Lecciones de Amor

Por starmy89

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¿Puede un corazón acostumbrado a la decepción confiar en el amor? Celia esta convencida de que en la vida no... Más

¡Eres un desastre Celia!
La necesidad tiene cara de...
Malos ratos, Buenas noticias
Cena de ¿celebración o liberación?
Las mentiras tienen las patas cortas
La propuesta de Celia
Detalles de mucha importancia
El juego comienza
Preparativos
Matrimonio
Una noche de perros
Buscando un significado y sentido de las cosas
Duele no tener, pero duele mucho mas perder
De vuelta a sobrevivir
Sobrevivir puede no ser tan malo, casi siempre
Una velada agradable revestida de un nostálgico final
La estupidez en ocasiones no es excusa.
Un secreto a voces
Olvidate de ti misma
Tratando de ser quien no soy
Cubriendose las espaldas
Nadie me conoce lo suficiente
Entre hombres verdaderos y falsos cobardes
Convalecencia
Una confrontacion necesaria y otra no tan necesaria
Jugando a los enfermeros
Confesiones
En los brazos de tu amor
Adrián
Adrian y Celia
Entre el amor y el deber
Escándalo debería ser mi segundo nombre
Permitiéndome soñar
Abriendo Caminos
Un pequeño pero significativo percance
Noticia que no se espera es como una oferta cuando ya estabas dispuesto a pagar
Una sorpresa tras otra
¿Enferma o Presa? es difícil establecer la diferencia :(
Cuando una duda puede mas que mil certezas
Cuando piensas que todo va mal...
... la demencia hormonal aparece
Algo mas
El principio de nuevos comienzos
Segundas ocasiones
Vestida para ser feliz
Luna de miel
Aviso de Historia de Adrian

Epilogo

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Por starmy89

- No quiero que me leas un cuento - le comentó Sophia mirándola con sus ojos azules y esa mirada terca tan parecía a la de su padre - Quiero la historia sobre la niña del cabello negro largo.

- Ok - Celia la acomodo a su lado, solo serian a lo mucho 10 minutos su hija solía dormir muy bien y era algo que le encantaba - Cada noche la Madre de la niña del cabello negro peinaba su largo cabello cantándole.

Tiempo aquel viendo a la,

Tiempo fue viendo al interior,

Tiempo que no me imaginaba

Lo que me perdí.

Y hoy aquí viendo las estrellas,

Y hoy aquí todo es.

Desde aquí ya

Que es donde debo estar.

Y la luz encuentro al fin,

Se aclaró aquella niebla.

Y la luz encuentro al fin,

Ahora el cielo es.

Es real brillando así,

Ya cambió la vida entera.

Esta vez toda es diferente,

Veo en ti la luz.

Tiempo aquel, persiguiendo un sueño

Tiempo fue en la,

tiempo que no había visto como

es la realidad.

Ella aquí, luce como estrella,

ella aquí, todo es claridad.

Si aquí está es fácil ver

que aquí hoy quiero estar.

Y la luz encuentro al fin.

Se aclaró aquella niebla.

Y la luz encuentro al fin.

Ahora el cielo es azul.

Es real brillando así,

ya cambió la vida entera.

Esta vez todo es diferente,

veo en ti la luz.

Veo en ti la luz.

Celia se incorporó un poco para comprobar lo que ya sabía, su hija menor estaba profundamente dormida.

Salió del cuarto con sumo silencio y paso por la habitación de Ally para verificar que también siguiese dormida pero al escuchar la voz de John sonrió, su hija siempre se salía con la suya, su padre cada día debía leerle una historia, no importa desde que parte del mundo lo hiciera, él y Ally tenían una relación muy estrecha, si por alguna extraña razón John debía ausentarse unos días Ally lo llamaba cada hora y su padre pacientemente respondía sus llamadas aun y cuando estuviese en alguna reunión importante, cuando regresaba, conversaban por largas horas pues ella le exigía saber cada detalle de sus viajes, cuando estaban más pequeñas solían acompañarlo, pero ahora tenían escuela y debían tener más estabilidad, Celia trabajaba desde casa y pasaba con ellas el mayor tiempo posible, pero aun así Ally solo aceptaba la voz de su padre para dormir, los psicólogos le habían comentado que posiblemente se debiera a los momentos de tensión que vivió durante su embarazo y Celia se había sentido en principio un poco culpable pues de bebé ella le contaba historias de su vida y sentía que eso había contribuido a su dependencia emocional.

