Shisui abrió su boca y aceptó con gusto la jugosa naranja que dulcemente le ofrecía su preocupada novia, desde que fue hospitalizado por sus heridas, Elise ha estado religiosamente a su lado, total y completamente preocupada mientras Obito y Minato se encargaban de toda la tormenta de mierda que era intentar encontrar a los infiltrados junto con sellarlos.
A Shisui realmente no le importaba mucho lo que sucediera con Konoha y toda la situación, solo le importaba que su linda Elise estuviera a salvo y no había mejor lugar que a su lado, por lo que no le importó mucho que Minato lo dejase de lado en todo este asunto relacionado con el pasado turbio de su estudiante.
Y, aunque no le contaron los detalles, al parecer la expedición para dar caza del Gedo Mazo y al Zetsu Negro empezaría antes, junto con un grupo cuidadosamente elegido para tal misión. Tal parece que a dicha misión asistirán los líderes de cada clan, por lo que sería una gran fuerza a tomar en cuenta, junto con otros shinobis de élite dirigidas por el mismísimo Hokage.
No es como si dejasen a Konoha desprotegida, no. Aun quedarían bastante shinobis de élite dentro de la aldea, los mismos miembros de los clanes que participarían en esa redada junto con los dos jinchurikis (Naruto y Kushina) y el sandaime Hokage, en resumen, eran una fuerza a tener en cuenta.
—Shisui... —comenzó a hablar Elise dubitativamente y con nerviosismo— yo... yo tengo que contarte algo.
—Puedes decirme lo que quieras —habló suavemente el azabache, pero se puso ligeramente tenso.
Todo menos terminar conmigo.
—Y-yo... bueno... ¿V-verdad que hicimos el... el amor antes de que te fueras a tus misiones? —una sonrisa lobuna apareció en el rostro de Shisui.
—Como olvidarlo —habló casi lascivamente—. Lo mejor de mi vida, sin duda lo repetiría hasta la muerte.
—¡Shisui! —regañó completamente sonrojada y avergonzada— ¡No! Eso no es lo que quería decir, volviendo al tema... yo... nosotros... bueno... —Elise se tocó la nuca avergonzada—. Shisui yo... —Elise respiró profundamente mientras cerraba sus ojos— ¡Estoy embarazada! —exclamó nerviosa y miró al azabache atentamente buscando su reacción.
—¿Enserio? —una sonrisa emocionada apareció en el rostro de Shisui y sus ojos brillaron intensamente al igual que sus mejillas sonrojadas.
—S-si... —Elise jugueteó con sus dedos nerviosamente— y-yo...
—¿Voy a ser padre? —Shisui, con las mejillas sonrojadas tomó las manos de Elise entre las suyas y la miró esperanzado.
—S-sí, vas a ser padre —asintió avergonzada antes de ser atrapada en un aplastante abrazo—. S-Shisui.
—¡Prometo que seré el mejor padre de la historia! —exclamó Shisui antes de alejarse de ella y empezar a besar todo su rostro— ¡Te haré muy feliz! ¡Tendremos una gran familia feliz! —suavemente, Shisui tomó las mejillas de Elise entre sus manos y la besó constantemente.
Elise estaba completamente sonrojada mirando la reacción extra positiva de Shisui, ella había estado preparada para una reacción más bien negativa o desinformada no... no esta explosión de felicidad que le demostraba el azabache el cual parecía estar en las nubes.
—T-tú... ¿Estás bien con todo esto? —preguntó indecisa.
—¡Por supuesto que sí! —exclamó con una gran sonrisa, pero luego se congeló y lentamente empezó a ver a Elise— Tú... ¿Tú no lo estás...? Acaso... ¿Acaso no quieres?
—¡No es eso! Si quiero al bebé y tener una familia contigo es eso... solo siento que vamos muy apresurados —habló Elise—. Y-y... tengo nervios y miedo, yo... ¿Seré una buena madre? ¿Cómo reaccionarán mis padres? ¿No sientes que somos muy jóvenes como para... bueno, formal una familia y todo eso?
