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Pov: Daniel
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El dichoso lunes había llegado, el fin de semana fue bastante pesado más el viernes, llevamos a Paola a su primera cita psicológica con María.
Nos contó que habían progresado un poco pero aun así Paola no hablaba mucho de ella y trataba de evadir cualquier tema que tuviera que ver con ella, además de que salió más apagada y triste de lo que había llegado, pero nada que no solucionen unos cuantos mimos y un helado.
Debido a lo reciente con Martha, estaba presentando síntomas de papitis severa, no quería separarse de nosotros para nada, así que Felipe y yo nos tomáramos turnos para estar con ella y que el otro trabajara, ya que como no habíamos ido a trabajar le dijimos a nuestras respectivas secretarías que nos pasarán todo el trabajo para la casa. Incluso a la hora de su siesta se negaba a separarse de nosotros.
Me dirigí a la habitación de mi niña para despertarla, los chicos estaban a punto de llegar y mi novio tenía que irse apenas llegasen.
La tome en brazos delicadamente mientras masajeaba suavemente su espalda, recibi un suave quejido y sentí como trataba de pegarse más a mi cuerpo. —patita es hora de levantarse, ¿o acaso no quieres despedir a papi?. — unos segundos de silencio pasaron para que mi niña negara con la cabeza. Sin hacer mucho caso a su respuesta, baje con ella en brazos hacia la Sala donde estaba Felipe dando vueltas por toda la habitación ansioso.
Al vernos corre hacia mi y me arrebata a Paola de los brazos.
— Hola mi nena. — saludo cálidamente, pero no obtuvo respuesta. — ¿Tienes hambre?, te deje un poco de fruta con yogurt. — de nuevo sin recibir respuesta. Mi novio suspiro y cambio de posicion a Paola de manera que lo viera a la cara.
Su carita estaba levemente Roja y un par de lágrimas se deslizaban por sus ojos. — ¡¿Que pasa bebé?!. — pregunto Felipe alarmado, me acerque a ellos y deje un beso en la frente de mi pequeña.
— Mi amor, solo será hoy, ¿si?, si no te sientes cómoda con Camilo y Thomas papi y yo nos quedaremos contigo aquí, pero debes prometernos que les vas a dar una oportunidad, ¿si?. — seque sus lágrimas con mi pulgar y la abrace fuertemente junto con Felipe.
Digdon~
Sonó el timbre, mi pequeña abrazo fuertemente a mi novio no queriendo dejarlo ir.
Fui a abrir la puerta encontrandome con los chicos con unas sonrisas deslumbrantes, se veían emocionados.
— Hola Daniel. — saludo Camilo con entusiasmo.
— Hola amigo, que tal. — le devolvi el saludo. — pasen pasen.
Ambos pasaron encontrándose con Felipe en la puerta y con una Paola muy bien adherida a el con la carita escondida en su cuello.
— Mi amor saluda a tu tío Camilo y a tu tío Thomas. — dijo mi novio sobando su espalda rítmicamente.
Paola negó sutilmente — Vamos corazón, no seas grosera, ellos no te harán daño. — intento nuevamente ahora si consiguiendo que saliera de su escondite tímidamente.
— H-hola. — su voz apenas había sido un susurro pero fue bien escuchado por todos.
— Nena, te voy a dejar con daddy, ¿si?, quiero que te portes bien con tus tíos y les hagas caso en todo. — Paola se pego nuevamente en su cuello y negó con la cabeza.
Felipe suspiro. — Mi amor, lo prometiste, ¿como vas a saber que no te agradan si no los conoces bien?. — la acomodo de tal manera que se vieran cara a cara. — ¿Puedes quedarte con daddy?, se me hace tarde nena. — esta vez asintió y reclamo por mis brazos.
— eso es patito. — la recibí cálidamente a lo que ella Apollo su cabecita en mi hombro sin ocultar de todo su cara.
— Ya me voy nena, te veo en la noche ¿vale?. — un puchero adorable se asomo por su boquita, me derritió el corazón por lo que sin poder resistirme bese su cabecita. Ella asintió como respuesta.
— Bye papi. — dijo decaída, Felipe la miro un segundo y se acercó a dejarle un último beso en la frente, — No estés triste bebé, volveré antes de que me extrañes y ya veras que te divertiras mucho con tus tios.
Paola asintió y le devolvió el beso en la mejilla, Felipe sonrió cálidamente para después dejar un corto beso en mis labios.
