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Alexandre
Quería matar a alguien.
El maldito mano derecha de los hermanos Salvatore me habia caído bien en un inicio pero ahora solo deseo patearle el culo a un avión y mandarlo de regreso a Italia.
Detesto ver como posa sus manos sobre Amara, como ella le sonríe y se sonroja como si él fuera su puto novio del que está profundamente enamorada.
La rabia me consume a tal punto que debo encenderme un cigarro para apaciguar la rabia que me carcome.
- Nunca pensé que viviría para ver esto.
Marina aparece y se posa a mi lado, le tiendo el cigarro y lo acepta gustosa.
- ¿A qué te refieres?
- Estás celoso.
Doy una larga calada cuando me lo devuelve y expulso el humo antes de contestarle.
- No lo llamaría celos.
Suelta una risa falsa.
- No soportas que la toque pero como no has tenido una relación y dices que nunca la tendrás....no quieres admitir que sientes algo más.
Sonrío de lado y la miro con algo de diversión, está totalmente errada en lo que dice, yo no puedo estar enamorado y no lo estoy.
- No me gusta que la toquen, lo admito, eso no quiere decir que la amo y estoy enamorado de ella, me atrae pero nada más.
No llega a decir nada porque ambos hermanos se acercan acompañados de su amigo, prefiero no mirarla ya que me encuentro muy cabreado y sé que si veo algo que no me gusta terminaré peleando con ella.
Respondo a su pregunta en un tono bastante cortante dejando a relucir que algo me molestó, sin embargo y como era de esperarse con lo orgullosa que es, se hizo la desinteresada y siguió su camino ignorandome como yo a ella.
- ¿Quieres desquitar todo en el ring?
Pienso un segundo si será conveniente pero decido aceptar ya que ella se fue con su amiguito.
Nos preparamos y comenzamos a luchar, no sé cuanto tiempo pasa entre golpes y movimientos estratégicos pero cuando Marina queda sobre mí en el suelo, soy bastante consciente de que Amara entra en el gimnasio con ese imbécil.
Quito a Marina de un empujón y cambio de posición mientras ella intenta liberarse, ellos comienzan a entrenar y el que la toque tanto comienza a fastidiarme pero me contengo por lo menos un rato.
- Me rindo, será mejor que estiremos.
Lo hago con ella pero sin quitar los ojos del objetivo, quien párese sentir mi mirada ya que se nota como tensa los músculos.
- Ayúdame con la espalda.
Hago lo que Marina me pide y en eso su amigo se marcha mientras ella me lanza una mirada por encima de su hombro, se dirige a las duchas y se pierde en el interior.
No soy idiota, sé perfectamente que algo quiere esa maldita mocosa, por lo mismo la sigo luego de echarle una mentira a Marina sobre que las duchas del gimnasio están descompuestas.
Cruzo la puerta y echo el pestillo observándola con rabia, odio que sea tan preciosa como lo es, detesto no poderme resistir a ella pero lo que más aborrezco es como descoloca todo mi ser, como es capaz de volverme loco en segundos y luego hacerme sonreír como si nada.
Ella se acerca a paso lento hasta que está frente a mí, acaricia mi rostro con su delicada mano y baja por mi pecho.
- Estoy enfadada- confiesa.
La miro a los ojos y le doy media sonrisa de boca cerrada mientras quito un mechón rebelde que escapa de su coleta.
- ¿Conmigo?
Asiente lentamente y en ningún momento quita sus ojos de los míos, podría perderme en ese mar profundo por horas y no me cansaría, es hermosa, una criatura digna de admirar.
- ¿Por qué?
Enrolla sus brazos en mi cuello y sostengo su culo en mis manos antes de hacerla saltar para quedar a mi altura.
- Porque no has entendido nada, en todo este tiempo.
Remojo mis labios antes de hablar, tenerla cerca siempre me seca la garganta y aumenta mi deseo por ella.
- Yo también estoy enfadado, tampoco has entendido que no debes dejar que otros te toquen, que solo yo puedo tenerte de esta forma.
La pego a la pared con violencia y dejo de jugar para ponerme serio de una vez.
- Tendré que dejarte en claro a quien le perteneces ahora....
Amara
Sus labios devoran los míos con vehemencia y me prende en menos de nada como siempre que está cerca de mí.
Sus manos se pasean por mi cuerpo con desespero y quiero seguir pero tenía un cometido al insinuarle venir aquí.
Me suelto de su agarre y aterrizo en el piso quedando a unos centímetros abajo de su rostro.
- ¿Qué sucede?
Lo empujo y cae sentado en una de las bancas del lugar, quito su camiseta admirando la musculatura que se hace notar en los abdominales marcados.
Mi mano acaricia su pecho bajando por su abdomen hasta quitar su pantalón de deporte con su bóxer a la vez.
- Amara...- Jadea.
