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Realmente extraño tener esas conversaciones sobre mis historias
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Incluso si la boda fue hermosa y por fin podía llamarla suya, Shisui solo podía esperar con ansias el momento de que llegara la noche y arrancarle ese bonito vestido corto por el cual se había cambiado Elise. Dios, había sido toda una tortura para él tener que mantener sus manos quietas bajo la atenta mirada de su líder de Clan y los irritantes extra que fueron invitados a su boda.
Y ni hablar de la familia de Elise, porque cuando Kiriya se emborrachó, empezó a lanzarle kunais y Shurikens de quién sabe dónde mientras que Asher lloraba en una esquina hecho bolita mientras llamaba el nombre de una mujer, mientras que Natsuo oscilaba entre apoyar a Kiriya para matarlo, consolar a su hermano menor y coquetear con su pareja la cual parecía estar en un viaje astral.
Zaid parecía temeroso de su esposa la cual lo miraba viciosamente con una copa de alcohol en la mano, casi parecía un chihuahua de tanto que temblaba, incluso intentó sobornarlo para que lo salvase.
No funcionó, por supuesto que no lo haría, tenía a un bastardo psicótico intentando clavarle cuchillos por la espalda, en el momento en que se descuidara, moriría antes de ver a Kagami nacer.
Y joder que quería ver a Kagami nacer, no solo por el hecho de que su primogénito saldría a la luz del mundo y podría reclamar ante el mundo que Elise es, en todas las formas posibles, suya, sino que también por la atractiva idea de verla empujando una vida fuera de su cuerpo.
Claro, había oído que era traumante para muchos hombres, entre la sangre, los fluidos, los gritos y todo el tema del hospital, pero es un puto ninja y ha visto cosas peores, un parto no puede ser tan malo, ¿Verdad? Claro, odiaría que la sangre proviniese de su linda y adorada Elise, que ella gritara de dolor y toda esa mierda, pero... ¿Pero Kagami? Ugh, no sabría decirlo, simplemente quería ver a su linda Elise expulsar una vida que, por lo visto en sus visiones distorsionada, era una copia exacta de él, simplemente lo hacía delirar de emoción.
Oohh no podía evitar esperar a que sus hermosas tetas se llenaran de pesada leche y él amablemente la ayudaría a quitar el exceso, con solo pensarlo su polla se pone...
—¡Maldito bastardo, casi me matas! —chilló Shisui dando una vuelta hacia atrás e impulsándose en los hombros de su cuñado el cual sostenía una espada que dejaba una cortada justo en donde estaría su cabeza si hubiera reaccionado aunque sea un segundo más tarde.
Obteniéndose de decirle hijo de puta por respeto a su suegra, Shisui le dio una patada en la espalda antes de seguir corriendo.
Claro, podría haberlo dejado inconsciente, ¿Pero y si este bastardo sale con que ahora es sonámbulo y sus habilidades mejoran aun más de lo que mejoraron mientras estaba borracho?
Buscando entre la multitud, Shisui deslizó sus ojos entre el lio de gente y una sonrisa astuta apareció en su rostro al ver que no se encontraban ni su líder de clan, ni su esposa, por lo que rápidamente se dirigió a Elise y la tomó por la cintura, cargándola bajo su hombro y dándole una merecida nalgada en su atractivo culo mientras huía del lugar.
—¡Se llevan a la novia! —exclamó Izumi con diversión.
—¡Perra! —le gritó a Izumi mirando como era perseguido por los compañeros ninjas a los que se atrevió a invitar.
—¡Tu madre! —le respondió Izumi.
—¡La que te parió! —le gritó de vuelta antes de, literalmente, lanzarse por una ventana con Elise al hombro.
Bien, ser perseguido por un escuadrón de élites borracho seguramente no era una buena señal, pero Shisui se alegró cuando Kiriya se cayó de una rama de cara al suelo y festejó internamente cuando no se levantó. Kiriya no moriría por algo como caerse estúpidamente, pero seguramente tendría un dolor de cabeza horrible mañana.
