MI ÚLTIMO DESEO

By Santyp_12

2.9K 530 57

Alison Méndez, una joven de 18 años de edad, un día decide ir al doctor por recomendación de su madre por alg... More

Dedicatoria
Carta del autor
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16 (1/2). Recordar muchas veces es doloroso.
Capítulo 16 (2/2).
Capítulo 17. Una propuesta que ya tenia respuesta.
Capitulo 18. Primer Deseo.
Capitulo 19. Segundo Deseo.
Capítulo 20. Proceso
Capítulo 21. Tercer deseo.
Capítulo 22. Cuarto Deseo.
Capítulo 23. Quinto deseo.
Capítulo 24. Deseo seis.
Capítulo 27. Deseo siete.
Capítulo 28. Deseo ocho.
Capítulo 29. Noveno deseo.
Capítulo 31. Deseo once.
Capítulo 32. Deseo doce.
Capítulo 33. Deseo trece y catorce.
Capítulo 34. Último deseo.
Capítulo 35. Complicaciones.
Capítulo final. La vida puede ser efímera...
Epílogo.

Capítulo 30. Décimo deseo.

44 7 0
By Santyp_12


Deseo diez: "Una aventura sobre ruedas".

Trecientos cuatro días con el tratamiento contra la leucemia.

Alison.

Décimo mes de tratamiento contra la leucemia, en donde en vez de tener una mano que me apoyara recibí tres y eso me hizo sentir como si nada de esto estuviera pasando.

Ese día que llegamos a la habitación de hotel después de una tarde mágica gracias a mi enfermero de ojos azules William, terminó de hacerla perfecta con la sorpresa que me tenía preparada.

Ver a mis padres parados apenas entré, hizo que mi corazón se detuviera por un segundo sin poder creer que fuera verdad tenerlos aquí conmigo. Era algo que lo veía imposible, hasta que sucedió. De solo recordarlo, las lágrimas amenazaban por salir y esta vez no de tristeza sino de felicidad.

**//**

Unos minutos después de haber estado abrazada de los seres que más quiero, me separo para limpiar las lágrimas que están cayendo por mis mejillas.

—Mi niña hermosa no sabes cuanto te extrañe y llore por tu ausencia —dice mamá sobándome la espalda.

—Yo también, pensé que nunca iba a tenerlos junto a mí.

—Te prometimos que apenas logramos organizar todo, vendríamos acompañarte, se que nos demoramos un poco, pero aquí estamos para ti cariño.

Habla mi padre volviendo a llevarme contra su pecho y mamá uniéndose.

—Los extrañé mucho.

—Nosotros a ti.

En ese instante, mientras me lleno de sus fragancias y sintiéndome cálida al sentirme completa, una duda llega a mi mente, poniéndome un poco nerviosa así que me separo de ellos con brusquedad y quedan sin entender qué sucedió.

—¿Qué pasa Alison?

Pregunta el hombre que tengo al frente alzando una ceja,

—Si, cariño que te ocurre—secunda la rubia.

—Quiero que me contesten con la verdad —digo de antemano, se miran extrañados, pero asiente con la cabeza —¿se quedarán solo el fin de semana?

Los dos giraron a verse el uno al otro sin decir nada, y eso me puso más nerviosa de lo que ya estaba, porque si no más iba a venir por dos días, lo mejor hubiera sido que no se limitaran a pisar este lugar. Me harían un daño que no veía llegar, más cuando logre adaptarse y entender su lejanía. Sus miradas no expresaban nada y por fin mi madre habló.

—Nos quedaremos aquí hasta que finalices el tratamiento.

Aseguró los dos sonriendo, logrando que yo también lo hiciera, por dar una de las mejores noticias que he podido recibir.

Sin dudarlo de nuevo, me pego a ellos llenándome de esas energías al abrazarlos con tanta emoción y sentimiento, como lo había esperado desde el día que me dejaron aquí y tuvieron que irse para volver sus vidas sin mí.

No quiero decir que no haya tenido abrazos reconfortantes y llenos de energía porque los de Will son unos que me dan esa paz y confianza que no habrá día que no necesite. Pero siempre será diferente un abrazo de pareja por amor y otro es el familiar que te da esa pieza que faltaba para seguir con mente en alto y positiva.