—Ya veo... —Shisui se sintió aliviado y su expresión oscurecida se alejó—. Es normal que te sientas tan insegura y tengas miedo, es... va a ser nuestro primer hijo —habló suavemente Shisui y tomó la mano de Elise entre las suyas, dándole un suave beso en el dorso de la mano—. Pero no estarás sola, estaré ahí para ti y para el niño, así que no te preocupes.
—Shisui... —las lágrimas bordaron los ojos de Elise.
—Estoy seguro que tu familia aceptará la situación de muy buena gana, es imposible que no te apoyen porque te aman muchísimo —suavemente, Shisui pasó su pulgar por las mejillas de Elise—. E incluso si ellos, en el hipotético caso que reaccionaran muy mal y, no sé, te echaran, no estarías en la calle porque aun tengo mi propia casa y tengo los ahorros de misiones anteriores.
—Shisui... —sollozó Elise y el azabache la empujó contra su cuerpo para que estuviera sentada en su regazo.
—Shh... todo va a estar bien —consoló el azabache a la pelirrosa que lloraba—. Estamos juntos en esto, no es solo tu carga, es nuestra como pareja.
Shisui sonrió mientras consolaba a su linda y adorada Elise que se aferraba desesperadamente a él con los ojos acuosos y su nariz roja por el llanto.
Tan linda...
Ahora era toda suya.
—Escuché que estabas herido —habló una voz desde la ventana y Elise se estremeció mientras ocultaba su rostro en el pecho del azabache que rio entre dientes.
—Así parece, solo que no fue mucho —respondió Shisui a Kiriya el cual lo miró analíticamente antes de posar su mirada en Elise y entrecerrar los ojos antes de mirarlo ferozmente
—¡No hagas preocupar a mi hermanita, bastardo imbécil! —gritó el albino y rápidamente entró en la habitación del Uchiha para arrullar a su hermana—. Mi pobre hermanita, ¿Estabas tan preocupada por este imbécil que lloraste? No te preocupes, los idiotas no mueren, son inmortales y este te hizo llorar, así que es tan imbécil que ni siquiera la muerte lo quiere con él.
—¡Oi! —gritó Shisui seriamente ofendido, si fuera tan idiota como dice Kiriya, no habría muerto a...
Espera... él no murió...
Acaso... ¿Acaso era real lo que decía Kiriya...?
Con los ojos en blanco por una revelación inesperada, Shisui sintió que su alma abandonaba su cuerpo.
—¡Nii-chan! —regañó Elise mortificada y con las mejillas completamente rojas.
—¡Mi hermanita no me quiere! —Kiriya cayó al suelo devastado mirando a Elise quien lo empujó y ahora lo miraba enojada.
—¡No! ¡Si quiero a nii-chan, solo que no le digas cosas malas a Shisui! —regañó Elise, pero luego abrazó suavemente a su hermano, el cual se recompuso y sonrió felizmente.
—¡Mi linda hermanita! —exclamó felizmente el albino juntando sus mejillas en un abrazo.
—Ejem... es bueno volver a verte, Kiri-nii —habló ligeramente avergonzada Elise siendo abrazada por su hermano—. Me alegro que no hayas regresado herido.
—¡Tu nii-chan jamás te preocuparía, Eli-chan! —sonrió felizmente Kiriya revolviendo los cabellos de la chica.
—¿Viniste a ver a Shisui? —preguntó curiosa Elise.
—Sí, escuché que fue atacado por esos monstruos blancos en una misión en conjunto con otro Uchiha —respondió con indiferencia Kiriya y, al posar su vista en el Uchiha por una segunda vez, este asintió—. Pero veo que no se encuentra mal.
