Shisui estaba algo tenso, faltaban poco más de dos semanas para que fuese su cumpleaños y aun no lo han llamado para ir a una misión justo la semana de este mismo, lo cual lo estaba poniendo un poco irritable, porque sin la motivación de que esa misión podría ser más larga de lo habitual o incluso más peligrosa, Elise no estaría tan decidida a entregarse a él durante la semana anterior al cumplimiento de su misión.
No quería forzarla, realmente no quería hacer nada que pudiese lastimar su relación, pero si él no iba a esa misión y Elise no se ofrecía amablemente a abrirle las piernas, era posible que Kagami no naciera y Shisui no quería eso, incluso si tenía que caer tan bajo como para manipularla con genjutsu o hacer algo de lo que posiblemente se arrepienta...
Kagami nacería cueste lo que cueste.
Shisui deseaba firmemente tener a su primer hijo y darle todo lo que no pudo en su primera vida y él sabe que Elise piensa de la misma manera, o al menos así pensaría cuando se enterase de que van a tener un hijo, ya sea que lo quiera o no.
Impaciente, Shisui se alistó para ir a la torre Hokage y esperó lo más pacientemente para que no se notara su creciente irritación.
Funcionó, Shisui era un maestro de la actuación, después de todo.
—Entonces, ¿Qué te trae por aquí, Shisui-kun? —preguntó Minato organizando los papeles firmados.
Dios bendiga su perseverancia, el papeleo era malditamente infinito.
—Quiero ir a una misión —habló rotundamente el Uchiha y Minato parpadeó desconcertado.
Usualmente, no importa que tanto se sacase de juicio al Uchiha, Shisui siempre mantendría este respeto tácito entre líder y subordinado, pero al parecer algo había logrado tocar los nervios del azabache y Minato no se quedaría de brazos cruzados y no indagaría en el asunto cuando conoce muy bien el temperamento crecientemente irritante y peligroso de este niño.
—¿Ahora mismo...? —preguntó el rubio analizando las reacciones de Shisui.
Irritación, frustración, impaciencia, preocupación, miedo.
¿Qué podía preocupar y darle tanto miedo al Uchiha como para que reaccionara de tal manera explosiva?
—No, la semana del 19 —negó Shisui y, cuando miró la ceja arqueada del rubio se desinfló.
Su ira no llegaría a nada, lo mejor sería explicar la situación en vez de faltarle el respeto tan flagrantemente a su líder y actuar como un imbécil con un palo en el culo como el resto de su clan.
Suspirando pesadamente, los hombros firmes del Uchiha cayeron bruscamente y se frotó el rostro con fuerza.
—Lamento actuar así es solo... me dieron una misión en la semana de mi cumpleaños y como regalo adelantado, Elise y yo llevamos nuestra relación al siguiente nivel —Shisui se acarició la nuca con frustración.
Minato arqueó la ceja, Uchiha Shisui, uno de los mejores ninjas que tiene, esta... ¿frustrado sexualmente...?
—Y producto de este regalo... vino otro regalo —el rubio miró con interés al azabache y abrió sus ojos con incredulidad al ver al joven.
—Kagami... —ni siquiera preguntó, solo afirmó mirando al Uchiha el cual asintió con las mejillas teñidas de rosa.
—Si... puede que en mi primera vida haya sido un idiota y ni siquiera tenga el derecho de llamarme a mi mismo su padre, pero... pero realmente quiero hacer todo lo posible para verlo crecer y cuidar de él en esta vida —Shisui sonrió apenado—. Dios, seguro que mi Elise debió de odiarme... y razones de sobra que tenía, apenas lo hicimos me alejé de ella como si solo fuera a remojar la polla y luego escaparme como un canalla hijo de puta que la utilizó por sexo...
—... —Minato miró sin palabras al Uchiha y luego meditó un poco—. Entiendo la situación, así que no te culpes. Había muchos factores determinantes en tu situación y no había mucho que pudieras hacer, solo elegiste lo que creíste correcto para proteger a tu pareja.
—Pero eso no justifica el hecho de que abandoné a mi pareja embarazada —señaló Shisui.
—Estabas arrinconado, Danzo empujó tanto al clan Uchiha como a ti a una esquina. No había forma de que escaparas fácilmente y menos cuando eras tan joven.
—Había mejores formas, pero supongo que el ser un idiota idealista es lo que me condenó.
—Ser un idealista no es necesariamente malo, solo debes saber cuando golpear y cuando detenerte. Inclinarte hacia un lado, pero jamás tocar los extremos. Esa fue parte de tu caída, Danzo nunca entendería con simples amenazas ni regaños.
—Supongo que tienes razón... soñar nunca es malo, ¿Verdad? Te da esperanzas para seguir hacia adelante.
—Exactamente —Minato asintió a las palabras de Shisui y luego miró al azabache pensando profundamente en qué misiones hay disponibles actualmente—. Para la semana del 19 se está planeando una casería en pequeña escala a los miembros de Raiz aun dispersos por las fronteras de la nación del fuego. Originalmente, tenía planeado que Obito se encargase de esta misión en solitario, pero si quieres, pueden ir ambos. La misión no tiene tiempo exacto de límite, pero con ustedes dos, seguramente se cumplirá rápidamente.
