A tu lado ©

By ElenaaL04

10.8M 553K 114K

Obra TOTALMENTE registrada. Código: 1505104058586 Cualquier plagio será denunciado legalmente. Cada paso que... More

Aclaraciones antes de leer.
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capitulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Epílogo.
Aclaraciones y segunda parte.

Capítulo 24

194K 13.1K 1.6K
By ElenaaL04

Hoy era otro día, más bien noche. Nos acercábamos a la ciudad, ya podía apreciar las luces de los edificios que cada vez se veían más cerca, como cientos de estrellas en el firmamento, sólo que estas eran artificiales y no tan bellas.

Marco iba conduciendo, yo me encontraba con Hadrien en el asiento trasero con mi mente divagando sobre cualquier cosa, bueno, no, no es verdad, no era sobre cualquier cosa, era sobre Brent.

Tenía la imperiosa necesidad de verlo, de hablar con él, conocerlo más, aunque de ante mano sabía que eso no sería posible por ahora, o al menos si llegaba a suceder él acabaría muerto y no quería lastimarlo, ni que nadie más lo hiciera.

Sonreí un poco al recordar su rostro que se había quedado grabado en mi memoria como una fotografía. Recordaba cada detalle de él, desde su expectante mirada, hasta su sonrisa, pero lo que más me gustaba recordar eran sus ojos, esos ojos azules que se iluminaron al verme.

—¿Por qué sonríes de esa manera? —Me cuestionó Hadrien; lo observé un tanto nerviosa.

—Por nada que te importe. Métete en tus asuntos y no me molestes —espeté tratando de sonar molesta y no nerviosa.

Entonces su mano sujetó la mía, pero no, no era un toque delicado como el que dan los hombres enamorados a la mujer que aman en un acto de cariño o de amor, más bien era el que regalas a tu peor enemigo, al mismo que quieres ver muerto.

—Me lastimas —susurré. Porque a pesar de ser vampiro sentía dolor, lo apreciaba de igual forma.

—Es el punto, Gabrielle. —Lo miré mal—. Debes de controlar tu manera de hablarme, antes que tu pareja, soy tu gobernador.

Fruncí el ceño ¿Pareja? ¿Era en serio? Ridículo que siquiera usara esa palabra para describirnos a los dos. Quise reír, pero sabiendo lo que me convenía, me quedé callada.

—De acuerdo, prometo insultarte solamente cuando estemos a solas —le dije con burla, lo cual no le causó gracia, aunque para ser sinceros a Hadrien nada le causaba gracia, y cuando lo veía sonreír era sólo porque estaba causándome algún tipo de dolor o tortura.

—No colmes mi paciencia, Gabrielle. —Apretó mi mano más fuerte hasta que escuché como esta cedía ante su fuerza, rompiéndose.

—¡Ah! —me quejé inevitablemente. Me había dolido, pero en un segundo la moví y nuevamente estaba como si nada.

—Puedo hacer eso con cada parte de tu cuerpo, me encargaré de que sientas mucho dolor, no me preocupa lastimarte, puesto que, sanas rápido, así que obedece.

—Eres un malnacido, Hadrien. —Frunció los labios y con valentía me le quedé mirando, sosteniéndole la mirada, retándolo a que intentara ponerme una mano encima, para mi alivio no lo hizo.

Apretó las manos en puño y desvió su mirada a la ventanilla del auto, solté un suspiro e hice lo mismo, dando suaves caricias a mi mano, maldiciéndolo en mi cabeza una y otra vez mientras entrábamos a la ciudad y fue ella la que robó mi atención.

Estaba maravillada observando todo, hacia demasiado tiempo que no salía del castillo y sólo me la pasaba rodeada por vampiros.

Presioné mis dedos contra el cristal del vidrio como si de alguna forma pudiera tocar los altos edificios, a las personas que iban y venían incluso al ser tarde. Tuve el deseo de mezclarme entre ellos, sentir el calor que emanaban, olerlos, apreciarlos, saber que tanto había cambiado en mí. Ahora que era vampiro me resultaban sumamente maravillosos, criaturas extraordinarias, como si yo nunca hubiese sido una de ellas.

Momentos después el auto se detuvo afuera de un Pub; presté toda mi atención a Hadrien.

