Dos semanas completas de puro trabajo en la oficina, dos semanas aburridas, dos semanas sin nada divertido... Pero qué más podría pedir después de lo sucedido con Koron, aquellas miradas, aquel roce de sus manos y aquellos segundos... ¿Pero en qué rayos estaba pensando?
Dejó de escribir en los papeles y se puso a pensar detalladamente lo que estaba sucediendo. ¿Acaso me estoy...? Calló sus pensamientos al estar consciente de que eso es completamente "absurdo".
De pronto alguien ingresó a la oficina, bueno, por lo menos va a distraerse un poco de sus pensamientos ridículos.
-Buenos días Jefe- saludó el joven rubio sentándose en la silla frente al escritorio.
-Buenas Señor Sora- observó el impecable perfil del joven, bueno, era de esperarse de un empleado de la corporación -¿Tienes algún reporte?
-Por supuesto que sí señor- extrajo unos papeles de su portafolio pero cuando iba a empezar a explicar lo que estaba escrito en él algo los interrumpió...
-¡Trunks!- se escuchó un llamado de una voz molesta y aguda.
No puede ser...
-¡Hola Trunks!- como se suponía, Koron entró en la oficina gritando y corriendo interrumpiendo la entrevista.
-Ko... Koron- se levantó de golpe para encarar la situación -¿Por qué estas aquí?
-Sólo quería saludar- respondió inocente colo siempre- Sentí tu ki y vine rápidamente.
De pronto, Mamoru y Oliver llegan cansados ennla oficina, al parecer estaban siguiendo a la saiyajin.
-Koron, no debes huir más de nosotros- habló el joven de cabellos castaños al instante que cruzó el umbral de la puerta.
-Oliver tiene razón, no debes andar así por la corporación- agregó la joven pelirroja con un tono algo preocupado.
Sora, quien estaba observando detallada y embobadamente a la saiyajin, dirigió su mirada a Mamoru para luego levantarse de su asiento al momento.
-¡Hikari!- dijo el joven rubio al sentir la presencia de su hermana menor -¿Qué haces aquí?
-¿Hikari?- preguntó extrañado el híbrido quien perdió la atención de la charla.
-Dejáme explicártelo Trunks - expresó la muchacha conteniendo los nervios -Sora es mi hermano.
-¿Hermano?- observó dudoso al joven de ojos claros como los de Mamoru -¿Cómo? ¿Qué es tu hermano?
-Así mismo, señor Trunks- encaró el rubio -Nos conocimos la como hace dos semanas, luego de algunas charlas nos dimos cuenta de que somos hermanos biológicos- aseguró mostrando la mancha en su brazo.
-Es verdad- murmuró el híbrido -Mamoru también tiene aquella marca, además, tienen una amplia comparación.
Oliver y Koron se mantuvieron callados, tal sorpresa era muy penetrante para ambos. Pensaron que no sería necesario entrometerse y que la información sola era lo único que deseaban saber.
-Trunks...- llamó la atención la pelirroja -Perdón por interrumpirlos, ya nos vamos- tomó del brazo al joven terrícola y a la pequeña saiyajin -Nos vemos luego- sonrió nerviosamente mientras se dirigía hacia la puerta llevando a la fuerza a sus dos amigos.
-¡Mamoru! ¿Qué haces?- se quejó la pequeña pero fue vilmente ignorada.
-¡Espera! ¡Mamoru!- llamó el híbrido, la joven paró y dio media vuelta para encararlo -¿Puedo hablar unos segundos con Koron?
Esta asintió y observó de reojo a la pequeña. Koron dio un suspiro agotador y de un salto se coloca al lado del híbrido sin decir palabra alguna, esperaría a que todos se fueran para hablar con Trunks.
Oliver y Mamoru se dieron una última mirada de preocupación entre sí, luego abandonaron la habitación dejando a los saiyajines junto a su hermano.
Antes de empezar a hablar, Trunks dirigió una mirada seria a Sora, quien seguía teniendo aquella mirada estúpida hacia Koron.
-A solas- resaltó el joven púrpura con con notoria alteración en su expresión.
-Ah... disculpe- reaccionó el rubio, se dirigió a la puerta pero antes de llegar volteó su cabeza y dedicó una cálida y dulce sonrisa a la saiyajin. Koron le devolvió la sonrisa inocentemente para que después Sora se marche.
Trunks gruñó bajo. Aquel gesto lo recordó un poco a su padre, en realidad ya se comenzaba a parecer a él.
-Bien ¿Qué quieres decirme?- Koron fue la primera en romper aquel silencio que se había presentado como hace cinco minutos, algo que Trunks no se había percatado.
-Tú viniste a mi, entonces dime que quieres- afirmó sentándose de nuevo en su asiento.
Haciendo un gesto molesto la pequeña se arrodilla en su silla para ganar más altura, la suficiente para quedar casi cara a cara con Trunks. Tanta ternura en una imagen coloca pensativo de nuevo al híbrido.
-Bien... Vamos a entrenar.
Trunks dejó caer su cabeza por la mesa, con la frente roja se levantó del asiento con dureza -No.
-¿Por qué?- preguntó fingiendo los típicos ojos llorosos, por suerte eso no afecta a Trunks.
-Porque estoy trabajando Koron, puedes ir a entrenar sola- expresó con algo de rudeza en su voz -¡Siempre haces lo mismo! ¿Pero venir hasta la oficina principal?
-Yo...
-No...- interrumpió drásticamente -¡Escúchame, no puedo pasar entrenando entrenando todo el día, ¿o acaso yo soy el que se enfrentará a Redi...!?
Antes de terminar sintió algo hacerse añicos entre sus dedos, era su bolígrafo, ni de dio cuenta cuando fue que lo tomó. Levantó la vista hacia Koron quien estaba inmóvil observando a un punto en la pared de atrás del híbrido, su mirada era triste y algo preocupante. ¿En qué momento salió todo de control?
-Koron...- murmuró sin dejar de verla -Es que últimamente hay mucho trabajo y por eso...
-Sí, lo entiendo- esta vez ella lo interrumpió, se levantó de su asiento lentamente sin cruzar miradas con él.
Sin más que decir, Koron abandona la oficina al darse cuenta que Trunks tenía la razón, dejándolo pensativo y algo culpable.
Ya se le pasará... Pensó el joven rebuscando en uno de sus cajones un nuevo bolígrafo.
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-Maldito Trunks, maldito Trunks, maldito Trunks...- murmuraba la pequeña con mucho furor mientras recorría los pasillos del edificio de las oficinas de la Corporación Cápsula.
-¡Koron!- se escuchó un llamado, la pequeña levantó la vista al frente y se encontró con Oliver acompañado por Mamoru -¿Qué pasó?- agregó el joven.
Ella negó levemente con la cabeza -Nada importante, realmente...
Oliver y Mamoru intercambiaron miradas preocupantes. Koron notó aquel gesto pero lo interpretó de otra manera, hasta ya se había imaginado la boda de aquellos dos pícaros.
-Vamos Koron- dijo la pelirroja señalando hacia adelante.
-Yo los voy siguiendo, vayan adelantándose- aseguró la pequeña sin nada de interés y con una pequeña sonrisa de por medio.
Ambos jóvenes asintieron algo dudosos, luego dieron media vuelta y se marcharon sin mencionar palabra alguna.
Manteniéndose cabizbaja Koron iba a unos dos metros tras los terrícolas, aún seguía mal diciendo a Trunks pero mentalmente.
Sin previo aviso la pequeña choca duramente por algo, o mejor dicho alguien.
-Lo... lo siento- la saiyajin reconoció aquella voz de inmediato -¿Estás bien?
Ella levanta la vista altamente, tenía que hacerlo ya ni llegaba a la del pecho del chico, para divisar su rostro. Al hacerlo retrocede unos pasos para observarlo mejor.
-¿Tú eres Sures?- preguntó la pequeña. El joven rubio ríe ante el comentario.
-Mi nombre es Sora- se presentó caballerosamente tomando la delicada mano de la saiyajin -¿Y tú debes ser la hermosa damisela a quien llaman Koron?- se agachó y besó dulcemente la mano de la joven.
-Si, soy Koron- respondió con arrogancia zafándose del agarre -Y no soy una damisela, soy una guerrera- divisó hacia el costado de Sora y se percató, para su mala suerte, que Mamoru y Oliver se habían marchado.
-¿No quieres ir por un café?- preguntó el joven con una inmensa sonrisa -Conozco un buen lugar para ir juntos.
-No tengo hambre- mentía, pero no quería estar con nadie, y menos con alguien que intenta coquetearla.
-¿Al parque?- preguntó tomándola del hombro para encaminarse a la salida -¿A pasear por el centro? ¿O al lago?
El lago, Koron adoraba el lago, no sólo por ser el lugar más hermoso de la ciudad del oeste sino porque allí presenció el mejor momento de su vida, aquellos minutos que estuvo junto a Trunks. Sonrió sin darse cuenta dando una respuesta inconsciente a Sora.
-Entonces quieres ir lago ¿verdad?- expresó el joven haciendo volver a la realidad a Koron.
-¿Eh? Esto...
-Está bien entonces- salieron del edificio para encaminarse a aquel lugar.
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-¿Y de dónde vienes Koron?- preguntó el joven mientras ambos caminaban sobre la acerca que rodeaba el lago.
-De Tashoku- respondió sin interés alguna, su mirada se desviaba directamente al lago que aún seguía congelado.
-¿Tashoku?- cerró los ojos y sonrió de lado -Nunca escuché aquella ciudad.
-Tashoku es un planeta- aseguró con firmeza observando por primera vez el rostro del joven en todo el trayecto.
Sora lanzó una pequeña carcajada -Además de tierna y dulce eres muy imaginativa.
