Recibir una carta de la familia más prestigiosa y rica de toda la nación de fuego no era algo fácil, era casi incluso imposible de soñar con que esas ocupadas personas de negocios alguna vez les respondieran una miserable carta.
Entonces, Koemi Sato nunca esperó que su hijo recibiera una carta de invitación a la boda de un Kaneko.
Mucho menos de la misteriosa hija menor de los Kaneko y un tal Uchiha Shisui.
—¿Desde cuándo conoces a un Kaneko, Tatsu? —preguntó suavemente Koemi a su hijo menor.
—Yo... no lo sé, no conozco a esa tal Elise —habló cohibido el adolescente de cabellos naranjas mirando con extrañeza la carta en sus manos.
—Mmm... es posible que sea un error, pero ya no es tanto un error cuando incluso citan nuestro apellido —habló pensativamente la mujer—. Tú... ¿Es posible que hayas hecho alguna buena acción a esta tal "Elise"?
—No, no lo sé —Tatsu miró a su madre sintiéndose empequeñecido.
No quería avergonzar o defraudar a su madre, ella siempre había hecho todo por él y sus hermanos, no le parecía justo meterla en problemas cuando ni siquiera sabe el porque.
—Mmm... ¿Tal vez la conozcas, pero ella nunca te haya dicho su apellido? —teorizó Koemi mirando a su hijo menor.
—No, es impo... —Tatsu abrió sus ojos como platos y se puso pálido.
—¿Recuerdas algo?
—La mayoría de artistas de mi edad o mayor que conozco presumen excesivamente de sus familias y su posición... —empezó Tatsu y se puso verde—. Menos una, Sirene, la chica por la que casi peleo con el bastardo de Jun en televisión.
—... —Koemi miró críticamente a su hijo el cual agachó su cabeza avergonzado.
—...
—Tú la defendiste, ¿Cierto? —el chico asintió— ¿Y no has hablado con ella desde entonces?
—Bueno, pequeños encuentros hemos tenido, pero son solo conversaciones superficiales... la mayor conversación que tuvimos desde ese incidente es cuando despotriqué sobre la vergüenza que era Jhon al intentar forzarla a casarse con él y no aceptar que ella amaba a alguien más, la felicité por darle una paliza y luego empecé a presumir que hubiera hecho yo si ese bastardo me hubiera hecho algo así y yo fuera una chica, por lo que le di una charla extensa sobre posiciones de combate, como noquear o como dar un buen golpe certero en las bolas...
—Supongo que le causaste una buena impresión —rio burlonamente la mujer y despeinó los cabellos a su hijo el cual estaba mortificado—. Iremos a esa fiesta, el código de vestimenta son colores rosados, fucias y celestes claros. Mientras no sea rojo, porque no somos el amante de nadie y no sea blanco, para no ofender a la novia, podemos hacer algo con lo que tenemos. La boda es el domingo, algo se nos ocurrirá.
—Si, kaa-san... —aceptó rápidamente el chico.
—Felicidades, incluso con tu temperamento corto lograste hacer una amiga —rio Koemi y su hijo se sonrojó ligeramente.
—¡Kaa-san! —regañó el chico de cabellera cobriza.
Reacciones similares ocurrieron en otras casas, incluido en la casa de cierta chica Uchiha que miró sorprendida al hermano mayor shinobi de su mejor amiga.
—Vengo a invitarte a ti y a tu familia formalmente a la boda de mi hermana, quisiera tomar sus medidas para que mis padres puedan mandar a confeccionar ropa para la ocasión —habló suavemente Kiriya mientras pasaba su mano por la nuca.
—O-oh... claro, pasa, pasa —asintió Izumi mirando al hombre el cual entró en su hogar un tanto apenado.
Luego de tomar las medidas de sus padres y de ella, Kiriya se fue con un suave "lamento la interrupción" y desapareció de sus vistas.
—Entonces, ¿Tienes amigas extrañas, Izumi? —preguntó su padre mirándola casi con juicio y con dureza en su voz.
—N-no... ¿No lo sé? Bueno, la familia de Elise es bastante rara, pero supongo que es porque son ricos y todo eso... —habló la castaña avergonzada.
—¡¿Ricos?! —exclamó su madre dejando caer el plato que estaba secando.