—¿Qué hacemos aquí? Porque sin ofender, no te veo a ti como el tipo de hombre que les gusta divertirse en estos lugares.

—Gabrielle, sólo... cállate —me dijo poniendo los ojos en blanco.

—Te dije que, si iba a estar contigo por toda la eternidad, tendrías que soportarme —dije con una pequeña sonrisa mientras me encogía de hombros.

Hadrien negó, pero una pequeña sonrisa asomó sus labios. De verdad que se veía lindo cuando sonreía, no entendía por qué seguía siendo tan amargado, lo tenía todo; era rico, apuesto y el vampiro con mayor poder en su mundo, simplemente no tenía razones para ser como era.

—El Pub es mío, así como este lugar poseo muchos más, también empresas y un sinfín de pequeños negocios. —Vaya, eso no me lo esperaba—. De algún lugar sale el dinero que tengo, Gabrielle. Ahora necesito hablar unos asuntos con el encargado. —Asentí.

—Esperaré aquí —comenté; él negó.

—Vienes conmigo, después de todo también necesito alimentarme —dijo sonriendo. Fruncí el ceño.

—Si vas a coquetear y acostarte con humanas en el cubículo de algún baño... prefiero esperar aquí.

—No voy a hacer eso, sólo me alimentaré, no seas celosa —murmuró; abrí y cerré la boca un par de ocasiones sin saber qué decirle—. Vamos.

Marco bajó del auto y abrió mi puerta, me dedicó una pequeña sonrisa la cual devolví. Entonces Hadrien tomó mi mano llamando mi atención; lo miré extrañada, ya que esta vez si la había tomado con delicadeza y no como un maldito troglodita.

Alisé mi vestido, acomodándolo un poco; gracias al cielo me puse ropa apropiada.

Caminamos en silencio entrando enseguida, dejando detrás de nosotros una larga fila.

Ya adentro aprecié el sitio que en verdad era grande y con clase por así decirlo, tenía decoraciones en rojo sangre con oro, todo tan estilo... Vampírico.

Hadrien soltó mi mano y dejó la suya sobre mi espalda baja posesivamente; por otro lado, yo me hallaba sedienta, había demasiados humanos a mi alrededor, todos ellos sudorosos, desprendiendo cientos de olores, pero al único que podía prestar atención era al de su sangre. Me provocaban y ansiaba como nunca hundir mis colmillos en sus pálidos cuellos.

Seguí a mi vampiro que se dirigió hacia unos privado alejado del tumulto de humanos donde se encontraba un tipo, parecía de esos hombres que son contratados como guardaespaldas, alto, musculoso y de aspecto siniestro, claro, era vampiro. Él al notar nuestra presencia se puso de pie y luego de hacer una reverencia que hizo reír a Hadrien, le tendió la mano.

—Hadrien, amigo qué gusto —lo saludó, pero sólo presté atención a la palabra amigo.

Hasta ahora no le conocía ningún amigo a Hadrien, aunque bueno, no es como si conociera mucho de su vida y de él mismo.

—Lucas —lo nombró Hadrien sonriendo sinceramente. De acuerdo, esto era nuevo para mí, una parte que no conocía de él: La sociable.

—Ella es Gabrielle, ¿cierto? —Hadrien asintió.

—Gabrielle, él es Lucas, un viejo amigo —me lo presentó.

—Mucho gusto —murmuré seria.

—Vamos, chica, sonríe un poco —me aconsejó tomando mi mano para después soltarla rápidamente. Fruncí el ceño mientras ambos sonreían; ahora la amargada parecía yo.

—¿Te parece si vamos a mi oficina? —Sugirió Lucas.

—Por supuesto —le respondió Hadrien. Lucas se encaminó hacia un pasillo oscuro a un costado de todo el alboroto—. Ahora vuelvo, ¿quieres beber algo? —me preguntó, lo miré confundida. ¿Se refería a sangre o alcohol?— Me refiero a alcohol, Gabrielle —aclaró al ver mi rostro lleno de confusión.

—No, tengo sed —dije tocando mi garganta con la mano, como si de aquella forma pudiese aliviar el ardor.

—Entonces aliméntate —se acercó a mí y dejó sus labios cerca de mi oído—. Sólo haz eso, porque si te veo tocando de más a un humano, créeme que vas a desear no haberlo hecho.

