El deleite de tu peligrosa mi...

By Ximenaaguirre25

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(En proceso). "Hay personas que son una brisa primaveral; otras, una tormenta sin fin. Pero cuando eres fuego... More

1. La nota.
2. En busca de un nuevo hogar.
3. Un día "casual"
4. Hola "Uncanny"
5.La fogata (I)
6.La fogata (II)
7.¿Dónde está la salida?
8.Miel y tomates...¡Inaudito!
9.Empieza la aventura (I).
10.Empieza la aventura (II).
11.Enredadera de emociones.
12.Muñeca extraviada.
13.Ratón enjaulado.
14.Shoganai.
15.La punta del iceberg.
16.¿Verdades reveladas...o trozos de ellas?
17. Detonantes (I).
18. Detonantes (II).
19. Metamorfosis.
Extra #1.
20. Salada.
21. Confusión.
22. Fuera máscara.
23. Más interrogantes.
24. Samba (I).
25. Samba (II).
26. ¡¿Qué está pasando aquí?!
Booktrailer.
Extra #2.
27. Todo termina.
28. Juego perfecto.
29. Demasiado bueno.
30. Kairosclerosis.
31. Entonces caí.
32. Entonces me rompí.
33. El proceder del titiritero.
34. Desastre triunfal.
35. Acercamiento.
36. Arma de doble filo.
37. Jugada maestra.

38. Ajuste de cuentas.

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By Ximenaaguirre25

Narra: Asher Blake.

Supe desde el primer momento que mi sacrificio estaba siendo jugado a favor de unos ojos equivocados.

No a favor de esos océanos azules que ansiaba ver con todas mis malditas ganas en este momento. Sino a favor de otros que, a pesar de ser del tono exacto del café y ser comunes entre las personas que conocía día a día. Contaban con algo que aquellos dos cielos y yo no tuvimos, ni podía permitirme la oportunidad de tener: tiempo.

Siempre había sido alguien de palabra, un poco rencoroso, en definitiva creativo cuando de llevar a cabo una venganza se trataba, esta es la ocasión en la que me encuentro demostrándolo y rebasando expectativas.

¿Qué si la vena del arrepentimiento no latía apurada en mi cabeza recriminándome lo cabrón que había sido? Probablemente, pero eso no me quitaba la satisfacción de saberme al fin en la meta.

En esta carrera no hay lugar para los sentimientos. No al menos que sea el que se desarrolló años atrás y que ahora me tenía aquí.

Aprieto la pequeña joya en un puño dentro de mi bolsillo intentando que con esta acción la incertidumbre que me invade sea mitigada, pero nada funciona, incluso mi estómago empieza a comprimirse y contengo las ganas de vomitar.

No debí beber de más si hoy al fin planeaba reunirme con ellos, me recrimino.

-Hey, Blake ¿Qué tipo de trago te bebiste para que luzcas como si estuvieras a dos pasos de morir?

En esta ocasión no tiene que ver con el tipo, sino con la cantidad.

- ¿Qué? ¿Acaso tú no celebras cuando logras cumplir lo que tu jefe te encarga? - miento - Bueno, pues eso. No todos los días te llueve dinero y un poco de renombre en este mundo con el solo hecho de lograr engañar a una jovencita.

El maldito suelta una carcajada como si le hubiera contado el mejor chiste del mundo y tengo que contenerme para no borrarle esa estúpida sonrisa.

No soporto que nadie se burle de ella.

No soporto que nadie haga uso de su nombre como si fuera un maldito juego.

No soporto que nadie la hiera.

Y aun así yo lo hice, la herí, traicioné su confianza, vi como sus ojos se cristalizaban mientras me miraba como si no me conociera (aunque es verdad, no me conoce).

Y en ese momento, cuando se desmoronó entre mis brazos, supe que toda oportunidad de volver a sentir de verdad estaba quedando con ella, porque debía hacerlo, tenía que desprenderme de toda emoción estúpida que hubiera logrado despertarme mi estadía en Uncanny. Y ansiaba como loco que el resentimiento que Josselyn estuviera experimentando por mí en este momento fuera tan grande, que la idea de permitirme activar de nuevo todos esos sentimientos jamás se le pasara por la cabeza.