Ahora solo le quedaba deshacerse de Obito, Kakashi, Itachi, Kinoe, Minato, ¿Kushina...? ¿Qué demonios hacía la esposa... ah claro, como invitada por extensión de Minato, la mujer estaba allí... ¿Pero no debería estar cuidando de su hijo? ¿Por qué lo deja abandonado en la recepción de una boda? Que mala madre, incluso si es un lugar seguro con lo estricto que son los Kaneko con respecto a la seguridad de Elise, ¿No debería estar ahí por si las dudas?
Un momento...
—Itachi, ¿Qué demonios haces persiguiéndome? Tú no estás borracho, ni siquiera tienes la edad para beber —habló con frustración el azabache mayor.
—Se estaba volviendo sofocante... —respondió tranquilamente estando a la par de él.
—Ayúdame, por favor, solo quiero tener tiempo con mi esposa —gimió Shisui mirándolo con ojos de cachorro.
—¿Qué gano yo? —preguntó indiferentemente.
—¿Mi eterna amistad y gratitud...?
—Dame algo de verdad, ¿Realmente quieres que logre algo con esos...? —Itachi señala al escuadrón detrás de ellos— ¿...Monstruos solo por gratitud?
—¡Y mi amistad! —exclamó ofendido.
—Ya somos amigos, así que tu amistad es anulada porque ya lo somos —descartó frívolamente Itachi y Shisui lo fulminó con la mirada.
—Vete a la mierda, 'tachi —Shisui miró con saña a su amigo y chasqueó la lengua.
Itachi sonrió ligeramente.
—¿Por qué no simplemente ponerlos en un genjutsu? —preguntó Elise en su hombro— Creo que están preparándose para atacarte...
—Oh...
—Ah...
—... —ambos Uchiha intercambian miradas.
—¿Por qué no se nos ocurrió antes? Literalmente están tan ebrios que apenas distinguirían entre un genjutsu y la realidad —se quejó ruidosamente Shisui.
—¿Tal vez porque en circunstancias normales esto no serviría...? —preguntó inquisitivamente Itachi.
—Encárgate de los chicos, yo me encargo del Hokage y su esposa.
—¿Y qué...?
—¿Qué te parece si agradablemente me haces caso y tus sentimientos por Izumi no son revelados? —preguntó Shisui con una sonrisa forzosamente alegre— ¿O el hecho de que accidentalmente la espiaste en las aguas termales ese día...?
—¡Lo haré! —exclamó sonrojado Itachi y con alarma en su voz.
—¿Cómo es eso...? —Elise miró peligrosamente a Shisui el cual tragó en seco.
—Cariño, te lo digo enserio, no la espié a ella ni a nadie que no sea tú... —Shisui apretó ligeramente los dedos que la mantenían sobre su hombro—. Fue cuando cambiaste de aguas termales para que dejara de espiarte... ¿Te acuerdas cuando hablamos sobre el Sharingan y...?
—¿Al final de nuevo me seguiste? —Elise tenía los ojos blancos y una voz plana.
—... —Shisui no respondió.
—¿... al menos lo logré...? —preguntó Elise en un hilo de voz.
—Te veías realmente sexy con ese color de toalla, pero las vistas fueron mejor cuando te agachaste y... —Shisui recibió un golpe en la cabeza.
—¡Pervertido! —Elise tenía las mejillas sonrojadas y se cruzó de brazos mientras apartaba la mirada.
Los ojos del Uchiha se fijaron en sus resaltados senos y asintió con aprobación mirando el exquisito escote del vestido, entonces redirigió su mirada al Hokage y su esposa, los cuales parecían listo para noquearlo si no fuera porque encendió su Mangekyo y los puso en un genjutsu breve, pero satisfactorio.
El genjutsu se rompió rápidamente y Shisui no podía esperar nada menos del Hokage y su esposa, la cual era una Uzumaki pura y una Jinchuriki de la mitad del Kyubi, pero la mirada acalorada que se dieron el uno a otro le dio tiempo suficiente como para escapar en un rápido shunshin y hacerse una idea de que Naruto quizás tendría un hermanito.
