No, no, no... repetía al cada rato en su revolcada mente tratando de procesar lo que acaban de decirle. No, aún no...
–¿Trunks?– llamó su madre, aún trabajando en aquella nave –¿Escuchaste lo que te dije?
El joven tosió falsamente y bajó la mirada –Em... sí– no quería mencionarlo, le dolía con tan solo pensarlo –Que la nave estará lista como en dos semanas.
Bulma sonrió de lado, bajó su vista hacia la nave para dejar sus herramientas y quitarse los guantes, luego de esto se dirigió de nuevo a su hijo –No quieres que se vaya, ¿verdad?
–No– su madre había dado en el blanco –Aún falta mucho para entrenar– excusó rascándose la nuca –Sin la cámara de gravedad estamos casi sin recursos.
–Qué lástima que no hay un método para entrenar mucho más en poco tiempo– mencionó la mujer repentinamente, antes de que Trunks pudiera responder ella prosiguió –Según lo que escuché hace mucho tiempo, la dicha "Habitación del tiempo" que se sitúa en el templo de Kami-sama había sido destruido por el ataque de los androides.
–¿Qué...cómo?– Trunks no conocía aquella parte de la historia.
–Tu padre, Vegeta, junto a Gohan y los demás decidieron irse a aquel lugar, los androides descubrieron el plan y los siguieron realizando un contraataque en el templo– hizo una pausa tomando algo de aire –Todos resultaron heridos, Ten shin han y Yajirobe sacrificaron sus vidas al salvar a Kami-sama y a Mr. Popo.
–Diablos– masculló el joven con rabia –Ahora ya no podemos hacer nada, sólo queda entrenar estas dos semanas, aún no lo se pero ella supera los poderes de un súper saiyajin y aún así no logra la transformación.
–¿Serán las hormonas?– bromeó la mujer continuando ajustando tuercas.
–No es gracioso– respondió con seriedad, no era tiempo de bromas, no quería que Koron se marche sin haber aprendido nada además de ganar algo de fuerza y resistencia.
–¿Y si viajas al tiempo de nuevo?– lanzó la peliazul –Según de lo habías contado también entrenarse en una habitación del tiempo en el pasado.
–Tienes razón– comentó emocionado pero luego de calcular algunas cosas la alegría se fue como hojas en un raudal –¿Cómo voy a llevar a Koron?
–Ahg, maldición– se quejó la mujer –Pero no hay que preocuparse, voy a remodelar la cabina para aumentar el espacio. Total, Koron es muy pequeña que cabría en cualquier abertura.
Trunks lanzó una pequeña risa, estaba estupefacto. Todo estaba perfecto, aprovechará estas últimas semanas para estar con Koron, la aprecia demasiado para dejarla ir sin nada.
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Al día siguiente todo estaba listo y detallado para el viaje. Era increíble la manera de trabajar del joven para remodelar la nave
Sin demasiada discusión ambos saiyajines estaban preparados para el viaje. Trunks vestía su típica chaqueta azul con el sello de la Corporación Cápsula, y Koron, por capricho, la armadura saiyajin de color azul. A Trunks le pareció ver a su padre Vegeta pero en versión mujer, ambos son caprichosos y bajitos.
–La composición de las turbinas están en buen estado, ¡perfecto!– exclamó la mujer de cabellos turquesa con una amplia sonrisa.
–Bien, es hora de irnos madre– se colocó su espada por la espalda y saltó a la nave.
–Adiós Bulma– se despidió la pequeña con una sonrisa leve y de la misma forma subió a la cabina.
El híbrido empezó a teclear algunas coordenadas en el tablero de control, en unos segundos la nave comenzaba a elevarse poco a poco. Bulma se despedía de ellos agitando el brazo en lo alto a medida que la nave iba desapareciendo.
En unos segundos aparecieron a un páramo, lejos de toda civilización, parecía ser un lugar en donde habían entrenado alguna vez anteriormente.
–¿Dónde estamos Trunks?– preguntó al momento que se bajó de la maquina del tiempo.
–A veinte kilómetros de la ciudad del oeste– contestó viendo un extraño reloj digital –Vamos, sígueme.
Después de la corta conversación ambos emprendieron vuelo con Trunks como guía.
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–¿Ésta es la Corporación Cápsula?– dijo las saiyajin al aterrizar en el jardín del lugar –Es más grande y se ve diferente– comenzó a observar con curiosidad todos los detalles de la mansión al paso que se adentraban en ella.
–Las remodelaciones en nuestro tiempo dejan una gran diferencia en la infraestructura– comentó el joven buscando con la mirada a alguno de sus conocidos.
