontraría ahí. Ese día conocí a tu padre pececito, recuerdo que me invito a bailar y así estuvimos toda la noche, después de ese día no pudimos estar el uno sin el otro, al año pidió mi mano, porsupuesto nos emparejamos, al tiempo nos enteramos de que ustedes llegarían y bueno tu padre estaba más que emocionado, era su gran ilusión, mi amor no sabes lo que le dolió alejarse de nosotros, bueno nosotros nos alejamos, pero lo que quiero que entiendas es que tu padre siempre los amo, lo sigue haciendo. Nos fuimos para protegerlos a ustedes y el resto de la historia me gustaría que él te la contara, por eso estamos viajando a la comunidad- ¡¿Qué?! Pero... es que yo no termino de comprender.
-¿Por eso le dijiste a Dylan que necesitaba empacar? ¿Vendrá con nosotros?- ¡explíquenme!
-Así es pececito él nos acompañara, ya que es tu compañero, él ya había platicado conmigo acerca de él porque estaba aquí, yo no dije nada, ya que no me correspondía a mí, aunque sin que él me dijera ya lo sabía, sus ojos resplandecen cuando te ve, como la criatura más magnifica que nuestra Diosa pudo haber creado y esa mirada ya la había visto antes en alguien más- dijo mi madre.
-¿En quién?- pregunte fascinada.
-En tu padre Ner, cada vez que me miraba era de ese modo y supongo que cuando yo lo veía era de la misma forma, ya que lo amo con cada parte de mi ser, lo amo aún más por querernos proteger, sacrificarse. Pececito lo he visto en ustedes dos todo este tiempo, Yemaya era una réplica exacta de tu padre aunque tu padre es un poco más serio, así que no tuve mucho tiempo de extrañarlo, ya que ustedes me reconfortaban-dijo mi madre con esa mirada en su rostro de añoranza y llena de recuerdos, sus palabras me llenaron de calidez que traían algo de lágrimas a mis ojos, no me mal interpreten, la herida que dejo la perdida de mi hermano estaba sanando, pero eso no hacía mucho por dejarlo de extrañarlo y se llenaba mi corazón de amor de saber que mi padre nos amaba, me amo siempre, no era un cobarde fugitivo de sus responsabilidades de padre, es alguien que deseaba nuestro bien. Tengo que conocerlo, quiero conocerlo.
Después de sus palabras, tenía más entusiasmo que nunca, así que me apresure a mi cuarto y busque en mi armario una maleta lo suficiente grande, bueno no tanto, pero que en la que si pudiera poner algunos conjuntos de ropa. Bueno les seré sincera, no me importo siquiera que metía a la maleta, solo quería correr de aquí, apresurarme a encontrarme con mi padre, conocerlo, hacerle una infinidad de preguntas, pasar tiempo con el... rayos ¿y la escuela? Con todo este alboroto no me acorde de la universidad. Corrí al baño tome mi cepillo de dientes y mire alrededor, no creo que necesite nada más, sí que más da, metí mi cepillo de dientes en un compartimiento de mi maleta y la cerré, uff apenas y cerro.
Baje lo más rápido que podía o me permitía mi maleta y los documentos que tenía en la otra mano, deje mi valija en la entrada de la casa, así podría ser más fácil sacarla, mamá ya estaba trayendo su valija hacia acá.
-Mamá ¿qué haremos con la universidad?-le dije con preocupación.
-Ya me encargue de eso pececito, vas a ir de intercambio a la universidad de Miami, bueno también Dylan, no te preocupes por eso, ahora lo importante es llegar a tiempo al aeropuerto, así que date prisa ¿ya tienes todos tus documentos?- dijo mi madre mientras metía en su bolso algunos papeles, ella sí que pensaba en todo.
Subimos todas nuestras cosas a la camioneta de mamá y en tiempo récord estuvimos en el Aeropuerto internacional General Abelardo L. Rodríguez en la ciudad de Tijuana, mamá subió al tercer piso del estacionamiento y aparco, bajamos nuestras cosas para buscar el área de salidas, había un puente que conectaba el estacionamiento con el edificio de salidas, íbamos a toda prisa, yo preguntándole a mamá en que aerolínea viajaríamos y al mismo tiempo buscando el modulo para documentar, por fin encontré el módulo de la aerolínea, para nuestra suerte no había mucha gente para documentar y bueno tomando en cuenta que apenas teníamos veinte minutos para todo esto, sentía que no llegaríamos.
De prisa! De prisa!
-Hola buenas Tardes ¿me permiten sus documentos por favor?- dijo la señorita que estaba en el mostrador luciendo como una súper modelo en su traje azul marino, su mascada azul cielo y su boina color rojo. Parecía que las aerolíneas para contratar a su personal buscaban en las agencias de modelos, porque hasta los pilotos siempre eran muy guapos. La señorita que nos estaba atendiendo y que pude ver en la placa en su uniforme que se llama Julieta, reviso nuestros documentos, peso nuestro equipaje, después puso unas etiquetas en ellas para que las subieran en la parte baja del avión, con todo ese proceso apenas y nos quedaron buenos ocho minutos para abordar, así que fuimos como almas que lleva el diablo hacia la puerta 16B, ya no había nadie esperando, todos habían abordado ya, le dimos nuestros papeles a la otra súper modelo que estaba revisando la documentación para abordar, después seguimos por un puente, esos que parecen orugas, llegamos a la puerta del avión, sintiéndome como esos jugadores de béisbol que hacen una carrera y llegan apenas a la base para escuchar el "safe" por parte del umpire.
-Bienvenidos- nos dijo la sobre cargo a bordo y nos guió a la parte delantera del avión, al parecer mamá compro asientos de primera clase. Le mostré mi boleto a la sobre cargo me señalo donde se encontraba mi asiento y ahí estaba él con su gran sonrisa, con todo esta locura no sabía si Dylan había llegado a tiempo.
-Estas aquí- le dije mientras tomaba asiento y lo miraba, siempre era como mirar al sol, siempre deslumbrada.
-Te dije que jamás te dejaría nena- y me dio un beso suave en los labios y con esa única declaración sentía que todo iría bien, no había nada más por qué preocuparse hacia a mi corazón tranquilizarse.
Por lo menos por unos momentos.