JIMIN POV
Observo con una ceja elevada al chico frente a mí sin dejar de escrutarlo. No debe tener más de veinticinco años, luce bastante joven y esa dulce y carismática sonrisa sin duda alguna lo beneficia muy bien. Carraspeo mi garganta antes de observar de izquierda a derecha.
— Si no te importa, prefiero que hablemos aquí. ¿De dónde me conoces?
Anthony sonríe comprensivo, opta por una postura más formal, realiza una seña para que nos acerquemos a la entrada del bar y podamos proseguir nuestra charla allí.
— He escuchado de tu persona por alguien más —cabecea—. Min.
— ¿Yoongi? —La sorpresa en mi tono es notoria—. ¿Te ha hablado de mí?
— En una ocasión — Asiente—. Lamento haberte sorprendido, pero quería asegurarme de que fueras tú.
— Bueno, parece que sí — Sonrío formal y elevo mis hombros—. ¿Yoongi es amigo tuyo?
— Hm — Frota su nuca—. Sí, podría decirse que sí.
Asiento en silencio y observo el restaurante de hamburguesas que está a un par de pasos de donde me encuentro. Dirijo la vista hacia Anthony, pero él parece captar la indirecta ya que se inclina con una sonrisa.
— Seré breve —Me observa fijo—. Creo que tu madre me es alguien familiar.
— ¿Mi madre? —repito.
— Chaerin Park, ¿no? Trabaja en torres Lindon —Se lleva la mano a la barbilla—. De ser así, el mundo es bastante pequeño.
— Ella misma —Elevo las cejas sorprendido—. ¿Trabajas ahí?
— Conocida de mi familia —Realiza un ademán—. Sin duda el mundo es un pañuelo.
— Aparentemente.
Presiono la vista al restaurante.
— No te quito más el tiempo, Jimin. Ten una linda tarde.
— Igualmente, hasta luego.
Me doy la vuelta y me dirijo a paso veloz al lugar. Volteo detrás de mí, pero todo rastro de Anthony se ha esfumado. Pido un gabinete en el piso de arriba en la terraza, agarro el menú y mantengo la vista fija en él hasta sentir una presencia bastante cerca de mí y el rechinar de una silla.
Desciendo el plástico dejándolo a la altura de mi nariz y observo a Yoongi con expresión furiosa viéndome fijamente. "Vas a pagar" dice entre labios antes de tomar a su turno el menú y clavar la vista en él. Me vuelvo a ocultar detrás y después de decidirme por una hamburguesa doble al carbón vuelvo a enfocar mi vista al exterior. Suspiro pesado antes de mover de pierna a arriba a abajo y comenzar a morder mis uñas, me encuentro extrañamente ansioso y la vista de Yoongi sobre mí no ayuda mucho. Volteo a verlo de soslayo, pero desvío la mirada apenas nuestros ojos se encuentran.
— Buenas tardes — Una atractiva chica con el cabello recogido se acerca—. ¿Desean algo para tomar?
— Yo una soda de manzana — Sonrío y ella asiente para anotarlo.
— ¿Y tú? — Se dirige hacia Yoongi, su expresión cambia a una coqueta.
Yoongi la examina fugaz de pies a cabeza y le mantiene fija la vista. Observa el menú una última vez antes de sonreír a la fémina.
— Dame una cerveza — Pide descendiendo sutil su mirada al cuerpo de la chica, expando mis ojos como platos—. Por favor.
— Claro —Ella le mantiene un momento la mirada antes de anotar—. ¿Algo más?
Yoongi eleva ambas cejas y niega con la cabeza, la chica le sonríe una última vez antes de darse la vuelta y bajar las escaleras. Él la sigue con la mirada, esboza una débil sonrisa antes de desviar la vista a otro lado. Aprieto mis labios y apenas siento un dolor en mis dedos volteo, percatándome que he estado apretando el tenedor casi doblándolo; me ahorro mis comentarios y esperamos a que la chica regrese con nuestras bebidas.
— ¿Ya saben qué van a ordenar? — Pregunta ella viendo a Yoongi.
— Una doble —respondo seco, ella anota apenas prestándome atención.
— De acuerdo... — murmura en voz baja y cambia su peso de pie antes de ver a mi acompañante—. ¿A ti qué te traigo?
— ¿Qué me recomiendas? —Le interroga él.
