𝖫𝖾𝗍'𝗌 𝖯𝗅𝖺𝗒 ➸ 𝖧𝖺𝖾𝖼...

inanagirl tarafından

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Minjeong no quiere a nadie cerca de ella. Y es por esa razón que conoce a Haechan, el chico popular de la pre... Daha Fazla

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!¡ 𝗔𝗩𝗜𝗦𝗢 !¡

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inanagirl tarafından

Minjeong se imaginaba un lugar nada agradable, con chicas bailando al flote de fuerte música o algún tipo por allí vendiendo droga. Pero lo más absurdo y a la vez bueno era que no imaginó terminar en una tienda de batidos caros en el centro de Seúl con Haechan.

— Deme uno de cajeta — pidió a la persona que despachaba los pedidos. — ¿De qué lo quieres?

— No tienes que hacer esto.

— No te estoy preguntando si quieres o no — ella rodó los ojos negando sin opción.

— De vainilla.

Ambos salieron de aquella tienda y se detuvieron en una banca del parque, cada quien a una cierta distancia del otro. Haechan permanecía con la pajilla en la boca mientras que Minjeong apenas y le daba un sorbo.

— ¿No te gustó?

— No es eso, es solo que... bueno...

— ¿Pensaste que te llevaría a otro lado? — empezó a reír.

— ¿Cómo iba a pensar eso? — respondió orgullosa mirando el vaso de plástico.

— ¿Entonces?

— Me da miedo que nos vean y digan que nos escapamos, que vean la placa de la escuela. ¿Qué tal que llegue un viejo loco y me quiera secuestrar y entonces...

— Kim — de inmediato puso su atención en Haechan — Hablas mucho y de paso eres muy dramática. Ahora cállate y bebe eso que pagué por ello.

— No era necesario — susurró y le dió un sorbo a su bebida. Esto era extraño. Era extraño estar con alguien que le odia y le odiaba también, pero aún así la duda permanecía más en su cabeza — ¿Por qué me trajiste aquí?

— Ya te dije, favor con favor se paga.

— Entonces dime ¿qué hiciste exactamente para que me dejarán?

— Lo que importa es que ya te dejaron en paz ¿no? — volteó confundido.

— Sí, pero quiero saberlo.

— Minjeong, hay muchas cosas que no puedes saber.

— ¿Por qué no?

— Porque sino no tendría sentido que te las diga — ella rodó los ojos y mejor disfrutó lo poco que le quedaba de su batido. El chico sacó su celular de la chaqueta mirando a la pantalla.— Deberíamos irnos — se levantó y tiró el vaso de plástico vacío en un contenedor de basura, Minjeong hizo lo mismo y comenzó a andar a su lado.

Esperaban a que los autos se detuvieran para así poder cruzar la calle, pero unos silbidos cerca de ellos pusieron nerviosa a la chica. No quería voltear mucho menos para ver si la persona era mayor que ellos. Haechan notó a Minjeong muy inquieta después de mirar a su izquierda.

— No le mires — susurró cerca de su cien y pasó un brazo por sus hombros, como una forma de "protección". Pero nuevamente volvieron a silbar y Haechan se volteó ya harto. — ¿Tienes algún problema? — le gritó a un hombre que por cómo miraba a Minjeong supo que el debía ser el dueño de esos silbidos.

— ¿A dónde vas tan preciosa? — soltó con descaro, pero poco después Minjeong ya no sintió el brazo de Haechan sobre sus hombros, imaginó que tal vez iría con ese viejo a decirle que la dejará de molestar, pero no escuchó nada más que un golpe seco. Creyó lo peor cuando escuchó a alguien quejándose desde el suelo, pero al voltear un poco, el temor desapareció al ver que la sangre salía de la boca y nariz de ese viejo, y que Haechan era quién le había golpeado. Vió al chico agachándose a su altura y tomando al hombre del cuello de la camisa.

— No quiero verte faltando el respeto a ella u otra chica. ¿Entendiste? — su superioridad lo hizo asentir varias veces, Haechan lo dejó allí y se fue con Minjeong para cruzar la calle.

(...)

— No tenías que hacerlo.

— No lo hice por lo que tu cabecita esté pensando.

— ¿Y qué se supone que debo estar pensando? — puso las manos a la cintura.

