Siempre fuiste tú

By MORGAN8511

796K 47.7K 8.6K

Atenea Guzmán de la Torre: Una mujer perfecta no solo físicamente, con tan solo 25 años de edad es una empres... More

ANTES DE LEER
PERSONAJES
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
CAPITULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
¡NO ES CAPITULO!
CAPITULO 20
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
CAPITULO 28
CAPITULO 29
CAPITULO 30
CAPITULO 31
CAPITULO 32
CAPITULO 33
CAPITULO 34
CAPITULO 35
CAPITULO 36
CAPITULO 37
Extra ♡
CAPITULO 38
CAPITULO 39
CAPITULO 40
CAPITULO 41
CAPITULO 42
CAPITULO 43
CAPITULO 44
CAPITULO 45
CAPITULO 46
CAPITULO 47
CAPITULO 48
CAPITULO 49
CAPITULO 50
CAPITULO 51
CAPITULO 52
CAPITULO 53
CAPITULO 54
CAPITULO 55
Extra ♡
Extra parte 2 ♡
CAPITULO 57
CAPITULO 58
CAPITULO 59
CAPITULO 60
CAPITULO 61
CAPITULO 62
CAPITULO 63
Grupo!!!
CAPITULO 64
CAPITULO 65
CAPITULO 66
EXTRA ♡
CAPITULO 67
CAPITULO 68
CAPITULO 69
CAPITULO 70
CAPITULO 71
CAPITULO 72
CAPITULO 73 parte 1
CAPITULO 73 parte 2
CAPITULO 74
CAPITULO 75
CAPITULO76
CAPITULO 77
CAPITULO 78
CAPITULO 79
CAPITULO 80
EXTRA NAVIDEÑO pt1
EXTRA NAVIDEÑO pt2
CAPITULO 81
CAPITULO 82
CAPÍTULO FINAL?
CAPITULO 83
CAPITULO 84
CAPITULO 85
CAPITULO 86
CAPITULO 87 pt1
CAPITULO 87 pt 2
CAPITULO 88
CAPITULO 89

CAPITULO 56

8.4K 492 119
By MORGAN8511

Pov: Christopher

Sus palabras hacen eco en mí. Eriza toda mi piel, y la opresión en mi pecho aparece, por unos minutos no puedo ni moverme.

— Atenea si esto es una puta broma, parala ya...— es lo único que puedo decir.

No la bajo pero si me enderezo un poco a modo de quedar sentado, ella enciende la luz de la mesita de noche, puedo ver mejor la prueba de embarazo.

Embajada 2-3 semanas.

— No, no es una broma, me hice otras cuatro en la tarde y todas salieron positivas— sus ojos se cristalizan— Mi amor si tu no...

— ¡Cállate joder claro que lo quiero! — casi grito y la tomo su nuca, la beso desesperado, tratando de que se dé cuenta lo feliz que me siento.

Empieza a llorar, le lleno de besos su cara y bajo las hasta llegar a su vientre acariciándolo.

— Tengo miedo Chris...— murmura.

Le aparto el cabello de su cara para que me vea.

— No tienes porque nena, ni tu ni mis hijos deben por que tener miedo— sentencio.

Ella llora más, yo admiro su vientre plano ansiando por que crezca. Me infla el puto ego saber que pude preñarla esa noche se la fiesta, el saber que mi corrida ocasionó que tenga a otra parte de mi legado dentro de ella me pone la pone dura.

Ella siente como mi erección se le pega a su culo y se comienza a refregar, sin duda estas hormonas serán lo mejor en todo el embarazo.

Ella se echa hacia atrás acomodándose con un sentón que se la deja toda adentro y me hace volver a girar pasando el brazo bajo su cuello liberando los empellones que la ponen a gemir contra mis labios mientras su coño recibe el miembro que entra y sale de ella, clavándola, follandola como me gusta.

— Dilo— le exijo— Dime que me amas Atenea.

Sus movimientos pélvicos se sincronizan con mis embates y mi cabeza se vuelve un lío con las descargas que me recorren la polla estando dentro de ella quien tiene las rodillas separadas, las tetas afuera y sujetando mi nuca con una fuerza que concentra el éxtasis que nos recorre a los dos.

— Te amo mi amor — gimotea y muevo las manos a su culo apretujándolo mientras me la cojo. Mi glande se desliza y mis testículos se contraen queriendo liberar lo que tengo adentro.

— Dámelo tú también— me pide ahora ella en medio de jadeos— Dímelo, Christopher...

Queda nuevamente sobre mí y clava la mano en mi clavícula cabalgándome, ondeando las caderas, dándome una vista que me hace tragar grueso y termino reafirmando sus caderas en busca de la llegada que me toma varios minutos.

— Dímelo.

Ella gime y yo jadeo mientras no deja de montarme como una hembra en celo, la cual se satisface con mi polla de una manera que la hace agitar las caderas sobre mí.

