MI ÚLTIMO DESEO

By Santyp_12

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Alison Méndez, una joven de 18 años de edad, un día decide ir al doctor por recomendación de su madre por alg... More

Dedicatoria
Carta del autor
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16 (1/2). Recordar muchas veces es doloroso.
Capítulo 16 (2/2).
Capítulo 17. Una propuesta que ya tenia respuesta.
Capitulo 18. Primer Deseo.
Capitulo 19. Segundo Deseo.
Capítulo 20. Proceso
Capítulo 21. Tercer deseo.
Capítulo 22. Cuarto Deseo.
Capítulo 23. Quinto deseo.
Capítulo 27. Deseo siete.
Capítulo 28. Deseo ocho.
Capítulo 29. Noveno deseo.
Capítulo 30. Décimo deseo.
Capítulo 31. Deseo once.
Capítulo 32. Deseo doce.
Capítulo 33. Deseo trece y catorce.
Capítulo 34. Último deseo.
Capítulo 35. Complicaciones.
Capítulo final. La vida puede ser efímera...
Epílogo.

Capítulo 24. Deseo seis.

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By Santyp_12


Deseo seis: Un viaje en helicóptero.

Ciento ochenta y tres días con el tratamiento contra la leucemia.

Alison.

—Papá, estoy bien —repito como milésima vez.

—Alison nos vamos a ir para allá y ya no importa nada —habla mamá.

—No, tranquilos que todo va de maravilla.

Miento, pero es lo que tengo que hacer, eso me dice mi cabeza que es lo correcto y seguiré en mi posición.

—No creemos nada, así que nos iremos —ahora habla papá.

—Saben que no me agrada eso, ya lo hemos dialogado — le recuerdo y pone mala cara.

Hace una hora que me llamaron y solo ha sido para decirme una y otra vez, que ya no aguantan más y que se vendrán conmigo, porque no me pueden seguir dejando sola, que han pasado cinco meses y ya no quieren esta distancia.

Claro que los necesito a mi lado, pero volvemos en que todavía no se si logre salir victoriosa de esto y de no más imaginar que ellos no tengan la mente ocupada, si no paso esta prueba todo lo vuelve a que solo deseo esperar que lo puedan hacer cuando logren los permisos requeridos de sus trabajos y ya. No es lo que más me agrada, pero es lo mejor. Por eso trato de demostrarme bien ante ellos, aunque no sea la realidad.

Hoy se cumple el primer mes de terapia dirigida y sin duda alguna me he sentido como una mierda, hace dos días que tuve la última del mes y todavía siento los estragos de la sesión. Los dolores se han vuelto mucho peor que cuando me hacía la quimioterapia, este tratamiento, cada día se pone más difícil, sin duda alguna.

Will siempre ha estado ahí para mí, abrazándome, siendo mi roca y diciendo que soy fuerte y atendiéndome como si fuera una princesa que necesita la mayor atención del mundo. Cada minuto que paso con el, es para demostrarme que es el hombre más hermoso de la tierra y que lo amo con todo mi corazón, nunca pensé que un sentimiento se pudiera desarrollar tan rápido, pero lo comprendí cuando él llegó a mi vida y me lo demostró.

También me hizo conocer lo que se siente estar enamorada, al principio sentí extraño como mi corazón iniciaba a latir más rápido con él, o mi estómago se revoluciona de una forma que no sé explicar. Pero con el pasar del tiempo, sentir vibrar todo tu cuerpo y sentirte segura cuando estás cerca de esa, persona, no poder apartar la vista de él porque sabes que es lo que te hace olvidar de lo malo y llevarte a otro planeta, ese nerviosismo al tenerlo cerca, o como se te eriza la piel con tan solo un roce. Y sobre todo esto sentirte tu misma estando al lado de aquel personaje que llega a ti, viendo como te pone atención a cada cosa por más tonta que digas. Es un sentimiento que jamás pensé tener y que ahora no quiero dejar de vivirlo.

Para mí el enfermero de ojos azules, es muchas cosas y nunca quisiera soltar su mano que me da la calidez y seguridad que solo William sabe darme.

—Alison, te estamos hablando —me regaña mi madre tras la pantalla y devuelvo mi atención a ellos.

—Si.

Ya ni me acuerdo cuál era nuestro tema.

—Te dijimos lo que va a suceder y ya no hay vuelta atrás —dice papá casi como orden y recuerdo todo al instante prendiendo alarma.

—No lo harán y punto.

Reitero negando con la cabeza, pero me tengo cuando el mareo llega.

Ahora los síntomas se manifiestan por cualquier bobada y como se me acabó el medicamento peor, por eso es que Will no se encuentra en este momento conmigo, fue a la clínica por más, para que logre mejorarme.

Esta semana más que nunca me he sentido muy cansada y débil. Con la explicación de Ariana y William más o menos entendí que era por el nuevo medicamento, que era un poco más fuerte que el anterior y apenas se estaba acostumbrando a mi cuerpo. Espero que sea rápida esa adaptación, porque estar de este modo es lo que menos me gusta.

Ahora me encuentro en la cama recostada y con el pijama todavía. No he tenido ni un gramo de ánimo para levantarme y arreglarme. Hacer la terapia dirigida es como una nueva prueba, siempre que termino una de las sesiones, debo irme a acostar el resto del día y recuperar energía, además los morados que me salen en el cuerpo son mucho peores, son más grandes y rojos dejándome ronchas espantosas.

Llorar como de costumbre es mi terapia para calmar lo que me duele este proceso. Y siempre me sirve, desahogarse es la mejor medicina que puedo tener, para el otro día poder levantarme y seguir adelante como la guerrera que me considero. Ya entendí que eso es lo que somos los que luchamos contra enfermedades de este tipo, seguir adelante es muy duro y más cuando todo de un momento a otro cambia en tu vida. Pero sin importar que, tratamos de aferrarnos para ganar.

—Alison, otra vez nos dejas hablando solos —dice mi padre con voz ronca de regaño y le sonrió.

—Perdón es que me siento un poco cansada.

No comprendo por qué les dije eso, si se supone que la idea no es alarmarlos para que no se preocupen tanto.

—¿Dónde está tu enfermero?, ¿Te sientes muy mal porque si es así llama al hospital que vayan por ti? —pregunta mamá con desesperación

Antes de que mi copia hecha hombre le de por agregar algo más que preocupe más a la rubia me adelanto hablar.

—Tranquilos los dos que estoy bien solo es un síntoma secundario del medicamento que me están suministrando y logra que me de sueño—les aclaro y con nuda vuelven a relajarse un poco

—De igual forma no me agrada que estés sola dónde está tu enfermero —sigue insistiendo mi padre.

—Se fue por unos medicamentos que necesitaba con urgencia, pero debe estar por llegar, no se preocupen.

—Como no lo vamos a hacer, eres nuestra hija Alison, esto no se puede pasar sin más, así que no le digas cosas que no sucederán —me asegura mi papá —. Ahora te dejaremos descansar, cuídate mucho y te amamos.

Se despide sin querer porque arruga la cara, pero un segundo después me sonríe.

—Te amo con todo mi ser cariño, ya verás que pronto estaremos uno al lado del otro—dice la rubia con la voz entrecortada y lágrimas en su mejilla.

El nudo en mi garganta y mis ojos cristalizarse no se hacen esperar, de igual forma aguanto todo, porque no es la mejor opción llorar delante de ellos.

—Yo también los amo, no creo que el amor de este mundo alcance para todo lo que siento —la voz ya se me quebró y las lágrimas se salen solas sin poder detenerlo —. Pero necesito que me prometan, que no harán una locura de venirse sin dejar todo arreglado en casa, como me lo juraron el día que me vine, me partiría más saber que no tiene lo que siempre soñaron por esta situación —. Los dos se miran con cierta duda y mi padre toma la vocería.

—Alison no pod... —le interrumpo antes de que siga hablando.

—Solo necesito que me lo prometan.

Me acomodó el gorro que tengo en la cabeza. Que oculta mi calva que claro que lo saben, pero el tema todavía me pone sensible, porque no me acostumbro a estar o sin tocar mi cabello castaño que era mi tesoro más preciado. Es casi irreal que no esté en mi cabeza y no lo pueda peinar o hacer trenzas. Situaciones como estas serán imposibles de aceptar o olvidar de lo fuertes que son.

Mis padres se vuelven a mirar mi madre haciendo una mueca y mi papá frunciendo el ceño, después de unos momentos mi copia hecha hombre habla.

—Te lo prometemos —dice bajito, pero lo hace.

—Solo eso necesitaba —y los tres sonreímos con fuerza, porque se que no estamos bien —ahora si los dejo los quiero mucho.

—Nosotros a ti —dicen al unísono, Hacemos un último despido con la mano, me manda mil veces y apagó la llamada.

Dejó el celular en la mesita de noche que está a mi lado, y me acomodo en la cama en forma de cucharita, para así soltar lo que retuve al hablar con mis padres. Inició con mis sollozos y lágrimas bajar sin pudor, no habrá día en el que todo lo que está sucediendo deje de doler y lo peor es que ya me acostumbre a sentir este maldito dolor, vacío que supongo que debe servirme de algo. Una de las tantas cosas que he aprendido estos meses es que cada situación que pasa en nuestras vidas tiene algún propósito, y con ello saque de conclusión que cuando sea el momento de que mis padres lleguen a mi lado es porque el destino decidió que era ahora de que lo hiciera. Mientras esto sucede seguiré con mi mayor antidepresivo llorar y soltar todo lo que me quema. Y me queda solo continuar y apoyarme en el hombre de ojos azules me ayuda en este proceso.

Sigo llorando hasta que escuchó la puerta abrirse, así que me limpio con rapidez con la manga de mi saco y me tapo con la cobija para hacerme la dormida, no me gusta que Will me vea así, porque es como si él también lo estuviera.

Tres semanas atrás decidí darle la tarjeta del cuarto por cualquier emergencia, además se la mantiene más metido aquí que en el suyo, así que ya qué más daba.

Escucho como los pasos se acercan, deja algo en la mesa y llega a mi lugar, y siento el colchón hundirse a mi lado y la fragancia de William entrando por mis fosas nasales.

—Mi luz ya volví —me habla bajito —¿Cómo te sientes? —pregunta y yo sigo en mi posición dándole la espalda.

No quiero girarme porque se que mira mis ojos y deben de estar rojos y no merece verme así, él no, así que si no me muevo y cree que estoy dormida no se dará cuenta de nada.

—Alison, sé que estás despierta porque tu respiración se encuentra más acelerada de lo normal, y sabes que no puedes estar tapada por completo, cuando tus pulmones no están bien —me recuerda sobándome la espalda y maldigo para mis adentros. De igual forma no respondo nada solo sigo hay quita haciéndome la dormida, tengo que ganar esta mini batalla—. Mi luz sé que estás así porque tuviste llorando y sabes que lo se, siempre haces lo mismo para que yo no te vea, si te pone mejor, te prometo que no me pondré triste ni nada, pero no quiero que estés hay echa un ovillo cuando me tienes a mí para que descargues todo sin pudor ni penas. Soy tuyo y de nadie más.

Esas palabras calaron en mí como solo él sabe lograrlo, Will suelta ese aura que necesita y te hace sentir bien, no puedo aguantar más y el nudo en la garganta sale, mis sollozos se escuchan.

—Mi Ali —me quita la sábana que tenía encima para encontrarme en la posición que hace rato, opte por tomar, no lo duda ni un segundo y se levanta dándome la vuelta en la cama y quedarme al frente mío —¿Qué sucedió mi luz?, cuando me fui estabas bien —pregunta sin entender.

—Mis papás —logró hablar mientras sigo llorando y este se sienta en la cama, me lanza un poco y pone mi cabeza sobre su regazo.

—Sé que los extrañas mucho y muy pronto los tendrás contigo, no lo dudes —suena tan seguro que si no fuera porque se la realidad, creería esas palabras.

—Cada día que pasa sin ellos duele más, y se que les digo que dejen todo sin importar nada y se vengan conmigo lo harían, pero no puedo ser egoísta con ellos, no quiero que me vean así, y tiren todo lo que les ha costado años construir, además deben tener algo para distraerte por sino lo... —La frase queda a mitad cuando me interrumpe.

—Alison, te pido con todo el amor que te tengo que esa palabra no la vuelvas a decir porque claro que no va a pasar ni de chiste, así que vete olvídalo y sácalo de tu mente —me regaña con desespero y a la vez frustración. William más que nadie sabe que lo que es cierto y lo que pasa es que no lo quiere ni pensar, pero a veces hay que ser realistas.

—Solo digo la verdad —reitero.

—No lo es y no lo repitas más —refuta y me hace sacar una pequeña sonrisa, porque me ordena como un niño.

—Pareces un bebé quejándose.

—Pues lo seré en el momento que sea necesario.

—Opino que siempre lo necesitaré —le aseguro.

—Entonces, ya se la tengo una forma de ganar discusiones cuando seamos viejitos —dicho eso me reincorporo para conectar mi mirada con la de el que hace vibrar todo por dentro y más con esa sonrisa que me mata.

—¿Cómo dijiste? —preguntó con cierta duda limpiándome de nuevo con la manga de mi saco la cara.

—Que cuando seamos viejitos, ya tengo una forma de lograr ganar las discusiones —reitera recalcando cada una de las palabras.

Mi corazón en este momento, no sabe qué sentir o bueno sí, porque está a punto de salir de lo acelerado que se encuentra, que Will diga eso, me hace volverme más sentimental de lo que estoy. Cada letra que su boca expulsa para armar una oración es más mágica que la anterior que da luz en la maldita oscuridad que quiere comerme.

—¿Tú piensas que estaremos juntos hasta viejitos? —cuestiono y me toma de las manos y asiente con la cabeza.

—Ese es el sueño más hermoso y loco que he tenido en esta vida Alison, puede que esto sea una locura más sabiendo que solo llevamos cinco meses de conocernos y dos de novios, pero mi madre me lo dijo en esa carta. "Cuando sepas que es la correcta lo sabrá con tan solo mirarla a los ojos" —recita la frase tomando mi cara entre sus dos manos y acercando su boca a la mía—. Eso es lo que me pasa contigo Ali, no me importa nada, solo estar a tu lado y que te recuperes porque eres la mujer que quiero y no dejaré ir a ningún sitio que no sea conmigo —me asegura, sus labios chocan con delicadeza los míos que adoro.

No necesito expresar o decir mucho, cuando sé que él tiene más que nadie lo que siento y quiero gritar cada que me sale con palabras como estas. William lo adoro.

—Yo también deseo ser una viejita que no pueda caminar de tu mano —confirmó sonriendo y lágrimas cayendo, y el procediendo a quitármelas.

—Ya nos veo, peleando por tu rara obsesión por los protagonistas tóxicos.

—Son los más hermosos —alegó volviendo a mi posición de mi cabeza en su regazo.

—Son todo lo malo.

—De igual forma son lindos.

—Si claro como usted diga señora loca Alison —bromea riendo a lo bajito y no puedo evitarlo tampoco. Cuando paramos de reír nos quedamos en silencio haciendo círculos en mi espalda y yo molestando un hilo de su pantalón, ahora está en la cama con las piernas estiradas — Mañana estás lista para el quinto deseo —rompe el silencio.

—Sí, espero encontrarme mejor y poder salir.

—Ya verás que será así y no se puede, lo hacemos otro día, pero este te encantará.

—¿Dame una pista? —pido.

Se queda callado un segundo.

—Desde el cielo las cosas son más bonitas —responde.

—¿Eso es todo?

—Si.

—Como siempre tramposo.

—Prefiero hacerlo a revelar la sorpresa —asegura riendo —ahora duérmete que entiendo que estás cansada, yo estaré todo el tiempo, aquí no te preocupes.

—Gracias mi ángel.

—Nunca debes dármelas mi Luz.

Le doy una sonrisa desde mi lugar y puedo asegurar que él hizo lo mismo, son apenas las tres de la tarde, pero de igual forma tengo sueño, así que voy cerrando los ojos hasta que logró quedarme profunda, pensando en esa pista y tratando de descifrar cuál es el deseo.

**//**

Will.

Mi mano está unida con la mujer que le da luz a mis días, mientras caminamos hacia el lugar donde se cumplirá su quinto deseo.

Estoy muy emocionado por ver su reacción, siempre trato de ponerle el mejor empeño posible, para que ella se sienta bien y feliz, no me gusta verla triste.

Esta mañana, cuando llegué, ya estaba bañada y arreglada, sentada en su taburete mientras se maquillaba, se que lloro como ahora lo hace todas las noches, que no me pone muy de buenas a mí.

Sé que es normal que suelte lo que tiene atorado por lo que está viviendo y más al no tener a sus padres a su lado, pero de igual forma no me agrada nada, este último mes ha sido muy difícil para Ali. Ya que los efectos secundarios del medicamento que se le está dando, fueron muy fuertes, se veía más débil, decaída, reiterado, hasta el sangrado se intensificó. Y a eso agregarle el dolor que ha sentido desde que perdió su cabello, que digo yo que ha sido lo que más la ha tenido tan achantada.

Me arde no poder evitar toda esa mierda que le sucede, es frustrante ver como la mujer que amas cada día se deteriora más por una maldita enfermedad que nunca tuvo que haberle dado. Solo sé que esta será una historia para contar, apenas se recupere. Simplemente, no puedo pensar en otra opción, he entendido que si Alison no esta a mi lado yo ya no seria nadie, ella es la que le dio luz y sentido de nuevo a la vida vacía y común que llevaba, sin mi Ali no tengo nada por que seguir.

—¿Dónde vamos?

—Una vez no dijiste que no volverías a preguntar esas cosas —alza una ceja.

—No recuerdo haberlo dicho, así que nunca sucedió —niego con la cabeza.

—Bueno, no importa ya, de igual forma no gastes saliva haciendo preguntas que no te responderé Ali —le doy una sonrisa y ella me la devuelve.

Es tan linda que nunca me cansaría de verla, menos al ver sus cachetes ponerse como tomates. Esta mujer tiene todo lo que siempre he soñado y se que necesito y me hará sentir bien de por vida.

—Me parece injusto que no me digas —alega haciendo un puchero como bebe.

—No lograrás nada con eso, amor, así que pierdes tu tiempo —apenas digo se detiene en seco para fijar sus iris esmeralda en mí.

—¿Cómo me llamaste? —pregunta expectante a la respuesta y sonrió.

—Te dije amor, porque eso es lo que eres —aseguro y puedo ver como sus ojos se cristalizan.

—Es la primera vez que me dices así —susurra y me acerco para abrazarla.

—Acostumbraste porque desde ahora así será que te llame mi amor.

—Te quiero Will —dice contra mi pecho.

—Yo a ti Ali —el abrazo se alarga y no la calidez que nada lo hace lo mejor del mundo —tenemos un lugar que nos espera —se separa de mí para darme una sonrisa y volver agarrar mi mano cruzando sus dedos con los míos.

—Vamos.

Comenzamos a caminar hacia nuestro destino y unas cuadras más tarde nos encontramos entrando al sitio.

—¿Qué es esto? —pregunta y el eco se hace en el lugar — ¿Y ese sonido? —frunce las cejas.

—Donde comienza tu deseo, solo sígueme.

Continuamos nuestro camino, pasando un grandísimo lugar vacío, donde podría caber tres casas pequeñas. Unas puertas más adelante abro una de estas y el aire no demora en pegarnos en la cara, dándonos paso hacia la terraza del lugar, mostrándonos el deseo mientras el ruido nos llega a los oídos.

Giro a ver a la mujer que tengo al lado y tiene la boca abierta, con una expresión que puedo deducir como felicidad.

—Sexto deseo: Un viaje en helicóptero —le digo al oído para que me escuche, ya que el sonido de las aletas de este no deja oír muy bien.

No dice nada por un momento y como en todos me quedo expectante esperando su reacción o respuesta temiendo que no le gustara. Cuando logra volver en sí responde.

—No lo puedo creer —rompe el silencio mientras aplaude y ríe como me gusta verla —desde que leí un libro, siempre quise montar en un helicóptero, todavía no creo que sea real —sigue hablando con emoción en su voz.

—Pues mira que todo es posible y más cuando es algo que quieres o se trata de ti—aseguró y se giró para verme con un brillo en sus iris inigualable.

