2-BWithU Estar contigo

By LucyMeryChan

948 93 48

Ajax se enlista en la Academia de Sumeru con el fin de aprender a controlar su poder. En ella conoce a ZhongL... More

Capítulo 1 Pesadillas
Capítulo 2 Primeros encuentros
Capítulo 3 Mariposa
Capítulo 4 La leyenda
Capítulo 5 La fiesta
Capítulo 6 Lo que debo proteger
capítulo 7 Metamorfosis
Capítulo 8 Combate
Capítulo 9 Biblioteca
Capítulo 10 Santuario I
Capítulo 11 Santuario II
Capítulo 12 Cascabeles
Capítulo 13 Detrás
Capítulo 14 Karma
Capítulo 15 Contrato
Capítulo 16 Secuestro
Capítulo 17 Intercambio
Capítulo 18 La ira de la roca
Capítulo 19 Estrategia
Capítulo 20 Dragón
Capítulo 21 El olvido
Capítulo 22 Bocetos
Capítulo 24 Fuego interior

Capítulo 23 Lencería

64 3 1
By LucyMeryChan


Propiciado por el entusiasmo tal vez, Ajax despertó al día siguiente mucho más temprano de lo acostumbrado. Hacía una mañana preciosa en el santuario. Se estiró y salió a tomar aire fresco para no molestar a sus amigos quienes todavía dormían. En su caminata disfrutaba del silencio del santuario, cuando sintió la presencia del espíritu del Kitsune, acto seguido se inclinó hasta el suelo a manera de respeto.

—¡Buenos días! —dijo al no saber qué sería lo correcto. Consiguiendo que el Kitsune sonriera por su inocencia. Desde que Ajax había cambiado cuerpo con Rosalyne, era mucho más perceptivo de la deidad que rondaba el edificio. A veces le veía y en ocasiones charlaban juntos. El pelirrojo se entristecía al verle, cosa que no pasaba desapercibido.

—¿Cómo dicen los jóvenes hoy en día? Hola, ¿cómo estás? —Tocó su hombro mientras sostenía una sonrisa—. Levanta tu frente, no tienes que inclinarte ante mí siempre que me veas, pues tú y yo somos el mismo ser. Por cierto, me gustaría saber una cosa ¿qué te hacía sonreír mientras dormías?

Ajax se avergonzó mucho al pensar en la sesión fotográfica la cual ZhongLi había explicado que sería privada, donde estarían solo ellos dos. Lo que no había contemplado era que el espíritu del Kitsune rondaba por ese lugar. ¿Qué pensaría de él si lo encontraba vistiendo ropa de cuestionable recato?

—Ah, lo que pasa es que hoy me invitó ZhongLi para tomarme unas fotos.

—Me alegro mucho de verte sonreír.

—Le suplico que no se asome al salón en que estaremos —clamó Ajax juntando las manos, en espera de que su petición no incomodara a la deidad.

El Kitsune volvió a sonreír, ahogando la risa detrás de la manga de su kimono. Si Ajax supiera lo que él y Morax hacían en frente del altar de su propio santuario, no se preocuparía por asuntos como aquél.

—Si es lo que quieres, no interrumpiré. Y ojalá que aquello que te ha preocupado últimamente, se pueda resolver. Si tienes deseos de hablarlo, quiero que sepas que puedes decírmelo.

—En realidad, señor Kitsune, prometo que le devolveré su cuerpo en cuanto usted lo necesite. Tengo una duda y es que, no entiendo por qué me lo ha prestado. Sé que mi misión ha sido permanecer junto a quien usted llama Hijo del Tiempo, para que así usted pueda ocultarse de su vista; ya que yo he sido creado por ese motivo...

El Kitsune se acercó para hacer levantar el rostro de su otro yo, aunque en sí no pudiera físicamente tocarlo, deseaba secar sus lágrimas.

—Ha llegado la hora de anular esa misión egoísta que en el pasado te encomendé. Si tú lo deseas, lucharemos juntos contra el Hijo del Tiempo, para que no se interponga en nuestro destino. Si por el contrario quieres permanecer a su lado, no seré yo quien te lo impida. No te veré más como mi otro yo, sino como un ser individual.

—Yo, quisiera que usted y Morax pudieran ser felices, si de algo ha valido mi sacrificio, además les debo una de disculpa por arruinar su relación en el pasado.

—Sin embargo, aguarda un poco más antes de darme tu respuesta —Sonriendo amablemente, el Kitsune puso un dedo sobre los labios de Ajax para interrumpirlo, fingiendo no haber escuchado lo anterior—. Pues ha sido mi voluntad prestarte mi cuerpo original, con el fin de que experimentes lo que harías estando en mi lugar a la vez que continúas caminando por el sendero que crees que es el tuyo. Te prometo que cumpliré lo que tú corazón desee cuando sea el tiempo correcto, que está cerca.

Dicho aquello, desapareció de su vista, dejando a Ajax sumido en sus pensamientos. No se dio cuenta del tiempo que estuvo así cuando sintió una mano en el hombro, que lo hizo girarse.

—Buenos días. También te has levantado temprano a caminar.

—ZhongLi... —contuvo el aliento al ver la ropa que llevaba puesta su jefe de grupo. No solía mencionarlo, pero le impresionaba cada vez que se mostraba con ropas tradicionales o casuales, distinto al usual uniforme escolar. La yukata azul marino con bordados dorados que abrazaba el cuerpo del castaño le daba un aspecto atractivo a la vez que mostraba comodidad. Sintió mariposas en el estómago, tanto por la expectativa de ese día, como por la cercanía de ZhongLi quien lo hacía dudar siempre si en realidad lo prefería a él sobre Capitano. Sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos y el otro aprovechó la pausa para tomar la iniciativa.

—Si estás listo, podemos comenzar. He pedido que me lleven el desayuno a la habitación, allí preparé el set, pues considero que será interesante usar el fondo en el que el Kitsune mismo vivió. Sus propios muebles y el estilo antiguo del edificio les darán un aspecto mágico a las fotos.