— Joder te amo Atenea— habló entre dientes— Te amo demasiado.

Soba con más fuerza metiéndose hasta el último centímetro logrando que levante la pelvis con la descarga que desata y me hace apretarle el culo llenándola de lo mío.

Se deja caer sobre mí y trata de calmar su respiración. Me quedo abrazándola hasta que caigo en cuenta de algo.

— Atenea ¿no lo lastimamos?

— No...— sé que está agotada pero quizás lo hicimos.

— ¿Estás segura? ¿No sientes dolor?

— No.

— Igual creo que no debemos hacerlo así, te puedo lastimar y a él...

— O ella— sonríe.

— Da igual, no quiero lastimarte así que tenemos que hacerlo más despacio, y en otra posición— ínsito, no sé si se pueda tener sexo mientras están embarazada. ¿Y si los lastime?

Pareciera que lee mis pensamientos y habla.

— No me lastimaste y a bebito feto tampoco, amor solo ha de tener el tamaño de una semilla de mostaza, creo que ni siquiera nos puede escuchar, además no se si su corazón ya está latiendo.

— ¿Eres doctora? — me molesta que este tan tranquila.

— No, pero tengo una amiga que sí y sé que no pasa nada.

— ¿Y cómo sabes que no escucha? ¿Acaso le hablaste?

— Es un feto mi amor, ni siquiera está desarrollado— todo lo dice a base de suposiciones.

— ¿Y si le intentas hablar? — pregunto, quizás se equivoque y presencio la película porno que hicimos.

— Mejor inténtalo tu.

— ¿Segura? — me aparto un poco.

— Si amor, inténtalo— me anima y solo lo haré porque tengo curiosidad.

Me levanto y me acuesto de lado pegando mis manos a su vientre, no siento movimientos ni nada, así que con un dedo doy subes toqueteos para ver si reacciona pero nada.

— ¿Crees que este dormido?

— O quizás ni siquiera escucha.

Me molesta que diga eso y frunzo el ceño.

— Calla tú no sabes.

— Pues háblale, a ver si te contesta— se burla la muy maldita.

Me acerco a su ombligo y hablo sube.

— Oye...— pico el vientre y nada— Feto, ¿me escuchas?

¿Qué pendejada estás haciendo Christopher? Pregunta mi conciencia.

— Feto, ¿me escuchas? —repito y reparto besos. creo que le da cosquillas a Atenea.

Reparto más a ver si así hace algo y veo que Atenea se retuerce.

— ¡¿Se movió?!

— No amor, me moví yo— carajo — Guapo tal vez bebé fetito esta dormido así que hagamos lo mismo.

— ¿Y si mañana lo intentas tu?

— Si, pero creo que será el mismo resultado.

Dejo un último beso y me acomodo con ella en mis brazos.

— ¿Sabes que lo más difícil será decirle a nuestro bebito que nos espera en Londres verdad?

Claro que lo sé, tampoco sé cómo hubiera reaccionado yo si Alex y Sara hubieran tenido otro hijo, me da asco de solo pensarlo. Se que mi hijo está muy mimado, pero confío que podremos manejarlo.

------------------ ---------------------

El vuelo de regreso a Londres fue una mierda total, vomite al menos tres veces.

Ella parece estar como si nada, mis manos buscan tocarle el vientre a cada nada, hasta ahora los únicos que saben son sus amigos, y espero que así siga hasta que le digamos al menos a mi mamá.

Estamos por bajar y Atenea ya está esperando a que le abran la puerta. Apenas abre ella baja corriendo sin cuidado alguno, y veo a mi hijo bajarse de los brazos de su abuela corriendo a los de ella.

— ¡Mami, mami legaste!

— Mi amorcito, no sabes cuanto te extrañe mi vida— se abrazan eufóricos y ambos lloran, se llenan de besos y al final se acuerdan de mí.

— ¡Pa-pi! — al igual que siempre se lanza a mis brazos sin previo aviso.

— Te he dicho que no hagas eso.

— Papi te estane muto— llora aferrado a mí.

— Yo también pero ya no llores, que ya llegué— le beso le cabeza y me acerco a Sara.

Alex y Atenea se abrazan, mientras dejó que Sara me llene de besos, luego lo hace con Atenea.

Ella se despide de todos, vamos al estacionamiento seguidos por Sara y Alex.

— Les prepare tu comida favorita cariño, vamos a casa— me habla.

— Te dije que no pienso volver a tu casa, menos si el viene.

— Cielo ya hablé con tu papá, y lo de aquel día no volverá a ocurrir.

— Igual no quiero.

— ¿Paso algo? — no le quise contar a Atenea porque sé que se molestaría con Alex, y aunque no lo soporto sé que ella lo quiere.

— No, nada solo quiero irme a descansar.

— Déjate de niñerías, tu mamá te preparo lo que te gusta, así que vamos— Alex habla sin verme.

