Capitulo 38

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18 de Septiembre, 1640

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18 de Septiembre, 1640

La Haseki Sultan vestía un vestido color verde oscuro, su cabello caía en cascada por su espalda, y una tiara resaltaba su buen humor.

─Adelante ─dijo, en el momento en que sintió toqueteos en la puerta

Ayşe entró con una concubina agarrada del brazo, la jovencita no pasaba de los 16 años, se veía indefensa, débil y apenas estaba limpia y poseía buenas ropas.

─Sultana, está niña rogó por verla.─le dijo forcejeando con ella

La niña se arrodilló frente a Mihrişah, como si le estuviera rezando a un santo, beso su dobladillo y luego pidió.

─Libertad, por favor... Yo no soy feliz y nunca lo seré aquí.

─¿Cuál es tu nombre? ─preguntó con una suave voz

─Alessandra, soy de Italia ─dijo.─Dicen que usted proviene de allí.

─Es cierto ─afirmó, desvió un poco su mirada.─La libertà è qualcosa che non otterrai mai se non lotti per essa, Alessandra.

─Por favor, la libertad es lo único que quiero ─rogó

─Ayşe, no quiero que me vuelvas a traer desperdicios, la libertad ya no es posible en una esclava.─habló, mirando a la joven

─¿Acaso no tiene humanidad? ─sollozó

─La perdí hace mucho...

Alessandra salió de la habitación entre sollozos y lamentos, murmullos lleno de palabras sangrientas.

─Madre ─Ekrem se acercó.─¿Me cargas?

─¿No decías que ya eras muy grande para eso?

Sin prestarle atención, Ekrem se lanzó a su madre, aferrándose a su cuello, y luego se acomodó en sus brazos.

─Mi bello príncipe ─beso su frente

El Şehzade Ekrem no se parecía en nada a su gemelo, ya que tenían personalidades, que los diferenciaban.

Ekrem se había vuelto más extrovertido, y Selim, al contrario. Habían cambiado tanto, pero el gemelo menor seguía manteniendo su apego a su madre, negándose a estar en brazos de otras señoras.

Era educado y pacífico, no le asustaba nada a pesar de su edad, creía que era valiente.

¿Cómo sería cuando creciera? Una pregunta sin respuesta.

Mihrişah era poseedora de varios conocimientos que la podrían beneficiar, Hanzade Sultan se había vuelto una mujer influyente gracias a ella, y según, hasta que no sintiera amor otra vez, no habría noticia de matrimonio.

─Sultana Mihrişah ─realizó una reverencia.─¿Cómo ha estado?

─Bien, Hanzade.─la miró por unos segundos antes de decir.─Haz cambiado que casi no puedo reconocerte.

─No habría logrado sin ti. Saque valentía de dónde no la tenía.

─Que bien, ¿a quien le eres leal? ¿A la Sultana Kösem o a mí? ─esa fue la pregunta que quiso hacer al principio

─No le soy leal a nadie, excepto a mi misma.

─Me alegra que pienses así, porque... Habrá personas que desearan hacerte su juguete.─felicitó

─Usted es la más generosa de todas, ¿para que necesita tantas personas leales?

─Las personas no son nadie sin aliados, su madre ni habría conseguido tanto poder sin sus hijas.

─Nuestra madre es inocente de toda culpa, ella misma me dijo que todo lo que hizo, fue proteger al Imperio.

─No pienso escuchar más mentiras, Hanzade.─frunció el ceño.─Sea más inteligente.

20 de Septiembre, 1640

Mihrişah mantuvo su mirada fija en Ayşe, su cuerpo sin vida, terriblemente asesinada por partidarios de Kösem.

─¿Que fue lo que hiciste? ─las hijas de Kösem se hicieron presentes

─Dijiste que el matrimonio sería mi decisión ─Hanzade le reclamó

─Y yo dije que mientras estuvieras a mi lado, así sería. Pero decidiste perder lo poco que tenías.─sonrió ligeramente

─Esas decisiones solo la toma nuestra madre ─dijo Ayşe Sultan

─¡Aghas! Saquen a estás mujeres de mis aposentos, que regresen a sus aposentos y no salgan sin mi permiso.─le ordenó al pequeño séquito

─¿Cómo te atreves, Mihrişah? ─Gevherhan la miró con odio

─Lamento el fallecimiento de las gemelas, fue un trágica muerte.─le dió sus condolencias

─¡Maldita serpiente! ─grito Fátma Sultan

SOLEWhere stories live. Discover now