Llegamos a la universidad con buen tiempo y le dije a Dylan que tenía que ir a control escolar a informar de la baja de la matrícula de Yemaya, quiso acompañarme. Tenía que hacer esto lo más pronto posible no quería más tortura, suficiente era con la que yo me auto-inflingida por las noches y la mayor parte del día.
Termínanos y fuimos directo al salón, hoy también tenía cuatro clases, nos sentamos en los lugares que habíamos escogido el día de ayer a esperar que llegara el profesor.
-Dylan ¿Qué está estudiando Max?- no sé porque se me ocurrió eso, creo que simplemente romper el tétrico silencio que se estaba asentando entre nosotros dos
-Oh, Max está en un año sabático, aunque es muy bueno con todo lo eléctrico y las computadoras, realmente bueno, de hecho creo que a veces repara todo tipo de aparatos eléctricos, solo es cosa de llevárselo y el hace su magia- después de todo es bueno preguntar, ya que muchas veces me hacía un lío con las cosas eléctricas, si la tecnología no se llevaba bien conmigo, solo con decirlo que mi teléfono era uno de esos juguetes que parece que salieron de los cereales para niños, lo tenía desde hace milenios, pero realmente no me interesaba actualizarme, porque admitámoslo no tenía amigos, me había excluido del mundo y no me apetecía ser parte de él últimamente.
-Que bien ¿y porque no entro a estudiar eso? Ya que se le da tan bien- realmente me intrigaba, si eres bueno en algo, porque no explotarlo.
-No sé, simplemente dice que quiere disfrutar un poco la vida, pero realmente no hace mucho en estos días- dijo mientras parecía que sus pensamientos lo atrapaban
Un nuevo profesor entro y se presentó, después empezó a pasar lista y esta vez Yemaya ya no estaba en ella.
Un poco menos de tortura
Tuvimos dos horas de esta clase, fue algo pesado ya que al parecer con esta materia solo será teoría, teoría y más teoría. Lo sé es aburrido, pero es parte de lo que me gusta, así que adelante.
Cuando fue hora de nuestro receso, Dylan y yo decidimos ir a sentarnos en la misma banca de ayer.
-Ner ¿Puedo preguntar algo?- Me lo dijo mirándome a los ojos, parece ser importante lo que preguntara, pero siempre me parecía ridículo eso de preguntar si puedes preguntar, definitivamente que más puede pasar si preguntar ¿Qué no te respondan?.
De verdad muchas de las cosas que no hacíamos o dejamos de hacer fue por temor, no atan, nos limitan y todo existe en nuestra cabeza.
Nosotros somos los únicos dueños de nuestra liberación
-Si, adelante- lo dije mientras asentía en señal de que continuara, ahora ya tenía curiosidad.
-Hoy note que solamente había un carro estacionado afuera de tu casa y solo mencionas a tu mamá- pude potar que un ceño fruncido estaba apareciendo en su frente
-Ujummm- que más podría decir a eso
-¿Tu papá vive contigo Ner?- si ahí está la pregunta que tanto temía que hiciera
Y aquí está nuevamente mi dilema, una historia inventada para el padre que no conocí y que lo hiciera ver todo un modelo a seguir o le decía la verdad. Bueno seamos sinceros ya sabemos la respuesta a esto.
-No vive conmigo Dylan- lo dije acompañándolo de un suspiro, ya que era algo de lo que ni yo misma sabía algo –sinceramente no sé nada absolutamente de el- lo dije casi riéndome, porque si era cómica mi situación – solamente sé que fue mi progenitor, eso es todo- para entonces mi sonrisa ya se había desvanecido y mi vista estaba en el horizonte. Dylan me miraba como queriendo descubrir más allá de lo que había dicho, pero ¿Qué más podría decirle si no se nada más?
Era difícil de creer que había compartido más información con este extraño que con cualquier otra persona en el último año de mi vida.
Y una vez más fui salvada por la campana, lo se parece que estoy anunciando un programa de los noventas, pero sonó el timbre indicando que nuestro receso había terminado.
Regresamos con parsimonia al salón de clases, tomando asiento y nuevos maestros, así hasta que se acabaron las clases. Esta vez no me fui como alma que lleva el diablo.
-Ner ¿cuándo es tu día de descanso?- me dijo Dylan desde su asiento mientras yo terminaba de guardar mis cosas.
Te podría decir que nuestras compañeras de clase se morían por su atención, constantemente estaban preguntándole alguna tontería para hacerle platica, pero yo me había dado cuenta que el solo era amable y que no trataba de hacer más platica, eso fue lindo de ver, ya que conmigo era mucho más atento. Si se resbalada de mi asiento un lápiz el inmediatamente iba por él y por supuesto eso tenía algo enojadas a las chicas, pero yo no hacía nada en especial, aparte de ser más torpe de lo de costumbre con Dylan a mi alrededor esos eran los resultados.
