So Mine [Yandere! Uchiha Shis...

By Elsren

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Shisui se sacrificó por la aldea en su primera vida y todo fue en vano, ahora quiere ser egoísta Elise es un... More

I. Tiempo
II. familia
III. Retroceso
IV. Decisión
V. Hokage
VI. Futuro
VII. Chocolate
VIII. Familia
IX. "Gratitud"
X. Canción
XI. Itachi
XII. Minato
XIII. Cantante
XIV. Rojo
XV. Despertar
XVI. Impaciencia
XVII. Kagami
XVIII. Hablar
XIX. Entrevista
XX. Preocupación
XXI. Uchihas
XXII. Kimono
XXIII. ¡Si!
XXIV. Inquietudes
XXV. Propuesta
XXVI. Reliquiario
xxvii. Herida
XXIX. Dibujar
XXX. ⚠️Misaki ⚠️
XXXIII. Consejos
XXXI. Yukine ⚠️
XXXII. Fugaku
XXXIV. Pijama ⚠️
XXXV. Cine ⚠️ [smut]
XXXVI. ⚠️ Desvergonzado ⚠️
XXXVII. "Regalo" [NFSW]
XXXVIII. Rechazo
XXXIX. Mirón
XL. Baño
XLI. Idealistas
XLII. Flores [NFSW]
XLIII. Cuidados posteriores
XLIX. Cuadros
XLV. Conversación
XLVI. Falso
XLVII. Hospital
XLVIII. Creencias
XLIX. Cena
L. Planos
LI. Tallas
LII. Invitaciones
LIII. Esposo
LIV. Esposa
LV. corazón
XLI. Lágrimas [NFSW]
LVII. Jane
LVIII. Uzumaki
LIX. Plan
LX. Karin
LXI. Monstruo
VLII. ¿Adoptar? [NFSW]
LXIII. Adib
LXIV. Nervios
LXV. Niño
LXVI. Hermanito
LXVII. Maternidad
LXVIII. Sasuke
LXIX. Error
LXX. Pinturas
LXXI. Umino-sensei
LXXII. Piscina
LXXIII. Hermanos
LXXIV. Habitación
LXXV. Látigo ⚠️[Tortura]⚠️
LXXVI. Tinta
LXVII. Clan
LXXVIII. Hogar
LXXIX. Dramatismo
LXXX. Fiesta
LXXXI. Errático
LXXXII. Dolor
LXXXIII. Groserias
LXXXIV. Dulce
LXXXV. Celos [NFSW]
LXXXVI. Idiota
LXXXVII. Agua
LXXXVIII. Fuego
LXXXIX. Años
XC. Exámenes
Especial: Fuera de foco

XXVIII. ⚠️Ángel⚠️ [Tortura implicita y explícita]

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By Elsren

ADVERTENCIAS

Este capítulo contiene:

Tortura mental explícita y gráfica, tortura física implícita, inestabilidad mental, sadismo, ligeros tintes de dependencia emocional

______________________

Todo el capítulo contiene escenas de tortura e inestabilidad mental que denota un comportamiento obsesivo y posesivo, si no es de su agrado/comodidad, saltarse el capitulo 

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A Shisui realmente no le gustaba matar y siempre buscaría otras formas de evitar el asesinato siempre y cuando fuera posible, muchas veces dejaría vivir a sus enemigos con nada más que un tirón de orejas, un trauma por genjutsu y un ego herido por ser pateados por un niño pequeño.

Como dijo una vez Mukai Kohanai, a él le gustaba caminar por los senderos en donde solo tocaba el sol.

Tal vez era parte de su herencia como un Uchiha e hijos de Amaterasu, aparte del visible Sharingan y el amor intensificado varios niveles sobre lo considerado "normal" por personas fuera del clan, él realmente apreciaba cada vida sobre la tierra y odiaba tener que asesinar, e incluso cuando se veía obligado a ello, se aseguraba de que fuera una muerte rápida e indolora, lo más "pacífica" dentro de los estándares shinobis.