- Deja de darle tantas vueltas, solo es una niña, será una excelente mujer igual a su madre y todo estará bien.

- ¿Cómo es que has llegado tan rápido?

- Tenia una cita - lo tomo de la cintura acercándola a él - el doctor ha dicho que hoy es un excelente día para tener un varón, y si mi esposa quiere un varón yo se lo daré.

- Llevas días trabajando mucho, debes estar muerto del cansancio - le aseguró acariciando su cabello.

- Pues razón de más para buscar a ese bebé, tengo un buen presentimiento, estoy seguro de que en nueve meses tendremos un hermoso bebe de rulos tan rubios como el sol, pidiendo alimentos a todas horas - Celia sonrió.

- Tal como me lo imagino - John la alzo en brazos y la llevo a su habitación.

- No se diga más, atenderemos ese pedido de inmediato - Celia tuvo que reprimir una carcajada pues su esposo comenzó a besar su cuello y recientemente se había convertido en una zona sensible pues sentía muchas cosquillas, intentó reprenderlo pues no podían hacer bulla para que no se despertaran las niñas, pero no pudo pues su boca fue asaltada por unos labios demasiado exigentes y luego no supo nada más.

- Gracias - Celia intentó salir de la bruma que se había formado en su cabeza producto de la satisfacción de una sesión de la más intensa forma que su esposo tenia de buscar un bebe.

- Humm - John rio, lo supo por la agitación que sintió en su pecho, quería levantar su rostro y poder observarlo, le encantaba su sonrisa, pero se estaba muy cómoda escuchando como se normalizaban los latidos de su corazón - yo soy quien debo agradecerte, últimamente te dejo todo el trabajo a ti solo - John beso su cabello.

- Nunca podría quejarme por eso, me encanta cuando me dejas guiarte y llevarte a donde quiero - Celia presionó con más fuerza contra su pecho, no podía tener más motivos para ser feliz - Pero no te estoy agradeciendo por eso - Celia suspiró levantando ligeramente la cabeza para verlo a los ojos, John la ayudó a acomodarse mejor para poder observarse mutuamente.

- ¿Y por qué me agradeces? - le preguntó acariciando su hermoso cabello.

- Por estos 8 años - Celia sacó cuentas mentales.

- Faltan unas semanas para nuestro séptimo aniversario – hizo cuentas mentales pensando que esta vez su esposo se había equivocado.

- Un día como hoy más a menos hace una hora nos conocimos y desde entonces mi viva ha tenido sentido, propósito y dirección y más felicidad que en todo el resto de mi vida - Celia sonrió, pues ella sentía exactamente lo mismo.

- Si es cierto - John la atrajo más hacia si - Pues entonces yo tengo que agradecerte lo mismo, tengo que agradecerte que nunca te hayas dado por vencido, este matrimonio ha sido una muy buena idea.

- Si, lo sé, hacemos unos hijos hermosos, le debemos eso a la humanidad - Celia sintió como las caricias de sus esposo dejaban de ser cariñosas - y en pro de eso debemos esforzarnos más, unos cuantos intentos no son suficientes - Celia le dejo hacer preguntándose de donde sacaba tanta energía cuando ella se sentía tan cansada, Abrió los ojos con repentino entendimiento.