Ajax asintió. Decidido a tomar esa sesión fotográfica con ZhongLi siguió sus pasos junto con la mariposa Natasha que venía detrás. Al entrar en la suntuosa recámara, pudo ver colgado de un perchero el hermoso kimono amarillo y dorado decorado con una textura en las que destacaban en armonía violetas y pequeños racimos azules de "no me olvides". Aguardaban junto a este los accesorios que consistían en una máscara de zorro, un tocado de flores azules, zapatos a juego con detalles de flores, un pequeño bolso de mano color violeta, entre otros.

ZhongLi le indicó el biombo detrás del cual podría cambiarse de ropa y le acercó el kimono. Ajax recibió las distintas telas de las que se componía, las colocó a un lado para luego comenzar a desvestirse. Entretanto el otro joven encendía las luces del set y hacía unas fotos de prueba para asegurarse de que la iluminación era la correcta.

—Por cierto, ¿cómo es que conseguiste cámara profesional para la sesión de fotos? —preguntó Ajax al tiempo que investigando cómo ponerse el kimono, se dio cuenta del uso del flash. ZhongLi ajustaba los tripié de los flashes hasta convencerse de conseguir el efecto que quería.

—Ah, eso es porque la sacerdotisa Yae se mostró interesada en las fotos. Si consigo alguna toma que le guste, la incluirá en alguna de sus novelas en las cuales ya está trabajando. De modo que pude armar el set sin costo alguno.

—¡¿Le dijiste a ella sobre las fotos antes que a mí?! ¡Eso es injusto! Esto me da mucha pena.

—En realidad solo le pedí prestada una cámara y ella supuso el resto. Es un demonio que parece saber lo que uno va a decir antes de siquiera abrir la boca. Da miedo.

—Oh, en eso tienes razón, da algo de miedo —Luego tras una pausa en la que investigaba cómo debía utilizar el Kimono, Ajax preguntó—. ZhongLi, ¿cómo se supone que se pone uno esto? No lo comprendo, no tiene botones ni nada.

ZhongLi sonrió desde atrás de la cámara, al tiempo que hacía una última foto y la luz de flash se activaba como un chispazo. Dejó el sofisticado aparato a un lado para caminar hacia el biombo, dispuesto a ayudar a su compañero a vestirse.

—Déjame mostrarte cómo —su voz no necesitaba sonar así de profunda, sus pupilas se dilataron al asomarse. Ajax estaba especialmente seductor esa mañana sea por su olor apenas oculto bajo los parches o el temblor de su cuerpo al momento de aproximarse a él.

Ajax se cubrió el cuerpo con la tela, lo mejor que pudo cuando sintió los pasos de ZhongLi acercándose. Éste lo miró de arriba abajo, notando que había quedado en calzoncillos. Se acercó para arrebatarle la primera prenda, luego la pasó por sus hombros y ajustó con agilidad. Podía casi escuchar el corazón palpitando detrás de la delgada tela. Sin mayor ceremonia puso la segunda capa y así hasta terminar.

—Gracias —fue lo único que acertó a decir al sentir las manos que le rodeaban.

En voz baja, ZhongLi le hizo un par de indicaciones para que él pudiera repetir el proceso por su cuenta después. Su aliento le hizo cosquillas al cuello al ayudarlo a sujetar el conjunto con los nudos finales. Lo rodeó, se inclinó a observar si había que hacer ajustes a la tela, deslizando los dedos por la espalda hasta casi llegar a la cadera. El kimono lucía casi perfecto, mucho más hermoso ahora que dibujaba las delicadas curvas de Ajax.

Entonces ZhongLi apuntó a un lado, donde el pelirrojo pudo verse al espejo de cuerpo completo, ya completamente vestido. El rubor de mejillas y el rojo de su cabello armonizaban bien con el kimono que hacía resaltar el color de los ojos. El único detalle que todavía preocupaba al diseñador era si Ajax sentía cómodo el pliegue que había dejado abierto a propósito para permitir el paso de las colas a su espalda. Esperaba que no fuera demasiado grande que pudiera revelar mucha piel a posibles ojos indiscretos, ni muy estrecho que no le permitiera libertad de movimiento.

Ajax se estremeció conteniendo la respiración cuando sintió las manos rozar con el nacimiento de sus colas de zorro; lugar en el que era especialmente sensible el cual, le recordaba lo que habían hecho tiempo atrás, reviviendo en él el deseo. ZhongLi pasó un par de alfileres por la tela y se apartó.

—¿Cómo lo sientes? ¿Te aprieta? ¿Puedes moverlas libremente?

La tela sobre su cuerpo era como una suave caricia. Se movió y dio unos pequeños pasos para comprobar que era de hecho bastante cómodo a pesar de la restricción a separar las piernas. ZhongLi le pidió que se sentara o agachase para comprobar que no había problemas. Una vez satisfecho, le retiró el kimono para así hacer los ajustes necesarios.

—Es muy bonito. ¿Cuánto te debo por él? —Ajax pudo volver a respirar, cuando ZhongLi se alejó del biombo y tomó de entre sus cosas objetos de costura.

—Bastarán treinta millones si deseas pagarlo —dijo mientras pasaba la aguja por la tela. Ajax tragó saliva con dificultad. No era una cantidad de mora que pudiera reunir en un periodo de tiempo corto.

—¿Y cuánto te debo de los otros vestidos?

—El de inicio del curso fueron dos millones, y el otro cinco millones. Esos los conseguí con dinero de mi propio bolsillo, eran muy valiosos para mí. Pero para éste en particular tuve que pedirle un préstamo a mi padre. Le pagaré en cuanto se vendan los diseños de mi tienda. De modo que, si el negocio sale bien, descontaré lo que me debas de allí. ¿Suena bien?

Ajax asintió deseando que en verdad la tienda fuera a solventar los gastos, porque era demasiado dinero para él siendo un simple estudiante.

—No te preocupes, estoy seguro de que irá bien. Listo, ahora intenta ponértelo tú mismo.

Le devolvió el kimono al tímido chico que asintió muy agradecido, para luego correr a ocultarse detrás del biombo. Tras lo cual Ajax hizo lo mejor que pudo por volver a vestirse y salió solo para que ZhongLi tuviera que corregir un par de detalles, ajustar pliegues y comenzar a añadir los accesorios.