— No, menos si me sigues hablando así— nunca perderé la oportunidad de molestarlo.

— Alex pídele una disculpa a tu hijo, y vayamos a casa— dictamina Sara.

— No, no lo hare— protesta.

— Ya hablamos de esto Alex.

— ¿Me pueden decir que sucedió? — habla Atenea.

— Nada, no pasó nada vayamos a la casa— la tomo de la mano y comienzo a caminar.

— Joder ya, lo siento súbete a la puta camioneta.

— Dime que sucedió o vayamos con tus papás.

— Nada, que no pasara antes.

Me aleja un poco y ellos entienden y se giran.

— Amor, tu mamá hizo comida especial para ti— sabe cómo manipularme.

— ¿Idemos co mis buelitos? Teus eta ada.

— Solo vamos por mi perro, comemos y nos vamos.

Sonríe y me subo a la camioneta sin más. Cuando Atenea y Emiliano suben el rojizo no para de hablar, hasta que recuerda los pechos de Atenea y sin más se desespera por alzarle la playera.

— Les contaremos después del ultrasonido de mañana ¿está bien? — me pregunta y asiento.

— ¿Y a él?

— A el después, acabamos de llegar y está muy sentimental, hay que empezar de poco en poco.

Los veo juntos y me imagino como será que otro bebé tome de ella, estoy seguro de que Emiliano enloquecerá, duran así unos 30 minutos.

— No te duermas bebé, que ya estamos por llegar.

Cuando la camioneta se estaciona afuera de la mansión la ayudo a bajar y el rojito se molesta al ver que se va a subir el sostén.

— Vamos a comer, después te doy más mi amor— las quejas se escuchan— y más cuando intenta subir la playera de nuevo.

¡Amm! ¡Ammm! — grita y como se remueve muy fuerte lo sostengo yo para que no se lastime.

— Ya dijo que cuando termines de comer te dará más— Zeus baja corriendo y Atenea se agacha con él a llenarlo de besos.

— Hola bonito, ¿cómo estas lindo Zeus? ¿Tú también nos extrañaste mi amor?

La llena de lametones y el impaciente de mis brazos se pone a llorar.

— ¡Mami, titi, titi! — lo vuelve a tomar en brazos.

— Vamos a comer primero cariño, luego tomaras tu titi ¿sí? Además recuerda que trajimos regalos y solo los bebitos bien portados reciben regalos.

— Do me polto m-mien— limpia su cara.

— Yo lo sé mi vida, por eso comerás todo y en casa abriremos los regalos ¿está bien?

— Ti mami.

Sara preparo pan relleno de carne, y sé que no se lo digo pero me encanta como cocina.

Atenea come con Emiliano en sus piernas, y les cuenta a ambos como estuvo todo, sé que ansía contarles pero no lo hace.

— ¿No te gusto cariño? —me habla Sara.

— Si.

— ¿Pero si no has comido casi nada? ¿Te sientes mal mi niño?

— No, solo no tengo mucha hambre— no sabe mal pero el olor revuelve mi estómago.

— ¿Quieres que llame al doctor? — insiste y miro a Atenea para que ella la calme.

— Ya le agendé cita mañana, yo lo llevare— es lo único que dice y eso la tranquiliza.

— ¿Quieres que te prepare otra cosa bebé?

— No, y no me digas así.

Me obligó a comer un poco, pero no tarda mucho en que voy al baño a vomitar.

Después de la comida nos quedamos mucho tiempo y nos fuimos a la casa.

Ahora nos estamos dando un baño los 3 en la tina, el insistió y Atenea accedió como siempre, juegan mientras les lavo el cabello a ambos.

Me salpican agua y yo hago lo mismo, Emiliano se divierte, hasta que se le escapa un bostezo, Atenea se levanta porque sabe que este diablillo no se resistirá a sus tetas, más aún por el pequeño sostén que trae.

Mientras ella se quita el jabón en la dicha yo me quedo con Emiliano, cuando termina se pone una bata.

— Deje la bata afuera, quítense el jabón ambos mientras vuelvo.

Cuando Emiliano nació no me gustaba bañarlo, sentía su cuerpo muy pequeño y que en cualquier momento se rompería, desde que Atenea está con nosotros a él le gusta que nos bañemos juntos y jugar en la tina, ¿Nos bañaremos con el otro bebé también?

— Papi ¿Domide co uteles?

— No tienes tu propia cuna.

— Tu lijiste que polia cuano voviedan.

— ¿Entonces porque me preguntas?

Me besa mi nariz paralizándome ya que siempre es más afectuosos con ella.

— Te amo papi— no le contesto pero beso su cabeza y lo pego a mi pecho dejando que el agua caiga sobre nuestros cuerpos.

Unos minutos después la a puerta se abre y entra Atenea en su camisón de seda.

— Dámelo para que tu termines— es fácil que se aparte de mí y se vaya con ella.