Ahora más que nunca estoy emocionada, por esto, saber que estarán conmigo en todo los momentos duros y también satisfactorios, que un mes más superé la etapa de mi tratamiento será maravilloso.

Mientras estoy reviendo cariño de las personas que más amo, recuerdo que mi novio quedó en la puerta. Me separo de mis padres y giro mi cabeza para encontrarme con mi ángel recostado en la columna con los brazos cruzados y una sonrisa débil y apenas conecto mi mirada con la de él. Puedo notar como sus ojos se encuentran cristalizados y intuyó el porqué.

No lo pienso más y me acercó donde él, quedando al frente de William.

—¿Qué haces aquí parado solo?, ¿pensabas quedarte ahí toda la noche? —pregunto.

La conexión que he construido con este hombre es tan grande que puedo sentir su dolor, desde lejos, logrando que yo también me aflija, porque han pasado nueve meses, en donde él ha sido mi mayor compañía y me ha mostrado un mundo que nunca creí ver. William es el hombre que amo y me enseñó ese sentimiento, somos dos piezas que se unen y si una está dañada es como si el otro también lo estuviera, eso lo comprobé por la forma en la que se pone cuando estoy sufriendo, lo siente y quisiera siempre verme mejor. Y ahora soy yo la que quiere que no tenga esa cara, de felicidad por mí y mezclada con tristeza de él, al recordar a su madre.

Sé que mis padres son esas piezas de rompecabezas, pero ahora el enfermero de ojos azules, también se volvió una.

—No quería incomodar, su momento.

Contesta alzando los hombros y se ve tan tierno y apagado. Lo segundo son de las cosas que menos me gustan, Will siempre me ha mostrado esa parte de alegría y positivismo que verlo de esta forma, me rompe por dentro.

—William, tu nunca me incomodarías y lo sabes muy bien, no digas bobadas que me harás enojar.

Le aclaro, pasando mi mano por su mejilla que está cálida y él dándome una sonrisa triste.

—Lo se, me descubriste, se siente un poco doloroso, ver que yo nunca pude tener una familia tan unida y que me diera cariño —confiesa con la voz apagada.

Aquí se encuentra el Will que sabe la manera de lograr que sus palabras entren en mí, y esta vez no fueron de ánimo, sino, demostrarme que él sufre y también llorar como todos y trata de hacerme feliz a mí, para el estarlo y duele mucho, esto sobrepasa cada una de las cosas dolorosas que he vivido. Ver como el hombre que solo te demuestra alegría y emoción por la vida, apagado, es inexplicable y triste.

Tomo su cara entre mis pequeñas manos.

—Mírame —le ordenó y subió su mirada, que me quema más al ver esos iris azules cristalizados —. Me tienes a mí y a mis padres, porque sé que te recibirán como un miembro más de esta familia. Mi ángel, tú una vez tu me dijiste, lo que sientes lo siento, ahora te lo repito yo a ti, recuerda que nos volvimos uno solo, acuérdate, por favor te pido que cambies esa cara que me esta doliendo ver.

Sonríe posando sus manos encima de la mía.

—¿Te he dicho que eres mi luz?.

Asiento con la cabeza.

—Muchas veces, como también que tu mi ángel —le recuerdo.

En un parpadeo pega su frente con la mía.

—Gracias Alison, gracias por ser esa persona que me sacó de la oscuridad, por ser aquella mujer que cada día me da un motivo más para vivir y me demuestra que con la persona correcta todo puede ser lo mejor del mundo y bonito. Te juro que todo saldrá bien y contaremos una historia de amor que muchos querrán tener, porque estoy más que seguro que este sentimiento que cada día crece más por ti, y que se ha construido conociéndote en todas tus facetas, triste, enojada, sonriente, feliz, con dolor, y las que existan. me han demostrado y reiterado que el amor que siento por ti nunca acabará. Tu Alison Méndez, eres la mujer que amo y quiero para el resto de mi vida. Por eso te juro que de está vas a salir victoriosa como te lo he repetido una y otra vez

Asegura y no puedo evitar retener las lágrimas y comienzan a bajar por mis mejillas. Lo he dicho muchas veces, pero nunca me cansaré de repetirlo. Cada una de las palabras que salen de la boca del enfermero son una flecha que logra ser clavada dentro de mi corazón.

—Te amo William Cortés.

Eso es lo único que digo y sé que no se necesita más para que sepan todo lo que me hace sentir.