Unas risas y comentarios se escucharon hacia el patio trasero del lugar, ambos saiyajines siguieron el sonido por instinto. Al estar a unos diez metros de donde provenían ruidos y lograron divisar a todos, si todos, celebrando una gran cena. Trunks se estremeció y sintió que no debería interrumpirlos.
–Koron...– susurró dándole unos toques con el dedo en el hombro –Creo que no es bueno ir ahora, están divirtiéndose ahora.
–¡Por eso debemos ir!– sujetó con fuerzas las muñecas del joven sosteniendo la mirada en sus ojos azules –Además no tienes de que avergonzarte, hace poco te reuniste con ellos.
–La verdad es que la otra vez sólo me reuní con Goku, Gohan y mis padres– confesó agachando su cabeza desviando la mirada de la saiyajin.
–No importa, vamos– soltó a Trunks y salió volando hacia donde se reunían los demás. Él intentó detenerla pero fue totalmente inútil.
Goku y los demás estaban reunidos debajo de un quinchado de un techo de paja al estilo tropical con columnas de madera. Todos cenando alrededor de una gran mesa servida con un banquete que captaba la atención de todos los sentidos y una dulce melodía de sus voces al contar anécdotas o chistes.
Koron aterrizó justo en frente de ellos, con los brazos cruzados y el rostro serio. El ruido alegre se detuvo al instante en que los guerreros captaron el fuerte ki que despedía de la saiyajin.
–¿Quién de ustedes es Goku?– preguntó con un tono grave y amenazador. Su vista se dirigió a un hombre alto y de cabellos puntiagudos que al instante de levantó de su asiento.
–Yo soy Goku– respondió serio ante la situación –¿Quién eres?
–¿Yo?– dio un suspiro, con una leve sonrisa y la mano en su pecho de forma elegante se presentó –Mi nombre es Koron, y soy tu peor pesadilla.
Todos presentaron rostros sorprendidos, menos el sujeto verde y el hombre bajo que llevaba el mismo traje que ella. Los murmuros no tardaron en llegar pero no pasó a ser algunas palabras y susurros de miedo y suposiciones.
–¿A qué has venido?– continuó el hombre del gi naranja –No puedes venir y amenazarnos sin sentido, no queremos pelear.
–Silencio Kakarotto– interrumpió el hombre de baja estatura –Si esta niña desea pelear les daremos lo que desea.
–Sólo vine a conquistar este planeta y venderla a razas potenciales– continuó la pequeña con la misma grave tonalidad –Tengo que ser fiel a mi raza...– hizo una breve pausa para observar el rostro de cada uno de los que estaba frente suyo –Saiyajin....
–Koron, deja de ser estúpida– interrumpe el híbrido llegando desde atrás y dándole un pequeño golpe a Koron en su cabeza.
–Sólo estaba motivando el ambiente– se quejó acariciando la zona del golpe con ambas manos –Sólo quería actuar un poco.
–No estamos aquí para saber si eres una actriz o no– regañó el joven cruzándose de brazos.
–Trunks, ¿eres tú?– se escuchó una voz alegre que Trunks ansiaba escuchar de nuevo.
El híbrido levantó la vista y divisó la mirada de sorpresa, alegría y alivio que todos mostraban. Comenzó a dirigirse hacia ellos y con un gesto con la mano saludó –Sí Gohan, soy yo.
Todos con mera emoción corrieron entusiasmados hacia el joven híbrido dándole una calurosa bienvenida. Koron, desde lejos, observaba como todos saludaban y hablaban con Trunks, así sería el mundo y la vida del chico si no hubiera ocurrido el ataque de los...
–¡Androide!– resaltó el joven al presenciar a la rubia –¿¡Qué hace N° 18 aquí!?– se apresuró en empuñar su espada pero fue interrumpido por Krillin.
–¿Otra vez tú mocoso?– regañó la mujer –Cálmate o vete de aquí.
–Espera Trunks, tranquilo...– agregó el enano agitando sus manos de arriba a abajo –Lo que sucede es que N° 18 es mi... esposa.
Trunks quedó atónito por la repentina e inesperada noticia. De pronto una pequeña niña rubia se acerca a ellos y la androide, con mucho cariño, la carga en sus brazos jugueteando con ella con besos y susurros.
–Adivino...– el joven apuntó a la niña y tragó saliva antes de hablar con nervios –¿Esa es su...?
–Sí– contestó el hombre antes que Trunks es terminara su pregunta –Ella es nuestra hija.