- Oh - John continuaba besando sus piernas - ¡John! - pero este último estaba concentrado en acariciarla - ¡Amor! ya estoy embarazada - era tan frustrante no poder gritarlo, era tonto tener que susurrarlo para no despertar a las niñas cuando no podía obtener la atención de su esposo - ¡John! escúchame - se sacudió entre sus brazos.

- Ya te escuche - pero seguía besándola en su vientre - tenemos que celebrarlo - Celia sonrió negando con la cabeza.

- Cualquier excusa es buena - John dejo de besarla y la miro con picardía en sus ojos.

- Esta vez me adelantare, mañana comenzamos a cambiar todos los detergentes y perfumes de la casa - Celia le estaba escuchando pero en su mente estaba concentrada en sacar cuentas, ¿cómo no lo había notado antes?

- Debo estar de 3 semanas.

- Te amo - John la miraba sonriente pero ya no había picardía en sus ojos.

- Yo también amor - le extendió los brazos, John negó con la cabeza.

- ¿Que diría el resto de tu cuerpo si sigo concentrándome en tu cara? - le dio un beso en la parte baja de su vientre Celia sintió un escalofrió delicioso - Ves, toda tu piel me está llamando, no queremos que nada quede por fuera.

Celia no pudo retener en su mente por mucho tiempo un pensamiento coherente y no fue hasta que su esposo bajo a la cocina por unos aperitivos que pudo ser consiente del cambio que ese bebé suponía para la familia.

Su hija menor aún no estaba preparada para un nuevo bebé, y ni hablar de la mayor, tendrían que hablarlo con el psicólogo.

- Deja de darle tantas vueltas - John entró a la habitación con una bandeja con un montón de golosinas.

- Sophia se pondrá histérica cuando no encuentre sus meriendas.

- Las repondré mañana temprano - lo vio encogerse en hombros.

- Si claro, como si tuvieses tiempo para eso, no importa yo lo hare - le comento saltando sobre la bandeja cuando se acercó.

- Tendré un rato mientras tu arreglas las maletas - Celia lo miró extrañada - acabo de llamar a Álvarez, nos tomaremos unas semanas de vacaciones.

- Pero la niñas aún tienen escuela - John le miró como disculpándose.

- Le he pedido a la directora que le asignen trabajos para poder ausentarse unos días - Celia negó con la cabeza.

- ¡Eres terrible! pobre señora Tovar, seguro la llenaste de piropos - John se encogió en hombros - la pobre mujer delira por una sola sonrisa tuya.

- Estuve tentado a darle un beso en cuanto accedió, pero me dio miedo que se le callera la plancha - Celia escondió una sonrisa mientras le pegaba en un hombro.

- ¡Eres terrible!

- Tiene plancha y lo sabes - Celia lo dejo estar.

- ¿A dónde iremos? - John comía cual si no lo hubiese hecho nunca.

- Pasaremos una temporada con Anthony y Sara - ahora si Celia no pudo reprimir un grito de felicidad.

Ambos se quedaron expectantes y a los tres segundos escucharon el llamado de ambas niñas, Celia se lamentó, esas niñas tenían el sueño muy liviano, no podía ni imaginarse cuando llegara él bebe.

- Yo voy - anuncio levantándose.

Se limpió las comisura de la boca deseando que no se sintiera su aliento a chocolate con ligero sabor a fresa, de otra forma su hija comenzaría a preguntarle por sus sambas, al salir del cuarto las encontró a ambas sentadas en el pasillo esperándola.

- Oh, nenas lamento mucho haberlas levantado, vamos por un cuento - les anunció mientras caminaba a la sala familiar para buscar un libro, mas mientras buscaba escuchó unos gritos de alegría y cerró los ojos.

Salió nuevamente al pasillo y lo que temía se hizo realidad.

- ¡Mañana mismo! así que tendremos que hacer maletas, y tengo que escoger que juguetes me llevare, Isabel no han visto mi colección de ponis, ¿puedo llevar a Salazar? - John dudo un segundo.

- Si, muy buena idea - las niñas corrieron a sus habitaciones.