Ni siquiera he empezado y parece estar al borde del orgasmo, acaricio su longitud y me encargo de humedeserla con lametazos que lo obligar a cerrar las manos en la banca.
Mis labios cubren su glande húmedo mientras mis manos juegan con el resto de su dureza, se tensa enseguida, se aferra a mi cabello aumentando el ritmo y me folla la boca totalmente hipnotizado, lo dejo hacerlo haciendo notar que soy la única capaz de hacerlo sentir así, que soy yo la que lo pone al borde con una sola mirada.
- Vas a acabar conmigo, princesa.
Lo suelto cuando está a punto y subo a su rostro tomándolo con brusquedad de la barbilla a pesar de sus quejidos anhelantes por el orgasmo, mi lengua lame sus labios y dejo que termine quitando mi ropa pero sin levantarse.
Me coloco sobre él y mis manos se pasean por sus hombros mientras que mis caderas se balancean sobre la erección que palpita en mi centro húmedo.
- No me tortures más, Amara.
Sonrío de lado y la ubico en la entrada.
- Tus deseos son órdenes, diavolo...- muerdo suavemente su cuello.
Su polla se adentra con facilidad en mi coño húmedo y anhelante de él, comienzo un ritmo lento acoplandome a su tamaño, lo siento tan adentro que el placer es más intenso.
Mi ritmo aumenta entre besos y chupetes, él no deja de tocarme por todas partes, nuevamente nos fundimos en ese deseo que nos consume a ambos y terminamos perdidos en el placer.
- Escúchame bien- tiro de su cabello para obligarlo a verme a los ojos- Eres mío, sólo yo puedo montar esto y hacerte sentir así de bien, ninguna otra te tendrá.
Me toma de las caderas y me taladra con embestidas que amenazan con romper todo mi interior, gimo presa del placer cuando me pega a la pared nuevamente.
- Que no te queden dudas princesa, soy tuyo Amara Salvatore, me tienes rendido a tus putos pies.
Grito de placer mientras una sonrisa se apodera de mis labios antes de besarle como nunca antes.
- Joder, eres tan adictivo.
Me devuelve el beso sin dejar de embestir y en medio de todo interpone su mano en mi clitoris desencadenando un orgasmo avasallador que me deja temblando, un par de arremetidas más y descarga su liberación dentro de mí.
Pega su frente a la mía y ambos respiramos frenéticos.
Cuando nos recuperamos me deja en el suelo con cuidado ya que siento sensible mi parte íntima, me apoyo sobre el lavabo mirando por el espejo el desastre, de rimel corrido y sonrojez en el rostro, que soy.
Me mira a través del espejo y es la primera vez que me quedo sin palabras ante esa mirada.
Debería parar esto, no es correcto salir con el enemigo pero no quiero hacerlo, no puedo dejar este deseo prohibido que me envuelve cada que le veo, me he vuelto adicta a él y sé con certeza que las adicciones terminan mal pero no me molesta arriesgarme si se trata del hombre tras de mí.
Me coloca una mano en el vientre y me voltea para encararlo.
- Lo decía enserio, no quiero que nadie se acerque a ti- susurro con timidez, una que había desaparecido hace tiempo.
Su mano acaricia mi mejilla y deja un casto beso en mis labios.
- Yo también lo decía enserio princesita, soy tuyo.
Lo atraigo a mí y me encargo de comérmelo a besos, sin preocuparme de lo que esto nos está haciendo a ambos.
- ¡Ay, joder! ¡Eres muy adictivo!
Se ríe mientras me suelta para dejarme ir a las duchas, abro el agua templandola y termino sacando la cabeza por la cortina.
- ¿Vienes?
- Ya habías tardado, mocosa.
Ya sabemos que pasó después....
(**)
Cuando voy de camino a mi cuarto con el cabello húmedo, me topo con Sonia.
- ¿Estuvo buena la faena?
Abro la boca para decir algo y el calor de la vergüenza me invade porque, claramente, tendré que abrir la boca sobre lo mío con Alexandre.
- ¿Cómo....?
Se ríe interrumpiendome.
- Tienes chupetones en el cuello y en las tetas.
La miro con una sonrisa pícara y me le acerco seductora, me encanta molestar a Sonia así, ya que se pone muy nerviosa cuando lo hago.
- ¿Me estabas viendo las tetas?
Traga saliva y se cruza de brazos mirando hacia otro lado.
- Ash, mejor me hubiera quedado callada.
Me río y la abrazo dejando un beso en su mejilla.
- Tranquila, soy inofensiva.
Una de las puertas se abre y reconozco la figura de mi hermano sin camiseta saliendo de su cuarto.
- Oh, por Dios....
Miro a Sonia que se sonroja sin dejar de mirar a mi gemelo.
- Hermanita- sonríe con ese encanto natural que le caracteriza- No me has presentado esta bella signorina.