Uchiha Shisui, a diferencia de su severo líder del clan, jamás podría trabajar cómodamente en el departamento de interrogación y tortura. Detestaba tener que infligir un dolor innecesario a otras personas, incluso si eran sus enemigos.

O al menos, así era antes de su regresión.

Tal vez sea la rumoreada maldición del odio dentro de su clan o tal vez la bendición del dios Susanoo les dio a los Uchiha por ser los hijos de su hermana se corrompió cuando se peleó con Amaterasu, incluso podría ser vanamente que la bendición de poder de Susano terminaba otorgando ciertos rasgos de agresión del propio Dios, pero no importaba el hecho de lo que sea, la verdad sea dicha y Shisui ciertamente sentía como sus impulsos violentos despertaban después de un largo, largo sueño.

Y él no sabía cómo apagarlos.

-tampoco es como si le importara-.

Para Shisui, estar con Elise era como un bálsamo para sus heridas. Ella podía calmarlo, ayudarlo y hacerlo feliz de una manera que nunca creyó posible, incluso en esta nueva vida, él seguía descubriendo más y más de ella que solo lo hacían caer aun más profundo dentro de su amor por ella.

Shisui, durante toda su vida, a sido una persona comprensiva, amable y devota que jamás se negaría a ayudar a alguien cuando lo necesitase y muchas veces pensaría más en otros que en sí mismo.

Y ahora, cuando tiene a alguien a quien ama con pasión y se aferra a ella casi con desesperación, no puede tolerar la idea de que alguien intentase siquiera dañar a su ser amado.

Su cabeza siempre serena con pensamientos pacifistas se nubla como una noche sin luna y en su interior se enciende como una llama furiosa una rabia feroz que amenaza con consumirlo todo, su odio saca sus feas garras y hunde sus afilados dientes ante el más mínimo indicio de daño hacia su amada como una bestia enjaulada que reclama su escaso territorio con recelo.

Apenas se puede controlar en presencia de su dulce Elise, las emociones embotelladas que todo Uchiha comprime una y otra vez están en punto de Ebullición y él no puede ni quiere hacer nada con ello siempre y cuando no puedan perjudicar o lastimar a su Elise.

Matar no era divertido, no era algo de lo que alegrarse y mucho menos de lo que estar orgulloso.

La tortura, aunque útil en contextos de guerra y de recopilación de información por el bien de la aldea, era un acto despreciable y abominable, algo que le causaba severas nauseas al punto de que la mayoría de las veces daría media vuelta y se iría si hubiera una situación de tortura en la cual no pudiera intervenir para rescatar a la persona lastimada.

Y nada de lo que pensaba o decía con anterioridad podría estar más lejos de la sonrisa depredadora que tenía mientras miraba retorcerse de dolor a ese maldito mocoso de catorce años atrapado bajo su genjutsu. Su estado era vertiginoso, casi extasiado mientras una sonrisa llena de dientes y ojos tan rojos como la sangre brillaba en su rostro.

Shisui miraba al pobre bastardo que se atrevió a golpear, insultar y denigrar a Elise con una mirada de morbosa excitación mientras sus ojos rojos producían chakra inyectándolo en el pobre chico que seguía con esa horrible pesadilla en donde era brutalmente asesinado una y otra vez.

Shisui se estaba divirtiendo.

No había placer más grande que su diversión sádica mientras miraba al pobre mocoso temblando en el suelo, cubierto de sudor frío, con su piel tan pálida que casi se le veían las venas mientras jadeaba con dificultad.

Ni siquiera lo había tocado.

Relamiéndose los labios resecos, la sonrisa de Shisui no menguó ni siquiera cuando el chico se orinó encima en su estado febril.

Su genjutsu, en el mejor de los casos era exquisito.