Aprovecharon para tomar fotos del kimono, aunque no era precisamente para la tienda. Ajax se veía increíblemente lindo que era difícil negarse a hacer un par de ellas. ZhongLi le indicó donde pararse y cómo posar antes de comenzar la lluvia de fotos. Se valieron de los objetos decorativos de la habitación e incluso la mariposa Natasha para realizar una serie de interesantes tomas.

Se sentaron juntos para verlas en la pantalla digital de la cámara. Ajax se percibía muy nervioso y tieso en las primeras, pero conforme cambiaban de foto y gracias a las indicaciones que le hizo ZhongLi se le notó más relajado por las últimas. El brillo en los ojos de ambos se intensificaba y sonreían uno al otro al hablar. Estaban tan cerca sus cabezas, se tocaban hombro con hombro que poco sería necesario si uno quisiera, besar al otro. ZhongLi acariciaba la idea cuando escucharon que Noelle llamaba a la puerta, informando que traía el desayuno prometido.

Rota la atmósfera, ZhongLi enderezó la espalda y se puso de pie para abrirle a Noelle pues estaba cerrado el lugar a propósito de tener privacidad. Decidieron hacer una pausa para desayunar. Noelle les sirvió en la pequeña mesita una gran variedad de platillos antes de retirarse a sus otros deberes, permitiéndoles seguir a solas. Ajax se quitó el kimono sustituyéndolo por una bata de baño que estaba cerca y lo guardó con cuidado en el clóset junto a las otras prendas que usaría ese día. Le subieron los colores al rostro al ver un par de ellas. Quizá eso le abrió el apetito, porque al sentarse a recibir los alimentos, comió de prisa.

—Calma, te dolerá el estómago si comes así —ZhongLi degustaba a su vez de manera mucho más pausada. Pasó la lengua por los labios decidiendo cuál sería el conjunto de ropa que se pondría su compañero a continuación. Abrió la boca para mencionar esto—. Solo para ganar tiempo, cuando termines, comenzaremos con mis favoritos de la lencería que he preparado para ti.

Al escuchar la palabra lencería se atragantó de tal forma que empezó a darse golpes de pecho. ZhongLi se preocupó por alcanzarle un vaso con agua mientras reía para sus adentros por esa deliciosa timidez de su modelo. Le era difícil resistirse a la tentación de morder esas preciosas mejillas llenas de pecas y color de granada.

—Dijiste que eran solo trapos comunes.

—Bueno, serán de uso común para mis clientes. Apuesto que venderemos lo suficiente para iniciar la producción y distribución de inmediato. Lo que uses será tuyo en adelante. No necesitará ajustes para tus orejas o colas porque son prendas que no las cubrirán, así que no hay de qué preocuparse por ajustar nada.

—Dime que no aparecerá mi rostro en la publicidad.

—¿Estás de broma? Si no aparece tu rostro, lo mismo da fotografiar una piedra con lencería. Ajax, mírame a los ojos. Ganarás mucho mejor que en la cafetería, pero ya no tendrás que soportar a la gente sobre ti para sacar el trabajo del día. Ya verás que me lo agradecerás, te maquillaré un poco y usaremos unos trucos de diseño y edición tal vez. Tú mismo lo podrás ver, estarás tan atractivo que los clientes se volverán locos por usar tu lencería.

Todo esto lo decía tan convencido que Ajax podía creerle. Pero no era eso lo que lo ponía nervioso, sino el hecho de tener que usar ropa pequeñita frente a ZhongLi, quien lo estaría observando meticulosamente. Además no tenía a sus amigos para pedirles ayuda y ocultarse detrás de ellos, o incluso sentir su apoyo si ellos estuvieran modelando lo mismo... Ajax meneó la cabeza para borrar de su mente la idea mental de ver a Kaeya y Kaveh posando lencería a su lado.

Cuando menos se lo esperaba, ZhongLi ya había hecho la mesa a un lado con todo y el desayuno. Al volver trataba de arrebatarle la bata que cubría su tímido cuerpo.

—Será mejor que nos demos prisa, o el día se esfumará en un parpadeo. Déjame ver si necesitaremos hacerte depilación primero —forcejeó con Ajax unos preciosos minutos, volviéndose ambos una figura de pies y brazos intercalándose. El vencedor arrebató los pocos trapos arrojándolos al rincón del biombo para luego llevar a su tímido compañero al banco frente al tocador y allí encargarse de darle los cuidados completos de belleza—. Ojalá podamos cubrir las manchas de karma; aunque no me molesta que aparezca el tatuaje de Exuvia, ya que me hace publicidad porque aparece en el logotipo de mi marca.

Le aplicó desde depilación, cuidado de uñas, limpieza bucal, de oídos, nariz, le puso un par de mascarillas, le dio masaje de espalda después de hablar lo del karma y asegurarse de que Ajax seguía el tratamiento recetado por el doctor Baizhu. Cuando hubo terminado comenzó a maquillarlo de los pies a la cabeza.

Ajax intentaba en vano proteger sus genitales de tan generosas atenciones, pues su maquillista le impidió poner las manos. No tuvo más remedio que usarlas para cubrir su boca en su lugar, para evitar dejar escapar sonidos involuntarios que solo delatarían el furor de emociones acumulándose en su interior.

—Voltéate —ordenó ZhongLi cuando había terminado con el frente y era turno para su espalda. Las colas inquietas de Ajax cepillaron el rostro severo para luego ser sujetadas con firmeza a pesar del gemido que provocó del dueño—. No te muevas, que no te haré daño.

—¡No tienes idea de lo sensible que soy si las tocas!

—Me doy cuenta —Pasó el cepillo por el pelaje luego de aplicar una especie de suavizante de cabello en spray que además tenía un olor agradable. Al dueño de esas sensibles terminales nerviosas se le erizó la piel entera al sentir el cepillo, aunque era solo una leve caricia todo su cuerpo sufría una agonía de sensaciones inexplicable. Cuando hubo terminado con las hermosas colas, volvió a pasar maquillaje en polvo alrededor de las caderas de Ajax y su espalda, matando cualquier brillo. Aplicó sombras para realzar las curvas importantes, no quería aplicar demasiada corrección, sabiendo que de hecho deseaba que las pecas del muchacho fueran visibles todavía.

