CAPITULO 8

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-Discúlpame si te molesta- me dijo Dylan un poco apenado tambien viendo nuestras manos entrelazadas

-No, no, está bien, solo me sorprendiste- mis mejillas ya se sentían como que estaban de un rojo brillante y porsupuesto que no iba a dejar de disfrutar de su tacto.

Seguimos así caminando por la arena, en algún momento le dije a Dylan que quería quitarme mis zapatillas deportivas y solo su mano abandono la mía para poderme quitarme los zapatos casi inmediatamente que termine, volvió a entrelazar su mano con la mía, se sentía tan bien.

-Qué bonito es aquí Ner- lo dijo mientras miraba el sol descender de su posición como astro rey y regresando la vista hacia mi.

-Lo es- lo dije mientras me perdía en la magnificencia de ese hermoso espectáculo, uno que mi hermano se perdería ¿Cuántos de ellos se había perdido en este tiempo? Y nosotros que damos por hecho todo, cada cosa, que debe de estar ahí para nosotros y no paramos un segundo de nuestra "ocupada vida" para apreciar estos regalos que todos los días orquestaba la sabia naturaleza para nosotros. 

-¿Cómo era vivir en Miami?- pregunte de repente a Dylan encontrándome con su mirada que ya estaba puesta en mi. Tenía curiosidad de saber más de él, se estaba convirtiendo cada vez más en una necesidad

-Como dije antes es diferente, diferente bien, no me mal intérpretes, pero el atlántico tiene ese algo que te hace quererte adentrar en el más y más, nadar sin detenerte, te hipnotiza. Todos los días después de clases iba a la playa a nadar más allá de la bolla. Todo el tiempo que tenía libre iba ahí, era mi lugar favorito, para pensar o simplemente relajarme, era mi mejor terapia. Aquí aun no lo he intentado- dijo Dylan con la mirada en la distancia y perdido entre sus recuerdos, me transporto, es como si estuviera yo ahí de noche bajo la bóveda celeste llena de todas esas luces infinitas, flotando en la superficie en mar abierto y dejando que la corriente te meciera y solo dejarte llevar.

No supe en que momento cerré mis ojos, y  me deje llevar por mis pensamientos

-¿Te gustaría nadar conmigo?- me pregunto Dylan, mientras yo abrí mis ojos y dejando mi fantasía de lado

-¿Ahora?- pregunte

¿En este momento? ¿Aquí?

Pero si no traigo ropa apropiada, no, creo que, no.

-No claro que ahora no, puede ser esta noche u otro día- lo dijo como si haya arruinado todas sus ilusiones o esperanzas.

-No creo, es que tengo esta cosa con el mar, no se me siento muy nerviosa nadando en mar abierto, no creo poder- lo dije tartamudeando, casi al punto del pánico, creo que en algún momento se lo tendré que decir

-Tranquila Ner está bien si no lo quieres hacer, tranquila- me trajo hacia él y mi cara encajaba a la perfección en su cuello, este podría ser mi lugar favorito, aquí su aroma era más fuerte y aún más delicioso. Mi pánico se dispersó en el momento que me llevo a sus brazos y me envolvió en ellos. Después de un minuto o dos, aunque solo fue un suspiro para mí, se alejó de mí mientras bajaba su vista a la arena, parecía muy interesante en este momento, metió sus manos a los bolsillos y empezó a jugar en la arena con sus pies, estaba decepcionado o algo lo inquietaba, aun no podría descifrarlo bien.

-Pero oye, muchas gracias de verdad, aprecio que me hayas invitado- no solamente lo dije  para que no se sintiera mal, también era para que no se alejase de mí, quería tenerlo cercas, quería su contacto, su calor, su aroma. Lo tome de la mano, si me atreví y fui por ello. Le di un beso en la mejilla, uno rápido –Gracias, lo digo de corazón- porque era verdad, él se había portado tan bien conmigo y yo lidiando con todos estos miedos. Miedos que solo existían en mi mente y que me ataban.

Me miro con asombro y creí ver un poco de sonrojo en sus mejillas.

Así seguimos caminado despacio y agarrados de la mano .

-Ner ¿Cuándo es tu cumpleaños? - casi salto como un gato, ya que me sorprendió, yo aquí pensando que ya no quería saber nada de mi por mi rechazo y me sorprende interesándose mas por mi.

Adorableee

No me había percatado que mi cumpleaños seria en menos de quince días, ya que estábamos a principios de agosto y mi cumpleaños es el veinticuatro, será un día difícil.

-El veinticuatro de este mes, me había olvidado totalmente de ello- dije con sinceridad

-¿Quién se olvida de su cumpleaños Ner?, no, no, tenemos que planear algo, que te parece si...- dijo mientras miraba hacia al cielo, ya empezaba a oscurecer

-Ya lo tengo- dijo mirándome directamente a los ojos, oh esos ojos negros y con chispa de travesura.

-Si, dime- dije sin apartar mis ojos de los suyos, sería bueno en estos momentos no tener la necesidad de parpadear, no quería perderme ni un microsegundo de esta vista

-¿Te gustaría hacer una lunada conmigo el día de tu cumpleaños? Podremos hacer sándwiches de bombones, te aseguro que soy muy bueno en eso, ya lo veras- le diría que si a todo lo que me preguntara en estos momentos no me importaría en absoluto y más si  esa pregunta venia acompañada por esos ojos tan hermosos que tiene y su sonrisa que me hacía derretir como mantequilla al calor.

-¿Qué dices?- me pregunto de nuevo, oh si tengo que contestarte verdad, ups mi error

-Por supuesto suena genial, me encantaría-y creo que si lo seria, ya que el ultimo cumpleaños me lo pase con un yeso en la pierna izquierda y llorando por Yemaya, sería un buen cambio y una buena forma de también celebrar a mi hermano.

Así pasamos gran parte de la tarde hablando de banalidades, bromeando y yo por supuesto sentía que iba caminando sobre una nube.

NERISSA: EL LLAMADOWhere stories live. Discover now