Perfecto. La causa de la casi destrucción del planeta casada con uno de sus amigos. Pero se dio cuenta que esta androide no era la misma que la otra, esta era más amable y comprensiva, se relacionaba con los demás, hasta fue capaz de formar una familia. Esa es una de las grandes diferencias de su tiempo y esta época.
–No lo puedo creer– mencionó un pequeño niño quien tenía un cierto parecido con Goku –Ese chico se parece a ti, Trunks.
–Tienes razón Goten– comentó el otro niño de cabellos lavanda. Ambos chiquillos observaban al joven con los ojos abiertos como platos.
–¡Oh por Dios!– se exaltó la pequeña saiyajin quien fue corriendo a abrazar al Trunks niño –¡Es un mini Trunks! ¡Es tan adorable!
–¡Suéltame loca!– gritó el pequeño en medio de estrujadas por los abrazos de Koron. Goten reía por su divertida desgracia.
–Al parecer esa niña tiene mucho cariño hacia Trunks– mencionó la mujer de cabello azul. Trunks no sabía si se refería a él o al niño.
–Por cierto Trunks– se acercó el saiyajin líder –¿Quién esa niña?
–¡No soy una niña!– se enfrentó al mayor de inmediato, soltando al pequeño Trunks dejándolo libre –¡Tengo 21 años!– agregó enfurecida.
–¡Ah ya veo!– dijo non un tono alegre para luego acercarse a Trunks y susurrarle –¿Así que es tu novia?
Trunks se sobresaltó y se ruborizó notablemente, agachó la mirada para no enfrentarse a las miradas de los demás –Claro que no, Koron es una saiyajin a la que debo ayudarla a vencer a un enemigo suyo– comentó rascándose la nuca y resumiendo todo lo sucedido.
–¿Qué? Es imposible– entró en la conversación el príncipe de los saiyajin –No existen otros saiyajin a parte de Kakarotto, Gohan, los mocosos y yo– dijo apuntando a los mencionados.
–Yo soy de Tashoku, me denominan Líder N° 7– se describió orgullosamente –Hija de Gakins y Nasuiro que...
–Nasuiro...– murmuro Vegeta interrumpiendo la explicación –¿El hijo del capitán Pepp? Por Dios, ese niño era más débil que un sabaiman, no servía para los combates.
Con una parte de su orgullo lastimado, Koron decide no llevar al cabo una discusión y proseguir su relato, ignorando al hombre y el comentario.
–Debo pelear contra un demonio emperador llamado Redice– hizo una pausa para observar la reacción de todos pero al parecer estaban neutrales –Redice es un ser muy maligno, ha atormentado a varios planetas incluso destruyó algunos de ellos; mi padre, mis hermanos y yo junto a los soldados de mi planeta decidimos combatirlo. Luego de un inconveniente me estrelle en Namekusei, en donde Trunks me encontró y prometió reparar mi nave y entrenarme para vencer a Redice.
–Y estamos ahora aquí para entrenar en la habitación del tiempo– agregó el híbrido yendo al grano –El de nuestro tiempo fue destruido por los androides.
–Esto... Trunks...– interrumpió Gohan algo nervioso –La habitación del tiempo de aquí... también fue destruida.
–¿¡Qué!?– se sobresaltó ante la inesperada noticia. ¡Maldición, este viaje no valió para nada la pena!
–Pero Goku puede entrenarme ¿verdad?– comentó la pequeña Koron –Dos semanas de entrenamientos con él ya será suficiente.
–¿Por qué sólo tienes que hacerlo con Kakarotto?– se quejó el orgulloso príncipe.
–Por tú no me caes nada bien– murmuró sonriendo maliciosamente.
–¿¡Qué dijiste, niña!?– gritó enfurecido, al parecer escuchó lo que dijo la atrevida saiyajin.
–Nada– se alejó de él para colocarse al lado de Trunks, si la atacan le usará a él como escudo.
–Bien Koron– Goku aplaudió una vez para llamar su atención –Tu entrenamiento comenzará de inmediato– acto seguido su estómago rugió atrozmente –Pero primero vamos a comer algo– se rascó la nuca mientras sonreía amablemente.
Luego de unos momentos todos estaban reunidos de nuevo en la gran mesa. El ambiente alegre y divertido volvió sólo que ahora Trunks y Koron incluidos en él.
Perfecto... pensó el híbrido mientras bebía un sorbo de su té helado. Koron entrenará con el hombre más fuerte del universo. Volteó un poco su cabeza para observar el hermoso y detallado perfil de la pequeña, quien mientras comía lanzaba miradas desafiantes a Vegeta.
Ojalá que Koron y mi padre se lleven bien... Meh, seguro lo harán...