—ZhongLi, ¿realmente es necesario todo esto? —preguntó mientras continuaba el otro con los detalles en su rostro y le peinaba la cabeza y orejas. Entonces sintió que ZhongLi retiraba los parches que ocultaban su olor a omega, para utilizar perfumes en un intento de cubrirlo al menos un poco. En cuestión de segundos el dulce aroma del pelirrojo invadía la habitación.

—Claro que sí. Entre menos detalles tenga que corregir en la edición, mejor. Pero estás precioso, no lo digo con el fin de decir que tienes errores. Estoy tratando de minimizar los problemas que me vienen desde la cámara. Si tienes humedad en la piel por ejemplo, el flash reflejará brillos no deseados, y ahora que el maquillaje difumina tus rasgos, si no aplico sombra, podría perder la belleza de tus formas. Es complicado de explicar. Confórmate con entender que, en realidad la cámara es un poco torpe para capturar tu verdadera belleza por sí sola y necesito de pequeños trucos para ayudarle. Te mostraré las primeras fotos que hicimos y las que haré a continuación para que te des cuenta de eso.

Ajax aguardó en silencio, luego de ese largo rato de preparación, ya estaba comenzando a acostumbrándose a su propia desnudez. Entonces ZhongLi fue al repertorio de lencería y eligió algo que le mostró en alto lleno de orgullo propio.

—Este conjunto en negro y azul es mi favorito —Ajax lo recibió en las manos, aumentando el rubor de sus mejillas de manera natural. Una serie de correas, cadenas, alrededor de un corsé, muy poca tela en los calzoncillos con una ventana con corte en v al frente y realmente nada que pudiera cubrir las caderas—. Y esto para el tobillo y el cuello como accesorios, son cadenas con el logotipo de mi marca. Póntelos y enseguida comenzaremos.

ZhongLi volvió a calibrar las luces, pues el sol ya debía estar en lo alto cambiando el aspecto de la iluminación al interior de la habitación. Ajax fue al biombo y se puso la lencería lo mejor que pudo entender, deseando que las prendas cubrieran un poco más.

—Si necesitas ayuda con el corsé... —preguntó el fotógrafo quien estaba ya preparado, asegurándose de que su cámara tenía batería y el dispositivo de memoria insertado. Ajax asomó la cabeza y luego el resto del cuerpo. Al mostrarse entero, provocó un silbido de aprobación seguido de una pausa en la que ZhongLi tuvo que tragar saliva antes de dar la indicación de pararse junto a la cabecera de la cama.

Si Ajax pensaba que ZhongLi estaba en control de sí mismo, frío y distante en favor de trabajar profesionalmente, debía mirar dos veces, porque no era así. El muchacho era un desastre en el interior, pues con el aroma alrededor nacía su deseo de marcar el cuello desprotegido, de ese por quien sería capaz de dar su propia vida. Hacía falta nada para que sus rasgos animales volvieran a aparecer, el largo periodo de abstinencia incrementaba la dificultad de restringir sus propios deseos, presentes en el fulgor dorado de sus ojos.

Una lluvia de luces de flash recorrió a Ajax a continuación. Entre una toma y otra, ZhongLi se movía a su alrededor, indicaba algo para cambiar las poses y poco a poco fue atreviéndose a más, incrementando la sensualidad de éstas. Hasta conseguir un ángulo especial en el cuál él quedara satisfecho, cosa que no parecía ser fácil.

—Levanta ese culito hermoso para que lo pueda ver. Dile a tus preciosas colitas que se hagan a un lado. ¿Puedes hacerlas a un lado? Así está bien. No olvides mirar hacia acá, dame esos destellos amatista de tus ojos.

A fin de que Ajax sonriera no dejaba de hablarle con piropos o contarle chistes, propiciando el tipo de charla en la que ambos se sintiesen cómodos y felizmente excitados. Pues podía verse que ZhongLi no era el único sintiendo ese cosquilleo en la piel, o con una erección, según lo que percibió la cámara.

En algún momento entre cambios de ropa, entre risas y accidentes no previstos en los que Ajax fue fotografiado mientras se quitaba la lencería, forcejeos en donde el pelirrojo deseaba obligar a ZhongLi que borrase ciertas fotos, se fue perdiendo la seriedad con la que se suponía habían iniciado. El castaño estaba permitiéndose capturar ciertos momentos de espontaneidad y capturar la sorpresa y otras divertidas expresiones del repertorio de Ajax.

—¡Ajax, Ajax! —Lo llamaba Kaveh a voces desde los jardines del santuario, como si su amigo se tratase de un gatito perdido—. ¿En dónde se habrá metido? ¿Y si ZhongLi se la ha llevado con él para encerrarlo en alguna oscura mazmorra oculta?

—Tienes mucha imaginación. Recuerdo que ayer en la cena ellos dos se quedaron para charlar. Supongamos que se habrán puesto de acuerdo para verse a solas —comentó Kaeya, muy seguro de sí mismo, pero Kaveh no le creyó ni media palabra, pues seguía buscando a su amigo.

—ZhongLi no se reunirá con nosotros hoy. Al parecer tiene una sesión fotográfica a solas con Ajax —murmuró Haitham desde lo alto de un árbol, en el que había estado leyendo pacíficamente hasta escuchar los gritos de Kaveh y tuvo que hacer o decir algo a fin de detenerlo.

—¿ZhongLi estando a solas con Ajax a solas? ¡Eso es imposible!

—Puedes preguntarle tú mismo a los sirvientes de ZhongLi si no me crees, o incluso notarlo por las discretas sacerdotisas que husmean alrededor de su habitación, murmurando la información ellas mismas.

—Si esto llega a saberse en el palacio de Liyue. Tenemos que advertirle a su majestad Neuvillette —Wriothesley hizo saltar en su sitio al joven Kaveh, al aparecer de la nada—. Es una desgracia que no haya señal desde aquí. —Continuó buscando con su celular un poco de señal, perdiéndose entre los arbustos y árboles del lugar.

—Les aconsejo que trabajen en memorizar la canción y practicar mientras ZhongLi está ocupado, en lugar de gritar por allí, haciendo escándalo —dijo Haitham de manera fría, aunque en realidad solo lo hacía para ver a Kaveh cambiar a un rojo colérico y lanzarle maldiciones. Sonrió para sí mismo mientras volvía a abrir su libro y desconectarse del mundo.