—Si, no fueron heridas muy graves. Obito y yo pudimos evitar las peores gracias a sus habilidades —habló Shisui asintiendo al albino—. Aunque fue un poco complejo el que me lastimaran la pierna ya que si hubiera sido un centímetro más, hubiera perdido la movilidad normal de la pierna. El corte en el costado tampoco fue muy grave ni nada que no haya recibido con anterioridad —se encogió de hombros Shisui y se tensó...
Tal vez la cagó...
Elise lo miraba furiosa con su cabello levantándose en ira, sus ojos brillaban con preocupación y furia.
Ah... tal vez su Elise era de quienes mostraban preocupación dura...
Shisui puso sus ojos en blanco cuando fue derribado en la cama y estaba tapado hasta la nariz mientras que tenía dos almohadas super esponjosas detrás de su cabeza.
—¡No te moverás hasta que la enfermera lo diga! —exclamó Elise enojada y mirándolo fijamente, casi parecía una gata con el cabello erizado.
—P-pero...
—¡Dije que no lo harás!
—M-mi recuperación es más rápida yo...
—¡Shht!
—P-pero...
—¡Nada de peros!
—Eliseeee —gimiendo, Shisui elevó una mano, solo para que esta nuevamente se encontrase debajo de las sábanas.
—Buena suerte intentándolo, es terca cuando se preocupa por alguien —rio entre dientes burlonamente Kiriya.
Cuando se enfermó, Elise de cuatro años lo mantuvo prisionero a la cama como una oruga durante una semana, poniendo incluso a sus peluches a "vigilarlo".
Que adorable era su hermanita.
—Oye Kiriya —llamó Elise y el albino se congeló antes de enderezarse completamente y mirar nervioso a su hermanita.
No tenía ni siquiera un rasguño, ¿Verdad?
Siempre se miraba cuidadosamente antes de ir a lugares donde pudiera estar su hermana, no quería estar bajo su sobreprotección extrema. Claro, le parecía adorable, pero era bastante frustrante no poder hacer nada más que mirar profundamente el techo y sumergirse en sus pensamientos.
Odiaba sumergirse en ellos.
—¿Cuándo vuelven todos? —Kiriya tuvo que contener su suspiro de alivio.
—Padre y madre volverán dentro de unos dos días, mientras que Asher volverá mañana y lo más probable es que Natsuo vuelva hoy en la noche o mañana en la mañana —respondió el albino con naturalidad y se cruzó de brazos curioso.
¿Estaría preparando nuevas fiestas de bienvenida para todos o una individual?
—¿Qué bienvenida les quieres dar esta vez? —preguntó el albino mirando con curiosidad a su hermanita— ¿Una fiesta temática o lo celebrarás a cada uno por su cuenta?
—Yo... estaba pensando en algo más familiar —habló nerviosamente Elise con las mejillas sonrojadas.
—Ya veo, estarán bastante alegres —asintió Kiriya comprensivamente— ¿Y sabes qué comida servirás? Recuerda decirles a los chefs con antelación para que compren todo lo necesario con la mayor frescura posible y preparen los platillos que solicites de la mejor manera posible.
—Yo... yo planeaba hacer la cena esta vez —Elise jugó con sus dedos y sus mejillas se sonrojaron aún más.
—¿C-comida preparada por ti...? —Kiriya se congeló.
—¡J-juro que no serán solo cosas dulces! ¡Realmente! —habló Elise alarmada.
—¡Comida preparada por mi linda hermanita! Esta realmente será una ocasión especial, ¿Eh? —Kiriya sintió sus mejillas sonrojarse ante la idea de su dulce hermanita cocinando para él.
Elise solía prepararles dulces a todos y la mayoría lo disfrutaba incluso si los dulces no eran una gran pasión en su familia, aun así, ella tenía una muy buena mano a la hora de cocinar y hacía cosas que él nunca había visto, pero que eran deliciosos e irresistibles.
—Si... —Elise sintió su animo nervioso lentamente irse desmoronándose para uno más melancólico—. Será una noche muy especial.
Sintiendo el estado de ánimo de su pareja, Shisui apretó su mano y Elise le dio una suave sonrisa.