Elise se tiró a su cama como una estrella de mar mientras suspiraba, si tuviera cualquier otro tipo de zapatos, podría simplemente quitárselos poniendo la punta del otro zapato en el tacón y empujando, pero como sus tacones están firmes a sus tobillos, ella simplemente tiene que resignarse a que sus pies sigan aprisionados hasta nuevo aviso... o que se le baje el cansancio.
Shisui soltó una pequeña risita mirando a su esposa y él mismo se puso cómodo, quitándose la molesta corbata rosa y el terno. Sentándose en el borde de la cama, él suavemente desabrochó los zapatos de tacón de Elise y con dulzura masajeó sus cansadas pantorrillas.
—Eres un salvavidas—gimió Elise a gusto mientras sentía las cálidas manos de su esposo tocar sus pantorrillas.
—Todo por ti... —habló dulcemente mientras iba depositando suaves besos desde el empeine de su pie hasta sus rodillas sin dejar de masajear sus pantorrillas y pies.
—Mmm... bañémonos antes, ¿Sí? —murmuró suavemente Elise mientras tomaba el rostro de Shisui que se estaba perdiendo entre sus muslos y metiéndose debajo de la esponjosa falda del vestido blanco al cual se había cambiado.
—Lo que mi dulce esposa quiera —ronroneó el azabache besando tiernamente los labios de la mujer la cual rodeó con dulzura su cuello.
Entre besuqueos y palabras de amor, Shisui cargó a Elise al baño de la chica y preparó una tina mientras se quitaba el chaleco y la camisa, dejando a su linda Elise sentada en un banquillo para la ducha mirándolo fijamente. El azabache se dio la vuelta cuando la tina estuvo lista y miró con dulzura a su linda esposa esperarlo obedientemente a que él hiciera todo por ella.
Que linda.
Ahora su polla estaba dolorosamente dura mirándola ser tan dependiente de él, siendo una linda esposa obediente que haría cualquier cosa para satisfacer a su marido, esperando a que él la desvista con sus manos mientras ella espera mansamente a que él inicie las cosas.
Con una sonrisa hambrienta él se pone detrás de ella mientras suavemente va desabrochando su vestido y deposita tiernos besos en su cuello hasta que finalmente la pieza de tela cae y él la observa en su máximo esplendor... con un delicioso conjunto de encaje blanco que sacude su polla rígida y lo hace gemir desesperadamente.
¿Era esta su forma de provocarlo? ¿Su forma de decirle que se la folle hasta el olvido?
—Oh... se me había olvidado esto —murmuró Elise y Shisui gimió patéticamente mientras apoyaba su frente en la nuca de su mujer para evitar saltar sobre ella en ese mismo instante y volver a destrozarla con su polla como la primera vez.
Elise mira como las manos de Shisui se posan debajo de su brasier de encaje y gime, al menos las copas cubren todos sus senos, pero el resto son delgadas cintas para mantener firme su brasier y tela trasparente. Debajo del centro de su brasier, cae tela delicadamente entretejida con encaje blanco que las une con sus bragas, las cuales tiene transparencia en su intimidad, dejándola bastante expuesta a su esposo cachondo.
—O-ohhh —suspira Shisui temblorosamente mientras sus dedos índice y pulgar pellizcan sus pezones debajo del brasier blanco—. E-Elise, no vuelvas —el Uchiha respira pesadamente contra su nuca mientras sus labios besan descuidadamente su espalda— no vuelvas a u-usar encaje —tartamudeó mientras sus dientes mordisqueaban la tela del brasier y sus dedos pellizcaban un poco más fuerte sus pezones, haciéndola arquear la espalda contra sus fuertes manos.
—¿O-oh...? —suspira ligeramente decepcionada.
Realmente creía que se veía bien, ¿Entonces no se ve...?
—Al menos cuando no estés embarazada —un gemido agudo escapó de los labios del hombre y una de las manos que jugaba con sus pezones se dirigió a donde se encontraba su intimidad, removiendo fácilmente la tela y jugando con su coño expuesto—. Como... ¿Cómo se supone que debo contenerme cuando estás así?
