MI ÚLTIMO DESEO

By Santyp_12

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Alison Méndez, una joven de 18 años de edad, un día decide ir al doctor por recomendación de su madre por alg... More

Dedicatoria
Carta del autor
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16 (1/2). Recordar muchas veces es doloroso.
Capítulo 16 (2/2).
Capítulo 17. Una propuesta que ya tenia respuesta.
Capitulo 18. Primer Deseo.
Capítulo 20. Proceso
Capítulo 21. Tercer deseo.
Capítulo 22. Cuarto Deseo.
Capítulo 23. Quinto deseo.
Capítulo 24. Deseo seis.
Capítulo 27. Deseo siete.
Capítulo 28. Deseo ocho.
Capítulo 29. Noveno deseo.
Capítulo 30. Décimo deseo.
Capítulo 31. Deseo once.
Capítulo 32. Deseo doce.
Capítulo 33. Deseo trece y catorce.
Capítulo 34. Último deseo.
Capítulo 35. Complicaciones.
Capítulo final. La vida puede ser efímera...
Epílogo.

Capitulo 19. Segundo Deseo.

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By Santyp_12


Deseo dos: Un lugar que sepas que me traerá paz y a ti también lo hace.

Noventa y dos días con el tratamiento contra la leucemia.

Alison.

—¿Estás preparada, para conocer más tarde tu segundo deseo? —pregunta el enfermero mientras caminamos por los pasillos del hospital hacia la salida.

—Estoy es ansiosa, porque no me has querido decir cuál será — reclamo.

—No lograrás nada si es lo que piensas con ese berrinche —asegura negando con la cabeza y metiendo sus manos en los bolsillos de su saco.

—Ni que me importara —me da una sonrisa que no puedo evitar seguir.

Estábamos en la cita de control para conocer el avance de mi estado de salud con algunos exámenes que me hicieron ayer. Por lo que me dijo Ariana, todo va bien, pero no se puede dar un diagnóstico exacto con tan solo sesenta días de tratamiento. Eso no me agrada mucho, lo único que deseo en estos momentos es que esto ya termine, a veces siento que no voy a poder, y más cuando el dolor es el protagonista de mi cuerpo.

Ayer se cumplieron dos meses de mi tratamiento contra la leucemia, y lo único que puedo sacar como conclusión de todo esto, es que odio esta enfermedad y deseo despertar de del maldito sueño que me encuentro, que va logrando volverme mierda y que por las noches me hace replantear si tome la decisión correcta.

Este mes con exactitud fue uno en donde el dolor no hizo falta ni un solo día y más cuando me encuentro en la sesión de quimioterapia. Sé que Ariana y William me dijeron que todos los síntomas eran normales. Ya que mi cuerpo se está adaptando al medicamento que se encuentran suministrando para combatir las células cancerígenas que viven en mí.

Pero lo que nunca dijeron fue que estos síntomas llegan con todas las fuerzas para fastidiar mi existencia, el dolor de cabeza, náuseas, mareo, vómito, debilidad y cansancio fueron los que se hicieron notar en todo el maldito mes. No hubo día en el que alguno de estos no estuviera como protagonista del día. Y ni hablemos de lo que padezco en plena sesión de quimioterapia cuando siento que me están clavando un tornillo en la cabeza.

A eso agreguemole que mi apetito ha estado de los más vago por así decirlo, nada me entra porque las náuseas y ácido en mi estómago llegan al instante para hacerme devolver los alimentos. Pero de igual forma me toca comer a la fuerza, puesto que mi cuerpo se encuentra débil y no puede estar con el estómago vacío y mucho menos cuando el medicamento es agresivo por lo avanzada que se encuentra la leucemia. En esos momentos me meto a mi cabeza porque y para quién estoy haciendo todo esto y me aguanto el sufrimiento, merezco estar bien y ser feliz para poder comenzar mi aventura en el mundo y descubrir lo que me gusta y no.

