Cuando Elise miró al pequeño, flaco, desnutrido y agotado niño albino que sostenía Shisui, ni siquiera se puso a cuestionar el cómo era posible que Kimimaro estuviera en posesión de su lindo esposo y rápidamente llevó al niño a sus brazos y empezó a buscar cualquier herida, limpiando cualquier rasguño e instándole a comer sin despegar sus preocupadas manos del niño albino.
Durante el resto del viaje, Kimimaro estuvo condenado a prisión de abrazos y con comida sólida y sabrosa entrado en su boca, incluso si Shisui estaba algo irritado porque un niño le quitara la atención de su esposa, la linda Elise le dijo que ella le compensaría todo cuando estuvieran en el hotel.
Kimimaro miró la comida fijamente y dudosamente tomó la cuchara plateada como animaba la extraña mujer.
Ella era... cálida.
Kimimaro se pregunta si así es como debería ser una madre.
Él nunca tuvo una, no la conoció y en su clan todos eran idiotas que estaban con la cabeza llena de batalla.
Él lo odiaba.
Lo encerraron, nunca vio la luz del sol y la única mísera vez que lo sacaron de su jaula, fue para masacrar a una aldea.
Sinceramente, él no tenía motivos para vivir y su "padre" le temía tanto como para dejarlo encerrado pudriéndose en una jaula con sellos. Odiaba a su padre, quería matarlo.
Entonces llegó un hombre de ojos rojos con una niña pelirroja en sus brazos.
Él se preguntó si debería matarlos para cumplir las órdenes de su padre, pero el chico ni siquiera se volteó para destrozar a su padre cuando cadenas doradas escaparon de la espalda de la niña y mataron a su padre con una facilidad asombrosa.
Bueno, ahora no tenía porqué seguir órdenes, su padre estaba muerto.
No tenía motivos para seguir con vida y seguramente si volvía con el resto de su clan, estos volverían a encerrarlo en una diminuta jaula dándole apenas comida suficiente para no morir -o tal vez ni eso, quizás intentarían matarlo, quizás ni siquiera lo alimentarían en primer lugar y lo dejarían morir de hambre-.
Entonces el hombre tendió su mano proponiéndole venir con él.
Kimimaro aceptó, ya sea que lo mataran o lo usaran, él no tenía propósitos propios en su vida y no había nada que perder cuando desde el principio no tenía nada.
Él no esperaba nada realmente, pero la calidez del brazo del hombre en su cuerpo era... extraña... agradable.
No sabía que pensar, pero se aferró a esa calidez incluso si no era dirigida intencionalmente a él.
Entonces conoció a esa extraña mujer de cabellos rosados que lo miraba con ojos tan tristes y aguados, Kimimaro no sabía que pensar, pero ni siquiera actuó cuando ella se abalanzó sobre él, ¿Para matarlo? Pero no sucedió lo que esperaba y, en vez de los fríos brazos de la muerte abrazándolo, fueron los cálidos brazos burbujeantes de la mujer lo que lo dejó sin aliento y tieso.
No lo entendía, de alguna manera, sus brazos parecían quemar en su piel, eran sofocantes, ahogantes y...
Y se sentían muy bien.
Incluso si sus grandes pechos presionaban contra su cara y lo ahogaban, los brazos de la mujer dándole un cálido abrazo por primera vez en su vida hicieron que su corazón latiera rápidamente y quisiera llorar.
Él nunca lloraba, no importa si lo hacía porque nadie iría a por él, porque a nadie le importaban sus lágrimas.
La mujer extraña, Elise, el nombre que el azabache de, ahora ojos negros, administró bruscamente, era una mujer burbujeante, cálida y extraña. Si tuviera que representarlo de alguna manera extraña, diría que ella era como la vida y el azabache, Shisui, nombre que suavemente le brindó Elise, era como la muerte.
Una combinación extraña, mientras que Elise era una bomba de felicidad y amor andante, el hombre azabache era una bruma oscura que intentaría consumir la luz de Elise, pero fallaría miserablemente y finalmente sería envuelto en su cálida luz hasta que algo le sucediera a Elise.
Ella era... extraña.
No de una forma desagradable, era extraña de una manera que calentaba su pecho y mejillas, que hacía sus ojos brillar y, de alguna manera, en una sola semana logró darle nuevas esperanzas de vida, un punto de vista nuevo sobre el mundo y una agradable meta a cumplir.
Kimimaro se propuso proteger a esta mujer y a su hijo, cuando le contó esto a Shisui, él asintió con aprobación ante sus palabras y, por primera vez desde que la mujer empezó a mimarlo sin sentido, él acarició su cabeza con suavidad y le dio unos cuantos dulces junto con otras palmaditas en la cabeza.
