Cuando llegaron a Konoha de su larga y esperada luna de miel, Elise tenía veintisiete semanas de embarazo y un vientre muy hinchado dejando notar sus seis, casi siete, meses de embarazo. El procedimiento estándar de revisión de antecedentes y esas cosas se las dejó a su marido que estaba más familiarizado con esos procedimientos para dejar ingresar a extranjeros a Konoha y eso.
Con solo ver a dos pelirrojas, los porteros se estremecieron ligeramente y Elise pudo deslumbrar un poco de miedo en sus miradas mientras murmuraban algo sobre el habanero sangriento y lo terrible que era.
Oh... tal vez estos chicos habían sido apaleados por Kushina en su infancia y desarrollaron un trauma, Elise soltó una pequeña risita divertida.
Shisui aprovechó la instancia para irla a dejar al hospital de Konoha para que le hicieran chequeos y exámenes mientras él se encargaba de todo lo relacionado con sus invitados y su ciudadanía. Él le prometió que intentaría hacerlo lo más rápido posible para estar con ella en todo momento, incluso se ofreció a dejarle un clon de sombra, pero ella se negó diciendo que podía hacer esto sola, que él se encargase de las Uzumaki y de Kimimaro mientras ella se encargaba del bebé y su estado físico.
Sinceramente, Elise estaba un poco nerviosa y alterada, pero se relajó mientras el cuidado de las enfermeras fue sorprendentemente bueno y delicado con ella. Claro, podría haber ido al ala medica de su familia, pero su novio quería tener varios diagnósticos para asegurarse el doble, sino el triple, del bienestar de ella y su hijo.
Elise lo comprendió.
Era su primer hijo, ambos eran jóvenes y cualquier cosa podría salir mal.
Pero no fue así, porque mientras esperaban tranquilamente los resultados que saldrían de inmediato y tendrían que esperar a los resultados de otros que demoran más tiempo, todo parecía ir correctamente.
Shisui soltó un suspiro aliviado y besó su mejilla con emoción.
Fue un poco agotador tener que pasar por todos esos exámenes de nuevo en su hogar, pero fue mucho más reconfortante ahora que Shisui estaba a su lado como un cachorro guardián que fijaba sus ojos exclusivamente en ella para poder salvarla de cualquier cosa.
Agradable, el sentimiento del cuidado intenso del hombre y esos ojos amorosos, casi pasionales, de Shisui se sentían muy agradables y, tal vez, debería recompensarlo en la noche por ser un buen marido y estar ahí para ella en todo momento.
Entonces, estando acostada mientras miraba emocionada por segunda vez el ultrasonido con su esposo, las lágrimas brotaron de sus ojos nuevamente al saber que su pequeño bebé sería un niño.
—¿Vez? Kagami-kun será un buen niño —habló suavemente Shisui mirando su redondo abdomen con adoración.
Elise olfateó mientras intentaba detener sus lágrimas, pero no podía.
—Shh... Shh... está bien llorar, tus emociones se han desbordado por la felicidad de nuestro pequeño bebé —arrulló Shisui sintiendo su sonrisa temblar—. Yo también estoy emocionado —sus ojos brillaron por un segundo, casi aguados apunto de llorar.
—S-serás tan gran padre —sollozó Elise con la nariz roja y las mejillas sonrojadas por su llanto.
—Y tú serás la mejor madre del mundo —arrulló Shisui—. Llevarás a mis pequeños hijos en tu lindo cuerpecito y los veremos crecer juntos —suavemente, el hombre besó sus mejillas mientras Elise estaba mareada por la emoción de todo y acarició suavemente su abdomen con adoración.
—I-intentaré ser la mejor madre —sollozó Elise nuevamente y miró a Shisui con sus ojos brillantes por las lágrimas—. Quiero proteger a mi pequeño Kagami-kun.
—Shh... lo harás, lo harás muy bien —habló suavemente Shisui besando sus lágrimas y cuello—. Cuidarás muy bien de todos nuestros hijos.
Shisui estaba ardiendo en deseo mirar a su Elise tan emocionada, feliz y alegre por tener su estómago hinchado y embarazado de su hijo, lo cual lo hacía ronronear de satisfacción. Su ego se inflaba con un orgullo escandaloso y sentía que, si hablaba con alguien en este mismo momento, bien podría alardear tanto que sonaría tan arrogante que él mismo podría darse un puñetazo por ser un gran pedazo de mierda fanfarrona.
Su polla se apretó contra sus pantalones al pensar en volver a llenar a Elise con sus hijos. Si ella estaba tan feliz de tener a Kagami-kun, ¿Qué tan feliz estaría de llevar más de sus hijos? Imaginarla redonda y pesada con más de sus crías hacía que Shisui sintiera el fuego debajo de su piel arder intensamente, no podía evitar soñar despierto y delirar con escenarios en donde Elise está incluso aún más hinchada con sus hijos, mirándolo emocionada por tener que dar a luz a sus bebés.
Cuando el médico por fin dejó de hacerle pruebas a Elise y les permitieron irse, Shisui la cargó a su habitación y la depositó suavemente en la cama.
Dios, cuanto quería follársela.
Verla tan sumisa, emocionada y redonda con su hijo hacía que sus bolas pesaran dolorosamente.