Esto ha sido muy duro en muchos sentidos, agregaremos uno más, la ausencia y separación con mis padres, así que he decidido tomar una experiencia y una prueba más en mi vida. Porque, como había dicho, tener la independencia emocional con ellos era muy duro y no debía ser así. Con el pasar de los días he logrado entender y comprender que había hecho mal, pero de igual forma sigue doliendo y muchos. Ahora, para no sentir ese dolor que es más grande que todo y no ponerme a llorar, apenas hablo con ellos en videollamada y que no vea lo mal que me encuentro, trato de cortarlas lo más rápido posible.

Claro que cuando finaliza no puedo evitar llorar y hacerme esa mi pregunta que me he hecho desde que estoy en este lugar ¿Por qué me sucedió esto a mí?, Ese dilema siempre estará dentro de mí. Jamás tendré la respuesta por lo que veo y es peor de lo que pienso no hacerlo. Llorar y sentir que no vales nada y por lo que te sucede no se lo deseo a ninguna persona.

Estoy aprendiendo a entender que no necesito a nadie para poder estar bien y con ello a llorar en silencio y sufrir yo sola. Es un tema delicado y muy doloroso, que por el momento me toca llevarlo así, porque se que si todos se enteran de mi estado en las noches que llego al hotel se preocupan más de lo que ya están y eso no lo quiero.

Comenzando por el enfermero que no tengo dudas de que se encuentra pendiente de todo lo mío y es capaz de buscar el número de mis papás y claro que no puede pasar eso.

Lo único que me queda es continuar con esto dentro y ver que sucede, lo bueno es que William me demuestra el lado positivo de las cosas. Así que mi principal falencia por el momento es no poder controlar por las noches mis emociones. Ya que en el día el hombre de ojos azules tiene ese don que logra distraerme de ese hueco donde me estoy metiendo sin quererlo.

—Ali, ¿Estás bien? —pregunta el enfermero que viene conmigo.

Giro mi rostro y me encuentro con esos ojos azules que me miran con un brillo inigualable. Y tan con tan poco lograr transmitir y tráeme paz para todo el sufrimiento que llevo.

—Sí, perdón, solo que recordé algo.

—¿Puedo saber que fue?, es que hace unos minutos te estoy llamando y no respondes, ya me habías asustado —habla con cierto tilde de preocupación y eso es a lo que me refiero a que el parece un ángel

—No fue nada así que tranquilo —miento.

—Entiendo que no quieres hablar, solo te recuerdo que cuando desees estaré hay para escuchar Alison no lo olvides —. Sé que él sabe que hay algo detrás de esto, pero no le gusta obstigarme o molestarme y se lo agradezco.

—Si lo sé Will, no te preocupes. Cuando necesite hablar te diré.

—Confiaré en ti —achica los ojos un momento — entonces continuemos caminando.

Avisa después de examinarme y me doy cuenta de que me había detenido en mitad de unos de los pasillos del hospital, ya comprendo porque se preocupó.

—Si vamos —confirmo me da una sonrisa de las que el solo me sabe dar y continuamos nuestro camino.

Salimos del hospital y en cinco minutos estamos en el hotel. A veces agradezco que sea tan cerca, pero en otras quisiera tener más que caminar un poco más, claro cuando Will no me lleva a comer o pasear algunas veces.

Ahora me encuentro abriendo la puerta de mi habitación.

—En tres horas vengo por ti Ali, descansa un poco y arréglate para que conozcas tu segundo deseo —me dice William recostándose en el marco.

—¿Siempre serás así y ocultándolos? —pregunto y no duda en asentir con la cabeza. Y parándose recto en su lugar.

—Mira, te lo explico. Lo que sucede es que si tu no sabes lo que será o bueno respectivamente lo que toca, puesto que tu fuiste la que escribiste los deseos —en eso tiene razón, de igual forma quedan diecinueve y no soy adivina, pero mejor callo y continúa hablando —. Entonces mi objetivo con todo esto es que lo disfrutes y tengas una primera reacción sincera cada que lleguemos al lugar donde se cumplirá el deseo. Y si te lo contara el chiste y la magia se acabaría, ya que si te lo digo tu te pondrías a pensar mucho en este y al fin cuando estemos cumpliéndolo no será lo mismo —comenta.