Elise gimió bruscamente cuando sintió como dos dedos entraban bruscamente en su entrada, era incomodo porque no estaba lo suficientemente mojada, incluso un poco doloroso.
—Quiero hacerte el amor dulce, realmente quiero hacértelo, pero con todos estos lazos y cuerdas... —el brasier fue desabrochado—. Dios, solo quiero follarte, follarte rápido y profundo, destrozar tu pequeño y dulce coño y llenarte hasta el colapso con mi polla y mi semen —Shisui gimió patéticamente y se inclinó contra la espalda de Elise restregando desesperadamente su dura polla contra sus nalgas—. Mmm... sé una buena chica, ¿Sí? Se una buena chica obediente y toma toda mi polla, ¿Sí? Intentaré contenerme lo mejor que pueda, iré lento, pero déjame follarte hasta volverte una pequeña tonta por mi semen, ¿Sí? Déjame usar tu pequeño y húmedo coño hasta que esté satisfecho, ¿Bueno?
—¡S-Shisui! —Elise se removió ligeramente mientras sentía los dedos tocar su punto dulce y el pulgar del hombre frotar su pequeño clítoris.
—Mmm... si, si... déjame escuchar como de tus lindos labios escapa mi nombre, solo mi nombre —murmuró el trance mientras hundía más profundo sus dos dedos en el dulce coño de Elise—. Si, tu linda boquita, ¿Por qué luego no la utilizas para algo provechoso como chupar mi...? ¡Hiiiik! —Shisui despertó de su lujuria cuando agua fría cayó sobre su cabeza y cuerpo.
—M-mm... aunque no esté en contra de una... charla de almohadas —Elise sostenía la regadera apuntándolo y mojándolo con agua fría—. Primero nos ducharemos, quitaremos toda la suciedad y sudor del día y ya si quieres luego, nos acostaremos y lo haremos.
—Elise... —gimoteó Shisui cubriéndose los ojos del agua y ella aprovechó rápidamente para quitarse la lencería y quedar completamente desnuda.
Bien... ahora aprendió la valiosa lección de que es más seguro estar completamente desnuda que estar vestida con lencería con Shisui a la vista. Uno permitiría que se la follara directamente y el otro no solo no impediría que se la follara, sino que aumentaría su cachondeo y se volvería un tanto... oscuro y peligroso.
—Ahora nos bañaremos —Elise entrecerró sus ojos y apuntó el agua fría a su pecho mientras cambiaba la manilla del agua para que se fuera calentando— y luego el amor, ¿Entendido?
—Si señora —gimoteó Shisui abriendo lentamente sus ojos y mirando a Elise en su gloria desnuda apuntándolo con una regadera.
Que gracioso, se escuda en una mísera regadera que nada puede hacerle. Fácilmente, él podría quitarle esa regadera y estrellarla contra el suelo mientras la folla con desenfreno, pero le permitiría tener esa pequeña sensación de seguridad y control de la situación, pensando ingenuamente que tiene algún tipo de control sobre él.
Una pequeña risita escapó de sus labios ante el pensamiento antes de que pusieran champú en su cabeza y empezaran a frotar su cabeza bruscamente.
—¡Itte! ¡Duele, duele! ¡Se más suave! —se quejó Shisui y se encontró con la mirada asesina de Elise, haciéndolo cerrar la boca.
—Y no me vuelvas a tratar así, ¿Oíste? Si quieres una mamada, pídela amablemente, no intentes denigrarme —Elise hizo su punto tirando un poco más fuerte del cabello de Shisui—. No soy fan de que me denigren de ninguna manera, incluso si eres tú, ¿Entendido?
—Hai, hai, ¿Puedes dejar mi pobre cabello en paz? ¡Me quedaré calvo! —sollozó lastimosamente y Elise resopló satisfecha.
—Hum... ¿Entendiste lo que hiciste mal?
—Le hablé feo a mi señora esposa y madre de mi hijo —habló miserablemente y Elise asintió a gusto.
