29 de Agosto, 1638
Después de largos meses, el Sultan del Imperio regresaba al palacio, volvía victorioso.
─Madre.─Murad se limito a saludarla
─Gracias a Allah volviste victorioso, hijo.─dijo Kösem
Murad sonrió al ver a su consorte quien en sus brazos sostenía a una linda bebé, al lado estaba su criada sosteniendo a su mellizo.
─Un príncipe y una Sultana, Allah nos ha bendecido.─sonrió feliz
Se acercó a Mihrişah y tomo su mano para luego besarla. Siguió saludando a sus hermanas y su único hermano, además, saludo a sus sobrinas.
─Antes de que se retiren, nombrare a mi hijo.─habló en voz alta
Sostuvo a su hijo entre sus brazos y pensó por unos segundos antes de sonreír y besar su diminuta frente.
─Serhan, ese será tu nombre. Serhan, Serhan.─dijo lo suficientemente alto para que todos lo pudieran escuchar
El hijo de Mihrişah, fue al fin nombrado como el Şehzade Serhan. Un nombre que significa "Líder superior" Algo que atribuía a su gran victoria contra Bagdad. Que nuevamente pertenecía al Imperio.
Özlem Sultan era la bebé más hermosa del palacio, era alegre y tranquila al igual que sus hermanos.
El Şehzade Serhan, era bastante enérgico, le gustaba estar en brazos de su padre, más que con su madre.
─Mis dulces hijos...─Mihrişah observo a sus cuatro hijos en sus cunas todos estaban dormidos, excepto Ekrem
─Ma...─balbuceo
─Hijo adorado, ven, dilo otra vez.─tomo a su hijo en brazos
─Mamá... Ma.─soltó una suave risita
─Ekrem, amor mío.─lo abrazo cuidadosamente.─Me haces tan feliz.
Meryem entro con varios vestidos.
─Meryem, Kerem dijo su primera palabra.─le dijo, soltó un chillido
─¿Que dijo, Sultana?
─Me llamo, me dijo mamá.─miro a su bebé orgullosa
─Es un príncipe muy inteligente.─sonrió
Su felicidad acabo cuando un guardia entro en sus aposentos.
─Sultana, su majestad pidió que fuera a sus aposentos a desayunar.─informo
El día de hoy, Mihrişah se puso un vestido verde, con un kaftan verde claro, y una corona discreta sobre su cabeza.
No le gustaba ver al Sultan, cada vez que lo miraba a los ojos, veía a miles de personas muertas, tanto familia como desconocidos.
─Majestad.─realizó la debida reverencia
─Mihrişah, ¿cómo has estado? ─pregunto
─Bien, ¿y usted?
─Mejor ahora que estás conmigo.
Murad tomo su mano y la sentó a su lado. Su mirada se iluminaba cada que la veía, su angelical voz lo hipnotizaba, y su delicado rostro lo enamoró.
─¿Te ocurre algo? ─tomo su mentón y la obligó a mirarlo
─Le juro que no me ocurre nada, majestad.─con delicadeza, retiró su mano
─¿Quieres venir a cabalgar? ─esa pregunta la hizo sonreír.─Como lo hacíamos antes.
─Me gustaría acompañarlo.
─¿Que les dije que hicieran? ─Murad está muy furioso con la noticia de que Matteo estaba de vuelta.─¡No quiero ver a ese hombre cerca de mi esposa!
─Su majestad, ese hombre es muy escurridizo, se escapó y no logramos encontrarlo.
─Encuentrenlo y traiganlo ante mi.─dijo antes de entrar en sus grandes aposentos con Silahtar y Kemankeş siguiendolo
─Su majestad, yo quería informarle algo.─habló Silahtar
─¿Que?
─Mihrişah Sultan salió del palacio, pero no sé preocupe, mandamos Aghas que la respalden.
─Quiero que me digan a dónde irá y que hará.
Mihrişah estaba en la ciudad, sonriendo al ver que por fin tenía libertad.
Pero su felicidad duro poco al ver cómo un conocido hombre se le acercaba.
Siguió su camino, adentrándose en una mansión. Ella no quería pasear por la ciudad, venía por otra cosa.
─¿Que quieres? ─pregunto viendo con desagrado a Matteo
─Te ves tan hermosa.─trato de acercarse pero ella retrocedió. Eso lo entristeció.─Quería que me ayudarás a escapar, quiero volver a Italia.
─Si es eso, haré que vayas en el próximo barco que sarpe hacia Italia, te daré oro.
─Estoy muy agradecido, Alessia.
─Saluda a mis hermanos y hermanas de mi parte.─Mihrişah tomo valentía y acaricio la mejilla de Matteo.─Eres un buen hombre, y mereces alguien de tu nivel. Espero que encuentres a alguien que te ame.
─Te extrañaré, hubiera deseado ver a tus hijos, pero no se pudo.─ambos soltaron una carcajada
─Adiós.─se dió la vuelta y se fue
Al salir, se encontró con la severa mirada del Sultan. Que poco a poco se acercaba a ella.
Mihrişah trato de escapar, pero el agarró su brazo.
─¿Cómo pudiste? ─se pudo frente a ella
─¿Que hice yo? ─pregunto deshaciéndose del agarre
─Te ví con Matteo, ví como hablabas y reías con el.
─El se irá a Italia, me pidió que preparara un barco que sarpara hacia allí.
─¿Como sé que dices la verdad?
─Deberíamos hablar de esto en el palacio.─se dió la vuelta y siguió su camino mientras Murad estaba por destruir todo a su lado