Y ni cómo refutar eso, tiene toda la razón, si me lo dijera me pondría a sobre pensar las cosas y al final por más lindo o sorprendente que sea cada momento no lo veré igual porque mi cabeza se imaginara de una forma diferente.

—Sigue siendo injusto —claro que no le diré que estoy de acuerdo con ello, me gusta molestarlo.

—Bueno, lástima que en esto no te pueda complacer Ali no te lo voy a decir, así que mejor alístate que más tarde paso por ti —se acerca y me da un beso en la mejilla con delicadeza que logra que una electricidad llegue por todo mi cuerpo —. Chao, no se te olvide tomar las pastillas y descansar un poco —avisa, me da una sonrisa y comienza a caminar hasta su habitación, que está en el mismo piso que la mía.

Por mi bien no lo miro más y entró cerrando la puerta detrás de mí recostandome en ella, ¿Que acabó de suceder?, Will siempre me da besos en la mejilla o frente, y este se sintió diferente a los demás, nunca he tenido muchas personas que me besen, pero puedo asegurar que en este hubo algo que no vi venir.

Mierda no tengo que pensar en cosas que no deben ser, solo fue un simple beso y ya nada más. Para olvidarme del momento que no crea que sea lo apropiado, mejor voy a bañarme y así bajar ese calorcito extraño que está dentro de mí.

Un rato más tarde de ducharme y arreglarme un poco, para luego dormir y descansar como me lo pidió William, estoy sentada en mi cama leyendo un libro en donde todos los malditos capítulos que he leí me han hablado de la química y como está la tensión de los protagonistas. Logrando que mis pensamientos piense en todos los momentos que he tenido con el enfermero, cuando nuestras miradas se encuentran y los ojos brillan, o esas sonrisas que me dan, o hasta la vez que nos vimos la primera vez, ese café que me invitó, esa propuesta que me hizo para que mis días fuera de arcoíris y no grises. Pero sobre todo esa carta que le dejó al final su madre, al decir que apenas encontrara el amor, lo iba a saber con tan solo verla.

Y si por más que lo quiero negar pensando que no debe ser sucedido, me estoy enamorando del hombre de ojos azules que es mi enfermero y se llama William Cortes.

Ahora es mayor dilema es qué voy a hacer, dudo que él quiera estar con una enferma que no sabe ni si saldrá de esta. Además, se que Will es mi amigo y desea verme feliz y no triste solo eso.

¿En serio tenía que sentir algo por él?, No en este momento no puede pasar nada, no tengo el derecho, lo único que debo hacer es salir victoriosa de la mierda que padezco. Odio esta enfermedad que no más me trae desgracias y cada día son peores, si lo hubiera conocido en otras circunstancias y yo estuviera bien. Hasta puede que él sintiera algo por mí. Dios, mis ángeles me odian, solo tengo mala suerte, pero impresionante.

Tener que estar al lado de él haciéndome que no pase nada cuando sucede todo lo contrario, me quiero morir con justa razón. Dejó el libro de lado y me tiró con brusquedad a la almohada para dar un grito ahogado, logrando que en el proceso me maree, recordando la maldita razón por la que Will está a mi lado. Es mi enfermero. Me pongo a maldecir una y otra vez, hasta que escucho el timbre de la habitación y no tengo que adivinar para saber quien es. La única persona que está conmigo todo el tiempo y que ahora resulta que me estoy enamorando William.

Me levanto de mi lugar, me recupero del momento desastroso que tuve porque claro que no debe notar nada extraño, me aliso el vestido que me puse para quitarle lo arrugado, voy al espejo que está en el tocador, me miro y arregló el cabello y ya otra vez siendo yo.

Tomó aire un momento, cuando ya estoy normal me dirijo hacia la puerta y abro para encontrarme con el hombre de ojos azules con una sonrisa y una rosa blanca en la mano ¿En serio?, Yo casi atorándome por dentro para que el llegue a darme más razones de rectificar lo que siento.