Ella deseaba callar a ese sujeto de un golpe por su ingenuidad. Tal vez no sería mala idea golpearlo y huir de allí para entrenar de una vez por todas.
-Y... ¿Trunks y tú son... pareja?- preguntó el joven desviando la mirada hacia un costado.
-¡Por supuesto que no!- negó rápidamente ruborizándose un poco, bajó la mirada y cerró los ojos forzadamente -¡No, y nunca lo seremos!
Sintió una mano en su cabeza, levantó poco a poco la mirada y se encontró con aquella sonrisa reluciente del joven.
-No debes reaccionar así- sonrió acariciando los oscuros cabellos de la pequeña saiyajin -Es que parecen muy unidos.
Koron bajó de nuevo la mirada al suelo y gruñó por debajo. No se había dado cuenta de que hace tiempo habían detenido su caminata y que la mano de Sora bajó hasta su pálida mejilla que lentamente va tornando un color rojizo.
Quería escapar de ahí, comenzó a apretar ambos puños en sus costados, empezó a planear una huida alternativa a golpearlo y dejarlo inconsciente, ya que eso sería muy cruel de su parte.
-¡Sora!- se escuchó una voz tras el joven rubio -Escaparse del trabajo no es buena idea.
Koron desvío su mirada hacia donde provenía aquella voz, una sonrisa radiante de formó en sus labios mientras corría hacia él.
-¡Trunks!- gritó la pequeña abrazando al híbrido. No sabía porque lo hizo, ni porque se emocionó, sólo quería estar con él.
-Koron, con que aquí estabas- sonrió acariciado la cabeza de la saiyajin desordenando sus cabellos -¿Qué hacían ustedes dos aquí?- observó desafiante a Sora quien, al notarlo, retrocedió unos pasos.
-No hacíamos nada en especial- respondió el rubio colocando nerviosamente su mano tras su nuca.
-Koron...- murmuró el híbrido separándose un poco de ella.
-¿Qué sucede Trunks?
Éste sonrió amablemente -Vamos a entrenar, total, yo dije que te ayudaré a derrotar a Redice.
Koron se emocionó y dedicó una sonrisa aún más amplia al joven. Ambos comenzaron a charlar y caminar alejándose de a poco de Sora.
-¡Oigan! ¡Esperen...!- no hubo respuesta alguna de parte de los dos saiyajin -Maldición, fui brutalmente ignorado.
El joven dio media vuelta y con la cabeza gacha empezó a dirigirse de nuevo a su trabajo. Tranquila Koron, pronto obtendré tu corazón...
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-¿De qué estuvieron hablando?- preguntó el híbrido lanzando puñetazos y patadas al aire.
Koron se desconcentró por aquella pregunta ocasionando que uno de los puños de Trunks aterrizara por su mejilla haciéndola caer al suelo de la cámara de gravedad.
-¿¡Estás bien, Koron!?- el híbrido volvió de su forma súper saiyajin a su forma normal para volver al suelo y auxiliar a la pequeña.
Koron no se movía, estaba acostada de espaldas observando a un punto muerto, estaba aturdida por lo que le había preguntado. Y recordó lo que le había dicho a Sora...
¡Por supuesto que no!
¡No, y nunca lo seremos!
-¡Koron!- aquel llamado la sacó de sus pensamientos.
-Estoy bien- se levantó del suelo para proseguir con el entrenamiento con Trunks.
Todo marchaba normal, pero los pensamientos de Koron aún se retorcían en su mente.
¡No...!
El ki de Koron empezaba a aumentar llegando a su punto de limitación. Eso estaba llamando la atención del híbrido.
¡Y nunca lo seremos...!
Superando los límites de energía, Koron intenta controlar paso a paso su ki pero no logra hacerlo adecuadamente.
¡Nunca lo seremos!
Trunks frena en seco al observar a Koron con exceso de poder, recordó lo que le había sucedido a él en el pasado, sólo que ella no tenía aquel agrandamiento muscular.
-¡Koron, concentra tu ki!- intentó hacer entrar en razón a la saiyajin.
¡Nunca...!
Koron cerró los ojos y creó una gran oleada de energía haciendo que la cámara de gravedad completa estallara en pedazos.
Trunks sale de los escombros a rastras en la nieve. Volteó a ver a la pequeña quien estaba parada en medio del desastre, controlando su poder y con el cabellos erizado hacia arriba pero aún seguía siendo negro. Lo más extraño era que el aura que la rodeaba, era dorada.
-¡Vamos Koron! ¡Estás apunto de convertirte en súper saiyajin!- animó el joven intentando colocarse de pie.
La pequeña soltó su respiración, como si la hubiera mantenido por mucho tiempo, al hacerlo su ki bajó a cero y se desplomó por los metales retorcidos.
-¡Koron!- el joven tomó valor y se levantó débilmente del suelo, corrió hasta donde estaba ella y la cargó en sus brazos -Casi lo logras... Koron...