—Te juro que yo lo hago más.

Pega sus labios contra los míos en un beso que no es apasionado, sino más bien sentimental, que me reitera este sentimiento que tenemos el uno por el otro. El beso se alarga más de lo normal hasta que alguien carraspea tras de nosotros haciendo que nos separemos

Apenas giró mi cara, me encuentro con mi padre, de manos cruzadas con una ceja alzada modo autoridad y mi madre con una sonrisa que deja relucir todos sus dientes.

Se me había olvidado que están aquí hace un momento.

—¿Me puedes explicar esto Alison? —pregunta mi padre serio. Posando su mirada en el hombre que está a mi lado, que se puso de mil colores, quien no lo haría con un hombre como mi papá, que cuando pone esa cara de amargado y enojado, parece que fuera a cazar una presa y su físico no es que quite, algo de miedo. Ya que tiene un cuerpo trabajado, por eso de niña lo llamaba mi abogado sexy —. Te hice una pregunta jovencita —comienza a caminar hasta quedar al frente del enfermero y yo, que estamos tomados de la mano —. ¿Ahora les comieron las lenguas los ratos?

Ninguno dice nada por un momento.

—Señor Méndez, primero que todo quisiera saludarlo.

Habla Will con formalidad y nerviosismo ofreciendo su mano donde, mi padre la recibe como si no quisiera, le da un jalón y la suelta rápido.

No me agrada, la forma en la que se está portando, mi papá. Lo último que necesito es que no vayan a aceptar mi relación con el enfermero, que conociendo a mi padre, y lo posesivo que es cuando se trata de mamá y yo no lo vería nada raro.

—Segundo señor Mendes que...

La frase queda en la mitad cuando mi padre alza la mano y Will calla.

—Mira jovencito, comencemos a quitarme el señor que no me he matado años en el gimnasio para que a mis cuarenta y cinco me digan viejo, así que limitemos esas palabras. Solo llámame Jorge. y ahora dime tu por...

Antes de que pueda hablar o decir algo más, mi madre se adelantó llegando a su lado.

—Jorge, deja tu drama —dice mi mamá y nos sonríe.

—Mujer, quería jugar un rato —refuta papá.

—Pues eso ya se acabó.

Como siempre le hace caso, no pelea más.

—Bueno, está bien —dice modo niño regañado, para mejorar su expresión y darnos una sonrisa —. Ya dejando la broma atrás, relajen sus rostros que se ven muy chistosos. Hubiera tomado una foto de recuerdo.

—¿Ahora eres bipolar?, y no me entere papá.

—Algo así cariño.

Responde mi madre por él y se pone serio para llevar su atención a mi novio.

—Como sea, solo quiero decirles que los apoyó, y que además hace meses atrás me enteré de que tenía una relación y si se preguntan cómo, les informo que las expresiones y la forma habla Alison de ti William, encaje que no era de solo enfermero y paciente —posa su mano en el hombro de mi novio —. Y quiero decirte, gracias por cuidar mi tesoro, tienen mi bendición y permiso para su relación, pero eso sí, si veo llorando por tu culpa a Alison, no vivirás.

Termina con la amenaza y no podía ser él si no lo hacía.

Que diga eso me da una paz por dentro enorme, Que se vayan a llevar bien. Por un momento si llegue a pensar que papá se enojaría y no le gustaría la idea, pero veo que me equivoque.

Deducir que todo lo que vendrá para mí es alegría y sintiendo esta motivación por tener a las personas que más amo a mi lado, es algo que no sé explicar. Pareciera que mis ángeles me hubieran escuchado y dándose cuenta de que yo no hice nada malo. Y me están recompensando por ello.

—Gracias, Señor... —se detiene cuando mi padre le manda una mirada de mejor calla —Jorge —corrige y no puedo evitar reír bajito —. Para mí Alison, se ha vuelto mi todo en estos meses que hemos estado juntos y nunca me atrevería a lastimarla.

De eso no tengo ninguna duda y me lo ha demostrado.

—Eso espero, soldado advertido, no muere en guerra.

Avisa mi padre, mamá y yo negamos con la cabeza.

—No le hagas caso a este cavernícola hijo —dice la rubia posando al lado de Will —. Ya eres parte de esta familia y no dudes en pedir algo cuando lo necesites, escuchamos esa pequeña conversación que tuvieron tu y Alison y aquí estaremos para todo. Desde que decidiste cuidar a nuestra pequeña te volviste parte de este hermoso núcleo, gracias de nuevo, y si necesitas una madre de mentiras, aquí estaré yo para dártela.