— Bueno patita, vamos a que desayunes antes de irme. — Nos dirigimos ambos a la cocina siendo seguidos por Camilo y Thomas detrás de nosotros.
La senté en su sillita dejando sobre su bandeja el plato con yogurt y fruta. — Patita iré a terminar de preparar mis cosas, te dejo con tu tio Camilo. — Tenía que hacer que Pao se llevará bien con los chicos antes de que me fuera, si no no me dejaría ir.
Paola asintió un poco triste y comenzó a comer en silencio.
»»—— Narrador omnisciente ——-««
— Hola muñequita, ¿como te llamas?.— después de que Daniel se fuera un corto silencio Reino la cocina a lo que Camilo trato de romperlo.
— Paola... — su voz había sido apenas un susurro por lo que Camilo supo que no hiba a ser fácil sacarle plática a la pequeña.
— Bueno nena, yo soy Camilo nos conocimos en la fiesta del 14 de febrero que tus papis organizaron pero tal vez no nos recuerdes ya que casi no convivimos contigo ese día. — Un segundo silencio Reino, definitivamente sería difícil, pensó Camilo.
— ¿Que te gustaria hacer cuando tu Daddy se valla?, tal vez podamos armar un fuerte de almohadas y ver una película, un pajarito nos contó que te gusta mucho ver películas de Disney. O tal vez podríamos pasar el día jugando, ¿como suena eso?.
Paola se quedó un poco sorprendida, Martha no le daba opciones si no hacia lo que ella quería la regañaba o amenazaba.
— ¿P-podemos hacer lo del fuerte...?
— ¡Claro que si nena!, ¿que película te gustaría ver?, Tal vez una de princesas o algún clásico, o también podemos ver algo que no sea de Disney.
— Podemos ver la dama y el vagabundo.
— ¡Esa es una exelente idea!, a Thomas le encanta esa película.
— ¿Thomas?, — confundida dejó de ver su plato para hacer contacto visual con el mayor.
— ¡Ah, claro!, todavía no te presentó a mi esposo. ¡Thomas!, ven un segundo. — llamó fuertemente causando un mini susto en Paola por el grito.
Un gigante e imponente hombre apareció en la cocina, ¡era más alto que Daniel!, tal vez medía unos dos metros, tenía dos posos oscuros y penetrantes como ojos y un semblante tan serio que parecería que estaba molesto
— El es mi esposo Thomas, puede parecer rudo pero estaba muy emocionado por volver a verte. — Camilo observo la cara petrificada de la niña. ¿Quien era este tipo y porque parecía que acababa de matar a alguien?.
Para la suerte de Paola, Daniel había aparecido en la cocina por lo que no tardó en reclamar sus brazos desesperada.
— ¿Que pasó?. — pregunto Daniel una vez teniendo a su pequeña en brazos, estaba temblando.
— Creo que le tiene miedo a Thomas. — dijo Camilo un poco serio, Daniel miro al hombre de reojo, no se le pasó por alto su mirada triste.
— Patita el tío Thomas no te hará daño, puede parecer rudo e imponente pero es un amor de persona. — Paola solo se adhirió más a su cuerpo.
Le hecho una pequeña miradita al desayuno que su pequeña estaba comiendo y lo vio sin terminar por lo cual acomodo mejor a Paola en brazos y trató de darselo. — Anda patita, pronto me tengo que ir y quiero dejarte bien desayunada.
...
Después de muchas lágrimas Daniel había conseguido que su pequeña se quedará en casa, dejándola con los dos hombres.
— Bueno nena, primero que nada vamos a darte un baño ¿te parece?. — Camilo subía las escaleras con Paola en brazos siendo seguidos por Thomas que solo miraba a Paola.
Al llegar a la habitación Camilo dejó a la niña en su cuna mientras hiba a prepararle su ropa y Thomas hiba a preparar la bañera, Paola sin decir nada solo se acostó en su cuna y abrazo fuertemente a su amigo peludo, tenía miedo, miedo de que alguien más la viera desnuda, de que dos desconocidos la vieran desnuda y de su posible reacción.
— Listo nena vamos, todo está listo. — a Camilo no se le pasó por alto la mirada de miedo y desconfianza de Paola. — ¿Que pasa nena?, tus papis nos dijeron que te encanta la hora del baño.
No contestó, no quería hablar.