—Bella Alison, espero que hayas descansado y aquí te traigo una rosa blanca que significa paz y tranquila, que es lo que tu me das —me la ofrece y la tomó acercándola a mi nariz y huele delicioso.

Pero eso no fue lo que se llevó mi atención, lo que sí lo hizo fue esas palabras que dijo, ¿Yo le doy paz a Will?, eso si me toma más prevenida de lo normal.

—Gracias, está muy hermosa —agradezco de una forma lo más sincera por la rosa —. Y podrías repetir lo que dijiste hace un momento —pido sobre lo otro que todavía no puedo creer y solo me sonríe.

—Lo que escuchaste Ali, pero ahora no vamos a hablar de ello, hay mucho tiempo, debemos irnos a cumplir tu próximo deseo y no queremos que se haga tarde —recuerda —así que ve por tu chaqueta o saco y vámonos que estoy emocionado porque veas el deseo —dice con entusiasmo sonriendo.

—Como tu digas —acepto sin querer eso, necesitaba que me explicara lo que acaba de decir, espero después me lo explique y yo no haya escuchado mal.

No pienso más y me doy la vuelta, dejó la rosa en la mesa del comedor y llegó a la cama, cojo mi bolso y saco y vuelvo hasta donde me espera William.

—¿te tomaste los medicamentos? —pregunta en modo serio expectante de la respuesta.

—Si señor, como usted me lo ordeno —respondo igual.

—Muy bien, ahora si nos podemos ir —comunica ya relajado pasándose la mano por el cabello y mierda la escena que se me vino en cámara lenta, fue imposible no tenerla y no hay nada que la describa.

Abre paso y salgo de la habitación cerrando la puerta y rió bajito, este hombre no se lo que está haciendo conmigo.

Salimos del hotel y llegamos hasta un carro negro que supongo que es el de William. Y se adelantó dos pasos para abrirme la puerta de este.

—Por hermosa mujer puede subirme a mi humilde limusina —me hace un ademán para que entre.

Sobre todo humilde, este carro se ve que es lujoso.

—No me acostumbre a la formalidad, porque me voy a enojar cuando no la tengas —bromeó.

—Nunca, voy a dejar de hacer eso, no lo dudes —asegura y el corazón logra comprimir un poco.

Necesito parar de imaginar cosas, así que no lo pienso y entró en carro, William cierra la puerta y da la vuelta entrando por la del copiloto.

—Ya es hora de iniciar el camino hasta nuestro destino—. Saca unas gafas de un estuche que estaba encima del parabrisas, apenas se las pone, logra verse más sexy de lo que es — ¿Estás lista? —pregunta girando para verme y me da una imagen mental como escena, cuando pone una de sus manos en el asiento y la otra en el volante mirando con una sonrisa en la cara.

—Si —respondo.

—Entonces no se diga más.

Se gira, enciende el auto y empezamos nuestro recorrido donde será el nuevo deseo. En todo el camino hablamos de cosas triviales, escuchamos música, reímos, peleamos por opiniones, diferentes temas del mundo, me explicaba sobre algunos sitios que pasamos para que los conociera. Y lo único que puedo concluir de esto es que William tiene todo lo bueno de este mundo y jamás me aburría con él, siempre me ofrece algo para no terminar la conversación y me presta atención de una manera que nunca esperé que alguien lo hiciera.

Después de una hora y media de viaje en auto que parecieron solo minutos, estacionamos en una zona donde hay muchos edificios y es muy concurrida.

—Hasta aquí podemos avanzar en carro, nos toca caminar dos cuadras para llegar a nuestro destino —avisa William desabrochando el cinturón y hago lo mismo.

—¿Dime que deseo es? —pido para seguir molestado.

—No, Ali, no te lo diré, además solo queda poco tiempo y te lo conocerás —se quita las gafas y las pone entre la camisa que deja ver su pecho tonificado. Logrando que yo trague grueso.

—Eres malo —. Pero demasiado diría yo.

—Prefiero serlo a dañar la sorpresa y el chiste de esto —abre la puerta del copiloto, la cierra y se da la vuelta para llegar hasta la mía y abrirla ofreciéndome la mano —. Sería tan amable de salir del auto señorita Méndez —vuelve con la formalidad.

Me rio mientras la tomo y esa misma electricidad pasó por mi cuerpo. Pero hago acopio y me controlo saliendo del auto.

—Gracias señor Cortés —sigo el juego y él cierra la puerta posándose a mi lado.

—Siempre será un placer ayudar a la señorita, ahora si gusta puede tomar mi brazo y así podemos llegar hasta nuestro destino final —habla y no pienso solo hago lo que pidió.

—Me parece estupenda idea —los dos reímos y comenzamos a caminar.

Como ya lo sabemos hacer, íbamos hablando de todo los que se nos pasara en la mente, sin poner cuidado a nada ni nadie más que nosotros dos, y esos momentos mágicos que cada vez lo que pienso siento algo diferente, que no se si es porque estoy loca, o es en verdad esta sucedió. Creo que ahora mi mayor preocupación no es tener leucemia, sino, no poder comprender lo que pasa. Unas cuantas calles después nos detenemos al frente de un edificio de cuatro torres que por lo que veo abarca varias manzanas y el diseño que tiene es espectacular e impresionante.

—Bueno Alison, llegamos a tu lugar del día de hoy para celebrar tus dos meses, de tu tratamiento contra la leucemia, se que te va a gustar, así que entremos y te se que no te tendrás que revelar que decía el papel de un mes atrás —dice y solo asiento con la cabeza y avanzamos hacia la entrada en donde la hay muchas personas que entran y salen.

Pasamos el filtro de seguridad después que nos revisan, y damos nuestras credenciales y por fin estamos dentro del sitio que se siente de lo más bien, desde los pasillos se puede vivir esa tranquilidad y paz del lugar. Entre estos hay varios cuadros y algunos libros que se ven antiguos, pero por lo moderno del edificio se ve que son reliquias.

Avanzamos y después de caminar por pasillos y subir unas escaleras inmensas nos tenemos enfrente de dos portones negros grandes.

William se posa frente a mí tomando mis dos manos, conectando su mirada con la mía.

—Aquí es nuestro destino, antes de entrar quiero decirte que cada día que transcurre me haces sentir orgulloso de ti, y sé que eres una mujer fuerte y inteligente, sigue así y sin importar que suceda, nunca olvides que siempre estaré a tu lado para tomar tu mando cuando la necesites.

Siento como mis ojos se cristalizan al escucharlo decir eso.

—Gracias por ser el ángel que me está ayudando con este sufrimiento, y créeme que te tomaré la palabra y no soltaré las manos que me hacen sentir segura —confieso con el nudo en la garganta.

—Sabes que no me gusta que me agradezcas —recuerda y ruedo los ojos riendo un poco —. Y no tienes que decir algo tu solo hazlo que yo para ti siempre estaré Ali —asegura y siento como todo se me acelera por dentro —. Ahora creo que es justo que veas tu premio por tu proceso —dice y asiento con la cabeza —. Pero cierra los ojos, quiero que tengas la mejor impresión del mundo —pide y no pregunto nada solo lo hago.

Segundos después escucho como la puerta se abre, Will llega hasta mi lugar me tomó de la mano y me fui unos cuantos pasos, se detiene.

—Ya puedes abrir los ojos —hago caso y lo que ven mis dos iris color verde en ese instante parece ensueño —. Deseo dos: Un lugar que sepas que me traerá paz y a ti también lo hace —recita lo que escribir en el papel.

No puedo apartar mi mirada de lo que estoy viendo, es impresionante. Es un salón inmenso con estantes que van desde el piso hasta el techo llenos de libros que puedo asegurar que son de todo tipo, con ventanales en la parte superior que da luz natural a lugar, los techos son en forma de un que se ven muy lindos, en la mitad de este lugar hay varias sillas donde hay personas leyendo un libro o hablando con alguien más lo más casual posible. En este momento me parece mentira, lo que estoy visualizando es con lo que todo lector sueña una biblioteca llena de libros para escoger y leer. Lo mejor es ver el ambiente antiguo, pero a la vez clásico que hay.