—Tks... maldita basura —murmuró Shisui mientras se acercaba hacia la lamentable figura tendida en el suelo—. Tienes suerte de que mi naturaleza sea rayo —con un ligero chasquido, los dedos de Shisui brillaron de un ominoso azul antes de que la descarga eléctrica cayera sobre el cuerpo inerte en el suelo.

El corazón volvió a latir.

—Como si la muerte te fuera a librar de mi —se burló Shisui mientras se sentaba en la esquina de la cama y miraba con diversión al joven volver a retorcerse, gemir, sollozar y soltar gritos estrangulados.

Realmente se parecía a un cerdo.

Jun no paraba de llorar de desesperación mientras sentía su cuerpo ser destrozado por las ramas secas de los árboles, su respiración agitada era testigo de cuanto había corrido por este laberinto sin fin aparente mientras escapaba del demonio que se cernía por sobre él.

Él ni siquiera podía verlo, no sabía quién era, qué era o qué clase de monstruo lo acechaba, solo tenía tanto miedo.

Siempre aparecía en sus sueños, primero era un niño pequeño, uno al cual apartaría groseramente por meterse en su camino y empezaría a regañar con saña.

El niño empezaría a llorar, su llanto se haría más y más fuerte hasta el punto en que se volvería irritante y sus palabras no llegarían al niño, por lo que lo golpearía para callarlo, pero luego del quinto golpe, el niño agarraría su mano mientras las lágrimas saladas se volverían un liquido negro y espeso a la vez que sus ojos serían completamente negros.

El niño sonreiría, soltaría una pequeña risita mientras el líquido negro corría por su nariz y sus dientes blancos como perlas se verían manchados por ese liquido negro que empezaría a brotar de sus encías hasta que su boca es negra.

Sus ojos y boca eran tan negros que parecían absorber la luz y anularla, ni siquiera podría diferenciar la lengua o los dientes de su boca, no había nada más que un espeso rio negro que lo horrorizaría hasta los huesos.

Obviamente, como cualquier persona normal, Jun intentaba soltarse del agarre de ese crio, pero la pequeña mierdecilla aterradora apretaría más y más su muñeca.

Y luego empezaría a suceder algo aún más aterrador.

El niño apretaría lentamente hasta que su muñeca se rompería, pero no contento con ello, continuaría magullando su muñeca herida, apretando cada vez más fuerte hasta que el agarre sería tan aplastante que le quitaría la muñeca al haber convertido sus huesos en polvo y su carne en nada más que un elástico hilo de pulpa sangrienta.

Y Jun sentiría todo ese agonizante dolor mientras el niño soltaba algunas risitas divertidas aquí y allá.

Entonces una hermosa mujer lo miraría con preocupación, sus ojos celestes brillarían con tanta pureza que él sentía que veía a un ángel salvador y el entorno que lentamente se había ido distorsionando a uno brutalmente grotesco, se calmaría. La mujer era muy guapa, amablemente intentaría curar sus heridas mientras el niño se aferra a su vestido como si fuera su madre o su hermana.

No sabría si fue por alivio o enojo, pero Jun coqueteó con la mujer y en algún momento la agredió porque empezó a ser una perra muy engreída que lo rechazaría constantemente una y otra vez, intentando huir de él cada vez más obviamente, negándose a asumir la responsabilidad por haberlo cuidado y ayudado con ese niño monstruoso al cual resguardaría detrás de su exquisito y sensual cuerpo para luego voltear a mirar a ese niño demoníaco con amor poco escondido.

Atacar a esa mujer no fue el movimiento más inteligente de su parte, no cuando el niño aterrador seguía rondando cerca y apenas la delicada mujer con aspecto angelical se desmayó por el susto de su brusquedad y agresividad, el niño cambiaría a ser un hombre adulto que lo miraría con ojos rojos.

Y luego su brazo, con el que tocaba a la mujer, se retorcería en un ángulo extraño con cada parte de sus huesos en lugares en donde no deberían estar.