Él se sonrojó.
Se preguntó si algún día podría llamar a esta pareja de casados como mamá y papá.
No, él estaba siendo muy codicioso, ellos ya le estaban dando mucho, su deber era servirlos hasta el día de su muerte, ellos lo salvaron de la oscura jaula en la que viviría hasta el fin de sus días, ellos son su luz en la oscuridad, su razón de existir, su motivo para vivir-.
Ellos son como sus dioses.
Elise sería la diosa de la vida, la calidez del sol que nutre nuestros días.
Shisui sería el dios de la muerte, el inevitable paso del tiempo.
Elise amó jugar con los niños y mimarlos, su fiebre de niños solo aumentó mientras más tiempo pasaba con estos pequeños recipientes de amor y necesidad, por lo que no esperaba el día en que Kagami naciera y viera a sus animados hermanitos... bueno, si es que Kaira decide quedarse con ellos oficialmente en la familia, puesto que tendría que crear papeles para la adopción de ambas en la familia.
Era extraño para ella que se pudieran adoptar adultos, pero si eso funcionaba a su favor, simplemente se encogería de hombros.
Oh, claro, también debería de adoptar a Kimimaro y darle el apellido... oh... ¿Estará bien Shisui con eso?
—¿Shisui-kun? —habló suavemente Elise y Shisui estuvo a su lado en segundos.
—¿Mande?
—¿Qué piensas... sobre adoptar a Kimi-kun? —preguntó suavemente y el azabache parpadeó.
—¿Disculpa? —preguntó Shisui confundido.
—Ya sabes... Kimimaro es un buen chico, incluso si su clan es... un tanto...desagradable, en su personalidad... bélica... —Elise eligió sus palabras con cuidado—. Entonces, me preguntaba si tú te sentirías cómodo... ya sabes, adoptando al chico como si fuera... nuestro.
—... —Shisui se quedó sin palabras y miró a Elise con ojos en busca de confirmación.
—Yo... creo que tal vez Kimi-kun puede ser un buen hermano mayor para nuestro bebé en camino, ¿No crees? —Elise jugueteó con sus dedos— Ya sabes... tal vez puedan tener una relación como Itachi-kun y Sasuke-kun —Elise estaba nerviosa, tal vez a su pareja no le agrade la idea de adoptar a un niño de sangre extranjera, alguien fuera del clan.
Demonios, estaba seguro que nadie aceptaría el hecho de que llevaran un niño a su puerta y a la semana hablar de adoptarlos y brindarles el apoyo y protección de un gran clan como el de los Uchiha...
Es... ilógico.
Tal vez estaba siendo demasiado precipitada y egoísta, ya tenían una bebé en camino al cual cuidar y criar, Shisui es bastante joven como para tener dos hijos, demonios, ella misma tiene apenas unos meses de cumplida de quince y seguramente Shisui la vería mal por ir adoptando niños y brindarles el prestigioso apellido Uchiha, porque no sabe muy bien lo que representa como clan y toda esa mierda profunda de clanes y ninjas.
Ella...
Elise realmente quería adoptar a Kimimaro como suyo, el pobre chico no viviría hasta los quince, dieciséis como máximo y ella tampoco quería que el chico viviera como una marioneta de Orochimaru, entonces... ella solo quería lo mejor para un niño, no importaba si en el original Naruto era un villano, ese niño ahora no había cometido ningún crimen e incluso si hubiera matado a otras personas, sería por el brutal estilo de vida que se desarrolla dentro de Naruto y los clanes enfermos que se crearon...
Ella no siente que Kimimaro merezca sufrir tanto, él es solo un niño, lo mismo con Karin, la cual se aferra a su madre y es una niña extremadamente burbujeante, feliz y llena de energía, no era como el caparazón que era cuando la conoció y la misma madre de Karin era un ejemplo como fácilmente pueden sanar las personas en Naruto si les brindas un poco de amor, comprensión y cariño.
Dios, como necesitaba invertir en psicólogos, necesitaría seriamente abrir una escuela de psicología para brindar un centro psicológico para atender a todo tipo de pacientes, incluido a ninjas con un grave y severo estrés postraumático.
-aquellos desdichados ninjas que se suicidan porque ya no pueden más, aquellos que temen lastimar a sus esposas e hijos porque la reacción violenta de sus instintos de lucha ante la presencia de alguien cerca de ti, para ayudar aquellos ninjas que en su estado alterado y nublado de recuerdos de guerra matan accidentalmente a sus cónyuges-.