Termina de decir radiando felicidad la rubia como siempre tratándose de ella.

—Gracias. Señora Méndez —. Responde con duda Will por lo de mi padre hace un momento.

—A mí puedes llamarme Melissa, pero mejor Meli, se oye más bonito.

—Bueno, gracias Meli por esta bienvenida a su familia.

Dice el enfermero y se me hace tan tierno. Mi madre, como no puede evitarlo, no dude más y lo toma en sus brazos, no tengo que ser adivina para saber lo bien que le hizo eso a mi enfermero. Sé que necesitaba un abrazo de una mujer de hogar y que es madre. Y que sea la mía la que se lo da es muy bonito. No me doy cuenta a qué horas llega mi padre a mi lado.

—Creo que te van a destronar.

Me susurra papá y se a que se refiere cuando mi mamá comienza a decirle algo a Will, dejándonos a nosotros de lado.

—No me importa, él lo necesita —también hablo bajito.

—Entonces, dame tu un abrazo a mi cariño —me pide, sonrió pasando mis manos por su espalda y él me recibe en su pecho acariciando mi cabello —. Te hemos extrañado mucho, no me vuelvas a dejarme solo, porque no podría soportarlo.

Ojalá pudiera jurar aquello.

—Lo prometo —contestó cruzando mis dedos.

—Bueno, ya mucho amor por el momento, tengo hambre, ¿podemos salir a un lugar cercano, claro, si no te sientes cansada, Alison —propone mamá.

Hoy es su día de suerte porque no lo estoy. Creo que la adrenalina de todo lo vivido, puso a un lado mi estado real. Aquí es donde reiteró que estar con los seres que más amas es una ayuda para todo este proceso, porque de alguna o otra forma ellos logran que me olvide de mi estado por un rato.

—Me siento bien, solo un poco débil, pero no cansada, así que si vamos lento sería perfecto.

—¿Segura?

Me mira con duda.

—Si.

—Yo conozco un lugar muy bonito y cerca podemos ir allí, yo invito —propone Will.

Mis padres no demoran ni un segundo en negar con la cabeza, a veces quisiera entender como parecen un clon en los gestos.

—Aceptamos la recomendación, pero nosotros pagaremos en una próxima nos invitas, y no permitimos refutes, así que mejor, vamos antes que se haga más tarde —ordenó papa.

Nadie más alega nada, solo salimos del cuarto de habitación para ir a cenar y pasar una noche de lo más agradable que me hizo la mujer más feliz del mundo. Pidiéndole a mis ángeles, que esto no sea pasajero, si no, duradero o hasta para siempre.

**//**

Esa noche  ha sido una de las mejores que he tenido, más cuando ha sido uno de los mejores meses que he tenido en París. Mis padres me han acompañado en todas mis sensaciones, hemos salido algunos lugares de la ciudad que cada vez me enamoro más, y ahora viviremos en una casa que había rentado para nuestra estadía aquí, que ya mis padres tenían listo.

Todo ha sido genial. Lo único malo es que ahora que Will no está mucho tiempo conmigo, solo cuando termina su turno en el hospital. Ya que como mis papás llegaron, mi enfermero personalizado o privado, ya no lo necesitaba, así que volvió a su puesto normal. Pero hay que recalcar que sin importar eso, él sigue atento a mí. Además, siempre es el que me suministra el medicamento y así que está presente en el hospital y mi estado de salud, y cuando estamos fuera de aquí se la pasa todo el día con nosotros feliz, verlo de esa forma también logra que la alegría viva en mí.

Ahora nos encontramos con mis primogénitos sentados esperando a Ariana para que nos de los resultados de estos meses con la terapia dirigida. Por primera vez desde que llegué a este lugar no me siento nerviosa. Pienso que es por la compañía y además porque ya entendí que si no funciona con esta etapa iré a la otra, pero no me rendiré, solo tengo un objetivo y es ganarle a la Leucemia.

—Cariño, todo estará bien —me anima mamá.

—Sé que será así.

Confirmó segura.

—¿Dónde está William?, no lo he visto estos últimos dos días —pregunta mi padre.