-Sí, ahora que lo dices de esa manera puedo entender perfectamente por qué el jefe estaba diciéndole de ese modo el otro día- chasquea sus dedos intentando recordarlo - ¡Eso es! ¡La tonta marioneta de Blake!

Comienza a reír de nuevo y yo tomo la botella de Whisky disimulando como mi muñeca tiembla por la ira dando un trago largo.

-Mira eso, parece que ya está llegando -atiende el teléfono -Señor, sí, está conmigo ahora. Claro, lo escoltaré y en un momento estaremos...

-Déjame hablar con él- lo interrumpo.

-Pero...

-Haz lo que te digo, sigo siendo tu superior -escupo entre dientes.

El tipo parpadea sorprendido como el imbécil que es, pero termina haciendo lo que le pido.

-Quiere hablar contigo -murmura ofreciéndome el dispositivo.

-Blake, hasta que al fin...

-Señor, es verdad, ha pasado un largo tiempo. Por esa misma razón sería una pena que la espera no haya valido tantos riesgos, ¿no es cierto?

-Blake ¿Qué carajos...?

-Estaré con usted en un instante, solo procure que sus matones no estén cerca y envíeme las indicaciones de cómo llegar a mi celular, no quiero que el idiota que tengo en frente ande fisgoneando.

Sin más cuelgo y le lanzo el teléfono a su propietario quién lo atrapa al vuelo, salgo del lugar dando un portazo.

Me encuentro con el frío aire propio de las once de la noche, pero lo ignoro. Verifico la dirección que me fue enviada y luego aseguro mi casco para subirme a la motocicleta que me llevará al lugar de encuentro.

En el camino me permito desprenderme por completo del "Asher" y me aferro con ahínco del "Blake", porque ahora que tengo la llave puedo dejar de pretender que estoy constantemente metido en mi papel de lo que un día fui.

Cuando soy Blake, el criminal de El Triángulo de las Bermudas, puedo simplemente dejar que mis demonios se liberen. Puedo sacar mi lado más oscuro sin preocupaciones, porque esa es precisamente la cara que esperan que ponga.

*

Abro la puerta con fuerza haciendo que se estrelle contra la pared.

-Pero mira nada más quien acaba de llegar con sus ataques de ira para hacerse notar.

Tomo asiento frente a su escritorio adoptando una actitud desinteresada, dándole a entender que quiero acabar con todo este montaje lo antes posible.

-Aunque no lo creas, a pesar de en este momento ser alguien perseguido por la justicia, tengo cosas que hacer.

-Sí, claro- me observa por unos segundos buscando no sé qué cosa en mi expresión- ¿Se te ofrece algo de beber... o algo más?- agrega con tono condescendiente, pero sé con exactitud a qué se refiere.

-Estoy bien, gracias.

-Vamos, no estés tan tenso.

-Solo quiero que vayamos al punto, ya me urge largarme. Y no tienes que intentar ser agradable conmigo como si fuera tu jodido mejor amigo. Ambos sabemos que actúas así porque buscas algo.

El supuesto líder de la organización, el que se supone es el ejemplo de la crueldad y la frialdad en persona, suelta una estruendosa carcajada y comienzo a cuestionarme si de verdad estoy tratando con asesinos despiadados, o si son por el contrario un grupo de bufones y la fábrica abandonada en la que estamos es su carpa de circo.

-Hice bien en encomendarte esta misión, cada día demuestras un poco más lo inteligente y perseverante que puedes llegar a ser.

-Accedí a brindarle mi perseverancia e inteligencia por un precio- lo corto.

Por primera vez en los cortos minutos que he estado con él al fin adopta una postura seria. Se endereza en su asiento y noto como sus ojos relampaguean buscando el indicio de algo que no alcanzo a adivinar en su expresión.