En ese momento me encuentro tomando la soda y no puedo evitar apretar mis labios. La chica mantiene su interés sobre él, jugueteando con su cabello.
— La BBQ es muy buena, o una con salsa ranch —responde dulce.
— Dame una BBQ con papas a la francesa, si eres tan amable. Y una sencilla para llevar.
— Con mucho gusto — Ella asiente y le guiña el ojo antes de retirarse meneando su andar.
La sigo con una mala cara antes de dirigir la vista al de ojos ceniza.
— ¿Conoces algo que se llama respeto? —interrogo.
— Ella cedió permiso, ¿o acaso no te percataste de su genuino interés en mí?— responde con simpleza.
Aprieto mis puños y me siento enrojecer cada vez más. Tomo una bocanada de aire y me apoyo en los bordes de la mesa antes de inclinarme hacia Yoongi quien sonríe entretenido.
— No tienes escrúpulos —espeto—. ¿Qué estás buscando?
— Entretenimiento —Me observa fijo—. Follar un rato, sigo siendo un hombre después de todo.
— Creí que el sexo no te interesaba hasta que se trataba de mí.
— ¿Estás celoso? —inquiere divertido—. ¿Acaso no puedo fijarme en una mujer? Tú y yo no somos nada.
— ¿Celoso? —exclamo riendo—. Cuéntame otro chiste, se ve que eres excelente.
— Entonces evita tus comentarios.
— Me los evitaría, pero resulta que andas hablando de mí con amigos tuyos, así que es difícil no sentirme importante.
— Espera, ¿qué? — Interrumpe brusco.
Me callo y elevo una ceja al percibir su sombría expresión.
— ¿Anthony Forcraft? —inquiero sutil—. ¿No te suena?
— ¡¿Hablaste con él?! —exclama brusco levantándose de la mesa.
— ¡Cálmate! —Le espeto sorprendido debido a su reacción—. ¿Qué te sucede? ¡Auch! —exclamo cuando se abalanza sobre mí y tira del brazo para levantarme—. ¡Carajo, espera!
Maldigo por ser los únicos en la planta alta, pero eso no evita que patalee y me zafe de él. Yoongi me vuelve a tomar con violencia torciendo mi brazo y llevándome a los baños casi tirándome al al interior. Una vez allí, me sujeta del cuello de la camisa y me empuja contra la pared.
— ¿Qué te dijo? —interroga sombrío.
— ¡Nada! —exclamo—. ¡Solamente me dijo que eran amigos!
— Mentiroso.
— ¡No estoy mintiendo!
— ¿Por qué mierda te buscaría? O más bien, ¿por qué responderías? — Aprieta más, mis ojos se inyectan en pánico. — ¿Ese acaso es tu jodido plan? ¿Meterte de más en mi vida personal para encontrar la forma de seguir conmigo? ¿O acaso buscas verte con otras personas? — Me azota contra la pared con tanta fuerza que me saca el aire y no puedo apretar mis ojos—. Carajo, te juro que donde te haya puesto un puto dedo encima voy a...
— ¡Basta! — Vocifero completamente sacado de quicio por su comportamiento—. ¡Siquiera me estás dejando hablar!
— Jimin de verdad soy jodidamente capaz de quemarte ese lindo rostro para que nadie pueda identificarte o acercarse a ti —Amenaza con un tono intimidante—. Y si es necesario que te abra el jodido estómago y escribir mi nombre allí, por supuesto que también lo haré — Otro azote—. ¿Cuál es tu jodido plan? ¿Buscas ponerme celoso? ¿Qué mierda pretendes? — Me cede un último azote que es el que me lleva al suelo.
Lo observo desde allí con una expresión de asombro que no puedo describir. Yoongi se apoya en el lavamanos con la respiración agitada y se observa al espejo, viéndome después a través de él. Me vuelve a sujetar y estampa una de sus manos contra este para quebrarlo, con los nudillos empapados de sangre arranca un pedazo de vidrio que eleva a la altura de nuestros rostros y me apunta con él.
— ¿Esto es lo que quieres? ¿Quieres que use esto? — Acerca el filo transparente a mis ojos y yo de inmediato comienzo a negar con la cabeza.
— Y con esta mierda pretendes que me crea que lo nuestro no ha acabado — espeto procurando que la fascinación no tome posesión de mi voz.