La relación en tan poco tiempo entre ellos dos, se ha vuelto muy buena.

—Ha tenido mucho trabajo, pero hoy quedamos de vernos y saldremos un rato —respondo.

Mis padres todavía no saben nada de los deseos y no veo la necesidad de que lo sepa, me agrada tener este secreto que mi enfermero de ojos azules es más emocionante todo, me gusta vivir estas experiencias con él y por nada del mundo las quiero cambiar.

—Qué bueno, ¿Y a dónde saldrán?

Ya se puso de modo vigilante mi padre.

—No lo sé, Will siempre me lleva a un lugar sorpresa, no sé cuál será este.

—Qué bonito es William, desde el primer día que lo conocí me agrada mucho.

Comenta la rubia que tiene una de mis manos entre las suyas.

—Si él es un ángel que me ha ayudado desde que llegué aquí y nunca podré terminar de agradecerle, por no dejar que me derrumbara cuando sentía que no podía más.

—Dilo sin que se te note que destilas amor por el hombre.

Habla con sarcasmo mi padre y ríe bajito.

—Jorge, no moleste a la niña —lo regaña mi madre cuando ve que mis mejillas se pusieron rojas.

—Solo bromeó mujer —me acerca para abrazarme —. William se ha vuelto uno más de nosotros y me hace feliz en estos momentos que más lo necesita mi niña, lo pone en un altar —aclara.

—Gracias por recibirlo de una manera linda, él está solo desde que su madre murió y pues su tío se encuentra en otra ciudad.

—No hay nada que agradecer cuando él se ha ganado ese lugar Alison, ese joven solo destila amor y felicidad como no lo vamos a querer —habla mamá.

—Los amo mucho —les recuerdo.

—Nosotros a ti —dicen al unísono y me da el abrazo que había extrañado por meses que ahora me lo dan seguido.

La puerta se abre dando paso a Ariana y el nerviosismo por más que trate de llevarlo a otro lado vuelve, por más segura que me encuentre, ese vacío que se hace por dentro, apenas me van a dar noticias sobre mi estado de salud, se agranda. Aquí es donde quisiera tener esas otras dos manos que me dan fuerzas para estos momentos. La doctora se sienta al frente de nosotros.

—Buenas tardes —saluda acomodándose en el asiento.

—Buenas tardes —devuelven el saludo mis padres.

—Hola Ari —digo yo y me sonríe.

—Hoy leeré todo el diagnóstico de tu proceso Alison, para que tus padres estén más familiarizados con tu estado de salud—habla Ariana poniéndose las gafas y abriendo la carpeta que traía —. Alison Méndez, paciente de dieciocho años con leucemia aguda en estado crítico. Tratamiento diez meses, con bajas y altas, síntomas más comunes, vómito, diarrea, mareos, sangrado, pérdida del cabello, moretones, cansancio y debilidad. Último reporte, no trajo los resultados deseados. Así que se hizo el cambio de tratamiento para mayor evolución.

Comienza a leer el diagnóstico de mi proceso, mis padres ponen sus manos encima de la mía. Ariana sigue pasando su vista por la hoja que tiene y leyendo, mientras explica unas radiografías y otros exámenes que me hicieron, el tiempo pasa y yo me pongo peor con cada segundo. Sigue hablando hasta que llega a donde estaba esperando.

—Mes diez del tratamiento, resultados de los exámenes valorados —lo lee en silencio, apenas termina, se quita las gafas, las deja en la mesa, cruza sus manos en esta y me da una sonrisa —. Treinta por ciento de las células cancerígenas han sido retiradas con éxito, queriendo decir que el tratamiento de terapia dirigida está haciendo su trabajo a la perfección —comenta dándome una sonrisa y puedo sentir como mi tiempo se paró.

No creo que sea necesario explicar la sensación que estoy sintiendo en este momento, saber que todo es sufrimiento y dolor que has vivido está dando frutos, es la mejor sensación del maldito mundo, eso me acaba de demostrar que estoy tomando la decisión correcta y que todo está yendo por buen camino. Las lágrimas comienzan a bajar por mis mejillas y no me importa que salgan porque estás, son de felicidad por la guerra que he estado atravesando y no me he dejado vencer.

Cada una de las palabras de fuerza que me da Will llegan a mi cabeza, dándole de nuevo la razón a él, soy fuerte y esto no va a poder conmigo, ya hicimos un gran avance, debemos seguir con ello, hasta lograr ganar, porque lo he venido diciendo ya no voy a perder. Solo deseo vencer la leucemia para vivir todo lo que quiero con las personas que necesito, y tener por mucho tiempo a mi lado el enfermero que tiene mi corazón.

—Cariño, lo ves, sabíamos que ibas a poder contra todo.

Dice mi madre con la voz entrecortada, dándome besos en la mano repetidas veces.

—Mi niña, esto me pone más feliz que nunca.

Mi padre me tiene abrazada.

—Si está valiendo la pena —confieso.

Un rato más tarde, cuando ya nos recuperamos los tres de la gran noticia que nos dieron. Pones atención a lo que dice Ariana.

—Si el tratamiento está funcionando bien, pero no podemos cantar victoria, de igual forma todo se encuentra yendo por buen camino. De una vez quiero decirte Alison, que la debilidad que sentirás desde ahora será más grande, tu cuerpo cada vez es más débil y el proceso del medicamento suministrado debe ser más duro desde el próximo mes.

Me avisa y me da susto, pero ya entendí que estoy preparada para todo.

—Entiendo, así que no te preocupes Ari —comento y asiento con la cabeza.

—Ahora, puedes irte que tu príncipe azul te está esperando abajo, no hay nada más que decirte por hoy, yo me quedaré con tus padres mirando unas cosas —me informa y la felicidad se vuelve amor.

—¿Se encuentra abajo?

—Sí, corre y no preguntes.

Giro a ver a mis padres y ambos tienen una sonrisa enganchada.

—No oíste que te está esperando, nosotros estaremos un rato más aquí —me afana mamá.

—Hazlo antes de que me arrepienta —avisa mi padre y sonríe un poco.

No lo pienso más, les doy un beso en la mejilla, me despido de Ari y salgo corriendo del consultorio, paso todo el hospital lo más rápido que puedo llegando hasta la entrada de este. Más me demoro en traspasar la puerta que encontrarme con el enfermero.

Está parado recostado en una moto, que lo hace ver muy bien, apenas me ve me sonríe y se viene hasta mi lugar y yo avanzo igual. Una vez nos encontramos me recibe entre sus brazos alzando mientras me abraza.

—Todo está saliendo bien —digo contra su pecho con una sonrisa.

—Te lo he dicho una y mil veces y lo repetiré, eres fuerte y saldrás de esta, para tomar mis manos siempre mi luz —se separa y me mira fijamente.

—Muchas cosas te la debo a ti mi ángel.

—No comencemos Ali, solo es mérito tuyo y punto —me regaña y siento con la cabeza.

Pegar sus labios con los míos es un beso apasionado que me fascina.

—Eres la mujer más hermosa de la tierra —dice con la frente pegada a la mía.

—Y afortunada por tenerte a mi lado —aseguro y sonríe para volverme a dar otro beso.

Amo a William Cortés y eso no tengo ninguna duda, han sido diez meses en donde el amor ha prevalecido y ha crecido en esta historia de el yo de una manera poco común, pero que vale la pena en todos los sentidos, el enfermero es un hombre maravilloso. No hay día que no me convenza que él es el único que quiero en mi vida.

—¿Ahora estás preparada para tu nuevo deseo?

Pregunta un momento después de dejar de besarme y ponerme en el piso.

—Si —contestó con emoción.

—Supongo que ya debes saber de qué trata —se aparta para señalarme la moto y asiento con la cabeza.

Lo pienso un minuto a ver si no me equivoco, pero estoy en lo cierto, fue el único que escribí por ese estilo.

—Una aventura sobre ruedas por la ciudad de París —contestó porque lo recuerdo.

—Correcto y como no quiero que perdamos más tiempo, es hora de iniciar —me ofrece la mano, la tomó y comenzamos a caminar hasta donde está la moto —lo conseguí especialmente para ti.

Me ayuda a poner el casco color rosa con un sticker de Miley Cyrus.

—Es precioso.

—Menos mal me gusto.

Todo lo que me da, me fascina, tiene ese toque hasta para adivinar qué es lo que más me va a agradar a mí.

—Siempre logras que me encante lo que me das —me sonríe y se pone su casco.

