CAPITULO 2

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Capítulo 2

Llegue justo a tiempo para ir a la oficina de control escolar, recoger mi horario y consultar dónde se encontraba la facultad de nutrición y gastronomía; si nos encantaba cocinar, en cada reunión familiar, desde que tenía memoria, hemos ayudado o algunas veces habíamos hecho el menú y aunque no fuera un éxito todos nos alentaban o nos felicitaban, aunque con el tiempo mejoramos, bueno eso quisiera pensar ya que de esto viviré toda mi vida.
Si, toda mi vida, diablos, apenas y recuerdo como sobreviví este año y ahora pensemos en toda una vida.

Me sorprendí cuán grande era la universidad, abarcaba cuadras y cuadras enteras, aunque es verdad no podría esperar nada menos ya que esta era la UABC.

Yo vivo en la esquina del mundo, o por lo menos eso dicen, también dicen que aquí empieza la patria, mi ciudad se llama Tijuana está ubicada en el estado de Baja California en México, realmente me agrada esta ciudad aunque si hacemos un contraste con la ciudad vecina que está a solo dos horas desde aquí obviamente no tiene tanto atractivo, ya que Ensenada aparte de ser el municipio más grande del país también era donde se concentraba la mayor cantidad de casas vinícolas así como los viñedos, cada año había un gran acontecimiento, el avistamiento de ballenas, todo un maravilloso espectáculo, bueno que les puedo decir tendrían que visitarlo, se los recomiendo ampliamente y bueno yo tengo que saber todas estas cosas ya que va muy de la mano con lo que estudiare.

Por fin llegue a lo que será mi aula por el próximo semestre, entre y tome asiento en la parte trasera del salón, ya que simplemente no me apetecía verme en el primer día de clases como una lambiscona, sobre todo esta fue una decisión asertiva ya estaban ocupados todos los lugares de la primera fila.
Poco a poco se fueron ocupando todos los asientos de caras nuevas y una que otra conocida para mí, ya que algunos compañeros de la preparatoria se habían inscrito a esta carrera.

El profesor entro, era de estatura promedio, solo un poco más bajo que yo, ya que es rara la mujer que mida más de uno setenta, vestía pantalones de chef, filipina y crocks, se presentó y empezó a pasar lista, no había pensado en este momento, no simplemente, no podría...

Respira, respira, debes de respirar, adentro afuera, adentro afuera, si sigue así vamos

Bueno aquí vamos...

No nos habíamos acordado en toda esta locura que también teníamos que notificar a la universidad de la baja inminente de la matrícula de mi hermano, respire profundo y espere a que pasara a mi nombre para poder responder.

-Aquí- dije con voz temblorosa y con vestigios del sudor frió aun en mi frente 

Aquí viene

-Yemaya Martinez- dijo el profesor mirando sobre su hoja, claro nadie contesto, nunca lo harán.

Al parecer este suplicio lo tendría que pasar nuevamente unas tres veces, ya que hoy tengo cuatro clases.

-¿Estas bien?- escuche decir a alguien a mi lado, nunca note en qué momento se sentó alguien a mi lado, estaba tan absorta en mis pensamientos que no preste la menor atención.

-Si... Si, gracias, ya sabes los nervios del primer día- dije haciendo una mueca en mi cara, aunque según yo esa era una sonrisa, aunque creo que fue suficiente porque él me devolvió una gran sonrisa.

-Si lose aquí es una locura, apenas y pude llegar a tiempo- su voz era muy agradable, bueno su aspecto también era muy agradable a la vista, desde mi asiento podía notar que era mucho más alto que yo, talvez de la estatura de mi hermano, ya que podía distinguir el problema de siempre para nosotros los larguchos, ningún asiento estaba hecho para nosotros.  Esto me hacia pensar en que quienes fabricaban cada asiento en la faz de la tierra eran duendes, pitufos o algún semejante, ya que siempre teníamos que arreglárnoslas; sentarnos de lado, encoger las piernas al punto que tocaban nuestra barbilla.
El desconocido al lado mio tiene ojos negros que podían ver a través de ti, su cabello era lacio, lo había rebajado de los lados de su cabeza y se había marcado una línea recta del lado izquierdo lo había peinado  hacia el lado contrario, si le quedaba ya que se veía bien, con unos vaqueros, camisa a cuadros, unos vans y hasta donde yo estaba podía oler su colonia,Pero supongo que todo esto era porque él era en la preparatoria de esos niños modelo o populares, ellos y yo no nos llevábamos para nada, créanme el destacar en algún deporte no te hacia popular, ya que por mucho tiempo había practicado natación dándole muchas medallas de primeros lugares a mis escuelas o supongo que talvez simplemente mi personalidad no les agradaba.

NERISSA: EL LLAMADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora