Capítulo 32

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Y aca esta el otro cap. Ojala les guste, sin mas me despido y gracias por leer, votar y comentar, no saben cuanto lo aprecio.


—Brent...
 

En cuanto mencioné su nombre se aproximó a mí sin borrar la sonrisa de su rostro, pero antes de que pudiera estar cerca de mí Marco se interpuso en su camino, estirando el brazo, apoyando la mano contra el pecho de Brent.

—No tienes permitido acercarte a la Gobernadora —le dijo serio. Di un paso al frente y me coloqué a su lado.

—Marco, hazte a un lado —le ordené.

—No. El señor Van der Vart me prohibió que la dejara acercarse a este humano —explicó causándome confusión. Creí que Hadrien no le había dicho a nadie sobre Brent.

—El señor Van der Vart no está aquí, se quedó arreglando unos asuntos con su ex esposa así que hazme el favor de quitarte —exigí tratando de sonar lo más dura posible.

Marco me miró mal, frunció los labios, impotente, y resignado se alejó, pero manteniendo una distancia prudente sin dejar de fulminar con la mirada a Brent, quien me sonrió feliz y juro que pude ver cómo ese brillo tan característico de sus ojos, aparecía cuando se posaban sobre mí.

Luego, sin esperármelo me tomó entre sus brazos rodeando mi cintura con cuidado, estrujándome contra su cuerpo, y así mismo me vi abrazándolo yo también.

Respiré profundamente y sonreí tranquila al sentir su aroma, aunque me preguntaba cómo es que él podía estar aquí sin ser asesinado, y por qué los guardias lo dejaron entrar al castillo.

—¿Te encuentras bien? —Me preguntó preocupado mientras se separaba de mí y tomaba mi rostro entre sus manos con sumo cuidado, tratándome como si fuera una muñeca de cristal.

—Sí —susurré cubriendo sus manos con las mías, amando sentir su calor— ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo supiste dónde vivía?

—Quería asegurarme de que estabas bien, después de ver cómo te trató tu prometido no me quedé tranquilo y por eso estoy aquí —me explicó sin despegar sus ojos de los míos.

Le dediqué una sonrisa y quise besarle la mejilla, más me contuve.

Él era tan atento, tan lindo, un chico excepcional que vino hasta aquí sólo para asegurarse de que yo estuviera bien.

—Me enteré que hoy llegabas, así que le pedí ayuda a mi hermano para poder verte —añadió.

Y justo en ese momento noté a tres hombres saliendo del castillo; ellos eran muy altos y muy musculosos. Vestían normalmente, luciendo como hombres comunes, sin embargo, existía algo bestial en la manera en que caminaban y también en sus miradas. Entonces llamó mi atención el color de sus ojos, una mezcla oscura con destellos ámbar que parecían brillar cuando se posaban sobre ti.

Y fue ahí donde lo comprendí.

—Son licántropos —afirmé y Brent asintió dándome la razón.

—Mi hermano es el alfa de la manada que se encuentra aquí, tiene tratos con tu prometido así que por ese motivo lo dejaron entrar, y por ello también puedo estar aquí, no pueden lastimarme.

Miré a Marco que permanecía serio pero atento a cada movimiento que realizaban los licántropos que lentamente se acercaban a mí.

Estaba segura que él y Hadrien se encargaron de averiguar cada detalle de Brent, y que el que él y su hermano estuviesen aquí no era una simple coincidencia. Me resultó extraño, me hizo temer por la vida de Brent, porque quizá Hadrien planeaba hacerle daño y...

A tu lado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora