Martin llega tarde a La nave del olvido, se ha quedado frito en el sofá después de comer. Entre los duros ensayos de más de ocho horas y que le cuesta descansar cuando se mete en la cama, debido al estrés, el sueño ha ganado la batalla. Le preocupa encontrarse a Naiara o Cris por los pasillos. Intenta buscar una excusa por si le pillan. Quizá que ha estado por el local, animando a los clientes antes de subir. Aunque es consciente de que esa justificación es tan inverosímil que como tenga que usarla se va de patitas a la calle.
Va subiendo las escaleras cuando nota que el ambiente está tenso. Martin oye las voces que se elevan por encima del sonido de la música, procedentes del despacho de Naiara. No le queda otra que atravesar un pasillo repleto de bailarines y cantantes para llegar a su camerino. Ruslana, desde la otra punta del pasillo, ve que Martin se ha quedado bloqueado sin saber qué hacer.
—No te quedes ahí —le pide—. Llegas tarde y estás a prueba. A todo el que pille en un error, hoy, Naiara le despide.
—¿Qué ha pasado?
—Vete vistiendo —le dice antes de seguir contándole—: No sé si te has enterado de que a Suzette se le murió un familiar el otro día y le pidió a Naiara el día libre.
—No sabía lo que había ocurrido, pero el otro día cuando fui a firmar el contrato. Naiara me hizo pasar mientras hablaba con ella. Solo escuché que le dijo si no vienes a trabajar hoy, no te molestes en volver. ¡Qué mal rato!
—¡Ostras! Pues, Suzette no se presentó. Ha vuelto hoy y Naiara la ha despedido. Suzette la está poniendo en su sitio. Ya verás como alguno de nosotros acaba pagando el cabreo.
La puerta se abre con un golpe seco. Martin ve a todos salir en estampida. No ha acabado de abrocharse los pantalones, pero se arroja sobre la silla situada en el tocador y coge la primera brocha que se encuentra al escuchar los tacones de Naiara.
—Martin esta noche actual solo. ¿Cómo llevas la canción de Footloose?
—Bien. —Es lo único que es capaz de decir.
—Pues te quiero listo en media hora. Ruslana, busca a Álvaro y dile que sustituya a Martin en Slomo.
—Vale.
En cuanto que Naiara sale del vestuario, Martin busca la letra de la canción para repasarla y ensayarla un par de veces antes de salir al escenario. Actúa justo después de sus amigos y esa canción deja el nivel bastante alto.
Está entre bambalinas mientras suena Slomo, no puede evitar que se le vayan los pies mientras espera. La canción llega a su fin y Ruslana le presenta antes de bajar del escenario. Los nervios de Martin desaparecen en cuanto suenan los primeros acordes, esa canción le pone de buen humor. Los gritos del público enloquecidos acaban por hacerle imaginar que está en concierto y que esas personas han ido a verle solo a él. Es su primera vez como cantante solista y, sin embargo, es la vez que más arropado se siente por los bailarines y por la gente. Lo disfruta como nunca antes lo ha hecho. Cuando la música cesa, tiene la adrenalina tan alta que podría hacerse un concierto de más de dos horas sin parar.
Al pie del escenario se encuentra a Álvaro al que le abraza eufórico.
—Tío, te has salido esta noche. No te he querido decirte nada, pero Naiara ha estado mirando a todos con lupa y has conseguido hasta hacerla bailar. Enhorabuena. Creo que nos has salvado a todos.
—Gracias —dice Martin lanzado un suspiro al aire y se vuelve a abrazar a Álvaro.
Al otro lado de la discoteca, un Juanjo profundamente emocionado se seca las lágrimas y abandona el local. Por fin, ha comprendido que el lugar de Martin está encima del escenario y se alegra muchísimo de verlo tan feliz y disfrutar con su trabajo. Y se promete a sí mismo que si tiene que alejarse de él, para que esa felicidad le dure toda la vida, lo hará.
Esta es mi canción favorita de todas las que llevamos. Supongo que no podré poner el vídeo hasta el martes. ¿Cuál es vuestra canción favorita?
Por cierto, mañana aparecerá un personaje nuevo y quizá una relación nueva. Lo iremos viendo. A ver si adivináis quién es.