—Anda, será mejor que vayamos a buscar algo de comer y hacer nuestros deberes. Mañana tendremos un día muy ocupado —Aconsejó Kaeya cuando se daba cuenta que intentaba éste escalar el mismo árbol en que estaba Haitham y enseguida tiró del brazo de su querido amigo rubio.

ZhongLi respiró hondo mientras hacía cosquillas con su nariz por el cuello del pelirrojo. Sus pupilas se dilataban y el ansia de morder la delicada piel se apoderaba de él. De momento solo paseaba sus labios y acariciaba con sus dientes la zona que más destilaba ese olor a omega y que despertaba poco a poco sus instintos. Frunció un poco la nariz al notar restos del olor a Capitano, cosa que lo hizo gruñir, pero no retrocedió, en su lugar acercó su propio cuello para mezclar su esencia y tratar de borrar la del otro.

Su pequeño modelo yacía debajo de él, en una posición poco favorable, más bien vulnerable, apretado entre los pliegues de la cama y su musculoso cuerpo que pugnaba por transformarse en mitad dragón.

Ajax repasó en su interior la charla que había tenido esa mañana con el espíritu Kitsune del santuario, la parte en que éste le explicaba la razón medular de porqué le había prestado su cuerpo. Él deseaba que experimentara en su carne lo que haría estando en su lugar también. Así que, decidió permitir que ZhongLi lo tocara, que estuviera cerca, sin restringirle en absoluto.

La cámara fotográfica pasó a ser olvidada en algún rincón, de la misma manera que las ropas de los dos jóvenes estudiantes. Ajax había apartado la fina yukata del cuerpo de ZhongLi y éste a su vez se deshizo de la lencería del pelirrojo, tirando de los finos encajes con sus propios labios y dientes, siempre cuidando de no deshacer el contacto visual con los ojos color violeta.

Era mucho más importante en ese momento reconocer sus propias necesidades de afecto y auto reconocimiento de hasta dónde podrían permitirse darse uno al otro. No era el plano de los sueños donde todo al despertar terminaba tratándose solo una ilusión, sino que estaban realmente de frente en lo real, con sus defectos, limitaciones y torpezas, con su dolor y complicados poderes que cada uno tenía. Estaban decididos a entregar el corazón cada uno a su manera, Ajax ofreciéndose libremente a las caricias y besos y el otro otorgando esos gestos de adoración a su precioso Kitsune, encontrándolo perfecto y justo a la medida para él. Se colocó entre sus piernas, sintiendo esos pequeños pulsos de energía que desprendía la piel querida y deseada, a la vez que se permitía absorber todo lo que podía esa energía.

Las deidades, Morax y su amado Kitsune, sabían lo que ocurría en aquélla habitación, Se alegraban en que tuvieran esa intimidad y cercanía, pese a las tensiones entre ambos estudiantes. Ellos estaban cerca pero no intervinieron sino más bien se aseguraban de que nadie fuera a interrumpirles y atentos en caso de si surgía alguna dificultad, los asistirían de inmediato.

—¿Tienes miedo? —preguntó ZhongLi mientras sus besos descendían por el cuello de su compañero, cosquilleando por su pecho hasta detenerse alrededor de sus pezones. Ajax apretaba sus labios tratando de no permitir escapar gemidos y exclamaciones incoherentes mientras el calor subía por sus mejillas y el corazón le palpitaba con violencia. Se llevó una mano al rostro antes de contestar entre sus dedos.

—No tengo qué temer. Sé que contigo estoy a salvo, y que no me harás daño —Ellos ya no eran los mismos jóvenes de cuando al inicio del curso escolar, se habían besado bajo la luz de las estrellas. Aquéllos quienes la curiosidad e ingenuidad los había hecho aproximarse uno al otro. En el presente estaban plenamente conscientes de con quién estaban y lo que querían el uno del otro. Si Ajax temblaba no era de miedo, sino por excitación, la expectativa de sentirte así de cerca, por primera vez.

—Quiero sentir qué es estar así contigo. Si es que tú también quieres esto, y no pensar en nada más, aunque solo sea por ahora —dijo tentando a su suerte, queriendo deshacerse de la sombra del "otro" que no lo dejaba aproximarse a Ajax—. Permíteme demostrarte lo que puedo hacerte sentir si decides permanecer en mis manos, si estuvieras conmigo.

Ajax notó como los ojos dorados le suplicaban quizá con seguridad de sí mismo; pero había un brillo de tristeza, o quizá era que ZhongLi se veía demasiado cansado. Si fuera un poco más perceptivo, se daría cuenta de lo solitario que se había sentido su jefe de grupo esos últimos días desde que el pelirrojo hacía lo posible por distanciarse. Se habría dado cuenta de lo cabizbajo que se había vuelto desde la vez que le enseñó el conjuro del olvido. La sensación de soledad lo acompañaba a pesar de tener su par de amigos pegados a él como sombra, a pesar del respeto que los otros compañeros le tenían, e incluso aunque tuviera una relación más amistosa con su propio padre. Nadie podía llenar el vacío que había dentro de él, ni siquiera los libros que tanto amaba de la biblioteca.

En el té de las mañanas, o en sus momentos a solas, los disfrutaba en la fantasía de imaginarse junto al pelirrojo y pasar el tiempo a solas con él, con o sin ropas de por medio, sin preocuparse por nada más. Imaginando cómo sería si vivieran juntos y las cosas que podrían experimentar, siendo solo ellos mismos.

ZhongLi recostó su cuerpo sobre Ajax, acomodando su oído para poder escuchar el latido del corazón de quien respiraba debajo de él. Pensó en lo que daría por poder alargar las horas y minutos y quedarse solo así.

Ajax por su parte apretó los párpados, respirando el aroma de ZhongLi y dejándose rodear por él. Sabía que si decía que sí, no tendría cara para pararse frente a su novio Capitano de nuevo. Pero si decía que no, entonces se mentiría a sí mismo. Poner ambas ideas sobre la balanza no era cosa sencilla ni para tomar a la ligera. Sin embargo, su novio no tenía por qué enterarse de lo que hacía o no, mientras estaba de paso por el santuario. Además, necesitaba experimentar a ZhongLi. Quizás era un acto egoísta de su parte, al solo pensar en sí mismo, por eso buscaba la manera de justificarse diciéndose a sí mismo que necesitaba comprobar si en brazos de ZhongLi era el lugar al que pertenecía. Todavía había restos de resistencia en su interior, pues si al final dejaba a ZhongLi atrás, eso sería también horrible de su parte, o así lo pensaba él.

—Si me equivoco, y lo que te pido está mal —prosiguió ZhongLi, antes de que el pelirrojo abriera sus labios—, que nuestras deidades me juzguen a mí y te disculpen a ti. Si me lo permites, que el karma caiga sobre mí y seas inocente en esto. Yo solo quiero estar contigo, aunque el futuro y el destino juntos decidan que será la única y última vez. Por favor, Ajax. Prometo no volver a tocarte después si así lo prefieres. Solo hoy y nunca más.

Acarició su mejilla llena de pecas, tratando de retirar un poco de maquillaje y en espera de la respuesta del otro, ya fuera su sentencia final o la dicha que deseaba. Contuvo la respiración al ver los ojos de su amado entristecerse y derramar una lágrima mientras con un movimiento de su cabeza asentía sin decir palabras y luego él mismo lo rodeaba con ambos brazos por el cuello para luego inclinarse a besar sus cabellos. ZhongLi tomó aquello como el sí que esperaba con ansias.

Sin más dilación, reanudó sus besos, mordió esos tímidos pezones. Sus manos recorrieron con suavidad la pecosa piel, explorando sus huecos en busca de los puntos más sensibles. Las colitas de zorro se meneaban excitadas y en expectativa. ZhongLi deslizó su propio cuerpo sobre el otro en el deseo de sentirlo completo, mezclando su olor y deseando que Ajax le diera el suyo de manera permanente.

No pasó mucho cuando ZhongLi ya estaba buscando entre los cajones algo que le fuera a servir de lubricante, pues en realidad no venía preparado para una situación así. Desde hace tiempo añoraba que Ajax se entregase a él, pero no imaginaba que pudiera hacerse realidad, para su suerte, las sacerdotisas habían previsto la situación. ¿Se trataba de una suerte en la que ellas procuraban que el lugar tuviera artículos para ese tipo de situaciones o quizá deseaban complacer a sus clientes o visitas? Sea lo que sea, ZhongLi encontró lo que necesitaba, con una variante de al menos tres marcas distintas, condones y otras tantas curiosas cosas selladas en sus envases de plástico a favor de la higiene.

Mientras ZhongLi agradecía en su interior la perversidad de aquéllas mujeres, tomó el lubricante de inmediato para volver con Ajax. Él le devolvió la mirada llena de miedo.

—¿No intentarás ponerme los dos dentro, verdad? —Ajax se refería a la doble erección de ZhongLi y contemplaba a la vez los cuernos que comenzaban a aparecer sobre su cabeza, los cuales eran una reacción ante la expectativa de lo que iban a hacer. El pelirrojo recordaba que había sido doloroso al entregarse a Capitano, y tenía miedo de que con ZhongLi fuera a ser doblemente complicado, no obstante, no se estaba echando para atrás en su decisión.

—¿Cuál quieres entonces? Te toca elegir —contestó el otro con una sonrisa ladeada, a manera de romper la tensión, pues ambos empezaron a reír—. No te preocupes, trataré de prepararte primero antes de intentarlo.

—¿Prepararme? No creo que haya nada que se pueda hacer para que eso entre en mí.

El castaño contuvo una carcajada de orgullo propio. Dio luego un vistazo alrededor reconsiderando que no sería bueno hacer un desastre las sábanas, por lo que indicó a Ajax acercarse a una banca alargada que había al pie del lecho. Puso en sus manos el tubo de lubricante mientras se sentaba.

—¿Entonces cuál eliges? —La expresión de su cara al deslizar la mirada en él, considerando con seriedad la pregunta que se le hacía, provocó que ZhongLi no pudiera reprimir una sonora carcajada. En su defensa, mientras sentía sus mejillas arder, Ajax alargó el brazo para sujetar entre sus dedos uno de esos inquietantes pilares que con todo descaro se presentaban frente a su cara. ZhongLi dejó de reír al sentir los dedos del otro, tras ahogarse en su propia risa.

—Este me parece bien —Dijo el otro con severidad, permitiéndose tocarlo mientras su otra mano destapaba el lubricante. Dentro del sueño se había imaginado que aquello sería duro como una roca, dado el color oscuro y brillante que recordaba la obsidiana y el cor lapis. Las venas resaltaban como las grietas de una roca, pero sorprendentemente era suave al tacto y además desprendía algo de calor. Descubrió que el pulso cardiaco de ZhongLi transmitía el mismo ritmo que el tenue brillo dorado en su orgulloso y altivo miembro.

Derramó un poco del viscoso lubricante en la punta y sus dedos se entretuvieron en distribuirla por el resto de su longitud, siempre bajo la mirada atenta de ZhongLi. Tragó saliva cuando su mente asaltaba la curiosidad de saber el sabor de aquélla piel tan misteriosa, además olía de una manera que alteraba sus sentidos. Ya tenía los labios sobre la erección de ZhongLi cuando sintió que éste lo detenía por los cabellos haciendo una suave presión.

—¿Qué haces? —Preguntó con el tono de voz que solía emplear cuando hacía imponer orden en el salón de clases. Ajax emitió un gemido a forma de quejido, pues de verdad quería tener una idea de ese sabor, sin embargo la voz de mando le hizo sentir un enjambre de mariposas en lo más bajo del estómago. ZhongLi utilizando ese mismo timbre, le indicó a continuación cómo debía colocarse, utilizando un tono que no admitía quejas.

El castaño suspiró aliviado para sus adentros, pues si hubiera permitido a Ajax hacer lo que quería, habría perdido todo control sobre sí mismo, y hecho un desastre la garganta de su compañero. Quizá se guardaría el gusto, para después, pero era demasiado pronto para eso. El pelirrojo se colocó boca abajo, alzando sus caderas en alto y separando las piernas. Si no fuera porque sus colitas de zorro cubrían la vista, habría sido difícil para ZhongLi concentrarse en no penetrarlo en el acto.