El mayor trato de buscar alguna solución para que Paola quisiera bañarse sin obligarla, pensó y pensó hasta que se le prendió el foco. — Que tal Si... ¡ponemos Muchas muchas burbujas!, ¡¿a que suena bien?!. — Trato de sonar emocionado para transmitirle la misma emoción.
Paola se sorprendió, Martha no le ponía nada al agua, nisiquiera la dejaba jugar dentro de ella, los únicos que ponían burbujas eran sus papis, pero ahora que trabajaban ya no había mucho tiempo.
Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Paola y asintio felizmente. Camilo hizo lo mismo, siendo su sonrisa más de triunfo.
Una vez en la bañera, Thomas le entregó algunos juguetes a Paola para que se entretuviera mientras ellos la bañaban.
Su tacto era delicado y sutil, más que el de Felipe, no la tocaban más de lo que era necesario y eso le transmitió paz y confianza.
Una vez el baño finalizado, Paola fue envuelta en una grande y mullida toalla blanca y llevada al cambiador.
— Esperame un segundo corazón, voy a buscar la crema, quédate con tio Thomas. — Las palabras de Camilo habían logrado que Paola se pusiera nerviosa.
Paola se quedo estática viendo como aquel intimidante hombre se acercaba lentamente con su mirada atemorizante y su cara completamente sería, ¡parecía que podía matar a alguien!, ella no quería ser ese alguien.
Lágrimas rebeldes se deslizaron por sus mejillas y su cuerpo comenzo a temblar de miedo con cada paso que el intimidante hombre daba.
Thomas por su parte se alarmó al ver cómo pequeñas lágrimas se deslizaba por las mejillas de la pequeña con su expresión completamente petrificada del miedo. — ¡¿Q-que pasa princesa?!. —Paola abrió los ojos como platos al escuchar la gruesa voz de Thomas, que hasta el momento se había mantenido callado, esa voz era la más grave y suave que jamás habia escuchado nunca.
con miedo y delicadeza tomó rápidamente a la pequeña en brazos y comenzó a arrullar sintiendo poco a poco como se relajada y dejaba de temblar,comenzo a tararear una suave canción de cuna tratando de relajar a la pequeña.
Paola se quedó estática al ser levantada del cambiador, los brazos de Thomas eran... Reconfortantes, incluso más que los de Daniel, la pequeña recargo su cabeza en su pecho y pudo notar que era cómodo, era como una almohada cálida. Inconscientmente se llevo su dedo pulgar a la boca y comenzó a succionar sintiéndose más tranquila y en paz.
— Parece que ya te la ganaste. — Camilo miraba fascinado la escena desde el marco de la puerta del baño como su esposo tenía en brazos a su pequeña sobrina.
— Bueno nena, vamos a cambiarte, no queremos que te de un resfriado, si no Daddy cortara nuestras Cabezas.— trato de tomar a Paola en brazos pero no lo consiguió ya que sólo se adhirió más al cuerpo de Thomas. — Vamos nena tenemos que cambiarte. —trato de convencerla pero sólo se ganó un quejido al intentar nuevamente tomarla en brazos.
— Ve con el tio Cami princesa, ¿o prefieres que yo te cambie?.
— T-tu. — balbuceo aún con su dedito en la boca.
Una sonrisa se poso en la cara de Thomas miro a su esposo sorprendido pues hace menos de una hora Paola parecía tenerle miedo.
...
El día paso rápidamente, los hombres se encargaron de que Paola no les tuviera miedo o se sintiera incómoda con su presencia. ¡Incluso la pequeña parecía no querer despegarse de Thomas!, quien diría que el hombre intimidante de mirada sería se habría ganado el corazón de la pequeña primero.
Habían pasado casi todo el día jugando, cuando finalmente Camilo recordó la promesa que le había hecho a la pequeña, así que después de que despertara de su siesta los mayores se encargaron de armar un enorme fuerte de almohadas y cobijas, prepararon snacks y botanas para ver un maratón de películas hasta que llegarán los papis de la pequeña.
Paola se encontraba cómodamente acurrucada en los brazos de Thomas, cuando de repente paso a estar a los de Camilo, confundida miro a Thomas quien se levantó del sillón junto con Camilo y subían las escaleras rumbo a su habitación
— ¿Q-que pasa?. — pregunto con evidente confusión al ser interrumpida de esa manera.
Pero al ser acostada en el cambiador supo lo que pasaba.
— N-no estoy mojada... T-tio-.