—Ah, verdad, se me olvidaba, dame tu mano —. Pide y se la ofrezco sin pensarlo, William saca algo de su bolsillo y me fijo bien cuando empieza a amarrar una pulsera a mi muñeca —. Este es un recordatorio de todo lo que siento por ti —. Me dice terminando de atar, para levantar la manga de su chaqueta y dejar ver la que tiene puesta.

Son dos pulseras, la mía trae un dije de ángel con la letra W y la de él una extraña con la A, puedo entender la referencia al instante.

—Estas preciosas —digo sonriendo, pero el casco no deja ver mucho mi sonrisa.

—Que te gustara era lo primordial.

—Pues ya ves que sí lo hizo —. Asegura y me vuelve abrazar.

—Ahora sí, ven, te ayudo a subir —me da la mano y me monto en la parte de atrás de la moto, y él hace lo mismo —agárrate bien, iré despacio para que no te asuste —dice y paso mis manos por su cintura —¿Lista?

Pregunta prendiendo la moto.

—Contigo siempre.

Contestó, y se gira un momento sube la máscara del casco para darme una sonrisa

—Te amo Alison Méndez.

Dicho eso baja el casco, se acomoda bien e inicia la travesía dejándome con el corazón latiendo a mil por hora.

Sin más, comenzamos a recorrer toda la ciudad en moto viendo lugares magníficos de esta, París que adoro. Cada experiencia que vivo me da algo nuevo de la ciudad. Y este no es el caso, mientras voy agarrada de William mirando las calles, transeúntes, familias, carros, ir y venir, casas y edificios de la ciudad de París y sobre todo sentir ese aire que me da el viento con frío y hasta nieve por diciembre, agradezco que trajimos buenos abrigos.

Ir viviendo la experiencia en moto que en ningún momento me asusto, es algo inigualable que no quiero olvidar nunca en mi vida. Amo todo este proceso que estoy viviendo y no deseo que se termine.

Con Will nos detenemos en algunos sitios para tomar fotos, comer algo y contábamos con el recorrido hasta que después de unas horas cuando la luz de la noche se asomaba llegamos a casa, agotados y lo único que hice. Fue bañarme, ponerme la pijama y dormir en el pecho del hombre que amo, después de cenar con mis padres que estaban de la dicha por todo lo que sucedió hoy. Solo quiero que este sueño de realidad nunca acabe porque es el mejor.

Ariana me dijo que me preparara para lo que venía, y lo voy a tener en cuenta todo, pero por el momento solo quiero disfrutar esto. Sigo en la misma posición hasta que me quedo dormida viendo un futuro con William Cortés.

**//**

Frase del día: "Cuando estás con la persona correcta, hasta los momentos más difíciles son bonitos, porque sabes que siempre te apoyara"

Buenas noches a todos, espero hayan tenido una feliz navidad y que vayan a tener un buen final de año, aquí les traigo un nuevo capítulo, espero les guste con a mí.🥳😘🤩😍

¿Qué  les pareció el deseo?🤔

¿Cuál creen que será el próximo?🤔, pista tendrá que ver con época.

Agradezco a todos los que han seguido esta historia desde el primer capítulo gracias por leerme, se siente muy bien saber que a las personas les gusta tu trabajo. Con ello les aviso que ya solo quedan cinco capítulos para darle fin a mi último deseo.😍❤️🥰🥹

No se les olvide seguir en mi redes sociales si todavía no lo hacen, los links están en el panel principal, gracias sería de gran apoyo.😍

Ahora si me despido, espero tenga una buena noche,  besos y abrazos. Nos leemos pronto.😍❤️🥰

Espero que todas sus mentas para este 2023 que está ha un día de llegar se cumplan. Chao.🐈‍⬛🐈‍⬛🤞🏽☘️🧧

Feliz año nuevo.🥳🥳🥳

Continue Reading

You'll Also Like

152K 7.3K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
1M 91.2K 44
¿Y si por accidente te ganas el odio del cantante más famoso del país? *♫* Kale es el cantante juvenil más amado de la década, pero está cansado de s...
22.7K 1.6K 10
LIBRO TRES DE LA SAGA ÁMAME. Summer ha estado enamorada de Nikolai desde que tiene memoria, ella siempre ha estado consciente de que nunca pasaría a...
71.9K 6.9K 26
Eliza Jones y Stella Lambert son el prototipo de: "personas correctas en el momento equivocado", pues sus vidas habían coincidido en preparatoria, cu...