—¿No se supone que Raiz fue exterminada hace mucho tiempo? —preguntó Shisui alzando una ceja.
—En teoría, sí. Toda la fundación fue erradicada, los topos fueron eliminados y el cabecilla, Danzo, fue exterminado, pero lamentablemente, incluso con todo eso, aún sigue habiendo algunas ratas que se escaparon de la casería exhaustiva. Llevamos años buscando a todos los rezagados, pero con la red de espionaje, el sello de silencio y lo dispersos que están, queda corto decir que son como cucarachas.
—Mmm... mala hierba nunca muere.
—En este punto, no me sorprendería si me dijera que Danzo fue al país de los demonios y formó un trato con estos —Minato rodó sus ojos cansinamente—. Hay tantas cosas mal con él que, en estos casi cinco años de investigación, seguimos encontrando capa tras capa de suciedad, ¿Sabias que estaba intentando crear una bestia con diferentes tipos de animales mejorados genéticamente? —el rubio gimió con frustración— Ese hombre debería ir al cielo, porque seguramente en el infierno sería el rey.
Shisui soltó una pequeña risita al escuchar las palabras de su Hokage.
—Y no lo dudo —apoyó el Uchiha mirando con diversión a su cansado Hokage.
Minato y Shisui conversaron un poco más antes de que decidieran que lo mejor sería dejar de charlar y ponerse a trabajar.
Ahora, Shisui tendría que ver cómo explicarle a Elise el hecho de que iría a una misión peligrosa sin exagerar, pero lo suficiente como para preocupar lo suficiente a la mujer como para que decidiera abrirse a él. Meditando mientras iba de camino a su hogar, el Uchiha se sorprendió al ver a Itachi caminar en conjunto con Izumi y sonrió picarescamente.
Si, esos dos siempre tuvieron esa estrecha relación, pero ahora que Itachi estaba libre de su incomodidad social y estaba más abierto que antes, era obvio decir que ambos se gustaban más allá de una forma platónica.
Sin tener tanto agobio por ser el puente entre la aldea y su clan, Itachi era libre de formar su propia vida, lo que hacía inmensamente feliz a Shisui, porque Itachi se merecía esa felicidad y más.
Tal vez, algún día Itachi e Izumi puedan formar su propia familia como él y tener bonitos hijos... pero no tanto como los suyos, por supuesto. Los hijos de Elise siempre serían superiores porque Elise es su pequeño ángel y solo él puede verla correctamente.
Hijos...
Shisui se puso a meditar mientras seguía caminando por las animadas calles de Konoha.
Sinceramente, Shisui nunca tuvo tiempo suficiente como para pensar siquiera en formar su propia familia, pero no puede negar que desde su primera vida le pareció atractiva la idea de tener una pequeña y feliz familia con Elise, pero cada vez que tenía esos pensamientos, el trabajo lo abrumaba y la realidad de su situación lo golpeaba con toda la fuerza que podría reunir un raiton embravecido.
Nunca tuvo la oportunidad real de pensar en lo que quería y el como podría ser su familia.
Familia.
Saboreando la palabra, Shisui sonrió suavemente.
Tal vez podrían tener un niño y una niña, seguramente Kagami estaría feliz de tener a una hermanita a la cual proteger... o tal vez incluso podrían tener gemelos o mellizos si la suerte los acompañaba.
Su propia familia.
Como una persona que creció sin padre ni madre, Shisui no tenía un ejemplo de lo que sería un buen padre o madre. Su única fuente de conocimiento y experiencia serían los Kaneko, los cuales en pocas palabras serían... extravagantes. Shisui sabía con toda la certeza del mundo que no todos los padres eran tan adoradores como los Kaneko y que en el mejor termino de las palabras... la familia Kaneko estaba desequilibrada.
No era difícil de ver, pero claramente todos iban por su propia cuenta y no podría importarles menos el otro, pero una vez que metían a Elise en la ecuación, toda la familia cambiaba radicalmente a ser una adoradora compulsiva y sobreprotectora que se preocupaban profundamente el uno del otro.
Elise era el pegamento de los Kaneko, Shisui dudaba de que se mantuvieran juntos si ella no estaba presente.
No podía imaginarlos sin ella.
Shisui tenía muchas cosas que pensar, traer a un niño a este mundo no era tan fácil como simplemente plantear la idea y trabajar en ello, mucho menos algo sencillo y sin problemas de lo cual no se debía pensar cuidadosamente. Había muchas cosas que se debían de tener y requisitos a seguir, pero aun así, él estaba determinado a traer a Kagami a este mundo una vez más.
Él realmente quería conocer a Kagami, su hijo, su único hijo, uno de los únicos dos Uchihas vivos a la masacre efectuada a manos de su mejor amigo por culpa de la codicia de un viejo decrepito.
Relamiéndose los labios nerviosamente, Shisui miró la imponente mansión frente a él y simplemente hizo un sunshin y se adentró en la habitación donde sentía el relajante y cálido chakra de su amada Elise.
Nunca fue de los que se andaban con rodeos, esta no sería la primera vez.