No termino de hablar ya que de repente fue conciente de la sensación húmeda en su entrepierna, haciendo que un salvaje sonrojo apareciera en su cara.
— ¡E-espera!. — interrumpió a Camilo que estaba a punto de desabrochar su pañal poniendo sus manos en este para evitar que lo quitara, estaba asustada, tenía miedo de que pasará lo mismo que con Martha, sin poder evitarlo sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas que trató de retener con todas sus fuerzas, ¿porque tenía que ser tan debil?.
Los hombres trataron de buscar alguna solución hasta que la mirada de Thomas callo en un oso panda de peluche que yacía en la cuna de la pequeña, si mal no recordaba, los chicos les habían mencionado que ese era su juguete favorito en todo el mundo.
Camilo lo tomó improvisadamente y fingió que el oso le hablaba.
— ¿Ah?, ¿Que dice señor panda?, si... A mi tampoco me gusta ver llorar a Pao, ¿cree que si le damos muchos besitos se ponga feliz de nuevo?. — Camilo acercó juguetonamente el animal de felpa a la panza desnuda de la niña haciendo ruiditos graciosos, cosa que Paola no pudo evitar reír.
— ¿Dejaras que tio Cami te cambie Pao?— dijo "el señor panda" con voz graciosa .
Con una sonrisa Paola asintió reclamando a su peluche para abrazarlo y devolverle los besitos.
— Parece que se divierten. — Una voz conocida llegó a los oídos de los tres haciéndolos voltear inmediatamente.
Felipe se encontraba en el marco de la puerta con una enorme sonrisa. ¡Nisiquiera se habían dado cuenta del momento en el que llegó!.
— Así es hermano, todo el día estuvimos divirtiendo nos con esta pequeña traviesa. — dijo Camilo con una enorme sonrisa.
— Estábamos apuntó de cambiarla, ¿verdad nena?. — Paola asintió lentamente con un pequeño sonrojo que fue cubierto por el pecho de su panda.
— Si quieres me encargó ahora de eso. — Camilo asintió dándole paso a Felipe que comenzo a cambiar a su bebé con la atenta mirada de los chicos, incluso Thomas se encontraba tomando nota de como lo hacía.
— Bien, ¿ya ceno mi bebé?— preguntó Felipe tomando a su pequeña en brazos.
— Pues.... Estuvimos comiendo palomitas, se que eso no es cena pero no creo que Pao tenga hambre. — dijo Camilo nervioso, sabía que no debía darle chatarra tan tarde a la pequeña.
Felipe solo asintió y bajo al primer piso siendo seguido por los dos hombres.
— Se que ya deben estar cansados por todas las travesuras que debió hacer mi bebé traviesa, pero ¿les importaría quedarse hasta que llegue Daniel?, tengo trabajo que hacer y no me gustaría descuidar a Paola.
— Claro hermano, es un placer estar con esta bebé hermosa— dijo Camilo con una sonrisa arrebatando a Paola de los brazos de Felipe. — ¿Que dices preciosa, quieres ver cómo terminara la película?— Paola asintió frenéticamente, se había quedado con la enorme duda, ¿de verdad Víctor escaparía de el mundo de los muertos y lograría casarse con victoria?, ¿O se quedaria atrapado junto con Emily?
Felipe tuvo que ir a su estudio ya que el ruido de la tele no lo dejaba concentrarse, así que los chicos y Paola volvieron a quedarse solos hasta que Daniel llegó.
Paola se emociono al escuchar la puerta abrirse, inmediatamente salió del regazo de Thomas y gateo lo más lejos que pudo hasta toparse con la alegre cara de Daniel.
— ¡Hola patita!. — saludo alegremente tomando a su pequeña en brazos. — ¿como le fue hoy a mi bebita?.
— ¡Bien!, el tío Camilo y el tio Thomas hicieron un fuerte de almohadas en la Sala y, y comimos ¡muuuchos duces!. — uso una expresión exagerada con sus manos. — y jugamos mucho y, y...
— Al parecer te divertiste. — Dijo Daniel con una fuerte carcajada por la emoción de su pequeña.
Paola asintió sonrojada al ser conciente de su forma tan exagerada de hablar, ¡pero de verdad se había divertido!.
— ¿Donde esta tu papi patita?. — pregunto Daniel al no ver a su novio cerca, por lo general lo recibía junto a su bebé.
— Papi tabajando... T-tio Cami y tio Thomas y yo etamos viendo una pilicula.— Daniel río al ver cómo a Paola se le trababa la lengua al hablar tan rápido, ¿o acaso estaba entrando a su little space?.
— ¿Porque no terminas de ver tu película mientras voy a ver a papi?. — Paola asintió feliz mientras Daniel la llevaba otra vez a la sala donde estaban sus dos tios conversando tranquilamente.
— ¡Hola amigo!, saludo Camilo alegremente.
— Hola. — correspondió Daniel con un apretón de manos y una alegre sonrisa. — Me acaba de decir un pequeño patito bebé que se divirtió mucho hoy. — dijo guiñando un ojo.
— ¿Enserio?, pues dile a ese patito bebé que nosotros también nos divertimos mucho, cuidando de el. — le devolvió el guiño.
— ¿Puedes cuidarla un segundo más?, iré a ver a Felipe y a avisarle que ya llegue. — pidió Daniel entregándole a Thomas a su pequeña.
— Claro amigo, el tiempo que sea necesario. — dijo Camilo tocando la punta de la nariz de Paola.
Daniel asintió feliz y salió de la Sala rumbo al pequeño, (no tan pequeño) estudio que compartía con su novio, no lo usaban desde que Paola había llegado ya que no habían trabajado hasta ahora.
— Hola amor. — saludo al entrar.
— Hola cariño, ¿a que hora llegaste?. — Felipe levanto la vista de su laptop y recibió el dulce beso que su novio le daba.
— Hace apenas unos minutos, ¿Porque estas aquí?.
— Esque los chicos estaban viendo la televisión y no podía concentrarme. Pero ya casi término, podré terminar después de dormir a Pao.
— Me parece bien, entonces vamos a despedir a los chicos.
Felipe asintió cerrando su computadora y saliendo de la habitación con su novio.
— Chicos, lamento la tardanza y hacerlos quedar más tiempo de lo acordado. — dijo Felipe al entrar a la sala.
— No te preocupes hermano, es un placer cuidar a esta pequeña bolita de arroz.
Los chicos rieron al escuchar el apodo que sus amigos le habían puesto a su bebé.
— ¿Entonces, mañana a la misma hora cierto?. — Felipe y Daniel asistieron recibiendo a su bebé en brazos.
— Cariño despierte de tus tios y agradecerles por todo.
— bay tio Cami, bay tio Thomas, gacias po jugad comigo. — Dijo con una sonrisa en sus labios.
— No hay de que preciosa, nos vemos mañana, tengo muchas cosas planeadas por hacer. — Paola asintió felizmente y dejó un corto beso en las mejillas de ambos hombres.
— ¿Y para mí no hay beso patita?. — dijo Daniel "ofendido" ya que el nunca había recibido un beso de la pequeña.
Paola solo asintió y dejó muchos besitos en las mejillas de su Daddy.
...
— Mi liverti mucho con mis tios papi. — dijo Paola mientras jugaba con sus manitas en el cambiador.
— Me alegro mucho corazón. — dijo Felipe con una sonrisa terminando de cecar el cabello de Paola.
En su corazón sabia que Paola se hiba a encariñarte con sus amigos.
La noche finalizó con una pequeña Paola dormida en los brazos de su Daddy ya que se negaba a ser dejada en la cuna.
Muy a su pesar los chicos decidieron que esa sería la última noche que la pequeña dormiría con ellos, ¡la estaban mal acostumbrando!, aunque debían admitir que era agradable dormir con la ligera fragancia a bebé que Paola desprendía de forma natural, y lo calientito de su cuerpo cuando se enganchaba a alguno de los dos cuando caía profundamente dormida.
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No me mateeen😭.
Se que me tarde demaciado en actualizar pero pase por un horrible bloqueo, no tenía ni ganas ni inspiración para escribir qwq.
Lo bueno es que ya pasó.
¿Que les parece si para compensarlos por todo este tiempo de laaarga espera hacemos un preguntas y respuestas?.
Dejen sus preguntas, ya sea alguna duda sobre el fanfic, de los personajes o tal vez personal, si tienen suerte saldrán en el próximo capítulo publicado más tardar la siguiente semana
Espero que me disculpen qwq por hacerlos esperar tanto.
Sin más que decir para no alargar más esta nota, capaz que ni la leen ù.ú
¡Los dejó! Tomen Anita y cuídense uwu. Que tengan un bonito día!!.
*desaparece mágicamente*