—Exactamente —Elise le dio suaves palmadas en su cabeza y esta vez no tiró de su pelo—. Como esposos, no estás por encima o por debajo de mí, somos marido y mujer y, como marido y mujer, nosotros caminamos juntos. No delante, no detrás. Caminamos al mismo ritmo en la vida para forjar nuestro futuro juntos y tener una linda familia equilibrada, ¿Entendido? Nosotros somos iguales, no hay desequilibrio de poder en nuestra relación.
—... sí... —Shisui miró un tanto sorprendido a Elise, caminar... ¿Al mismo... ritmo? ¿Ser... iguales? Es un poco... difícil de asimilar, pero si eso hace feliz a su linda esposa, él lo aceptará y tratará de hacer lo mejor que pueda.
Por supuesto, su clan se alarmaría si escuchara estas palabras sobre una mujer estando en la misma posición de poder que un hombre, pero que se joda su clan y todas sus tradiciones de mierda, ya dio su vida por esos bastardos cerrados y estrechos de mente, ¿Para qué? Para que finalmente Sasuke fuera el único Uchiha vivo oficialmente y, extraoficialmente, su hijo.
Claramente va a ser difícil de asimilar al principio, su clan es un clan con tradiciones profundamente enraizadas y con una cultura machista que dicta que el hombre es el proveedor y la mujer debe renunciar a todo al momento de casarse para ser una buena esposa y ama de casa para su marido, debe encargarse de las finanzas del hogar, de los niños, las apariencias externas, el orden y el cuidado del hogar entre los roles típicos de una mujer que depende de su marido para existir.
Pero Elise es su todo, él no puede ir en contra de ella.
Si Elise quiere seguir su carrera de cantante después de casarse, puede hacerlo, si quiere vestirse como quiera, él lo permitirá, porque, ¿No es acaso fácil para él aprovecharse de ella con esas bonitas ropas? Aparte solo las utiliza en la comodidad de su hogar o cuando sale de "incognito", no hay problema en ello e incluso si saliera así, él siempre estaría ahí para ella y evitaría que cualquier otro bastardo intentase hacer algo gracioso en contra de su amada.
Él le quitaría sus sucios ojos si la miraban demasiado.
Arrancaría sus bocas si hablaban.
Les quitaría los dientes y la lengua.
Destrozaría sus gargantas.
Pero su dulce Elise podría vestirse como quisiera y él felizmente metería mano cada vez que pudiera salirse con la suya.
Está bien si Elise no quiere ser su pequeña y dulce ama de casas, no hay necesidad cuando hay tantos sirvientes a su alrededor que podrían hacer ese sucio trabajo, también si descuida un poco sus labores como madre porque pueden simplemente contratar una niñera, no hay nada de malo si no quiere administrar las finanzas del hogar porque, ¿Quién necesita administrar gastos cuando prácticamente están nadando en dinero?
Él solo le pide tres cosas, que siempre le sea fiel, que no se aleje de él y que acepte su forma de demostrarle su amor, ¿No es tan difícil, verdad? Ella no se tiene que enterar de los asesinatos, de las torturas o su lado oscuro, solo aceptar alegremente sus muestras de afecto y su endurecida polla.
Solo...
—Te amo —murmuró suavemente Elise contra sus labios mientras estaba sentada en su regazo, ambos arropados suavemente por la cálida agua que los arrullaba en la espumosa tina.
—Yo más —respondió él sintiendo sus ojos calentarse ligeramente mientras cerraba el escaso espacio entre sus labios, completando así el beso.
Suavemente, ambos iniciaron una dulce sesión de besos bajo la cálida agua hasta que finalmente se entibió y ambos salieron de la tina, dejando el agua correr de sus cuerpos mientras continuaban suavemente sus besuqueos a la vez que secaban el cuerpo del contrario con ternura.
—Dios... te amo tanto, ¿Cómo pude estar tan ciego? —murmuró Shisui besando la nuca de Elise mientras le secaba suavemente su largo cabello.
—Si ciego es darse cuenta a los diez años, entonces yo no tengo ojos —rio entre dientes Elise mientras tomaba una de las manos de Shisui y besaba tiernamente la palma de esta hasta sus muñecas y antebrazos.