—Es... ¿Es eso lo que realmente quieres? —preguntó suave y dubitativamente Shisui, mirándola con ojos interrogantes y apoyando suavemente su palma contra el dorso de sus manos que apretaban su vestido sin darse cuenta.
—Y-yo... sí, es lo que realmente quiero —asintió Elise.
—Sabes que un niño es mucha responsabilidad, ¿Estás segura de querer afrontar todo esto con un bebé a cuestas? —preguntó con delicadeza Shisui.
—Y-yo... lo sé, es solo que no quiero que Kimi-kun siga sufriendo, sabes que su pasado es una mierda —aunque en Naruto apenas se mostraron fragmentos en el anime, escucharlo de un niño de unos ocho o nueve años era aún más horrible, porque incluso los animes tienen censura y el manga de Naruto no daba demasiadas explicaciones de casi nada.
—...
—Y-y quiero ayudarlo a él, es solo un niño y creo que necesita figuras paternales reales en su vida, no esa escoria que se hacía llamar a sí mismo un intento de padre —habló suavemente Elise y apretó la mano de Shisui cuando sus dedos se entrelazaron—. Y-y tú eres tan dulce con los niños, eres un esposo amoroso, amable y comprensivo, creo que serías una perfecta figura paternal, mientras que yo puedo guiarlo suavemente con acciones amorosas y consejos salidos desde una buena crianza... creo... creo que juntos podemos ser el bálsamo para sus heridas.
Los ojos sinceros de Elise hicieron que el corazón de Shisui latiera más rápido.
Él no era una buena persona, tal vez incluso una pésima figura paternal porque sentía que de alguna manera podría terminar arruinando a sus hijos por su obsesión, pero...
Pero si es lo que Elise quiere...
—Si es lo que tu corazón desea, entonces podemos adoptarlo una vez que lleguemos a Konoha —habló suavemente Shisui y acarició las mejillas de Elise antes de darle un suave beso en los labios.
—¡¿E-estás seguro?! —los ojos de Elise brillaban como las estrellas y Shisui sintió como su polla se endurecía ante tan bonita expresión.
—Por supuesto... —ronroneó el azabache mientras depositaba suaves besos por su cuello.
—P-pero... ¿El clan Uchiha no se molestaría...? Ya sabes, políticas del clan y esas cosas —preguntó preocupada.
—Tks... que se vayan a la mierda. A la mierda el clan y sus costumbres de mierda, es mi vida, no la de ellos, si tienen tanto miedo de que mis acciones desprestigien el clan Uchiha, deberían velar por sus propios egocéntricos culos —gruñó molesto Shisui alejándose del cuello de Elise para que mirara su disgusto.
—P-pero... pero perderías tu orgulloso apellido y...
—¿A quién le importa esa mierda? Kaneko Shisui también suena bien —Shisui se cruzó de brazos y una sonrisa juguetona cruzó en su rostro—. Si, mi querida esposa, ¿No sería como cambiar de roles? Mi querida esposa-kun me mantendría y saldría del hogar para proveer mientras yo soy un lindo y complaciente amo de casa esperando que su querida esposa-kun regrese para darle una bienvenida familiar —Shisui hizo que Elise quedara en su regazo mientras soltaba pequeñas risitas juguetonas—. ¿No crees que sería adorable, esposa-kun? —Shisui bateó sus largas pestañas dándole ojitos a la pelirrosa.
—Serias el más guapo y hermoso amo de casas —Elise acarició el rostro de Shisui y besó sus labios.
—Mmm... mi linda esposa-kun satisfacería sus necesidades conmigo —las manos de Shisui viajaron por toda su cintura y espalda—. Quitaría su estrés saltando sobre mi bonita polla endurecida y me haría beber de su lindo coño cachondo para relajarla —habló entre besuqueos y Elise se estremeció ligeramente ante el lenguaje obsceno que se le estaba dirigiendo—. Y entonces alabaría lo bonita que me veo debajo de ella gimiendo por su dulce coño hambriento —las manos de Shisui agarraron el trasero de Elise y movieron sus caderas contra la polla de Shisui—. Haciéndome rogar para que me deje correrme en ese lujoso coño y que ella lo pensaría antes de decidir que he sido un buen esposo-chan y que me merezco correrme en su coño.
—S-Shisui... —gimió Elise sintiendo como el hombre simulaba penetraciones por encima de la ropa, dejando que sus pantalones de chándal se humedecieran ligeramente por la humedad en de su coño y por el pre-semen que salía de su erección.