Una vez se sentó detrás en la banca, comenzó a untarlo con cuidado de no ensuciar las colas de zorro. Las sensitivas terminales nerviosas de su piel, al sentir el frio del líquido y las manos de ZhongLi recorriéndolo en sus caderas y poco a poco más hacia su entrada, provocaron que el vello de la piel se erizara, al igual que sus colitas se alzaron erectas, facilitando el acceso.

—¿ZhongLi, no te olvidas de algo? —dijo el otro reprimiendo un gemido.

—¿Qué pasa, te hace falta algo, cariño? ¿Quieres que te dé un buen mordisco antes de empezar? —Ajax sintió arder sus orejas al escuchar el meloso nombramiento. Como acto reflejo, las inclinó hacia atrás antes de explicarse mejor.

—¿Tenemos que hacerlo con las luces encendidas?

—¿Por qué? —Tan sorprendido como confundido, ZhongLi alzó ambas cejas. Para Ajax el plano de los sueños solía ser un lugar mucho menos intimidante, pues al ser totalmente oscuro y negro, les daba cierta privacidad implícita. Y la vez que había estado con Capitano, pues, también había estado a oscuras. No se imaginaba que pudiera ser de otra manera.

—Es que, me da mucha vergüenza...

—Deseo poder verte, de pies a cabeza tal cual eres. ¿Para que ocultar lo que es hermoso a mis ojos? —Ajax no pudo sostenerle la mirada luego de oírle decir eso. ZhongLi sonrió con un poco de picardía, buscando su rostro, en cambio le besó en la nuca al tiempo que acariciaba su entrada e introducía un dedo dentro en una clara intención de hacer que aflojase un poco ese tierno músculo. Ajax contraía su entrada en acto reflejo, resistiéndose a la invasión. Su cuerpo reaccionaba a la estimulación satisfactoriamente, su piel comenzaba a destilar una capa de sudor, transmitiendo su aroma que emitía alegres esencias. Su voz emitía suaves gemidos involuntarios y se estremecía con cada movimiento de las manos que lo tocaban.

Con la mano libre, ZhongLi acariciaba la erección rosada de su pelirrojo, descendiendo y ascendiendo, apretando un poco en la base y explorando sus testículos que en vano trataban de protegerse entre los muslos. Había algo de humedad deslizándose por sus dedos al momento de apartarlos. Se llevó su mano a la nariz, mientras seguía con la otra tratando de suavizar la entrada de Ajax. Entonces con voz profunda comenzó a pedirle que por favor lo dejara entrar en él, prometiéndole en murmullos que lo haría alcanzar el más fuerte de sus orgasmos.

Las colitas de Ajax iban y venían. Se iba acostumbrando a la sensación de la invasión. Entonces sintió que ZhongLi aplicaba lubricante de nuevo y entonces introducía tres dedos en él, tomándolo un poco por sorpresa. Ante su exclamación, agachó la pelvis y ZhongLi alcanzó su boca para procurarle un beso invasivo, pues su boca y garganta se sintieron ocupados bajo el dominio y fuerza de la lengua del castaño. La lengua de dragón se extendió profundamente por su garganta, como un preludio de lo que tenía pensado hacer a continuación.

Apenas separó su rostro, para volver toda su atención a la base de las colas de zorro. Sabía que lamer esa zona le gustaba a Ajax, lo volvía un desastre de sensaciones palpitando en su interior. El largo de la lengua le permitía acariciar ese hermoso y delicioso trasero al tiempo que se daba el gusto de lamer el vello de las colas pelirrojas. Cuando sus dedos no podían ya hundirse más dentro en la carne, los apartó para usar su gruesa y larga lengua en la invasión. Ajax se cubrió la boca para no exclamar tan fuerte. Su cuerpo se estremeció con la repentina sensación cálida, rasposa y húmeda de la lengua dentro de él, que alcanzaba puntos erógenos con facilidad.

ZhongLi se complacía en reconocer sus pequeños estados de excitación y cómo iba poco a poco dejándose llevar por su propio placer. Escuchaba su respiración, gimoteos y podía sentir cuando Ajax apretaba y aflojaba los músculos y de alguna forma que solo él podía interpretaba si algo le agradaba o no.

El jovencito bajo su encantamiento erótico estaba cerca de alcanzar Celestia. ZhongLi creyó que ya estaba listo para recibirlo dentro, así que retrocedió su lengua de vuelta a los confines de su boca y apuntó con su erección entre las delicadas y ahora un poco enrojecidas caderas.

—Me habría gustado jugar un poco más antes de esto, pero creo que llevamos todo el día en éste juego del deseo, que dudo que queramos esperar más.

Ajax vio cómo ZhongLi se colocaba y como si hiciera falta, solo acertó a asentir con la cabeza, en aceptación. Ya tenía suficiente de esa tortura, no quería esperar más. Al sentir cómo su jefe de grupo introducía su miembro, su cuerpo se resistió a la invasión al principio. El pelirrojo se aferró a la banca debajo de él, con la idea de ayudar con la tarea. Sus paredes de carne cedieron poco a poco sintiendo despacio la ocupación del espacio vacío que ahora se estiraba y apretaba alrededor de ZhongLi quien a su vez hacía un gesto de inconmensurable placer. No sabía qué hacer consigo mismo, solo alabar que Ajax era perfecto. Entró tan largo y grueso como era. Dio unos segundos a su amado para acostumbrarse a él, no mucho después comenzó a moverse despacio, un poco hacia afuera y rápido hacia dentro de vuelta en la caliente caverna de Ajax. Volvió a repetir el movimiento y provocando que ambos se estremecieran, decidido a encontrar y alcanzar el punto más sensible en el que hacer Ajax estremecerse y gritar irremediablemente, sin control de sus propias emociones.