-Tienes razón, dejemos los juegos de lado- tiende su mano en mi dirección esperando que deposite en ella la gran bomba de información que representa ese pequeño anillo- Dámelo y acabemos con esto.

-Un precio- reitero.

-Hasta que no haya confirmado que he obtenido lo que quiero, no habrá pago.

-Tienes muchas agallas si crees que te lo daré sin haberme recompensado primero.

-Y tú me subestimas, no saldrás por esa puerta sin que...

Me pongo de pie y la silla choca contra el piso, apoyo mis palmas contra la caoba para inclinarme y murmurar.

-Pruébame.

Él me observa incrédulo y se pasa la mano por la cara clamando por un poco más de paciencia, mientras respira hondo.

Sé que debo parecer un auténtico loco sin aprecio por la vida en este momento, pero también sé que no va a deshacerse de mí, eso no le convendría (no por ahora por lo menos).

Así que me atrevo a enfrentar mis temores al desafiarle, porque el único motivo por el cuál no usé todo lo que sabía gracias a El Triángulo para hacerlos caer y que así hubiera una red menos de criminales en la calle, es el hecho de que si lo hacía sé con certeza que no habrían dudado en ponerla en peligro. Lo mismo me pasa ahora, nada me asegura que al entregarles el pago me darán lo prometido y lo más importante, sin ningún daño.

-Está bien, haremos algo y así todos estaremos conformes ¿Te parece?- antes de que entienda a que se refiere se levanta y camina hasta rodear la mesa y pasar junto a mí, cuando llega al otro extremo de la estancia abre una cortina, detrás de la cual solo se puede apreciar una pared de cristal que no puedo detallar demasiado, porque activa el intercomunicador que se encuentra a un costado y la palabra que suelta me corta la respiración-Tráiganla.

Siento que el tiempo se ralentiza, de repente el mundo es más liviano y no me creo capaz de sostenerme en pie.

Eso es lo que ella provoca.

La incapacidad de que mi cerebro haga o piense algo razonable esté o no esté presente. El hecho de que esté aquí es la prueba de ello.

Después de tantos años sin ver su rostro no sé qué es lo que espero sentir, no sé si creía o quería que mis expectativas de este momento fueran rebasadas, al menos en el aspecto emocional, porque no creo que las circunstancias sean muy románticas para un reencuentro.

Pero es en este momento en el que ni siquiera sé si lo nuestro fue romance o si hay de verdad algo que se deba reencontrar, porque siento que los trozos resultantes del día en que todo se desmoronó aún continúan desperdigados como representación de lo que un día fuimos y que siempre seremos: un caos abrasador.

A pesar de todo esto me mantengo en mi posición, me rehúso a despegar mis ojos del vitral que está a punto de revelarme mi antigua adicción, porque sí, sé que eso es exactamente lo que es, un vicio que solo me hace daño, pero que a este punto estoy necesitando para vivir.

En esta ocasión sin embargo, además de ella, lo que también me obliga a continuar es esa vieja promesa, porque juro que cuando hice que todo estallara, al ver la mirada de Josselyn estuve a punto de...

Pierdo el hilo de mis pensamientos cuando me encuentro con sus ojos, está un poco más pálida de lo que recordaba y su cabello le cae suelto hasta la cintura, su oscuridad contrastando con la bata blanca que lleva puesta.

-Sasha- me sale en un jadeo, observo cómo vocaliza a través del cristal, pero no alcanzo a oír su voz.

-Apunten- habla el maldito por su intercomunicador.

- ¡No! ¡No se atrevan a tocarla! Es el precio que impuse, ¡no quieren hacerme enojar!- finalizo con tono amenazador.

-Ahora.

Desesperado comienzo a golpear el cristal cuando veo que los dos hombres que van a su lado la apuntan con un revólver, uno en cada cien.

- ¡No la toquen! ¡Aléjense!

Mi frustración empeora cuando reparo un poco más en su cara, se puede apreciar un leve deje de desespero, pero está tan ida que no hace ni el menor amago de demostrar que la situación le importe.