— Cosas que solo las niñas esperan de un hombre — ella rodó los ojos y caminó dándole la espalda. Haechan tocó la puerta y está se abrió dejando ver a Jeno.

— Vaya, hasta que llegan — fingió regañarlos después de que entraron.

— ¿Dónde está mi mochila?

— Tranquila, niña — Yangyang alzó la vista de su celular y volvió a bajarla.

— Te la daremos cuando acabe el descanso — aseguró Jaemin.

— ¿Y por qué no ahora?

— ¿Eres tonta? — Yangyang alzó la vista otra vez — Si te ven pensarán que te vas de pinta.

— Lo cuál ya hiciste — Haechan canturreo en su oído y Minjeong se apartó.

La campana dió fin al descanso.

— ¡Mi mochila, dámela! — le exigió a Jaemin, este soltó una risita y junto a los demás comenzaron a andar tranquilamente, cosa que desesperaba a Minjeong.

En el pasillo, Jaemin abrió su casilla y de allí sacó la mochila de la chica.

— Aquí está — Minjeong se colocó rápido la mochila dispuesta a irse a clases, pero una mano en su hombro hizo girarse.

— ¿Qué?

— ¿No me darás las gracias? — suspiró cansada.

— Gracias por cuidar mi mochila — sonrío un poco y se fue caminando.

— Hey espera, tú y yo vamos en la misma clase — Jaemin le gritó corriendo tras ella.

(...)

— El movimiento rectilíneo uniforme es aquel con velocidad constante y cuya trayectoria es una línea recta. Un ejemplo claro son las puertas correderas de un ascensor, generalmente se abren y cierran en línea recta y siempre a la misma velocidad. También... — unos golpes en la puerta interrumpieron al profesor. Abrió esta misma para encontrar la presencia de la señora Park. La directora.

— Disculpe que tenga que interrumpir su clase justamente ahora profesor Lee — la señora tenía el semblante serio, y el corazón de Minjeong paró cuando vió a Haechan detrás suyo — Pero necesito hablar con la alumna Kim Minjeong — todas las miradas se posaron en la chica, ella por su parte sintió el estómago revolverse de los nervios, pero aún así se levantó y salió cerrando la puerta.

Dentro de la oficina, la directora tomó su lugar mientras ambos chicos ya estaban sentados en frente suyo. Minjeong sentía las manos sudar mientras veía de vez en cuando a Haechan quien estaba sereno, aunque no del todo.

— ¿Quieren explicarme el asunto de la pinta? Porque es imposible creer verlos juntos después de lo sucedido — ninguno de los dos respondió, era claro que no podían inventarse una excusa que hacerle creer a la señora. — Yo no tolero esta clase de comportamiento y es por eso que después de clases ambos irán a detención — ambos abrieron los ojos demasiado, esperaban todo menos eso. — No me miren así, pensaba suspenderlos unas semanas así que agradezcan que estoy siendo un poco considerable. Pueden irse.

Ambos se levantaron saliendo de la oficina, sin embargo Minjeong se detuvo y se volteó hacia la mujer. 

— Solo por curiosidad. ¿Puedo saber quién nos delató?

— No tiene necesidad que lo sepas, retirate — la chica se disculpó y cerró la puerta.

— Haechan — este volteó a ver que Yangyang corría hacia él. — ¿Qué pasó?

— Detención.

— ¿Llamó a tu padre?

— No, solo tengo que quedarme unas cuantas horas después de clase junto con la mocosa esta — el chino río bajito — ¿Qué te da gracia?

— Solo me imagino como será tu castigo al lado de Kim — le dio un leve golpe en el brazo — Igual, ella tampoco te soporta.

— Ya vete, Yangyang.

— Adiós — este se dio la vuelta desapareciendo por el pasillo, Haechan miró de lejos a la chica que tenía el teléfono junto a la oreja.

— Sólo te aviso que no iré a casa después de clases.

¿Por qué no?

— Tengo detención.

¡¿Detención?! — apartó el aparato para que los gritos de su hermano no le rompieran el tímpano — ¡¿Es enserio, Minjeong?!

— Cálmate...

No me digas que me calme, sabes que me pongo peor — hubo silencio y un suspiro de parte de su hermano se escuchó — Después de clases quiero una explicación, ¿de acuerdo?

— Ajá.

¿Minjeong?

— Sí ya entendí, adiós.

(...)