«Si supieras que te abandoné por algo tan ridículo como el clan o la aldea, ¿Qué pensarías de mí?» pensó Shisui distraídamente mientras apoyaba su pecho contra la cabeza de Elise, la cual se dio la vuelta para continuar besando tiernamente sus brazos.
«¿Aun me amarías sabiendo que te dejé a tu suerte cuando estabas embarazada de mi hijo?» los besos de Elise llegaron a sus bíceps.
«¿Sabiendo que simplemente te follé sin sentido para luego distanciarme por algo tan estúpido e insignificante ante mi amor por ti?» su mente distraída apenas registró los besos de Elise sobre su cuello y pecho.
«Ni el clan ni la aldea nunca me tendrían como prioridad, pero a tus ojos soy lo más importante para ti...» suavemente, Shisui besó los ojos de Elise, quien soltó una pequeña risita y tomó el secador de sus manos para empezar a secarle el cabello.
«¿Por qué los elegí por sobre ti?» Shisui cerró sus ojos oscurecidos mientras disfrutaba del suave toque en su cabello y la cálida brisa del secador.
«¿Por qué dar mi vida por quienes me descartarían tan fácilmente?» Shisui soltó pequeños ronroneos cuando Elise apoyó sus lujosos senos contra su espalda desnuda.
«¿Por qué hice todo eso? ¿Por qué me sacrifiqué cuando te tenía a ti?» Elise besó suavemente su cuello.
—Te amo —suspiró Shisui mientras apoyaba su cabeza contra los suaves senos de Elise—. Te amo tanto que siento mi corazón estallar —suavemente, sus grandes manos ligeramente bronceadas tomaron las pálidas manos de Elise entre las suyas y la guiaron hacia su corazón—. Te amo tanto que siento que mi cabeza se nubla y mi sentido del equilibrio parece inexistente —Elise besó tiernamente su frente mientras lo abrazaba contra su pecho—. Te adoro y amo tanto que siento que soy consumido por el fuego de tu amor, ¿me amas?
—Daría hasta mi último aliento por ti, Shisui —murmuró Elise contra su frente y suavemente besó sus labios con sentimientos enternecidos—. No me importa morir siempre que tú estés aquí...
—No mueras... —un tinte de preocupación y alarma provino de la voz de Shisui mientras abría sus ojos, encontrándose con la vista de lujosos senos frente a él—. No mueras por mí, no lo merezco —continuó débilmente.
—Mereces el mundo y más —contradijo Elise acariciando suavemente su pecho expuesto, apretando ligeramente sus pectorales—. Mereces todo lo bueno, Shisui, es solo que tú no te das cuenta de ello —tiernamente, Elise besó sus labios y descendió por su barbilla, besando parte de su cuello—. Eres un chico tan bueno, siempre sacrificándote por los demás sin darte cuenta de tu propio valor —Elise se sentó a su lado y tomó sus manos—. Espero, de todo corazón —Elise besó sus manos—... que nuestra creciente familia te dé un sentido de pertenencia y aprendas a apreciar tu propia vida —las manos de Elise apoyaron las suyas sobre su estómago plano con cariño.
El embarazo no empezaba a mostrar cambios notorios en el cuerpo hasta los tres meses, en donde habría un pequeño bulto casi imperceptible, pero Shisui ya podía imaginarse el latido contra sus manos.
Sus ojos se humedecieron.
—Te amo, Shisui, y sé que nuestro pequeño o pequeña también te amará como yo —murmuró suavemente Elise y, con ternura, limpió las lágrimas de Shisui, besando las saladas hileras de lágrimas que caían por sus ojos—. Te amamos, Uchiha Shisui, te amamos por quién eres y no por lo que eres o representas —murmuró Elise contra los labios del hombre el cual soltó un pequeño sollozo.
Su corazón.
Su corazón dolía.
Dolía mucho, pero se sentía tan cálido.
Shisui no sabía lo que eso significaba y solo podía aferrarse a su amada Elise sin siquiera sentir las lágrimas caer por su rostro.