Una vez que salieron me quito el bóxer y termino de bañarme, me apuro aún más cuando escucho las risas y ladridos.

Al salir Atenea está haciéndole cosquillas a Emiliano, solo tiene su pañal, y ella le besa su pancita provocando sus carcajadas.

— ¡Para mami! — se aparta y cuando su risa cesa, vuelve a repetir su acción.

— Es hora de dormir mi amor.

— ¿Titi?

— Si pero te voy a terminar de vestir.

— No, quielo así.

— Pero pasaras frío bebé, además te pondré el pijama que papi te compro.

Le muestra el de los niños sirenas y me acerco para ponerle crema por todo se cuerpo.

— ¿Como haremos que deje el pañal? En las noches será un desastre.

— Poco a poco, quizás solo lo ocupemos al principio en las noches y en el día le enseñaremos a que nos pida llevarlo al baño.

— No creo que sea así de fácil— Emiliano no deja de mover los pies y de retorcerse.

Se que no le gusta que le haga cosquillas en los pies pero se me hacen muy curiosos por lo pequeños que son. Y paso mis dedos haciendo que se ría.

— ¡No eto no lusta! — pero se ríe y más le hago— Ode no.

Viene e intenta morderme pero lo evito y lo sostengo por los pies, alzándolo y dejándolo de cabeza.

— Se van a lastimar, Christopher bájalo— la mamá nos regaña.

Y le muerdo suavemente el pie haciéndolo gritar, no sé si de la risa o de molestia.

— ¿Ya vas a llorar? — lo cargo bien, pero lo sostengo lejos de mí.

Me hace reír cuando suelta según él un gruñido como Zeus y hace una mordida al aire.

— Deja que le ponga el pijama, no me gusta que jueguen así, se te puede caer— Atenea siempre es muy paranoica.

— Sabes que no lo dejaría caer.

El diablillo me lanza más mordidas al aire, mostrándome sus pequeños dientes.

— ¿Sabes que me das gracia y no miedo?

— Suetame— se molesta y vuelve a gruñir.

— Ok— lo lanzó a la cama y grita molesto, no solo él sino Atenea me mira furiosa.

— Lo puedes lastimar Christopher— le pone en mameluco y se acuesta en la cama.

Emiliano toma leche y se queda dormido, después de acomodarlo entre ambos se acaricia el vientre.

— Creo que ocuparemos después una cama más grande.

— No cada quien dormirá en su habitación— los pego más a mi— Miranda vendrá a trabajar mañana, Y con respecto a Marie...

— No a ella no la quiero aquí— sentencia.

— Atenea necesitamos más personal, con esto no podrás hacer mucho, la habitación de Emiliano no siempre la acomodaras tú, esos juguetes en poco tiempo no entraran en su habitación y con el feto habrá más caos.

— No la quiero en mi casa.

— Pues vayamos a la mía, además yo pagaré todo lo que se ocupe aquí y eso no se discute.

— Esta es su casa, no quiero que pagues nada, sigamos como estamos, trae a Miranda y contratamos a más gente si es lo que quieres.

— Marie siempre ha trabajado conmigo, ella cuido de mí de niño, y sabe las cosas que me gustan.

— Christopher estoy agotada, no quiero hablar de tu nana porque sinceramente me cae mal, sé que la quieres, y no pretendo que eso cambie pero ella no me soporta y la verdad yo tampoco a ella.

Se que es verdad pero no quiero desecharla, no aún.

— Si fuera al revés yo tendría que ceder.

— No se trata de eso, cedo en la mayoría de las cosas que quieres.

— No es verdad.

— ¿No estoy embarazada? Cedí a intentarlo el día de la boda pero hay cosas que simplemente son un rotundo no.

— Igual hubieras quedado preñada en algún momento, más sin ocupar anticonceptivo.

— Pero no la quiero cerca.

— Ella vendrá Atenea— es lo único que digo y me acomodo.

— No, no quiero más problemas ni incomodidades con ella menos en mi casa fin.

— No pasara.

— Eso tu no lo sabes, así que dejemos el tema y hay que dormir.

— Ella vendrá y no habrá más problemas.

Ya no me contesta y solo abraza a Emiliano y se duerme. Ya no me dejo intentar hablarle.

------------------ ---------------------

Pov: Atenea

Cuando desperté Christopher ya no estaba a mi lado, pero sé que aún no se ha ido. Mi bebé duerme aun así que pongo almohadas a su alrededor mientras me alistó.

Hoy será la primera ecografía, y eso me pone nerviosa, me pongo una falda corta, top de encaje y unas botas altas, todo es de color negro, lo complementare con un abrigo largo rosa.

Me apresuro a salir cuando escucho el llamado y el llanto de mi pequeñito.

— Tranquilo, mi amor aquí estoy— hablo acercándome a el— Buenos días mi amorcito.

— Hoda mami— parece que se despertó por el habré por qué escucho su pancita sonar.