Por supuesto, debí suponerlo, está drogada hasta las orejas.

- ¿Qué pasa? ¿También quieres un poco de lo que nos pidió ella? No te preocupes, ya mismo me encargo. Después de todo, si ella mismo te enseñó cómo...

Me le voy encima sin poder controlarme tomando su chaqueta en puños, lo sacudo levemente con la ira a flor de piel, si es que acaso puedo enojarme más de lo que ya lo estaba.

-Escúchame bien, hijo de puta, no me interesan tus malditas porquerías, pero si tus hombres se atreven a herirla, me encargaré de hacer que te arrepientas, solo libérala, te daré el anillo y entonces todos estaremos satisfechos- tenso mi mandíbula- Tú decides, podemos acabar esto por las buenas o por las malas.

Lo suelto con brusquedad y el solo se preocupa por alisar su chaqueta mientras me sonríe socarronamente, eso solo hace que mi furia aumente.

-Pobre Blake, tan inteligente a la hora de actuar, pero tan inexperto en tantas otras cosas. ¿En serio crees que tienes modo de "hacer que me arrepienta"?- gesticula con sus dedos y suelta una carcajada, no le respondo.

Lo único que hago es contemplarlo es esperar que se cierre el trato para que así el peso que estoy sintiendo en este momento de estar cargando con ese maldito anillo, con ese cofre lleno de recuerdos de la infancia de Josselyn deje de pesar en mi bolsillo como si en vez de tratarse de una simple joya, se tratara de una bola de demolición que puede acabar conmigo en cualquier momento.

Aunque bueno, sé muy dentro de mí que de las cosas que pueden destruirme, solo uno de ellas es tangible y no es precisamente ese objeto que buscan con tanto desespero tanto los criminales como los que proclaman justicia y se trata de la chica con mirada perdida que me atraviesa desde el otro lado del cristal.

Por otro lado, está lo intangible, aquella debilidad que no fui del todo consciente que tenía hasta que vi a la chica dueña de esos ojos azules y que solía llamar Brownie derrumbarse ante mí.

-Responde, ¿en serio crees qué tienes ese grado de poder contra nosotros? Por favor, no me hagas reír, cuando yo recibo un golpe, es solo porque así lo quise, porque así estaba predestinado para poder alcanzar algo más importante.

No sé de donde, pero saco la fuerza para sonreírle con malicia, casi como solía sonreírle a Josselyn, con la diferencia de que en esta ocasión, también le añado una mirada de odio puro y una pizca de desdén.

-Pero en esas ocasiones, nunca he sido yo quien ha clavado el puñal y créeme, me aseguraría de hacer las cosas no solo por jugar, tan bien que ni siquiera te volverían a entrar ganas de "alcanzar algo más importante".

-Escúchame bien...

- ¿Qué? ¿Acaso sentiste miedo porque creíste que solo era un simple peón y comienzas a descubrir que soy algo más?

Echo una rápida mirada a sus manos cuando noto que hace el amago de acariciar sus pulgares entre sí, un tic nervioso que he descubierto que posee, cuando lo nota las pone rápidamente tras su espalda.

Creo que nos miramos alrededor de un minuto intensamente, cuando al fin suelta la palabra que llevaba tiempo esperando.

- Libérenla.

Siento que un gran peso es liberado de mis hombros, pero este regresa cuando noto que apenas da un pie afuera el maldito la toma del cuello con una sola mano, cortándole la respiración sin mucho esfuerzo, mientras que la otra la extiende en mi dirección chasqueando la lengua.

-Ahora tu parte.

Esta vez no lo dudo, deposito el pequeño anillo en la palma de su mano y al hacerlo siento como si en vez de librarme de unos cuantos gramos, acabara de hacerlo de un par de toneladas.