—¿Qué tan ricos? —preguntó preocupado su padre.
—¿Cómo...? No sé, ¿Cómo Kaneko's, supongo? —habló aturdida la castaña mirando la reacción exagerada de sus padres.
—¡¿Cómo los Kaneko?! —gritaron sus padres pálidos.
—Mmm... si, estoy bastante segura de que Elise dijo que se llamaba Kaneko Elise —habló Izumi mirando a sus padres desmayarse— ¿Dije algo malo? —preguntó preocupada mientras iba a socorrer a sus padres.
Tres días después, la ropa apareció en su puerta con una invitación formal a la boda de Elise.
—¿Realmente se va a casar con Shisui? —habló sorprendida Izumi mirando la carta en sus manos.
—Ejem... Izumi-chan, desde que te graduaste de la academia, para el sistema legal eres una adulta y te puedes casar formalmente —habló suavemente su padre—. Según lo que nos has contado, Elise-san es mayor que tú por dos años, ¿Cierto? —la castaña asintió.
—Lo normal para los civiles es comprometerse a los trece y casarse a los catorce —informó suavemente su madre.
—¿No es ilegal estar comprometidos desde antes? —preguntó preocupada Izumi.
—Oh no, es solo como... es un Omiai.
—¡¿Un matrimonio concertado?! —gritó escandalizada Izumi.
—Si, pero es más serio ya que se involucra seriamente con los intereses de las familias de los afectados y, aunque para los clanes no es mucho problema, para los civiles es todo un caso —continuó suavemente la madre de Izumi—. Muchos de los civiles no logran llegar a fin de mes y hay mucha pobreza y barrios marginales, por lo que se conciertan Omiai desde que son muy jóvenes para un cortejo serio y subir en la posición de poder o llegar a fin de mes.
—¡Pero mamá, son muy jóvenes!
—Según las leyes de Konoha, las mujeres se pueden casar desde los 14 años y los hombres desde los 16 a menos de que sean graduados shinobis, en dicho caso, se pueden casar antes.
—¡¿Me estás diciendo que niños de trece años se pueden casar si son shinobis?! —exclamó alterada Izumi.
—Si, eso quiero decir —asintió la madre de Izumi comprensivamente—. La vida de un shinobi es mucho más corta que la de un civil, pero un civil a menudo no tiene suficientes recursos como para comprar una casa por si mismos y tener posesiones valiosas.
—Madre...
—En el caso de Elise-san, al ser una civil y de una familia prestigiosa y rica, es bastante sorprendente que no la hayan casado apenas cumpliera los 14 por beneficio de sus padres y/o hermanos —continuó suavemente la mujer adulta mirando a su hija—. Pero supongo que eso debió de acabarse en el momento en que se va a casar con Shisui-san, supongo que el consejo de anciano concertó un matrimonio con los Kaneko para beneficio de ambos lados.
—No —Izumi negó con su cabeza—. Elise-chan y Shisui-kun se conocen desde los siete años y han sido pareja desde los diez, aquí no hay matrimonio político ni nada interviniendo además de ellos dos y sus sentimientos.
—Mmm... entonces supongo que este matrimonio apresurado se debe a que Shisui-kun se dio cuenta de la fugacidad de la vida shinobi y en alguna misión le fue particularmente mal al punto de hacerlo cuestionar si iba a vivir lo suficiente y los celos de que le propusieran matrimonio a Elise-san o el miedo de que, en algún momento posterior, los padres de Elise-san cambien de opinión sobre su relación y los intenten separar.
—... —Izumi miró devastada a su madre, ¿Acaso no podía ser por amor?
Pero en algo tiene razón, la vida shinobi era demasiado fugaz.
—Hay... hay algo que no les conté, mamá, papá —habló suavemente Izumi mirando al suelo—. Cuando fui herida de gravedad e Itachi-kun me llevó al hospital, yo estaba dentro de la aldea.
—¿No nos dijiste que fuiste una misión de último minuto? —preguntó su padre mirándola fijamente con recelo.
—No... resulta... resulta que había un individuo que pudo copiar la apariencia y el chakra de Shisui-kun, pero justamente el Shisui-kun original llegó para matar a su homológalo, resulta que algo me atravesó por la espalda mientras temíamos del verdadero Shisui-kun, pero al final, el original nos salvó porque había una especie de monstruo blanco detrás de nosotros...