— Vayamos abajo que seguro allá esta tu papá.

Zeus nos acompaña, y bajo con mucho cuidado pero me detengo al pie de las escaleras cuando escuchar a Christopher hablar.

— Esta embarazada Marie, no quiero problemas, no quiero tus putos reclamos y tampoco quiero que ella se queje sobre ti— su voz no es fuerte pero la escucho perfectamente.

— Sabes que esa mujer no me gusta para ti hijo, cuando tú no estas es una mujer soberbia, arrogante, egoísta, no le importa nada.

— Ja yo soy igual, hasta peor, pero le importo yo y le importa mi hijo, no necesito más, solo limítate hacer tu trabajo o te mandare a Nueva York con tu hija.

— ¿Has hablado con Gema? Ella te extraña Chris.

— No, no tengo tiempo para charlas estúpidas, y tampoco me interesa hablar con tu hija, sirve el desayuno que ella no tarda en bajar— se gira y me ve.

— Entonces no te importo lo que dije y aun así la trajiste, pese a que no la quería aquí— acomodo al pequeño en mi cadera.

— Es muy temprano para esto Atenea, además jamás te lo pregunte, solo quería que supieras— se encoje de hombros.

— Se que te dije que esta es su casa, y lo es pero también quiero que tomes en cuenta mi opinión y no quiero que este aquí.

— Atenea...

— No Christopher, no pienso tolerar sus faltas de respeto en mi casa.

— Deja el maldito drama ¿sí? Ya te dije que eso no pasara— si claro.

Ya no le digo más solo me voy a sentar con mi bebé hambriento al comedor.

— ¿Qué frutas quieres para desayunar amor?

— Fesas.

— Ya lo sé, pero aparte de las fresas.

— Velde, tamien velde y tul.

— Es kiwi bebé, la fruta verde que quieres es kiwi.

— ¿Y tul?

— Esas son mora azul.

— ¿Mami y polemos paesitos?

— Si, pero con muy poco chocolate.

Christopher no tarda en sentarse a mi lado, Miranda nos trae lo que le pedimos pero no todo es tan bueno, trae todo mal pero no lo hizo ella.

— Mir pedí que los panquesitos tuvieran chocolate, no jarabe, dile por favor a Kristen que...

— No los hizo Kristen señora, ella no está.

— ¿Dónde está? — siempre se encarga de la comida.

— Ella...

— Le pedí que fuera a realizar otra actividad, de la comida de mis hijos me encargo— sale Marie de la cocina.

Y veo a Christopher pero no se inmuta.

— Pero ella se encarga de la mía, no sé cómo funcionarán las cosas en su casa, pero aquí ella lleva el orden de todo.

— Solo cómetelos...— me murmura Christopher.

— No, por favor cambia los y llama a Kristen.

— Mami, toma eto no lusta— mi pequeño que está en mis piernas y me da en la mano un poco de melón con yogurt.

— Por favor llamen a Kristen y que ella haga los desayunos como pedí.

— El chocolate es malo, no le puede dar algo que aún no debe comer.

— Si yo supiera que algo de lo que come mi bebé le puede hacer daño no se lo daría, el chocolate o crema de maní que consume esta aceptada por su pediatra porque son echas sin conservadores, y las prepara Kristen, llámala y que ella prepare lo que le pedí.

Se van y le doy yo la fruta a Em para que no me vaya a manchar la ropa.

— ¿Porque lo haces tan difícil Atenea? — me mira Christopher apagando su celular.

— ¿Difícil? Christopher te dije que no la quiero aquí, y parece que no me escuchas.

— Cuando feto nazca la ocuparemos.

— Cuando mi bebé nazca no la ocuparemos, soy capaz de cuidar a mis hijos yo sola, te dije que si querías más personal se contrataría pero no ella.

— También son mis hijos, y no la veras, ella no se quedará aquí solo Miranda, trabajamos todos los días y cuando lleguemos quizás ya no esté.

— Te lo dije anoche, te lo dije hace rato, y te lo digo por última vez. No pienso tolerar sus faltas de respeto en mi casa y en ningún otro lado.

— Joder cállate ya —se viene hacia a mí y me besa molesto.

Trato de apartarme pero no me deja, intento empujarlo pero el tener al bebe me lo dificulta, y de repente me alza con él.

— Basta bájame.

— ¡No mi fesas! ¡ueltados! — protesta el pequeñito que interrumpió comiendo.

— Igualito que te madre se quejan mucho los dos— se estira para acercar el plato de nuestro niño.

— Que no se re olvide— es lo único que digo.

— ¿Lo vamos a llevar? — pregunta.

— ¿Piensas dejarlo solo?

— ¿No crees que se espante si vamos al doctor?

— Se dormirá en el camino, iremos a comprar saliendo y después con tus papás para contarles.

— ¿Y si solo le decimos a Sara?