- Excelente, ahora no querrán dormir en toda la noche - John le dedicó una mirada de ojos de gato con botas.

- Tenías que ver su expresión cuando se los he dicho - Celia suspiró, ella solo quería dormir - Ve a la cama, yo me ocuparé de ellas - Celia sabía que si aceptaba estaría siendo egoísta pues John también estaba cansado, pero ya que el había creado toda esa conmoción le tocaba vivir con las consecuencias, le dio un beso en la mejilla y entrego el libro de cuentos.

- Hasta mañana - se despidió.

Celia se despertó cuando se sintió aplastada, abrió los ojos y vio como tenía a John casi encima y en orden sucesiva Ally y Sophia estaban encima de su padre, sonrió y luego se puso seria, John consentía demasiado a las niñas.

Buscó con la vista el reloj despertador y vio con alarma que eran las 10 de la mañana, salió de debajo de ese trio y fue hasta la cocina, Mary estaba preparando una cava.

-¡Buenos días! - le saludó de un abrazo.

- ¡Buenos días! ya tengo el desayuno y algunos aperitivos para la vía, Jesús está terminando de alistar las camionetas, le ha tomado bastante tiempo, la van aun no había sido chequeada - Celia negó con la cabeza, su esposo continuaba con esa manía de exagerar en la seguridad y Jesús lo secundaba en todo.

- ¿También los despertó anoche? – Pregunto Celia reflexionando en que debía hablar con su esposo sobre eso.

- No, lo sabíamos hace una semana - Mary la miro disculpándose.

- Ah, ok - Celia fue por un vaso de agua.

- ¿Cómo te sientes? - Celia la miró extrañada - por el embarazo.

- ¿Cómo lo sabes?

- John nos contó cuando nos habló de los planes de viaje.

- Uhh esos Arocha son una cosa seria - dejo el vaso y subió nuevamente a la plante de arriba de la casa, ¿cómo era que lo había notado primero que ella? ¿y porque no se lo había dicho? los recuerdos de la noche anterior disolvieron sus dudas, sonrió sin poder evitarlo, John no cambiaría ni aun y cuando tuvieran 10 hijos, debía dejar de considerarlo tan inocente, cada día que pasada desmentía su versión del carácter de su esposo, se concentró en buscar las cosas para hacer los equipajes, Mary y Jesús estarían esperándolos mucho tiempo si no se apresuraba.

Se sorprendió al ver seis maletas en las camas de las niñas, pero decidió no darles vueltas al asunto, se ocuparía entonces del suyo y el de John, posiblemente sus hijas habían empacado todos sus juguetes, John tendría que asegurarse de que ninguno se quedara.

Entró al cuarto en silencio y fue hasta el closet pero encontró allí otro equipaje ya listo, suspiro aliviada, volvió a su habitación y no le quedó más que abrir las cortinas y poner un poco de música, los tres al mismo tiempo buscaron con que taparse la cara y Celia sonrió.

- Jesús y Mary ya tienen todo listo para salir y al parecer ustedes ya han hecho el equipaje, imagino que están deseando salir cuanto antes - Busco entre sus cosas por algo que ponerse para salir - Niñas deben bañarse y alistarse y papa tienes que ducharte también.

Ninguno de los aludidos pareció inmutarse por su instrucciones, decidió dejarlos dormir un poco más mientras ella se duchaba.

No podía dejar de pensar en cómo les caería a las niñas la noticia y los cambios que tendrían que hacer con el nacimiento de ese nuevo bebé, trato de poner su mente en blanco y disfrutar del agua tibia que caía por su espalda, llevo la mano a su vientre y los sentimientos de ternura infinita la invadieron, otro bebé, quería un varón, pero si se trataba de otra niña la amaría con locura igual, John la adoraría, termino de sacarse el jabón y salió de la ducha, después de vestirse volvió a la habitación, era hora de que despertaran.

- Tienen que despertar, es tarde - John se removió.

