El campo de batalla se convirtió en un escenario de emoción y expectación cuando el director Golden se acercó al centro, sosteniendo en sus manos las brillantes medallas finales. La multitud reunida en las gradas estaba en completo silencio, sus miradas enfocadas en el podio donde se llevaría a cabo la ceremonia de premiación.
Con una voz fuerte y clara que resonó en todo el estadio, el director Golden comenzó a anunciar a los homenajeados. –¡Damas y caballeros, queridos espectadores y participantes, ha sido un torneo excepcionalmente emocionante y lleno de talento! Ahora es el momento de reconocer a los valientes semifinalistas que nos han cautivado con su destreza y pasión.
Uno a uno, los semifinalistas avanzaron hacia el podio, el público estalló en aplausos y vítores, expresando su respeto y admiración por los esfuerzos de estos jóvenes magos. El director Golden les entregó a cada uno una medalla reluciente que simbolizaba su logro y valentía en el torneo.
Liam, el ganador indiscutible, recibió su medalla con una sonrisa de satisfacción y orgullo. El público ovacionó su hazaña, reconocimiento a su poder y tenacidad en la competición.
Tom, el subcampeón, aceptó su medalla con una mezcla de orgullo y humildad. Su determinación y habilidad habían dejado una marca indeleble en el torneo, y la multitud lo aplaudió con entusiasmo.
Alex y Roger, los otros dos semifinalistas, también recibieron sus medallas en medio de aplausos y elogios por sus destacadas actuaciones en el torneo.
Una vez que las medallas fueron entregadas, el director Golden dirigió unas palabras de felicitación a todos los participantes y agradeció a la audiencia por su apoyo constante. –Este torneo ha sido una celebración de la magia, la amistad y la superación personal –declaró. –Cada uno de ustedes ha demostrado una fuerza increíble y un espíritu inquebrantable. ¡Felicitaciones a nuestros ganadores y a todos los que han sido parte de esta experiencia inolvidable!
Con un último aplauso ensordecedor, la ceremonia de premiación llegó a su fin, marcando el cierre de un emocionante torneo y el comienzo de un nuevo capítulo en las historias de estos jóvenes magos.
Después de la emocionante ceremonia de premiación, Tom y Liam regresaron a las gradas donde su clase, la 1C, los esperaba con los brazos abiertos. Un coro de aplausos y vítores resonó en el aire, demostrando la admiración y el apoyo de sus amigos y compañeros.
Liam se adelantó un paso, con una expresión de seriedad y determinación en su rostro. Miró a sus compañeros directamente a los ojos y tomó una profunda respiración antes de hablar. –Quiero disculparme –comenzó, su voz resonando en el silencio. –Me comporté mal cuando llegué a Yellowstone. Fui arrogante y distante, y no les di la oportunidad de conocer al verdadero Liam.
Hubo un murmullo suave de aceptación por parte de la clase, y algunos asintieron en reconocimiento de sus palabras.
Liam continuó, su tono cargado de sincera gratitud. –Quiero agradecerles a todos por haberme dado una segunda oportunidad. Ustedes me mostraron amistad y camaradería, y me enseñaron lo que significa ser parte de un equipo. No habría llegado tan lejos en el torneo sin su apoyo y aliento. Así que, gracias.
Las sonrisas se extendieron por los rostros de sus compañeros mientras el reconocimiento de Liam era recibido con cálidos gestos de afecto y entendimiento. Su disculpa y agradecimiento eran genuinos, y eso resonaba en cada palabra que pronunciaba.
Tom, de pie junto a Liam, asintió en acuerdo y sonrió a la clase. –Liam tiene razón –agregó. –Todos hemos crecido juntos y nos hemos apoyado mutuamente. Ha sido un honor luchar y aprender con ustedes.
La clase 1C respondió con un aplauso aún más fuerte y sincero, celebrando la reconciliación y el espíritu de unidad que habían demostrado. Los lazos de amistad y camaradería se fortalecieron aún más en ese momento, sellando una experiencia que siempre llevarían en sus corazones.
El sonido de las ovaciones llenó el aire mientras Tom y Liam compartían sonrisas con sus compañeros, sabiendo que habían recorrido un viaje increíble juntos y que las lecciones aprendidas serían invaluables en el futuro.
Tras la emocionante conclusión del torneo, la clase 1C regresó a su aula con un aire de satisfacción y camaradería palpable. El profesor Rocks, con su característica serenidad, estaba allí para recibirlos. La energía en la habitación era vibrante, llena de un sentido de logro compartido y emoción por lo que habían experimentado juntos.
Los estudiantes tomaron asiento en sus lugares habituales mientras el profesor Rocks se situaba en el frente del aula. Su mirada cálida y orgullosa recorrió a cada uno de los rostros que se habían convertido en parte de su familia académica.