—¿Te gusta esto, esposa-kun? —ronroneó Shisui mientras besaba desde la mandíbula hasta nuevamente sus labios— ¿quieres saltar agradablemente sobre mi polla y recompensarme por ser un buen marido que acepta un hijo bastardo que no comparte nuestra sangre? —preguntó roncamente contra los labios de Elise— Tal vez si me das recompensas pueda ceder más fácil —besos descuidados a boca abierta descendieron desde el cuello hasta el inicio de sus senos—. ¿No duelen? —una de las manos del azabache presionó contra los senos de Elise.
Elise aulló ligeramente al sentir la presión casi dolorosa en sus sensibles senos llenos de leche, estaba en la semana 14 de embarazo.
—Este brasier parece estar quedándote tan pequeño —arrulló Shisui mirando como los pechos de su esposa sobresalían del escote del vestido.
Elise se había rendido en utilizar pantalones con el calor húmedo y sofocante entre Kusagakure y Takigakure, tampoco es como si hubiera utilizado demasiados pantalones ya que le gustaban más las hermosas faltas y se enamoraba de los vestidos, así que no era una gran pérdida.
La gran pérdida es que sus senos eran tan sensibles durante las primera semanas y meses, por lo que sus vestidos solían ser vestidos con mangas caídas y hombros descubiertos, lo que se reducía a que Shisui le bajase la parte delantera del vestido fácilmente y pudiera burlarse de sus senos.
—Han crecido tanto —gimió Shisui y presionó su bonito coño contra la erección entre sus pantalones—, ¿Cuánto pueden crecer tus senos? —él le quitó el brasier y ella suspiró aliviada.
Suavemente, Shisui empezó a acariciar sus senos mirando las marcas del brasier.
—Deberías seriamente comprarte unos nuevos, unos más grandes, ¿No hay brasieres especiales para mujeres embarazadas?
—Los hay —suspiró Elise—... pero mis senos están creciendo mucho, es realmente injusto —Elise hizo un puchero y se cruzó de brazos, Shisui disfrutó las vistas mirando esos alegres pezones apuntar a su rostro—. Se supone que a partir de la semana 15 se activarán recién las células productoras de leche y no será hasta la semana 22 que se producirá leche como tal, ¿Entonces porque mis pechos no paran de crecer y gotear? Están arruinando mis brasieres favoritos —Elise hizo un puchero.
Shisui soltó un gemido ahogado y apretó más fuerte el trasero de Elise.
—¿Tal vez tenga algún problema con mis senos? —Elise tomó uno de sus senos entre sus manos y Shisui sintió que se iba a otro mundo por las vistas.
Realmente sexy.
—O tal vez solo produces leche más rápido que otras mujeres —descartó suavemente Shisui.
—Debería ir a un médico cuando lleguemos a esa aldea de hongos bioluminiscentes —habló Elise para sí misma y Shisui se encogió de hombros.
—De paso, cuando lleguemos a Konoha de vuelta, deberías chequearte con los médicos familiares y quizás con Tsunade-sama si tanto te preocupa —Shisui miró los senos de Elise y se relamió ligeramente los labios.
—¿Crees que Tsunade-sama me atendería? Ella debe estar demasiado ocupada con todo el hospital y... ¡A-ah! —Elise paró su diatriba sintiendo los labios de su pareja atacar sus senos.
—¡Mmmm! —Shisui gimió de placer mientras besaba y estimulaba los suaves y sensibles pechos de su amada esposa hasta que logró que Elise lo mirara con ojos borrosos y llorosos con solo estimular sus senos, llegando a tal punto en que se corrió por la estimulación de sus sensibles pechos.
Shisui sonrió depredadoramente y se bajó los pantalones lo suficiente para liberar su endurecida polla y correr las húmedas bragas de Elise, clavando su polla en las tiernas y aterciopeladas paredes de su amada esposa, la cual gimió fuertemente y echó su cabeza para atrás.
—Mmm... si cariño... te sientes tan bien —murmuró Shisui con su rostro enterrado entre los senos de Elise.
—S-Shisui... t-te sientes tan bien —gimoteó Elise y Shisui jura que pudo haberse corrido en ese mismo instante.
Que linda era su Elise, desde que se embarazó a estado más cachonda y receptiva a sus toques inapropiados.
—¡O-oh...! —los ojos se Elise se pusieron blancos cuando sintió como Shisui bromeaba con su punto dulce, jugueteando con su clítoris con sus gruesos dedos mientras que la boca traviesa del hombre amamantaba sus pechos juntos como si fuese un niño hambriento— ¡T-tan llena...!