— Mira tú — Sujeta mi mano y la abre para colocar el vidrio allí y presionar—. Tomaré eso como un sí, precioso.
Jadeo cuando siento el filo atravesar toda mi palma realizando una cortadura semi-profunda. El azabache me acorrala y se coloca detrás de mí tapando mi boca. Pataleo y me remuevo pisoteando en desespero hasta que lo siento chocar contra la pared, comienzo a azotarlo contra ella, pero él afirma su agarre y en un veloz movimiento, él es quien me pone contra aquel muro. Siento la punta del vidrio rozando mi garganta.
— ¿Tú quieres que te mate, verdad? — Ríe haciéndome estremecer—. Anhelas que hunda esto hasta el fondo de tu cuello y te lo arranque en un veloz movimiento, anhelas caer al suelo y desangrarte de adoración por mí, ¿eso ansías, verdad?
Me mantengo en silencio temblando de pies a cabeza. Nunca lo había visto tan desquiciado... nunca lo había visto perder el control así. Parecía que el Yoongi tranquilo y satírico había sido brutalmente reemplazado por un demente a sangre fría fuera de control.
— ¿Qué tengo que hacer para que seas obediente y no te salgas de mi control? —interroga más tranquilo—. ¿Quieres que vuelva a follarte ? ¿Que te llene el cuerpo de chupetones y de marcas?
Muerdo mis labios y cierro mis ojos con fuerza cuando sus manos se colan por mi camisa y comienzan a subir. Aprieto más mis labios y ojos al sentirlo rozar mis pezones.
— De hecho no sería tan mala idea — Susurro tembloroso—. Pero ahora mismo quiero que me dejes en paz.
Yoongi me voltea para que quedemos cara a cara. Me sujeta con fuerza de ambas mejillas —importándole poco que una mano se encuentre sangrando— para que lo observe directo a los ojos.
— Obsérvame y niégamelo — Aprieta más—. Dime en la cara, viéndome fijamente a los ojos, que te deje en paz y no me deseas.
Me mantengo en silencio sintiendo un nudo en mi garganta que arde, me quema y congela todo mi cuerpo de forma desagradable. Es como un toque que conforme más se prolonga, más doloroso es. Tiemblo sin quitarle la mirada de encima y sin siquiera tratar de zafarme.
Si le decía que no, corría el riesgo de perderlo. Si le decía que sí, aceptaría sus abusos.
— ¿No puedes? —Sigue apretando.
— ¿Por qué te cuesta tanto? ¿P-por qué te cuesta tanto a ti dejarme ir? — Ataco esta vez.
— ¿Es que aún no te das cuenta?
— ¿Darme cuenta de qué? — inquiero sintiendo su agarre aflojarse.
Él ríe y finalmente me suelta. Retrocede para limpiarse las manos conforme niega con la cabeza y murmura cosas incomprensibles. Se voltea para escrutarme tras aquel breve lapso, pero yo aún me encuentro congelado contra la pared sin osar moverme.
— Eres tan ingenuo —Habla—. Tan ingenuo e inocente.
— No soy ningún maldito inocente —refuto.— ¿Cómo mierda puedo serlo tras todo lo que has hecho conmigo?
Me siento bullir, pero él sigue riendo en descontrol. Este chico de verdad está demente.
— Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado con la mentira —murmura divertido.
— ¿Qué?
— ¿Te he dicho que eres jodidamente hermoso? —Prosigue él.
— ¿Yoongi de qué hablas?
— No te haré daño, confía en mí.
— ¿Qué demonios dices?
— No me interesa el sexo hasta que se trata de ti.
Me mantengo en un abrupto silencio, pero él mantiene aquella enferma sonrisa.
— Fuiste hecho a mi medida.
Y siento mi pecho oprimirse al entender poco a poco qué es lo que está haciendo y la relación con su frase.
— Vas a pagarlo... — Susurro sintiendo mi cuerpo temblar y mi corazón desgarrarse.
— Qué encanto, por fin comprendes. Punto para mi precioso muñeco —Su tono es cruel y lúgubre—. Finalmente has caído en mi más grande mentira: ¡crees que puedes contra mí cuando apenas tienes idea de lo que soy y todo lo que he hecho!
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MARATÓN, FIN.
BLOODYPARKDROG