En un momento de la clase que se puso algo aburrida, empecé a verlo por el rabillo de mi ojo y no supe en que momento mi cabeza estuvo totalmente dirigida a él, al parecer no le molestaba, lo único que sucedió es que me atrapo viéndolo y me dio una de sus encantadoras sonrisas, por supuesto que yo me puse como un tomate, podía sentir el calor por mis orejas, en mi cuello y en mis mejillas, fue sumamente vergonzoso
-Son los martes, hoy- sí que tonta, creo que lo dije todo en un penoso tartamudeo
-Bueno entonces ¿te gustaría ir por una hamburguesa conmigo? Porque realmente estoy hambriento- vi en sus ojos travesura ya que todas las chicas estaban viéndonos, creo que quiere dejar claro que no está disponible o por lo menos no para ellas, creo que sí estuvo claro su punto, ya que todas hicieron pucheros y trataron de irse lo más rápido posible
Y yo que no me lo podía creer ¿el señor-soy-popularidad rechazando a las chicas? Eso fue interesante
-Sí claro, vamos- me levante y me puse mi mochila en el hombro derecho mientras nos dirigíamos al estacionamiento
Subimos a su auto y salió del estacionamiento, maneja bien, ya que todos los chicos que conocía eran algo impetuosos al respecto, parecía ser algo de chicos. Pero el manejaba como si trajera alguna carga preciosa, por supuesto que yo no me contaba como carga preciosa.
-¿Ner conoces algún buen lugar para devorar una hamburguesa? – me saco de mis pensamientos, sí que estaba hambriento
-Sí, conozco uno cercas de casa, yo te indico por donde- y así lo hice lo lleve donde ayer compre las ensaladas para mamá y para mí, recordé que ahí venden unas muy buenas que le encantaban a Yemaya a veces, si tenía mucha hambre, podía comerse hasta dos de esas hamburguesas dobles, no sé dónde podía albergar tanta comida y seguir igual de delgado que siempre, aunque mucho tenía que ver que él jugaba básquetbol.
Cada vez que tenía algún juego yo era su fan número uno y a veces me hacían competencia alguna de las citas de Yemaya, nada serio claro, él era así, aunque los últimos seis meses no lo vi ni supe que estuviera saliendo con alguien.
Llegamos al lugar y tomamos asiento en una mesa del fondo.
-No me había dado cuenta que se encontraba este lugar aquí cercas ¿vienes seguido?- pregunto Dylan mientras veía a su alrededor
-Sí, bastante seguido, aquí es de donde le llevo a mamá el lonche, creo que ya hasta me conocen- lo dije mientras me salía una risa nerviosa, era como el cielo estar cerca de Dylan.
-Bueno entonces tendré que confiar en ti, para que me recomiendes cual pedir- me lo dijo en tono juguetón mientras que enviaba un guiño en mi dirección
-Por supuesto puedes confiar en mí- respondí del mismo modo juguetón, mientras se acercaba la mesera para pedir nuestras bebidas
-Hola que tal yo soy Magaly y esta tarde voy a ser su mesera ¿Qué les gustaría para beber?- todo esto lo dijo mientras acomodaba su bloc de notas y sacaba su pluma, aun no nos veía. Dylan me dio un asentimiento para que yo pidiera primero
-Me gustaría un té helado por favor- le dije mirando lo que escribía, cuando ella me miro, vi un reconocimiento en su mirada. Por supuesto que me conocía ella fue la última "novia" de Yemaya.
-Para mi también, por favor- dijo Dylan, Magaly termino de escribir en su bloc de notas y subió la mirada para vernos.
-Oh hola Ner, no te había reconocido, te ves muy bien- lo último claro era una total mentira, pero solo quería quedar bien - ¿Cómo has estado Ner?- me pregunto como si fuéramos las mejores amigas que no se habían visto en años.
Aun no sé si reír o llorar.
-Muy bien gracias ¿y tú?- la cortesía ante todo, aunque mi sonrisa quedo solo en una mueca
-Excelente gracias, hace mucho que no te veía- si ahí está el tono de amigas inseparables
-Solamente pedía comida para llevar, pero si hace mucho que no venia a comer aquí- y mi ansiedad estaba yéndose por los cielos, porque veía que Dylan me estaba mirando con un gran signo de interrogación en su frente
-Bueno que bien que has venido, oh veo que vienes con tu novio- no me había dado cuenta que mis manos estaban hacia abajo sobre la mesa y que Dylan tomo mi mano izquierda, ya que estaba moviendo demasiado mis dedos.- Por cierto no he podido contactarme con tu hermano desde que llegue de mi intercambio ¿Cómo ha estado él? Me gustaría verlo un día de estos- si ahora ya sé porque no sabía nada del accidente, no estuvo cercas para recibir la noticia y ahora yo tenía que dársela, una de las peores cosas que a veces tengo que hacer.
Pensé que se había acabado esta etapa de decirles a todos lo que paso con Yemaya o recibir condolencias.