— Alex también es importante, además yo quiero decirle.

Miranda se acerca de nuevo y le agradezco por la comida, Em después de los panquesitos pidió leche, así que alimento a Christopher con la fruta y al bebé al mismo tiempo.

— ¿Y tus papás? — suelta de repente.

— ¿Qué tienen?

— ¿A ellos cuando les dirás?

— Iremos en día de muertos, allá le diré a mi familia.

— ¿Dónde está tu papá? ¿También es empresario?

Trago grueso, no me gusta hablar de él hace años que no lo veo, y pretendo que eso siga así, además Chris no tiene porqué saberlo.

— No sé hace años que no lo veo, pero igual no nos llevamos bien.

— ¿Nena el los dejo? —pregunta con sutileza.

— No, mi mamá se divorció pero el aún se hace cargo de Oli, amor él no tiene relevancia aquí.

— ¿Pero que hace? ¿Porque no lo visitas porque no tienen la misma relación como con Alex y Leonardo?

Hay preguntas que son mejor no contestar.

— ¿Por qué tanta intriga por él?

— No se quizás porque nunca lo mencionas, siempre quieres que te cuente de mi vida ahora cuéntame tu.

— Se nos hará tarde— me excuso.

— Pues vámonos y me cuentas en el camino.

Me levanto con Em y nos lavamos los dientes. Ya en el auto mientras maneja arrullo a nuestro bebé, y las preguntas de Christopher vuelven.

— ¿Entonces?

— No recuerdo mucho de él, mis papas se separaron cuando tenía como 6-7 años, él se fue a otro estado, sé que tiene una pequeña empresa que fue fundada por sus papás, Oli convive de vez en cuando con él, no sé si Rodrigo lo vea pero yo no.

No miento en lo que digo pero tampoco digo toda la verdad.

— ¿Y tú por qué no? ¿Cuándo fue la última vez que lo viste?

¿Cuándo fue la última vez que lo vi...?

— N-no lo sé, pero habré tenido menos de 10 años porque no lo recuerdo, solo creo que fue en el hospital.

— ¿Él iba cuando estaba ahí? — niego.

— Siempre fueron mis abuelos y mi mamá.

— Hay muchas cosas que no entiendo, tus hermanos lo ven pero tú no, ¿te hizo algo para que eso fuera así?

Mi cuerpo se tensa y la cabeza comienza a dolerme.

— Christopher no recuerdo mucho de mi infancia, solo sé que crecí con mis abuelos, mis hermanos, mi mamá, mi tío Sebastián, y con tu familia. Pero no me gusta hablar de él así que porfa no lo hagamos más.

Me mira unos segundos y se gira de nuevo a la carretera, ya no dice más, y no me gusta ser así con él solo que de verdad no hay mucho que decirle sobre ese señor.

Como le dije mi bebé estaría dormido al llegar al hospital, lo ponemos en su carrito, Christopher toma mi mano y con lo empuja.

Esperamos unos 5 minutos y entramos con mi doctora.

— Señores buenos días, que gusto volver a verte Atenea, ¿en qué les puedo ayudar hoy?

— Estoy embarazada doctora, quiero saber cómo está la cosita que crese dentro de mi.

— Qué agradable noticia, desde que cancelaste tus citas del anticonceptivo supuse que no tardarían mucho en embarazarte, felicidades.

Que mierda...

— ¿Cancelar? Yo nunca cancele nada, solo fue un descuido, y...

— No tu llamaste para decir que solo continuarían con la inyección lactante.

Veo a Christopher y el finge que no lo hago. Maldito, mil veces maldito.

— Lo hablaremos después Morgan— es lo único que digo— ¿Podemos iniciar?

— Claro, ve al baño y ponte la bata, al ser el primer ultrasonido yo recomiendo que sea transvaginal, pero igual si no te sientes cómoda puedo hacerlo por vía abdominal.

— ¿Si es la primera les duele? — pregunta Christopher moviendo suavemente el carrito del bebé.

— No señor, quizás sienta un poco de incomodidad, pero no dolor, la sonda se cubre con un condón y un gel.

— Me pondré la bata— le doy mi abrigo y bolso a Christopher

En mi primer embarazo no tuve ecografía. Desde el principio sabía que no lo tendría así que solo me hice una prueba de sangre y después el aborto. Siento muchos nervios, pero también mucha emoción.

Cuando ya estoy lista Chris me ayuda a subir a la camilla, como dijo la doctora la sensación no es dolorosa, pero no me gusta sentir otra cosa que no sea Christopher justo ahí.

En ningún momento Christopher suelta mi mano y me siento muy temblorosas de los nervios.

La doctora mueve la sonda y no alcanzo a ver nada, dura unos minutos así y comienzo angustiarme.

— ¿Esta todo bien? ¿Dónde está mi bebé?

No contesta y muevo algo de la máquina.

— ¿Dónde está el bebé doctora? — pregunta Christopher impaciente.