— Esto es absurdo — Minjeong apoyaba la barbilla en la mano y el codo en la mesa que estaba ocupando.

— ¿De qué te quejas? no es tan malo.

— Para ti no, pero para mí si — colocó sus manos en las sienes — No quiero pensar en lo que me dirá mi hermano cuando llegue a casa.

— Por lo que escuché tienes un hermano dramático.

— ¿Eres un metiche?

— Solo te estaba escuchando conversar, y viéndolo bien no necesitas encender el altavoz para escucharlo con claridad.

— Eso no es asunto tuyo.

— Lo defiendes porque es tu hermano.

— Cállate.

— No estoy diciendo nada malo.

— Meterte en conversaciones ajenas es malo.

— ¿Al igual que irte de pinta? — sonrío burlón, Minjeong abrió la boca para decir algo, pero volvió a cerrarla cruzando brazos. Pasó un rato hasta que el chico habló primero.

— ¿En qué piensas? — Minjeong no respondió, parecía sumamente ocupada en sus pensamientos — Hey tú — reaccionó volteando a verlo — ¿En qué piensas?

— En nada.

— ¿Seguro qué no es en mí? — Minjeong resistió las ganas de reírse en ese momento y apretó los labios para evitarlo todavía. Luego su expresión cambió totalmente.

— Tú solo piensas en ti.

— Ah eso me dolió — se llevó una mano al pecho fingiendo daño — ¿Sigues pensando en tu hermano?

— No.

— ¿Entonces?

— Solo me gustaría saber quien nos delató. Y creo que esa fue Ningning.

— ¿Qué te hace pensar qué fue ella?

— Porque es una fastidiosa — el chico empezó a reírse.

— Bueno sí, pero Ningning no es mala. — rectificó — Por cierto, no me diste las gracias por salvarte de ese idiota.

Minjeong se confundió, había olvidado por completo esa situación.

— Ah, eso... gracias.

— Ya no cuenta.

— Eres un payaso.

La puerta se abrió dejando ver a un profesor.

— Ya pueden irse — los dos miraron confundidos al profesor — Hay una junta de maestros y la escuela cerrará tarde — sin perder más tiempo tomaron sus cosas y caminaron a la salida. En la entrada Minjeong se giró hacia Haechan. 

— Parece que aquí nos separamos.

— ¿No quieres que te acompañe? — sonrío burlón.

— ¿Por qué querría tu compañía? — Haechan borró su expresión risueña y ahora miraba con serenidad a la chica, en cambio ella empezó a sentirse incómoda.

— Sabes, me doy cuenta de que no vales la pena y no tiene caso que te siga dando lata — la chica sólo quedó perpleja, sin palabras — Ahora ya entiendo porque Jaemin dijo que nadie te quiere.

— ¿Y por qué tienes que preguntarle cosas sobre mí? — puso sus manos en jaras sin quitar la pizca de molestia en su cara — ¿Acaso soy muy importante para ustedes?

— ¿Y quién dice que lo eres? — abrió los ojos, sorprendida. — Supongo que eso te dolió.

— Cállate — iba a irse pero el chico le tomó del brazo.

— Ojalá sea la última vez que me callas.

— Suéltame — se liberó de su agarre para alejarse de él. Por un momento estaba feliz porque eso significaba que ya no la molestaría ni la seguiría más.

Apenas llevaba un minuto caminando y el ambiente se puso tenso por la falta de personas en esa ruta. Poco después apareció de la nada un chico de aspecto andrajoso frente a ella. Podía jurar que incluso le doblaba la edad. Minjeong le miraba horrorizada por cómo le sonreía con malicia.

— Hola preciosa — quiso tomarle la mano pero ella no se lo permitió, el chico comenzó a desesperarse y la pegó junto a él mientras ella apartaba el rostro del suyo, pero unas manos en sus hombros la alejaron completamente.

— Con ésta van dos que te salvo — Minjeong respiraba agitada, pero aún así le agradeció a Haechan por aparecer en el momento— Dame tu mano.

— ¿Por qué?

— Porque él no se irá hasta que yo me vaya — Minjeong se lo estaba pensando mucho en si dársela o no, pero tampoco quería que un sujeto se le acercara otra vez.

— De acuerdo — entrelazó su mano con la de él y comenzaron a caminar.

Creo que me extendí un poquitín.
Gracias a todos los que me leen, los tkm 💕.

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