Me estremecí ante su amenaza. Se separó un poco de mí y sin verlo venir depositó un beso en mis labios. Abrí mucho los ojos con total asombro, ya que no era un beso que desprendiera algo sexual, era un simple beso de pareja, uno que provocó algunas reacciones extrañas en mi estómago; Hadrien por lo regular nunca, pero nunca, me daba ese tipo de besos.

Me sonrió un poco y me dio un beso en la frente y me susurró un "ahora vuelvo" dejándome en estado de shock, ¿qué le pasaba? No podía comportarse como un idiota en un rato y después hacer este tipo de cosas, me confundía.

Sacudí mi cabeza y me dediqué a caminar por el Pub buscando a un humano del cual alimentarme, aunque no tardé mucho. Me dirigí hacia un chico rubio que bailaba con una chica a la que no presté atención, pero me detuve en seco al sentir el aroma a chocolate en el aire y no, no era Hadrien. El aroma era igual pero diferente, no había una forma en que pudiera explicarlo.

Me giré buscando por todas partes al dueño de ese aroma y entonces lo vi.

Brent estaba de pie a unos cuantos metros de mí, bailaba con una chica, que por la forma en que la tenía sujeta me hizo comprender que era de todo, menos su amiga. Asía sus dedos a la cintura pequeña de la joven, la traía a su cuerpo y el sonreía de manera coqueta.

Fruncí el ceño, molesta cuando la besó. No entendía por qué me sentía llena de celos. De acuerdo, sí, sí lo sabía; Brent era mi alma gemela, los vampiros son, bueno, somos celosos y posesivos por naturaleza y más aún al tratarse de la persona con la que vamos a compartir la eternidad.

Me acerqué a paso decidido hacia ellos, pero antes de llegar me detuve.

—¿Qué estoy haciendo?

Si Hadrien me veía con él sospecharía algo, así que di la vuelta dispuesta a dejarlo en paz, pero fue tarde. Sentí una mano cálida tomar la mía y lo admito, experimenté una emoción enorme crecer en mi pecho al dar la vuelta y ver a Brent, sus ojos azules no lucían para nada sorprendidos, es como si él hubiera estado seguro que volvería a verme.

—Gabrielle —escuché mi nombre escapar de sus labios y por todos los dioses que se oía de maravilla.

—Hola, Brent —dije mirándolo sin apartar mi mano de la suya. Detrás de él la humana con la que estaba hace unos momentos me miraba de todo, menos contenta—. Deberías regresar con tu novia.

—Primero quiero hablar contigo —me ignoró serio, confirmándome que ella sí era su novia.

—Eso no es posible —repliqué alejándome de él.

—Por favor —me pidió en susurro que pude oír a la perfección.

Mordí mi labio, nerviosa, observé a mi alrededor, pero no había rastro de Hadrien, quizá tardaría; así que sin pensármelo dos veces tiré de su cuerpo y lo llevé hacia un pasillo donde no llegaba la luz, parecido al pasillo por donde Hadrien desapareció hace unos momentos. Estaba alejado del murmullo de la gente, tal vez así sería un poco complicado que él nos encontrara.

—¿De qué quieres hablar? —Pregunté. Brent no me dijo nada y acortó la distancia que nos separaba; yo era un vampiro, pero seguía siendo pequeña a comparación de él.

Ignoré su altura y presté atención a sus labios que quedaron a centímetros de los míos. Su cálido aliento golpeó mi rostro, era extraordinario sentirlo, así que siguiendo mis impulsos lo sujeté del cuello de su camiseta y lo empujé contra la pared, dejando mi mano descansando sobre su pecho, justo donde su corazón latía errático.

Amé como nada aquel sonido.

—No eres humana —me dijo.

—No —confirmé

No pude ver ni un ápice de miedo en sus ojos, al contrario de eso sólo había excitación, como si le fascinara lo desconocido y sobrenatural.

—Lo sospechaba.

Sonrió y no pude resistirme más.

Acerqué mis labios a su cuello y pasé mi lengua por él imaginando sabor que tendría su sangre en mi boca.

Su respiración se aceleró, al igual que su corazón que comenzó a bombear deprisa su sangre haciéndola más tentadora.

Presionó sus manos en mi espalda desnuda, lo dejé que me acariciara. Sus manos eran cálidas y me gustó la sensación que provocaban en mi cuerpo.

Dejé salir mis colmillos y mordí su cuello. Brent se tensó y apretó sus manos sobre mi cintura que después fueron a mi trasero. Me presionó contra su cuerpo y pude sentir algo muy duro presionar mi vientre. Yo por mi parte me encargué de transmitirle cuanto placer fuera posible, ya que el suyo, era el mío propio.

En ese momento no pensé en las consecuencias de esto, no pasó por mi cabeza la imagen del vampiro al cual le pertenecía y eso, fue un gran error de mi parte.

Acaricié la nuca de Brent mientras su sangre con sabor exquisito seguía llenando mi boca. Era mucho mejor que la del primer humano que asesiné, me llenaba más, me dejaba más satisfecha.

Pero por más que deseara seguir bebiéndola me detuve en contra de mi voluntad, podía llegar a debilitarlo demasiado. Pasé mi lengua por la herida y ésta sanó de inmediato.

Me aparté un poco de Brent y lo miré con cautela, no quería que saliera huyendo y temiendo de mí.

Gracias al cielo no lo hizo.

—Tenía la ligera idea... De que podías ser un vampiro —titubeó. El asombro fue notable en mi rostro—. Estudio sobre ellos —me aclaró.

—Entiendo... —Susurré—, y ahora tengo que irme.

—No te vayas, Gabrielle, no puedes dejarme así, no sé qué demonios me pasa que no puedo sacar tu imagen de mi mente —susurró con desesperación.

—Tú estás con alguien...

—Me importas tú —me interrumpió rápidamente dejándome sin habla por unos segundos—. Por favor, Gabrielle, no huyas de mí, no me importa lo que eres.

No sabía qué decirle. Era algo asombroso, tal vez yo hubiera reaccionado igual si Hadrien no se hubiera comportado como el idiota que es.

—Yo no estoy sola —le aclaré.

—¿Tienes novio? —Preguntó.

—Voy a casarme —musité en voz baja, deseando que no me escuchara; pude ver la decepción en sus ojos.

—No es verdad... —Dijo afligido.

—Lo es, yo lo siento.

El rostro de Brent se llenó de tristeza, negó y me acercó a su cuerpo sin que yo pusiera objeción.

—Sólo quiero un beso. —Abrí mi boca sorprendida ante su petición—. Dime que sí —susurró mientras sostenía mi rostro entre sus manos.

Pasé saliva por mi garganta y no me detuve a sospesar demasiado su petición. Nada pasaba por un simple beso, de cualquier manera, Hadrien había hecho más que besarse con Amelia y no sé cuántas mujeres más.

Sentí los labios de Brent posarse sobre mi boca sin esperar una respuesta, y al ver mi aceptación prosiguió.

Su boca era tan cálida y se sentían correcta sobre la mía; apoyé ambas manos en su pecho mientras él acariciaba mis mejillas con suavidad. Fue como me perdí, me perdí totalmente entre aquel beso, entre sus labios acariciando con delicadeza los míos, era un beso como el que nunca había recibido, un beso puro y sin contenido sexual en él, un beso que no era tomado a la fuerza, pensé que así debió ser mi primer beso.

Sin embargo, no duró demasiado; reaccioné cuando sentí mi cuerpo golpear la pared con suma fuerza. Abrí mis ojos asustada, sorprendida y llena de terror porque Hadrien estaba allí, frente a mí, con sus ojos rojos brillando de furia. 

Continue Reading

You'll Also Like

12.8K 814 22
Romy, hija de una de las dos familias más poderosas de Verona, regresa a la ciudad que la vio nacer después de terminar la universidad con la intenci...
1.1M 107K 47
🎀 ๑ೃೀ...﹙ʚ: 𝒍𝒂 𝒃𝒓𝒖𝒋𝒂 :ɞ﹚ ❛ una bruja da todo por amor, da todo por su familia... Pero aveces hasta su magia se cansa de ser utilizada. ❜ ───...
52.6K 256 2
Nicholas Haynes y Helena Rush son dos chicos que encontraron consuelo el uno en el otro cuando apenas tenían nueve años. Dos mejores amigos que se ap...
20.3K 1.3K 40
¿Qué pasaría si el gran G-Dragon se enamorara de ti? Amor, rumores, caos y rencor son unas de las palabras que podrían describir esta historia. ✨ HIS...