Apenas voy a procesar o que acabo de hacer cuando Sasha choca contra mi pecho, luego de que el muy imbécil me la aventara como si fuera un objeto. Logro sostenerla como puedo y entonces hago que se aleje un poco de mí para revisar su rostro, paso mi pulgar por su mejilla y escruto seriamente sus ojos para averiguar qué tan mal está. Pero, entonces, donde antes solo había un insondable vacío, de pronto relampaguea una chispa de algo que logro relacionar con burla y que confirma cuando curva sus labios en una cruel sonrisa para darme un manotazo haciendo que la suelta, entonces suelta una risa, fría y carente de sentido, al menos para mí.

No entiendo que pasa. Se supone que la estoy rescatando de todos ellos ¿Entonces que le causa tanta gracia?

Un aplauso me hace salir de mi confusión.

-Un reencuentro feliz ¿No es eso asombroso después de todo? Ven aquí Sasha esto merece una celebración.

-No te le acerques- esta vez no me sale con la misma potencia que las otras veces.

No sé qué pasa pero en el momento lo único que me sale para la lidiar con la confusión es continuar defendiéndola a pesar de que por la forma en que se acaba de reír en mi cara... ¡No! ¡Todo tiene que ser una equivocación!

-Vamos Ash, te recordaba más divertido- no sé qué esperaba sentir al volver a oír su voz pero no era esto- Después de todo yo también quiero celebrar.

Me veo a mí mismo avanzando hacia ellos cuando noto que ella se le acerca, pero una mano en mi hombre me detiene, ni si quiere vi llegar a los tipos con complejo de gorila pero en este momento eso es lo que menos me importa. No cuando ella pega sus labios a los del maldito besándolo con ganas. Las arcadas me invaden.

¡¿Pero qué demonios?! ¡Si le dobla la edad maldita sea!

Dejo de luchar por soltarme cuando noto que es inútil, pero me dedico a dejar salir toda mi ira en forma de gritos.

- ¡En tu puta vida vuelvas a llamarme Ash, es más, ni siquiera quiero que menciones mi nombre! - Ambos me sonríen con sorna y eso me enfurece más- ¿Se puede saber con qué te golpeaste la cabeza? Llevo más de un maldito año de mi vida planeando como tenerte de vuelta en nuestras vidas, sin pensar siquiera en las consecuencias y te encuentro...

Ni siquiera puedo seguir, siento que me falta el aire. Esto no está saliendo como se supone que tendría que pasar.

-Yo no te pedí que me salvaras A...- logro callarla cuando le dedico una mirada que podría haber helado el infierno- Blake.

- ¡Te secuestraron, maldita sea!

- ¡Eso es solo lo que les quise hacer creer! ¡Este es mi lugar feliz!

¿Qué?

Vuelvo a pasar de la furia a la estupefacción en cuestión de segundos, por favor, que mis oídos me hayan jugado una mala pasada, por favor.

Me niego a creer que fui tan estúpido, me niego a creer que mientras yo sufría ella estaba disfrutando en... como sea que se le merezca ser llamado a este lugar.

Y por sobre todo, me niego a creer que no esté saliendo con ella por esa puerta, antes de que toda esta jauría de leones se entere de que el anillo que les acabo de entregar contiene información falsa para no perjudicar a Josselyn, ni ayudarlos a ellos.

Porque, hace unos minutos, cuando escuché la voz de Sasha, no se comparó para nada en todo lo que me hizo sentir esa chica en tan solo un verano.

-Pueden irse a la mierda todos, ¿me oyen? A la mierda. Yo solo me quiero ir de aquí, disfruten su estúpido anillo.

-Cariño, espérame en la recamara, estaré contigo en un minuto.

Sí antes tenía ganas de vomitar ahora creo que aumentaron el doble. Ella me lanza un beso al aire y entonces desaparece por una puerta como una niña pequeña, ridículo.

-Pueden dejarnos solos- le dice a sus gorilas.

Tengo mis manos echas puños y mi cuerpo tan tenso que creo que podría explotar, con suerte será tan listo de no ocasionarlo.

-Increíble cómo pudo estar en The Cursed Rose y El Triángulo siendo enemigos - sonríe.