Sonia parece a punto de convulcionar al oírlo hablar en italiano y yo ruedo los ojos porque puedo ver desde aquí el ego subiéndole.
- Es Sonia, mi amiga- le aclaro en un tono de advertencia- Y él es Ángelo Salvatore, mi hermanito mellizo.
Abre la boca sorprendida y nos mira de hito en hito intentando hacer lo que todos cuando les decimos que somos mellizos, buscar un parecido en ambos, lo que no es muy difícil ya que tenemos los mismos rasgos característicos.
- Soy Sonia Lorenzo, es un placer.
Él toma su mano y deja un pequeño beso.
- El placer es mío, Sonia.
Bufo porque sé que le habla de esa forma solo para fastidiarme ya que todas las chicas que se me acercaban era siempre por él.
- ¿Qué haces sin camiseta, Ángelo?
Se encoge de hombros.
- Hace calor y no era mi plan toparme con nadie más que tú pero supongo que estabas ocupada.
Me mira con burla y yo solo deseo estamparle algo en la cabeza por idiota.
- Si, como sea ¿Para qué me buscabas?
- Necesito tu ayuda para algo que estoy creando para la misión.
Asiento y cuando voy a hablar siento otra presencia detrás nuestro que me pone más nerviosa todavía.
Alexandre se posa tras de mí y Sonia mira del uno al otro sin pestañar, ya que él no fue el único que marcó territorio, mis uñas están marcadas en su cuello al igual que mis labios.
Carraspeo.
- Mejor vamos a trabajar de una vez pero me pondré ropa cómoda primero.
- A la sala de planeación en diez minutos- demanda con autoridad Alexandre.
Su mano me acaricia la cintura sutilmente y me aparta para pasar a su habitación, medio voltea y me guiña el ojo poniéndome como idiota otra vez.
Cuando espabilo noto como me mira mi hermano y me hago la tonta volviendo a la seriedad habitual de mi rostro.
- Ponte una camiseta y Sonia te guiará a la sala de planeación.
Me adentro a mi cuarto y me apoyo en la puerta respirando hondo.
- Viniste aquí por algo, nada de distracciones- me regaño.
Ya cambiada me dirijo a la sala donde ya está la mayoría, salvo Dylan y Marina que llegan detrás de mí.
Alexandre está en la cabeza, su hermano a su izquierda y antes de siquiera dar un paso Marina se sienta a su derecha por lo que busco otro lugar.
Me siento a la izquierda de mi hermano quien, desafiante como es él, se ha sentado en la otra punta de la mesa.
- Bien, antes de comenzar me parece que es necesario que se haga público esto de una vez para que no hayan malentendidos.
Alexandre nos mira y entiendo a que se refiere.
- Ellos son los hermanos Amara y Ángelo Salvatore, los primogénitos y sucesores del clan más grande que ha conocido la mafia hasta ahora- no hay muchas caras se sorpresa salvo la del hermano de Alex que me mira sorprendido totalmente- Nos hemos aliado para encontrar al culpable de la desaparición se mi padre y también de la amenaza que está sufriendo su clan, esto es momentáneo hasta que ambos recibamos las respuestas que necesitamos y volveremos a la normalidad.
Carraspeo y tomo la palabra.
- Me disculpo por haberles mentido en un principio, como supondrán es peligroso que muchos sepan nuestra identidad pero como trabajaremos juntos haremos una excepción.
Mi hermano toma la palabra después de mí.
- Espero que no haga falta una advertencia sobre confidencialidad, quiero creer que todos aquí le son leales a los Dubois y que no serán necesarias tomar medidas de seguridad internas- mira a todos en la mesa con expresión fría y calculadora- Mi equipo es de total confianza y viajaron hasta aquí para ayudarnos, por lo que también advierto que no dudarán en matarlos si atentan contra nosotros incluidos Jack y Nathan, solo cumpliremos la misión y nos largaremos- me mira haciendo una breve pausa- Todos.
Miro a Alexandre que no repara en mí sino en mi hermano, con quien comparte una mirada desafiante que me alerta enseguida.
No todo podía ser color de rosa, al menos no con dos machos alfas intentando marcar territorio.
Se vendrán problemas y no tengo dudas de ello.
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Nuevo capítulo🥰
Espero les haya gustado, quise traerles otra actualización rápido para no hacerlos esperar🪐
Amara y Alex ya comenzaron a sentir cosas por el otro, los celos salieron a relucir una vez más pero Mara ya no aguantó y lo reclamó como suyo, está comenzando a sentir maripositas cada que está con Alexandre y él no se queda atrás🥹❤️
No se olviden de votar por favor y de comentar también que me alientan a seguir, lamentablemente esta historia no ha tenido tanto éxito pero sigo con ella por esas personitas que siguen aquí leyendo. Gracias por eso❤️🩹
Nos vemos en la próxima actualización🦋
- Cam🖤