Y sigue sin hablar, siento que me dará un paro cardíaco hasta que sonrie.

— Aquí, justo aquí esta su bebé— señala e inmediatamente mis ojos se cristalizan.

Es una pequeña manchita blanca, muy pequeña, y la mano de Chris aprieta más fuerte la mía.

— ¿Lo ves amor? Es tan chiquito...— susurro h me da un beso en la coronilla.

— Lo veo, ¿cuándo se escuchará su corazón?

— La señora solo tiene de 2 a 3 semanas de embarazo, por lo general suele ser en la semana 6, podemos intentar pero si no funciona no deben alarmarse que todo está bien.

Revisa un poco más y su ceño se vuelve a fruncir.

— Has estado embarazada anteriormente.

Joder no...

— S-sí, hace algunos años en la universidad, pero tuve un aborto inducido— el miedo crece en mí de nuevo— ¿Esto es malo? ¿El bebé está bien?

— Tranquila Atenea, por lo general, se considera que el aborto electivo no causa problemas de fertilidad o complicaciones en embarazos futuros— vuelvo a respirar— No obstante, si el aborto se realizó incorrectamente, podría haber una posible relación entre un riesgo elevado de nacimiento prematuro y bajo peso al nacer y, de nuevo, aborto, existen posibilidades de que se generen complicaciones como hemorragia grave, infección, y algunas otras cosas.

— ¿Está diciendo que mi bebé puede nacer prematuro, y hay posibilidades de que tenga una hemorragia? — creo que voy a llorar.

— Eso es solo si el aborto anterior fue mal hecho, déjame examinarte, y te aseguro que haré todo lo posible porque nada de eso pase, para que tú y tu bebé estén bien.

Se va unos momentos y Christopher me atrae a su pecho cuando me suelto a llorar.

— Todo estará bien, no llores.

— No quiero que nada le pase.

— Y no lo hará, llamare a Reece y a Regina, ellos vendrán, y él se encargará de fetito.

— No le digas así dile bebé— me quejo.

— ¿Por qué? Si tú le dices así, además aun es un feto.

— ¿Daddy arreglara todo lo que este mal conmigo verdad? — pregunto tratando de convencerme.

— Nada está mal contigo, y no le digas así.

Al final me examina bien la doctora y me dice que todo está excelente, pero aun así debo ser más cuidadosa en mis actividades.

Nos da muchas fotos del primer ultrasonido y también me deja tomar muchas más a mí.

Salimos y estoy a nada de e entregar mi tarjeta para pagar la consulta pero recuerdo algo y me detengo.

— Sabes que yo no voy a pagar, pagaras tú, esta y todas las citas y cosas que quiera para este embarazo, tu saboteaste mi anticonceptivo, tú me embarazaste tu pagas.

Sonríe negando y saca su cartera, teniendo su American express black card.

— Haberme dicho que era lo único que pedirías ya iríamos por el destino hijo.

Nos dan la siguiente cita y nos vamos.

✿ ------------------ ✿ --------------------- ✿

Estamos llegando al centro comercial y bebé desde que se despertó no ha dejado de llorar.

— ¿Qué pasó mi amor?

— Quizás tus hormonas le afectan a el— dice el coronel atascándose de una dona de chocolate que compre y se terminó comiendo él.

— ¿Quieres algo bebé o cual es el motivo de este llanto?

— ¡Y-yo tam-ien!

— Shh no grites que nadie lo hace pequeño, ¿Tú también qué?

— Tam-ien edia

Hemos estado comprando ropa, y algunas cosas para Zeus, pero también le he comprado cosas a él así que no entiendo.

— ¿Qué querías? — le pregunta su papá y este chilla desesperado.

— Amor tranquilo.

— ¡Am am yo tamién quedo! — estira sus manitas hacia la rosquilla que esta por acabarse su papá y el la aparta.

— ¿Quieres rosquilla bebé? ¿Te pregunto allá si querías algo?

Se desespera y juro que es la copia exacta de su padre.

— Dale una pequeña mordida— pido.

— No, él nunca me convida nada, mucho menos me invita de tus tetas.

— Christopher.

— No.

Al ver la negativa de su padre por invitarle llora con más intensidad.

— Deja de molestarlo y dale un poco.

Ruda los ojos y se acerca tendiéndole la dona pero cuando me pequeño esta por morderla el muy maldito la aparta y la muerde él.

— ¡Maa-mi!

Christopher se ríe a carcajadas, y de pronto me lo quita y deja que le muerda a lo último que queda.

— Qué llorón eres—se manotean entre ellos y Emiliano agarra un poco de glaseado y se lo embarra por toda la cara.

— ¡Emiliano! — lo reprendo pero inmediatamente su padre hace lo mismo— ¡Christopher!

Ambos me molestan y solo saco del bolso unas toallitas húmedas y les limpio la cara.

— Ya les dije que no me gusta que jueguen así.