—Izumi... —jadearon sus padres.
—Esto... Shisui-kun e Itachi-kun informaron de esto al Hokage y creo que él se hizo cargo después, pero... pero supongo que ese pudo haber sido el detonante para una boda apresurada... el saber que alguien te pudo reemplazar tan fácilmente... que pudo llegar a actuar sobre la persona que amas y obligarla a hacer cosas que ella no quiera porque es una simple civil y no puede defenderse...
—Mi pobre niña, seguramente eso fue traumático para ti —los padres de Izumi abrazaron a su hija afligidos e intentaron consolarla.
El día pasó y la familia se unió aún más, mientras tanto, Elise miraba confundida a su madre la cual arrullaba sobre lo hermosa que se vería de blanco y de la nada empezaba a cambiar de tema a como su cuerpo empezaría a cambiar durante el embarazo.
—¡Y entonces, tus senos crecerán incluso más de lo que ya son! —exclamó Yoshi mirando los rollos de tela blanca.
—¡¿Más?! —gritó horrorizada Elise mirando su generoso busto.
—¡Si, los senos suelen crecer desde un 25% hasta un 50% de lo que ya son! Y no es hasta finales del segundo trimestre que tu cuerpo empieza a producir leche materna —informó felizmente Yoshi.
Elise sintió su alma abandonar su cuerpo.
—La primera leche producida es espesa, algo pegajosa y de color amarillo o naranja, se llama calostro. Tranquila, la extracción del calostro en el embarazo es una práctica segura y no implica ningún riesgo de nada más.
—¿Y cuándo mis senos volverían a la normalidad...?
—Tus senos volverán al tamaño original después de quince meses, pero nunca volverán a ser lo mismo —Yoshi miró con lastima a su hija—. Tus senos son grandes, se hincharán y te pesaran, también se llenarán de leche y será incomodo, incluso después de que el bebé deje de lactar, es posible que tus senos sigan produciendo leche y en casos más extraños, cuando los senos producen un exceso de leche materna, se llama hiper lactancia.
—Mis pechos... —balbuceó Elise mirando sus senos e inconscientemente tocando uno pensando en todos los cambios que podrían producirle.
—Y sí, ya no serán tan firmes como antes, pero eso es debido a todo el estiramiento de piel durante y después del embarazo, pero si no quieres que tus senos se caigan, puedes utilizar cremas reafirmantes o aplicar hielo, agua o compresas frías el los senos, realizando masajes circulares con hielo por unos segundos.
—Oh...
Una sonrisa maliciosa apreció en el rostro de Yoshi.
—Bueno, no creo que a tu novio le importe mucho el que estes embarazada —una pequeña risita obscena escapó de los labios rojizos de la mujer—. El lívido de una mujer aumenta drásticamente cuando está embaraza y sus orgasmos se vuelven más intensos, me pregunto si dejarás al chico seco.
—¡Mamá! —regañó con el rostro sonrojado Elise.
—Solo digo —Yoshi elevó sus manos en señal de inocencia—... entonces, ¿Crees que lo dejarás seco o...?
—¡Mamá!
—Vamos, es solo una pregunta inocente...
—¡Mamá!
—Vamos, no es para tanto, cuando tu padre y yo...
—¡Es más probable que Shisui me deje inconsciente! —Elise se tapó los oídos para no escuchar a su mamá.
—¿Disculpa? —habló sorprendido a la mujer— ¿Ese chico? ¿Delgaducho pero musculoso? ¿Ese chico realmente podría...?
—Es... es un Uchiha —Elise sintió sus mejillas sonrojarse y su boca hacer un puchero—... los Uchiha tienen problemas de crianza...
—... entonces eso significa que atacará directamente tus senos, así es —asintió para sí misma Yoshi y Elise se puso completamente roja.
—¡MAMÁ!
—No es nada, te beneficiarás bastante si tu chico es un devorador de senos, ¡No tendrás que preocuparte porque tus senos estén pesados y adoloridos por la espesa leche materna! Solo pídele al chico que sorba de tus pechos y listo, dos contentos y felices.
—¡MAMAAAAAÁ!