El hombre sostendría suavemente a la mujer que él dejó caer y la cargaría con amor y delicadeza, dándole un dulce beso en la frente y alejándose de él tranquilamente como si no acabase de retorcerle el puto brazo. Su espalda era ancha, cubría casi a la totalidad a la pequeña mujer de cabello rosado y ojos celestes que yacía desmayada en sus brazos.

En su espalda se encontraba un tanto, una espada corta que usualmente usan los ninjas y, ante ese pensamiento, Jun desviaría su mirada hacia las piernas del extraño en donde encontraría un set de armas típicas de ninjas y esos ridículos zapatos que todos los ninjas por defecto utilizaban.

Él empezaría a sudar frio ante la escena, pero estaba más preocupado por desangrarse en mitad de un lugar retorcido.

Luego el hombre regresaría, pero no tenía rostro ni expresión aparte de esos aterradores ojos carmesíes que brillaban con crueldad. No había boca, nariz, ni rasgos, solo absoluta oscuridad a excepción de esos ojos abiertos ampliamente mientras sacaba el tanto de su espalda y le cortaba limpiamente el brazo retorcido.

—Diez...

El hombre empezaría a contar y se acercaría a él.

—Nueve...

Continuaría y Jun estaría retorciéndose de dolor agonizante mientras apretaba el hueco en donde debería estar su brazo derecho.

—Ocho...

Una horda de Kunais fue lanzada en su dirección y se clavaron en sus muslos.

—Siete...

Mientras yacía inutilizado por la agonía provocada por un dolor que nunca había experimentado en su vida...

—Seis...

El hombre aterrador continuaría su marcha lentamente hacia él, sus ojos se curvarían ligeramente y Jun, en su estado paniqueado, pensaría que casi se está divirtiendo con su sufrimiento.

—Cinco...

De alguna manera, varios hilos emergieron del suelo atrapándolo, su pie izquierdo fue destrozado por esos hilos metálicos, cortando su carne y huesos como si fueran mantequilla y el hilo un cuchillo caliente.

—Cuatro...

El hombre estaba tan cerca, los hilos empezaron a cortar desde sus pies hasta sus rodillas lentamente.

—Tres...

Su brazo restante, con el que intentaba detener el sangrado de su brazo amputado estallaría en llamas negras que causarían dolor

—Dos...

Mirando su brazo arder y siendo ahora básicamente un discapacitado, asombrado por su capacidad de seguir consciente durante toda esta tortura.

—Uno.

Su cabeza voló y miró su cuerpo se comido por cuervos.

Estaba consiente incluso cuando era solo una cabeza y no fue hasta que los cuervos terminaron de comer su cuerpo y empezaron a comer su cabeza consciente, que él despertó.

Y entonces vio a un niño, el niño estaba llorando.

¿Por qué se le hacía tan familiar?

Pero era molesto, era demasiado irritante escuchar sus sollozos y tenia que callarlo de alguna manera.

Mientras miraba a la hermosa dama angelical, no entendía porque la escena le parecía tan familiar.

El alto hombre de ojos rojos nuevamente se cernía sobre él, Jun no sabía quien era, pero sentía un pavor profundo y cuando empezó a contar, Jun corrió con todas sus fuerzas.

Pasaron diez segundos y el hombre lo atrapó fácilmente, derribándolo contra el suelo y cortando lentamente cada dedo de sus manos, esperando a que su dolor se calmase un poco antes de seguir con el siguiente. Sus armas estaban al rojo vivo, por lo que no tenía que preocuparse de desangrarse porque las heridas se cauterizaban en el momento en que se hacían.

Pero era tan doloroso el chocar del viento contra sus recientes ampollas.

Como si no fueran suficiente los dedos de sus manos, los siguientes fueron los dedos de sus pies.

Sorprendido de estar consciente con tanto dolor, Jun observó con horror como se formaba una sonrisa blanca espeluznante en conjunto con esos ojos demoníacos. Su piel lentamente empezó a ser arrancada.

Y él no podía desmayarse, solo sentir esa agonía sin fin mientras su corazón latía apresuradamente contra su caja torácica.