—¿Te gusta? —pregunta Will cuando ve que no digo nada y me giro quedando a centímetros de él y mierda.

—No —su rostro se contrajo un poco —. Si no que me fascina es hermoso, este lugar —terminó de decir y me lanzó para abrazarlo, siendo recibida con gusto en sus brazos —. Gracias, nunca tendré como pagar todo lo que estás haciendo por mí, eres el mejor.

—Me lo pagas solo con estar a mi lado y disfrutando esto —dice cuando me separo —. No hay dinero que pague lo feliz y millonario que me siento, al verte feliz y riendo disfrutando de todas estas cosas Alison, así que si quieres pagarme sigue sonriendo y siendo fuerte para ganarle a esta prueba que te ha puesto la vida —dice

No contestó nada por un segundo mientras recapitulo y entiendo cada una de sus palabras que se sintieron como petición y casi ruego.

—Si con ello puedo retribuir todo lo haces por mi claro que lo haré —respondo seguro y me regala una sonrisa.

—Ahora no perdamos más tiempos y vamos a recorrer todo este lugar y disfrutemos este este ambiente de paz —asiento con la cabeza

—Si vamos, estoy emocionada —habló con alegría.

—Eso es lo único que importa —me da una sonrisa, lo más pura y hermosa que le he visto, con un brillo en los ojos que no tienen precio —. No perdamos tiempo y vamos a recorrer el sitio.

Me ofrece su brazo, lo tomo y comenzamos a caminar por el lugar. Así se resume nuestra tarde, recorriendo la biblioteca con ayuda de un guía, hablando de libros que en muchos de ellos hay alguna historia que contar de lo viejos que era con un autor interesante.

Cada que entrabamos a una nueva sala de libros lograban que me enamorara más, también tomé alguno que me llamó la atención y lo compre, y otro los pedí prestados que fue fácil el proceso.

Finalizamos nuestro recorrido por el lugar de ensueño, en una de sus muchas zonas, tomando un café y leyendo un poco de un libro juntos, y por último Will sacó su celular, puso la cámara y tomó la foto capturando mientras teníamos un libro en la mano y sonreímos.

Me dijo que quiere que en cada deseo haya una evidencia de que lo hicimos. Más tarde llegamos al hotel, cenamos un rato más de hablar y opinar del lugar donde fuimos, el se encontraba cansado, así que se fue para su habitación no antes sin haber sacado en mis narices el nuevo deseo y reiré en mi cara e irse dejándome con la intriga.

Yo me deshice de mi ropa, me desmaquille, les deje un mensaje a mis padres de buenas noches y me tiré a la cama porque caminar también cobró factura y más en mí, por lo que ya se sabe que tengo. Me tomé los medicamentos requeridos y me fui durmiendo poco a poco con la imagen de lo vivido el día de hoy y con una sonrisa en el rostro, me quede profunda deseando que el mes pase rápido para poder hacer el próximo deseo y estar al lado del enfermero de ojos azules.


Frase del día: "Lo más hermoso es lo que no ves venir"


Buenas noches a todos, volví con nuevo capitulo y disculpas encima.

Pido perdón por no haber aparecido hasta ahora, lo que sucedió fue que no tenia internet así que no pude editar el capitulo a tiempo, pero aquí estamos recargados.

Ahora si, ¿Qué tal les pareció el capítulo?

¿Les gusto el deseo?

¿También sueñan ir a una biblioteca como la que llevo Will a Ali?

¿Cómo vieron esos sentimientos que comenzó a sentir Alison?

Como recompensa por la demora dejare el titulo del próximo deseo: "La cita perfecta"

Estoy seguro que se van a morir de amor con el ese deseo en todos los sentidos.

Ahora si me voy, que tengan buena noche. Besos y abrazos.

Paso a recordar que si no me han seguido en mis redes sociales los links están en el panel, seria mucha ayuda. Muchas gracias y ahora si me despido.


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