–¡Enhorabuena a todos! –exclamó el profesor Rocks con una sonrisa genuina. –Han demostrado una notable dedicación, determinación y espíritu competitivo durante este torneo. Cada uno de ustedes ha contribuido a hacer de esta una experiencia inolvidable.
Las palabras de Rocks resonaron en el aula, y los alumnos compartieron sonrisas y miradas de aprobación. Todos sabían que habían trabajado duro y habían superado obstáculos para llegar hasta aquí.
–Quiero felicitar especialmente a Liam y a Tom por llegar a la final –continuó Rocks, dirigiendo su mirada hacia los dos finalistas. –Han demostrado un increíble crecimiento y habilidades excepcionales. Han inspirado a todos nosotros con su valentía y determinación.
Liam y Tom recibieron el reconocimiento con modestia, asintiendo y agradeciendo al profesor y a sus compañeros por su apoyo. Las miradas de orgullo y camaradería entre los miembros de la clase reflejaban la profunda conexión que habían forjado a lo largo del tiempo.
Rocks concluyó sus palabras con un tono de emoción. –Este torneo no solo ha sido una oportunidad para mostrar sus habilidades mágicas, sino también para aprender lecciones importantes sobre amistad, trabajo en equipo y superación personal. Ahora, más que nunca, están preparados para enfrentar los desafíos que el futuro les tiene reservados.
La clase 1C respondió con un aplauso unánime y sincero, llenando el aula con su apoyo y gratitud. Los lazos entre ellos eran fuertes y habían demostrado que juntos podían enfrentar cualquier adversidad.
Mientras el eco de los aplausos se desvanecía, Rocks sonrió a sus alumnos. –Sigamos adelante, aprendiendo y creciendo juntos. ¡El futuro es prometedor y estoy emocionado de ser parte de su viaje!
La emoción y la determinación llenaron el aula mientras la clase 1C compartía miradas de optimismo y entusiasmo por lo que vendría después. La experiencia del torneo los había unido aún más y habían demostrado que eran capaces de superar cualquier desafío que se les presentara.
La tarde comenzaba a dar paso a la noche mientras Tom y Kenny caminaban juntos por el tranquilo sendero que los llevaría a casa. El ambiente estaba lleno de una calma reconfortante después de la intensidad del día en el torneo. Sus pasos resonaban suavemente en el suelo mientras compartían sus pensamientos sobre los acontecimientos que habían tenido lugar.
–Vaya día, ¿verdad? –comentó Tom, rompiendo el silencio mientras reflexionaban sobre el torneo. Su voz llevaba un tono de cansancio, pero también de satisfacción por todo lo que habían vivido.
Kenny asintió con una sonrisa. –Definitivamente.
–Kenny, necesito hablarte sobre algo, –dijo Tom con un tono serio.
Kenny volvió la cabeza hacia Tom, su expresión fría pero atenta. –Habla.
Tom inhaló profundamente antes de continuar. –En la final, no utilicé el 50% de mi poder del fénix como lo hice contra Alex. Pude controlarlo mejor esta vez, pero al final no fui lo suficientemente fuerte como para ganar.
Kenny asintió lentamente, comprendiendo lo que Tom le estaba diciendo. –Ese es el precio de no aprovechar todo el poder del fénix. Aunque puedas controlarlo mejor, puede que no tengas suficiente fuerza para ganar. Es un riesgo que debes considerar.
Tom asintió, mirando al suelo con una mezcla de determinación y frustración. –Lo sé. Pero también sé que necesito controlar más de ese poder si quiero tener una oportunidad real en futuros combates. No puedo depender solo de mi magia básica.
Kenny fijó su mirada en Tom, sus ojos gélidos pero penetrantes. –Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto?
Tom levantó la mirada, encontrándose con la mirada de Kenny. –Voy a hablar con West. Creo que él puede ayudarme a controlar mejor el poder del fénix y aprovechar más de su potencial.
Kenny asintió con aprobación. –Esa es la mejor decisión que puedes tomar. No puedes permitirte perder el control de ese poder en medio de un combate. Ve a hablar con West y aprende a manejarlo adecuadamente.
Tom asintió, agradecido por el consejo de Kenny. –Gracias, Kenny. Sé que puedo confiar en ti para ser honesto conmigo.
Kenny simplemente se encogió de hombros, pero había un destello de camaradería en sus ojos. –No hace falta que lo agradezcas. Solo asegúrate de resolver esto antes de que cause problemas mayores.
Con esas palabras finales, continuaron su camino en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos. La oscuridad de la noche les rodeaba, pero en medio de ella, existía una sensación de determinación y unión entre dos amigos que compartían un objetivo en común.
Continuará...