— Si llorón inicio.

— Mami— protesta.

— No, iremos a comprar quiero que los dos se comporten y después iremos con Sara y Alex.

A veces siento que no solo cuido a un niño, sino a dos, me preocupa un poco como será cuando nazca el bebé. Si Alex y Reece pelean aún de grandes no me lo quiero imaginar cómo fueron de niños.

No me voy a comer la cabeza pensando en cómo decirles, solo comprare dos pares de zapatos blancos, unas cajitas y ahí pondré la ecografía.

Como le dije a Christopher el pagaría todo lo de este bebé, compro unas cosas más para comenzar con el retiro del pañal y nos vamos a High Garden.

— ¿Cuándo le diremos a él?

— No sé.

— Yo digo que lo hagamos ha para que se vaya haciendo la idea.

— Es que aún no es como hacerlo, quizás podamos comprar...

— No lo podemos llenar de juguetes siempre.

— Entonces dame una idea y trata de ser más delicado con él.

Me encanta estar en High Garden, Alex sin duda es un abuelo increíble, juega en el jardín con su nieto y Christopher el solo se acaba un pastel que recién había hecho su mamá y le llama a su tío.

Le ayudo a Sara a cocinar, o intento hacerlo porque solo le cuento cosas mientras ella prepara. Cuando terminamos de comer, Emiliano quedo tan agotado que se durmió en los brazos de su abuelo.

— Voy a recostar a mi campeón.

— No olvides de encender el monitor— le recuerdo y pasamos a la sala.

— ¿Están bien? — quizás sea su instinto de mamá.

— Si.

Alex no tarda en bajar y se sienta aun lado de Sara.

— Sara y yo estamos pensando en ir con tu familia el próximo mes y me dijo que ustedes también irán podríamos irnos...

— No, solo viajaremos nosotros tres y ella si quiere ir pero tú no— protesta Christopher apuntando a su mamá.

— No seas grosero, nosotros tenemos planeado ir a pasar el día de muertos.

— A mí me encanta, en una ocasión Alexan... México en esa época es maravilloso.

El cuerpo de Alex se tensa y la cara se le desfigura.

— Lo sé, pueden venir será increíble.

Le mandó un mensaje a Gustavo para que baje las cajitas Alex me mira curioso al momento que Christopher sostiene una y yo la otra.

— ¿Qué es eso? — Alex entrecierra los ojos.

— Nada que te importe.

— Tranquilos los dos, solo es una pequeña sorpresa que Chris y yo les queremos dar.

Alex intenta recibir la cajita que tiende Christopher pero la quita y se la da a su mamá, ruedo los ojos ante sus comportamientos infantiles y yo le doy la mía a Alex.

Puedo ver que Gusi graba a lo lejos y me da ternura.

— Tu primero— le dice Alex a su esposa.

— No mejor tu.

— Ya háganlo los dos al mismo tiempo— se impacienta su hijo.

Desatan el moño, y los ojos de los dos se abren como platos, Sarita se tapa la boca como si no lo pudiera creer.

— Voy a ser abuela otra vez— susurra— ¡Alex mi amor vamos a volver a ser abuelito! — se emociona y se pone eufórica

Se levanta de un tirón y nos abraza a ambos, besándonos y llorando.

Christopher sonríe de medio lado y la pega a su pecho dándole un beso en la coronilla.

Yo miri a Alex esperando su reacción. Me paralizó cuando veo que aprecia la foto con sus ojitos rojos, jamás lo había visto llorar...

Empieza a reír y a negar, de pronto se levanta y repite la acción de Sara llora y me besa.

— Mi princesa, que feliz me haces mi niña bonita, te amo mi amor, te amo mucho.

Cuando nos separamos, el observa a su hijo, y parecen eternos los minutos que pasan así.

— Te ves patético— le dice Christopher.

— Es un estúpido niño malcriado, pero no puedo evitar sentirme orgulloso de ti— suelta con depresión su papá.

Sara nos abraza y el ministro se une, estoy un poco aterrada pero sé que todo saldrá bien.



LAS AMO Y SI TIENEN ALGUNA SUGERENCIA NO DUDEN EN DEJARLA 💗

Continue Reading

You'll Also Like

21.8K 971 33
Esta es una novela basada en mis 2 mas grandes idolos, William Levy y Maite Perroni...
24M 1.9M 156
En el libro de Anneliese, decía que la palabra «Ambrosía» podía referirse a tres cosas: 1.- Un postre dulce. ...
37.2K 3.6K 33
Goku y Milk se comportan como novios, pero no lo son. Solo son amigos. ☁ | Universo alternativo. ☁ | Publicada originalmente el 26/12/16. ☁ | Editada...
127K 4.8K 13
Segunda parte de "Infiel". No leer si todavía no se conoce la primera parte. Justin Bieber quiere recuperar el amor, que alguna vez fue suyo, a toda...