- ¿Qué hora es? - pregunto sin abrir los ojos.

- Falta poco para las 11 - lo vio enterrar la cabeza en las almohadas y luego levantarse y acercarse hacia ella, le dio un beso en la mejilla y se fue directo al baño, Celia comenzó a buscar algo para dejarle en el baño para que se pudiera arreglar allí mismo.

- Sophia y Ally es hora de levantarse - sus hijas no se movieron.

Entonces tomó su celular y marcó el número de Sara.

- Ya salieron - Celia rodó los ojos, por lo visto había sido la última en enterarse de los planes de su esposo.

- No, John le comentó a las niñas anoche y se quedaron hasta no sé qué hora haciendo maletas y ahora no quieren levantarse.

- Déjame llamar a Isabel

- Eso mismo pensé yo, pondré el altavoz - a los cinco minutos sus hijas rebosaban de energía mientras las guiaba hacia el baño para darles una ducha.

La maravillosa casa de Anthony y Sara finalmente podía vislumbrarse y cuando aún faltaban unos 20 metros para llegar a la entrada vieron a la familia entera esperándolos, Anthony vestía casual y a Celia se le hizo extraño, a pesar de las muchas veces que lo había visto relajado no podía conciliarlo con esa actitud, en su mente siempre lo tenía como el Jefe que había sido.

Las camionetas redujeron la velocidad y sus hijas saltaron del vehículo y ella las siguió de la mano de su esposo.

- Bienvenidos - los saludó Anthony.

- Teníamos que venir personalmente a contarles que esperamos que esta vez sea varón el que viene en camino.

Sara se acercó a Celia con una mirada brillante.

- ¿Estas embarazada?

- ¡Siiii! - grito.

- Eso es maravilloso.

Cuando fue evidente que sus hijas ya no eran un motivo de preocupación pues se hallaban bastante entretenidas con su prima Celia se concentró en sus amigos, Sara llevaba un monitor con ella y escucharon el llanto de un bebe, a la mente de Celia acudió la imagen del hombrecito arrugado que habían conocido unos meses atrás.

- Discúlpenme un momento, Miguel se despertó – Celia la detuvo.

- Voy contigo – John asintió y continuo conversando con Anthony sobre sus respectivos negocios.

- Ah estado un poco irritable, creo que sus dientes están molestándole un poco, y ya sabes cómo son los hombres – Celia sonrió sin poder evitarlo, John caía en cama abatido con una simple alergia.

- Me hago una idea – Sara le sonrió abriendo la puerta del cuarto donde descansaba el pequeño – Oh Sara esta precioso, ha cambiado tanto – Sara había sacado a su hijo de la cuna y lo sostenía de forma que Celia podía apreciarlo con claridad.

- Si, ya no parece un viejito – Se lo ofreció a Celia y esta lo sostuvo con cuidado, casi había olvidado lo que era sostener algo tan pequeño en brazos.

- Creo que será igual a ti – Sara lo pensó.

- Anthony tiene la misma percepción. pero a mí se me parece mucho a Ana.

- Sí, es verdad ahora que lo mencionas, si – Sara comenzó a acomodarse para amantarlo pues el chiquillo daba síntomas inequívocos de tener mucha hambre.

- Se ha despertado con hambre – luego sonrió dejando caer sus hombros – tiene hambre a todas horas.

- Oh, en serio – Celia sabía que eso podía ser muy difícil por las noches.

- Si, Anthony me ha dado un plazo de 2 semanas para enseñarlo a dormir toda la noche.

- Eso suena agradable, en mi caso es al contrario, yo vivo tratando de que las niñas sean más independientes pero John se empeña en consentirlas.

- Ally sigue llamándolo cada que quiere – Celia hizo una mueca – Anthony dice que John tiene debilidad por las mujeres – Sara sonrió.

- He intentado que solo lo llame por las noches, explicándole que durante el día él está ocupado en su trabajo pero me ha dicho que su papi la extraña y que ella necesita decirle que lo quiere – Celia intentó sonreír.