-No vine aquí a tomar el té, solo dime lo que quieres.

Vuelve a adoptar su cara de matón habitual.

-Debes de saber que la base de información que me acabas de entregar, está protegida con un alto sistema de seguridad y contiene una contraseña.

-Que interesante, que te diviertas, encontrando a un buen hacker que no cobre mucho- digo sin importancia mientras recojo mi chaqueta.

De preferencia cuando esté lo suficientemente lejos para que no puedas matarme por haberlos engañado, al menos no antes de haberlos destruido.

-La contraseña solo la tiene la hija de Brown.

No respondo y finjo serenidad.

-Tengo hombres vigilándola...

Al carajo con la serenidad.

No es lo suficientemente rápido cuando alcanzo a tomarlo del cuello y estrello su cabeza contra el escritorio, apretando mi mano en torno a este, su rostro empieza a enrojecer.

- ¿Qué acabas de decir?

Todo mi cuerpo tiembla por la furia y estoy a punto de gritarle que me responda cuando noto que está moviendo la boca como un pez, aflojo un poco mi agarre.

Justo en ese momento entran sus hombres apuntándome pero él los detiene.

-No es necesario, vuelvan afuera.

-Pero...

Con una mirada hace que obedezcan.

-Dime ahora mismo a que te referías.

-A que tengo a un grupo de mis mejores hombres vigilándola, incluso a uno de ellos le pareció una chica muy...- no lo dejo terminar, sé que solo me está criticando con comentarios de gente repulsiva como él.

-Al punto.

-No...p-puedo r-respirar- ni me había dado cuenta, lo suelto de nuevo- Verás, necesito esa contraseña, así que pensé que si a Eddie le gustó nuestro objetivo podríamos encargarle que...

- ¡A ella no le ponen una mano encima! Ya te traje tu maldito anillo contrata a alguien que lo descifre pero no la metas a ella.

-Joss...

-No digas su nombre.

-Como quieras, a lo que quería llegar era que o lo hace Eddie o lo haces tú. Pero necesito la clave. Dame las gracias luego por tenerte en cuenta.

¿Qué le dé las gracias? ¿Se le zafó un tornillo con el golpe contra el escritorio?

-No le haré daño.

Más del que ya le hice.

-No tienes que hacerlo, no me interesa como la obtengas, solo que lo hagas.

Maquino unos cuantos movimientos en mi mente antes de responder.

-Si no quieres, Eddie se mostrará más que satisfecho.

-Dejarás de vigilarla si lo hago.

-No confío en ti y lo sabes.

- ¿Lo harás? - insisto.

Luego de meditarlo por unos segundos asiente y dice.

-Tendré a alguien sobre ti y a otro sobre ella, él resto se esfumarán. Pero si en una semana no estás de vuelta con lo que quiero Brown será quien lo pague.

*

Me encuentro en un hotel mirando el techo con la mente perdida y lo única que no para de repetirse es la imagen de Sasha burlándose en mi cara, luego de que yo entregara todo por ella, como su prisionero, lo que fui por años. Aquí, donde estoy a solas me permito derrumbarme y dejo que una, solo una solitaria lágrima ruede por mi mejilla, me niego a dedicarle una sola más, aunque siento que en cualquier momento podría derramarlas.

Pero las dejo de lado y me centro en lo importante idear la manera de encontrarme con esos dos ojos azules y no morir en el intento, o mejor aún, no derrumbarme cuando ella quiera exterminarme en cuanto me vea.

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Nota de autora:

¡Hola a todos!

Estoy muy emocionada de poder estar actualizando al fin después de un siglo sin hacerlo. Intentaré que la espera para los pocos capítulos que quedan no se extiende tanto como en esta ocasión.

Pero cuénteme que les ha parecido y todas las teorías que les dejó, este ha sido uno de los que más se me han dificultado escribir y al mismo emocionado.

Espero les haya gustado y nos vemos en una próxima actualización.

Un abrazo, Ximena ❤.

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