Shisui se corrió en ese mismo instante, pero no es como si le importase a Elise o a él cuando aún continuaba con su polla dura como roca y no paraba de mover sus caderas como un conejo en celo.
—S-Shisui... ¡Shisui...! —gimoteó Elise aferrándose a su cuello y hombros.
Los ojos de Shisui brillaron cuando sintió el dulce sabor de la leche espesa y cálida de Elise. Había estado durante semanas tentando esos exquisitos pechos con besos y caricias para engañar a la pequeña y tonta mente de Elise para que pensara que estaba amamantando a un bebé y provocar que su cerebro produjera prolactina y exotoxina para que por fin pudiera probar la dulce leche materna de Elise.
Y lo logró, los senos pesados y redondos de su pareja estaban produciendo la leche más exquisita que jamás había probado en su vida, por lo que su polla dolía a niveles insospechados mientras follaba descuidadamente su pequeño agujero obligándola a montarlo a un ritmo rápido, provocando que sus suaves senos intentasen rebotar contra su rostro, pero no pudieran porque tenía ambos pezones en su boca hambrienta.
Elise tembló contra el cuerpo de Shisui y se corrió, haciendo que su húmedo coño ordeñara la polla de Shisui, quién con mucho gusto volvió a correrse en su interior. Cansada, Elise se apoyó más profundamente en Shisui, provocando que entrara un poco más profundo y haciendo que él gimiese desesperadamente.
—N-no... no puedo más, estoy cansada —gimoteó Elise mientras sentía las pesadas manos de Shisui en sus caderas mientras la subía y bajaba sobre su polla.
—Si puedes, apenas fue un round, solo te corriste dos lamentables veces —habló amortiguadamente Shisui.
—P-pero...
—¿Estas mejor así? —preguntó acostándola sobre su espalda y continuando la marcha de sus caderas, observando maravillado un anillo de semen que rodeaba la base de su polla mientras continuaba follándose ese delicado y precioso coño que tanto amaba.
Mirando los senos produciendo deliciosa leche, las caderas del hombre aumentaron su ritmo y abrió más las piernas de su pareja a la vez que atacaba esos deliciosos pechos rellenos, no fue hasta que escuchó que tocaron la puerta de la caravana y sintió el chakra punzante de la madre de Karin, que muy disgustado se corrió por cuarta vez en el delicioso coño de Elise y le arregló descuidadamente la ropa, guardándose las bragas en el bolsillo del pantalón mientras él mismo se ponía otros pantalones y guardaba el lindo sostén de Elise en su propia maleta.
Que adorable, andaba total y completamente expuesta con solo un endeble vestido largo que le llegaba hasta los tobillos.
Una sonrisa diabólica apareció en el rostro del shinobi Uchiha al pensar en cómo su semen escurriría entre los muslos de su pareja.
Oh... no cubrió los chupetones y mordeduras... bueno, no importa.
—Sra. Uzumaki, que placer verla, ¿Qué le trae a nuestro encantador carruaje? —preguntó felizmente Shisui sin preocuparse como la mujer arrugó su nariz por su aroma.
Bien, acababa de tener un buen trozo de sexo con su linda Elise y había amamantado sus pechos, así que debe oler a sexo, sudor y leche.
No muy agradable para extranjeros, pero para él era el paraíso porque significaba que había logrado acostarse una vez más con su linda esposa.
—Ya regresamos de nuestro... pequeño paseo por el bosque con los niños —habló suavemente la pelirroja y miró a Kimimaro, el cual estaba obediente y silenciosamente a su costado—. Los chicos están cansados y ya nos dimos una agradable ducha en un lago en la distancia.
—Ya veo —Shisui asintió sin borrar su sonrisa.
—Creo que ayudaremos a cocinar algo con los niños... —Kimimaro quería argumentar algo, pero Kaira lo interrumpió—. Ustedes deberían... ventilar, limpiar y ducharse, ¿No crees, Uchiha-san?
—Mmm... déjame pensarlo... —Shisui tenía una sonrisa de comemierda en su rostro y Kaira estaba seriamente intentando controlar su temperamento, de lo contrario, podría terminar golpeando a este bastardo egocéntrico— Bueno, a Elise y a mí no nos haría mal un baño, ¿Por qué no me dices donde está ese agradable lago?
Kaira suspiró y le indicó donde estaba, Shisui dejó un clon para limpiar el desastre y borrar evidencias.
Por supuesto, Shisui aprovechó la oportunidad para follarse un poco más a Elise y finalmente volver donde les esperaba una deliciosa comida caliente.