- Debes dejar de pensar que la forma de ser de Ally es por algún trauma, a mí me parece que ella ha tomado lo mejor de ambos, es una niña cariñosa y sumamente detallista, ya déjalo estar, ¿que es lo peor que puede pasar que llegue a la universidad llamándolo todas las noches? Yo pienso que eso sería una excelente costumbre – Celia reflexionó en eso y suspiro dándole la razón a su amiga.

- Estoy un poco preocupada por cómo le afectara a ambas la llegada del bebé – Sara agito su mano.

- Ya verás que lo adoraran, de todas formas quizás podamos ayudarlas un poco verdad Miguel, tú serás nuestro medidor – Celia asintió interesada.

- Eso sería una muy buena idea, ella son tan celosas contigo como lo son conmigo – Sara sonrió.

Una vez que el más pequeño de sus hijos hubo sido debidamente alimentado Sara le pidió que salieran de la habitación, tenían que verificar como estaban las niñas pues no sabían si los hombres estaban prestándoles atención, pero sus temores eran infundados ya que Anthony y John se hallaban en medio de lo que parecía una sala de té, decidieron dejarles un tiempo más disfrutando de esa delicia inglesa.

- ¿Estas dormida? - Celia casi sonríe, era evidente que había hecho la pregunta con la intención de despertarla si lo estaba.

- No – contesto sin abrir los ojos debajo de sus gafas de sol – ¿Que hacen las niñas?

- Salieron todos, han ido por helados – Celia sabía que su paz había llegado a su fin – estamos solos.

- Podrías solo recostarte a mi lado.

- ¿Y desperdiciar un tiempo a solas contigo? No – Celia sintió gotas cayendo en sus piernas en forma ascendente – tenemos mucho tiempo sin nadar solos.

- Ok, déjame ir por mi traje de baño – Se levantó reconociendo que efectivamente era una muy buena idea, eran muy pocas las ocasiones que tenían para poder compartir juntos a solas.

- No, no lo necesitaras – una ráfaga de imágenes vinieron a la mente de Celia y sintió un repentino calor.

- John ya no somos unos críos

- Ni mucho menos – le comentó con esa picara mirada que la hacía estremecer.

- No podemos nadar desnudos, pueden volver en cualquier momento.

- Anthony tiene instrucciones – Celia no pudo evitar alguna carcajada.

- ¿Y cuándo será su turno? –

- Mañana durante la siesta de Miguel fue lo que pudo conseguir con Sara, Anthony dice que esta celoso – Celia acepto con buen agrado los brazos de su esposo alrededor de su cintura.

- ¿Te pondrás celoso de que comparta mi corazón con otro hombre?

- No, pero le hare saber tan pronto como pueda que puede tenerte todo lo que quiera mientras sea de día pues durante las noches seguirás siendo solo mía.

- Humm eso suena agradable – John frunció el ceño, Celia volvió a reír con ganas.

- Eso merece un castigo – Celia la miró con inocencia, si sabía que le molestaba que ella se refiriera como agradable por su intimidad, mientras John se esforzaba cada día y así había sido desde el inicio de su matrimonio por que cada encuentro intimo fuera más memorable que el anterior, Celia disfrutaba de todos sus esfuerzos en sobremanera, quizás algún día dejaría de fastidiarlo, pero resultaba tan divertido y gratificante que mientras le resultara lo usaría a su favor.

- Estoy segura de que usted sabe cómo hacerme tragar mis palabras – John comenzó a desvestirla mientras besaba su cuello y luego seguía con sus hombros – ¿qué es ese olor? – John se detuvo sin comentar nada, pero Celia no pudo retener la risa mucho tiempo y soltó una carcajada.

- No juegues con eso, me has dado un susto de muerte – Celia no podía dejar de reír ante su expresión, aunque tuvo que detenerse cuando los labios de John se cerraron sobre los suyos con exigente pasión.


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