CAPITULO 29
4 de Junio, 1639
Mihrişah observaba a todos sus hijos durmiendo profundamente en sus camas, aunque Ibrahim dormía en su cuna.
─Mis amados hijos.─murmuró, una lágrima rodó por su mejilla.─Haré que sean conocidos, los cuidaré con mi vida entera.
Las puertas se abrieron y Fátma Sultan entró con sus manos sobre su vientre.
─Sultana ─realizó una leve reverencia
─Deseaba hablar contigo ─se acercó.─Es, sobre la nueva favorita del Sultan, Aynur Hatun, deberías haberte enterado ya.
─¿Que sucede? ─frunció el ceño
─Está embarazada ─confesó
─¿Está qué? ─dijo bastante confundida.─Pero...
Durante los días en que aquella mujer visitaba los aposentos del Sultan, siempre ordenaba que le dieran hierbas para que no quedará en cinta, lamentablemente, no funcionaron como ella quería.
─Pero tu tienes cinco hijos, cuatro príncipes y una Sultana.─trató de consolarla
─Aún así, me enoja, pero sobre todo, me entristece.─sus ojos se pusieron llorosos, al notar eso, rápidamente se las limpió.─Vuelva a sus aposentos.
─Recuerda tu lugar, Mihrişah. No puedes hablarme de esa manera, soy una Sultana de sangre.
─Sé bien mi lugar, Sultana Fátma. Soy la directora del Harem, por lo tanto, soy la más poderosa, solo por debajo del Sultan.─dijo mirando la cuna de Ibrahim.─Usted también debe recordar su lugar.
─Soy la hermana del Sultan Murad, no puedes hablarme así.
─No quiero enemistades, pero no dejaré que se sobrepasen. Usted podrá ser una Sultana en todos sus derechos, pero hay algo que la hace diferente a mi.─la miro a ella y se acercó, entrelazando sus manos sobre su vientre.─Usted no es la madre del heredero, sus hijos no tienen oportunidades a comparación de los míos.
─Te considere mi amiga, incluso mi hermana hasta hoy, has cambiado tanto.─dijo.─Yo soy la Sultana Fátma, hija mayor de la Sultana madre Kösem.
─Regrese a sus aposentos, Sultana. No busque problemas en dónde no los hay.─habló tratando de mantener la calma
─¡Insolente! ─la abofeteo con toda su fuerza, pero no logró tirarla al suelo
Mihrişah tocó su mejilla, estaba al límite de su paciencia, su mejilla estaba roja, e incluso salió sangre de su labio roto.
─
Yo, soy Mihrişah, Sultana Mihrişah, consorte principal del Sultan, madre de sus cinco hijos. Soy la directora del Harem, gobierno este palacio y todo lo que contiene.─apretó sus puños.─ Con su permiso, Sultana Fátma... Veamos que dice el Sultan de esto.
Se dió la vuelta, no sin antes de darle una mirada de su criada Meryem, diciéndole que cuidara a los niños.
Mihrişah Sultan caminaba a paso firme por los pasillos, siendo perseguida por Fátma, estaba en cierto modo desesperada por lo que el Sultan sería capaz.
Al pasar por el Harem, todas se levantaron a realizar una reverencia, algo que no hicieron con Fátma Sultan. Cuando la joven Italiana llegó a los aposentos del Sultan, los guardias de inmediato abrieron las puertas ante su presencia.
Mihrişah peinó su cabello y se adentro en los aposentos, no sin antes mirar de reojo a Fátma, quién tenía su mirada fija en ella.
─Su majestad ─realizó una reverencia
Murad estaba sentado en la silla de su escritorio, al ver a su Consorte en ese estado, no dudo en ponerse de pie e ir hasta donde ella estaba.
─¿Mihrişah? ¿Que te paso? ─puso suavemente sus manos en su rostro, examinandolo.─¿Quien te hizo esto?
─... La Sultana Fátma ─contestó con los ojos llorosos.─Me llamo insolente, me trata como si fuera una tonta esclava.
Murad se acercó y besó delicadamente sus labios, luego beso su frente.
─¡Aghas!
─¿Desea algo, majestad?
─Traigan a la Sultana Fátma, ahora.─ordenó
Los guardias asintieron.
─¿Sabe que fue lo peor? ─habló la Sultana. Cuando Murad la miro, dijo.─Ocurrió en mis aposentos, enfrente de nuestros hijos, Selim y Ekrem observaron todo, al igual que Serhan, Özlem y el pequeño Ibrahim.
─Esto no volverá a pasar, te lo aseguro.─tomó su mano
Las puertas se abrieron y Fátma Sultan, entró con la frente en alto.
─Su majestad.
─Una ofensa a Mihrişah, es una ofensa hacia mi.─dijo mirando a su hermana mayor a los ojos a los ojos