El hombre parecía tararear algo, una canción que se le hacía algo conocida, pero no podía ubicar en donde.

Una vez despellejado vivo, con los músculos al aire, nuevamente sorprendido de no haberse desangrado, él fue lanzado a una especie de caja-cubo repleta de sal.

La agonía y el dolor no podía describirse con palabras, sus ojos sangraban y ni siquiera tenía parpados como para cerrar sus ojos, por lo que todo, absolutamente todo dolía haciéndolo más que miserable.

El hombre lo llenó de sal como si fuera una especie de carne para asar o algo y cuando lo sacó del cubo de sal, sin darle un descanso todavía, ese hombre demoníaco empezó a tirar de sus músculos secos, pero aun sensibles y tiró como si fuesen una especie de cuerda gigante que tenía la necesidad de sacar de su cuerpo.

No sabe en qué momento perdió la conciencia, pero cuando lo hizo, estaba nuevamente en una plaza y un niño lloraba.

No fue hasta que empezó a recordar como murió durante más de veinte veces siendo torturado que él escapó de inmediato cuando vio a la mujer.

Al parecer no fue la respuesta correcta, ella lloró y su tortura fue incluso aun mayor y esta vez, sus recuerdos continuaban, pero él no controlaba su cuerpo.

Pasaron... ¿Cien? ¿Doscientas...? Muertes antes de que volviera a tener control de su cuerpo y la pesadilla volviera al inicio.

Y ahí se encontraba él, huyendo cobardemente mientras el hombre demonio lo seguía lentamente contando una y otra vez como disco rayado.

Cualquier interacción con la mujer estaba prohibida porque el niño se volvería un hombre demonio.

Si la hacía llorar, sería peor para él.

No podía hablar.

No podía acercarse.

Ni siquiera podía respirar el mismo aire que esa mujer sin que el niño-hombre-demonio enloqueciera completamente y lo asesinase de formas brutales.

Jun no podía entenderlo, ¿Por qué él? ¿Qué hizo para merecerlo?

Cuando despertó, ¡Realmente despertó! Jun no quería volver a dormir nunca más.

Durante tres días consecutivos, había tenido horribles sueños en donde sentía cada gramo de dolor en su sueño.

Ni siquiera podía hablar, ni mucho menos controlar su cuerpo.

No sabía que había provocado esta desgracia en él, siempre veía a una mujer de cabello rosado que parecía un dulce ángel que era custodiada por ese demonio de ojos rojos.

Nunca recordaba nada de los sueños, solo el dolor sórdido y el miedo que calaba su alma, esos ojos rojos aterradores y la dulce sonrisa de la mujer con cabello rosado lo perseguirían hasta el día de su muerte.

________________________

Recuerden~ como es una historia YANDERE y puse advertencias al inicio de la historia, quiero que vuelvan a leer las etiquetas si estos temas oscuros les generan incomodidad o disgustan. Está historia no será "leve" como mi otra historia yandere ["Room[Yandere Trafalgar Law]"

Esta historia contiene escenas de tortura gráficas y explícitas, también pensamientos machistas, misoginos, crueles, una inestabilidad mental notable, pensamientos sobre violación y cría, embarazo forzado, asesinato, tortura, etc.

En algún punto de la historia, incluso podría agregarse una masacre [no del clan Uchiha especificamente, aún no está muy planificado, pero es posible el clan Uchiha y una aldea entera caigan a manos de la locura de Shisui debido a que se siente amenazado con que podrían separarlo de Elise o, respectivamente, dañarla. Ni hablar del poder absoluto que poseen los Kaneko económicamente que no están debajo de hundir un país por su querida miembro menor]

Hasta el momento, la historia a sido fluff y confortable, pero desde este capítulo TODO empezará a a ir cuesta abajo en cuestión de mentalidad yandere

Están debidamente advertidos, al principio, en el capítulo anterior, ahora y en los próximos capitulos

Se despide atentamente~

El títere de Shisui

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