Primero, empezó con besos suaves, dulces, porque no quería asustar a su pequeño retoño con su lujuria incansable y su sed de ella, así que juguetonamente empezó con suaves toques aquí y allá, besos que eran dulces se transformaron en algo más picante y en el momento en que sus grandes pechos empezaron a gotear leche y era su hora habitual de ordeñar esos hermosos senos, Shisui no aguantó más y hundió su polla en las aterciopeladas paredes apretadas de su amada esposa.
Elise soltó un gemido gutural que fue rápidamente seguido por una ola de estos mientras Shisui asaltaba bruscamente su pequeño agujero y chupaba sus tetas llenas de leche materna.
Ella podía sentir el deseo ardiendo en él, podía decir a ciencia cierta y certera que él no pararía hasta que sus bolas estuvieran parcialmente o completamente vacías.
Y él no se correría en otro lugar que no fuese en su coño gomoso y goteante.
Elise había aprendido que Shisui tenía esta sed insaciable de sexo desde que lo descubrió, pero verla con su gran barriga redonda e hinchada hacía que algo en él se rompiera y siempre quisiera follársela secamente, como si no pudiera mantener sus manos alejadas de ella y su cuerpo.
Elise cree que aparte de los obvios fetiches de crianza que tiene su esposo, porque no intenta ser discreto ni con su charla sucia ni con sus constantes creampies, él debe tener algún problema o fetiche con su vientre embarazado y sus tetas chorreando leche.
Ella ni siquiera había tenido que pensarlo antes de que Shisui asaltara sus senos llenos de leche materna espesa y tibia llena de ricos nutrientes por primera vez. Él siempre que tuviera la oportunidad devoraría sus grandes pechos con hambre desesperada, pero desde su embarazo comenzó y sus senos crecieron producto de que empezaron a acumular leche para su futuro bebé, Shisui parece que se volvió adicto a la cremosa leche que expulsaban sus adoloridos, pesados y rellenos pechos.
Tampoco es que se quejase, incluso si él puede volverse un poco descuidado y desagradable a la hora de beber de sus senos, la verdad es que es un gran alivio para sus senos que esa pesada leche acumulada se vaya liberando periódicamente, por lo que no diría nada aparte de sus gemidos y de jadeos ocasionales.
Él era un experto en burlarse de ella.
Elise se estremeció cuando Shisui tomó ambos senos a la vez y arqueó su espalda poniendo sus ojos en blanco mientras sentía la succión en sus pezones y la polla de su hombre, que estaba profundamente enterrada en lo más profundo posible de su ser, se adentraba aún más en su coño y embestía constantemente sin perder el ritmo.
Shisui soltó un gemido de satisfacción al sentirla correrse sobre su polla endurecida, sentir como sus paredes se contrarían y revoloteaban sobre su pene era la mejor sensación del mundo, ¿Mientras bebe de su dulce y cálida lehce materna? Shisui podría decir que estaba completamente abrió y borracho en su lujuria y amor por ella, simplemente no podía estarse quieto.
Con su polla siendo estrangulada deliciosamente, Shisui soltó su pesada carga dentro una vez más mirando lo linda que era su Elise completamente jodida y tonta por su polla.
Relamiéndose los labios, el Uchiha miró con inmenso placer como el lindo coño de Elise dejaba escapar su pesada semilla.
—Pobrecita, estás dejando que mi semen se desperdicie y salga fuera de tu pequeño coño —arrulló lascivamente—. No te preocupes, me aseguraré de darte más para que no extrañes el semen que tu pequeño coño no pudo mantener dentro.
—¡A-ah! ¡Aaah! ¡Mmm...! —balbuceó, gimió y suspiró Elise mientras Shisui procedía a volver a continuar con sus embestidas.
—Asegúrate de mantenerlo dentro esta vez, ¿Sí? De lo contrario tendré que poner más una y otra y otra vez —gimió el hombre roncamente contra el oído de la mujer y nuevamente se corría profundamente.
Oh... su pequeño coño dejó escapar más de su pesado semen.
Una pequeña risita escapó de Shisui.
—¿Qué te dije? Si no lo mantienes dentro, te llenaré de nuevo hasta que por fin puedas mantenerlo en tu codicioso coñito —rio entre dientes el azabache mientras sus ojos se volvían carmesí y su sonrisa se ensanchaba.
—W-woo... wuu...nuuu —balbuceó Elise y él sonrió más profundamente elevando sus piernas a sus anchos hombros.
—Que adorable —el Uchiha soltó una risita.
Elise estaba tan tonta por su polla que era adorable.
Podría follarla una y otra y otra vez sin cansancio, utilizarla como su pequeña manga de polla profesional, como su linda...
Shisui soltó un ligero aullido mientras sentía los delicados muslos temblar bajo sus manos por la sobreestimulación.
Ah... su coño era demasiado perfecto, Elise era demasiado perfecta.
¿Qué tan feliz sería ella como su incubadora profesional?
Siempre llena con su semen y cargando a sus hijos, la sola idea hacía que su mente diera vueltas.
Ah, Elise, Elise.
Ella realmente no sabía cuánto la amaba y qué estaba dispuesto a hacer por ella.