La cola de dragón de ZhongLi fue construyéndose a su espalda, tomando de la energía elemental de Ajax a su propio beneficio. Construyendo gruesos tejidos y huesos en un estremecimiento entre dolor y placer. Asomaban sus colmillos por entre los labios, su lengua no dejaba de balancearse, en busca del sabor salado de la piel del pelirrojo. Mientras sus cuerpos danzaban unidos uno al otro, su rostro se ocultó detrás del cuello de Ajax, oliendo su nuca, saboreando el dulce aroma, con una urgencia innata de morder, de dejar su marca, de poseerlo completamente.

Su instinto hizo que su cola se deslizara para abrazar el cuerpo, rodearlo y ayudar en ese vaivén, donde las pulsaciones eléctricas y otros elementos se reunían alrededor de los dos. Ajax no recordaba haber sentido nada igual antes. No podía explicarse por qué no había sido así con su novio y cómo era que con ZhongLi se sentía diferente, mucho más excitado, con el deseo ardiente de alcanzar su clímax. No creía cómo era capaz su cuerpo de experimentar tanto, creía que iba a desmayarse o que iba a estallar algo poderoso dentro de sí mismo.

Era inconsciente de que alzaba el cuello, invitando a ser marcado, quería pertenecerle solo él de una vez y para siempre, olvidarse de todo. Sus hormonas lo estaban traicionando y el karma le causaba un poco de dolor adicional, pero nada que no pudiera soportar de momento. Toda su atención en ZhongLi, transmitiéndole sin palabras que continuase, que lo hiciera sentir aquello que le había prometido. Había un ardor delicioso en la base de sus colas, podía anticiparlo, sentía que la cuarta de sus colas de zorro aparecería de un momento a otro, estaba contento de que fuera ZhongLi el que la haría emerger.

La inconmensurable tensión crecía conforme ZhongLi apretaba y aceleraba el ritmo. Él hubiera deseado que el momento se extendiese lo más posible, decir alguna tontería entre una estocada y otra, pero su urgencia y necesidad también estaba presente. Solo Ajax era capaz de hacerlo sentir así, fuera de su propio control, por eso arremetió con más y más violencia contra el pobre trasero de su kitsune, tocando sus puntos sensibles y elevando el poder de aquéllos estremecimientos. Sentía que estaba cerca de alcanzar su propio orgasmo y nada lo haría más feliz si unía el suyo al de Ajax.

Pese a su deseo, Ajax fue primero que él. El nacimiento de una nueva cola se deslizó entre el cuerpo de los dos, su eyaculación salió con tal violencia que explicaba la fuerza de alguna forma externa la fuerza y poder de su orgasmo, ante los ojos dorados que le vigilaban con atención. La deliciosa manera en que se contraían sus músculos, fue lo que indujo a seguirle y alcanzar su orgasmo a su vez también, poco después. La sensación de alivio y las pulsaciones bombardeando de alegría todo su ser, lo invadieron arrebatándole toda su cordura. No sabía cómo demostrarle la dicha en su interior, sus labios se afianzaron a su cuello, inclinó sus colmillos y mordió a Ajax con toda la excitación de su cuerpo en ese solo gesto. Dominando a su kitsune, aferrándose a él en ese sagrado momento en el que seguían siendo uno solo en cuerpo y en emociones.

Eyaculó dentro aferrándose a su interior al tiempo que dejaba su marca sobre el tierno cuello, impregnándolo con su esencia y absorbiendo la energía de Ajax a tal grado que su hambre no parecía saciarse.

Ya era tarde para cuando comprendió lo que estaba haciendo. No había sido su intención en un principio la de morderlo y marcarlo para siempre. El remordimiento y culpa fue apoderándose de él al igual que la tristeza, pues de cualquier modo habían de separarse, habían acordado que esa sería la última vez que experimentarían aquello en sus propios cuerpos, es decir el encuentro íntimo entre los dos. De modo que ZhongLi como si fuera una roca, pasados unos minutos, no deseaba separarse de Ajax. No todavía. Aun así, quiso disculparse, apartando sus dientes y boca, pasando su áspera lengua por la herida que vertía un poco de sangre.

—Lo siento. No debí haber hecho eso. —Dejó su aliento deslizándose por su espalda, provocándole que se le erizara la piel.

Ajax poco a poco había ido recuperando el aliento, suspiró el nombre del otro. Su mirada parecía feliz, llena de estrellas y lágrimas de dicha. El rubor en sus mejillas se antojaba morder. No había rastros de queja, sino que le dedicó una sonrisa. Volvió el rostro tratando de conseguir robar un beso de ZhongLi, pero éste se los entregó gratuitamente.

Irremediablemente tuvieron que separarse pero eso no los detuvo para poder seguir dedicándose besos y frases de cariño mientras sus cuerpos se relajaban.

—Ahora entiendo lo mucho que te amo, ZhongLi. —Extendió sus brazos hacia él, para rodearlo, ante la mirada estupefacta del otro al escuchar esas palabras—. ¿Y tú, me quieres?

—Ni siquiera lo pongas en duda. —Le devolvió el abrazo, pero con más fuerza.

—¿Entonces ahora si me dejaras probar a que sabe tu poderoso pilar? —Suplicó con una fingida carita inocente, logrando sacarle una carcajada a ZhongLi—. ¿Eso es un sí? A cambio te dejaré hacer eso de antes con tu lengua.

El castaño pareció caer lentamente en la cuenta de que Ajax le estaba pidiendo tener sexo oral. Se renovó el color perdido de su pálido rostro, ahora era el pelirrojo el que reía.

ZhongLi dedicó el resto del día a rendirle adoración al cuerpo de Ajax, vistiéndolo con sus besos y caricias; volviéndose a unir a él un par de veces más, aunque fueron menos intensos sus orgasmos que los primeros y no hubo más colas en el repertorio de Ajax, pero no importó eso pues su atención estaba solamente en disfrutar de la compañía del otro. Se unieron con más calma, bajo la suavidad de las sábanas o en el la alfombra; con una tranquilidad como si se pertenecieran para siempre y no tuvieran prisa.

Continue Reading

You'll Also Like

868K 128K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
604K 80.9K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
2.7K 220 13
En la cuidad de underverse habia una familia, dos hermanos se querian tanto pero..por un problema familiar se separaron..el menor se fue con su madre...
1.8K 63 11
en esta historia tanjiro será frío y distante, también aquí los únicos que no le temen a tanjiro serán animales