—Eres el mejor hombre del mundo, el ser más hermoso que me he podido cruzar en el camino y no quiero soltar nunca —. Me asegura y eso hace que yo sea nuevamente el hombre más contento, saber que siente esas cosas por mí es todo lo que necesito escuchar, hasta con solo eso soy feliz, Alison me da lo necesario para sentirme satisfecho —. Te adoro Will, jamás lo dudes —me da un leve beso en los labios con pena y sé apartar.

—Eso mismo, te pido nunca olvides que eres la luz de mis días —me acerco y le doy otro.

—William —habla alguien a mi espalda y giro para encontrarme con un viejo amigo de la familia.

—Gabriel, tiempo sin verte — le doy un apretón de manos.

—Ya no eres un bebé —saluda sonriendo.

—Y tu ya no eres joven —bromeó y cambió su expresión.

—Chistosito.

—Tú comenzaste —alzó los hombros, desvía su mirada para posarla en la mujer que está a mi lado un poco nerviosa —. Te presento a mi novia, se llama Alison — me aparto y el hombre le ofrece su mano y ella la toma.

—Soy Gabriel Linares, eres una chica muy linda, espero no te de problemas este fastidioso —me señala con la boca.

—Un gusto conocerlo, señor y es todo lo contrario —habla Alison.

—Lo dudo —hace una mueca y Ali sonríe — pero no importa ahora póngase los chalecos y audífonos —nos da uno a cada uno — y vamos por ese paseo —nos dice y optamos por hacer caso.

Una vez ya estamos listos, avanzamos hacia el helicóptero, entramos, nos sentamos, abrochamos los cinturones y le tomo la mano a la mujer que tengo a mi lado que está con la vista puesta en la ventana.

—Solo quiero que lo disfrutes —le comento y gira para mirarme.

—Si estás tú claro que lo haré —asegura y apretó más nuestras manos.

—Ya están listos —pregunta Gabriel.

—Si —decimos al unísono.

La conexión que yo manejo con Alison, es desde el primer día que la conocí, nunca en mi vida había entendido eso de tener ese lugar con una persona hasta que llego ella no hay palabras para describir lo que pasa cuando estamos juntos.

—Entonces a disfrutar se dijo.

Dice el piloto y el helicóptero comienza a despegar hasta lograr estar en el aire y comenzar su rumbo.

Iniciamos el paseo, viendo los lagos, parques, museos, puentes, personas transitando en bicicleta, o caminando, carros que van y buena, monumentos de la ciudad, edificios hermosos. Hasta la bella torre Eiffel, entre otros sitios.

—¿Te está gustando? —pregunto a Alison que se encuentra con una mano en la ventana y una sonrisa en la cara.

—Me está encantando —responde echándome una mirada fugaz con una sonrisa y volviendo su cara hacia la ventana.

Con esa imagen me quedo, no necesito más para sentirme bien, ver a la mujer que amo con una sonrisa que deja ver su dictadura siendo feliz y no estando triste por estar pensando en esa mierda que le hace daño es lo mejor del mundo. Pero como es mejor el recuerdo no dudo en sacar la cámara que siempre traigo y tomó algunas fotos, capturando a mi novia que se ve muy linda.

Mi misión más que ser su enfermero es ser el hombre que la haga sonreír cada segundo y lo haré sin pensarlo desde que pueda. Alzó su mano que está entrelazada con la mía y le doy un beso con delicadeza.

"Nunca soltaré tu mano mi bella Alison".

**//**


Frase del día: "Cuando encontramos a la persona indica todo es mas bonito. Y esta puede llegar sin pedirla o buscarla".


Buenas noches, aquí les dejo nuevo capítulo espero les haya gustando. Si fue así no se les olvide votar y comentar.

¿Qué tal estuvo ese deseo?

¿Sera que los padres de Alison si llegaran a su lado en algún momento?

¿Cómo vieron esas confesiones de William?

¿Cuál será el siguiente deseo?

Bueno no hay mas que decir me despido aquí, no se les olvide seguir en mis redes sociales si aun no lo han hecho los links están en el panel principal gracias por el apoyo.

Ahora si gracias por leer, nos vemos pronto con nuevo capítulo, besos y abrazos que tengan un buen resto de semana.

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