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— No quiero ir, Yeji. — Minjeong se quejó por segunda vez en la otra línea mientras se recostaba en la cama.

Yeji le había invitado a salir junto a ella y Ningning, pero Minjeong se negaba. No deseaba salir a ninguna parte más que afuera de su cuarto, no tenía los ánimos para hacerlo, ni siquiera salía más que para ir al baño.

Sé que te sientes mal y estás pasando un mal momento, pero no puedes encerrarte y alejarte de todos para sentirte bien contigo misma. Necesitas salir, distraerte.

— No lo sé. — seguía negando, mientras a su lado tenía a Azul acariciando su cabeza.

Yo sé que no quieres, pero lo necesitas, Unnie. No mereces estar así.

— Pero...

Anda, dí que sí. — insistió la menor. Minjeong rechistó por que sabía que Yeji no se rendiría, y que ella iba a acceder de todas formas porque sabía que tenía la razón.

— Está bien. — contestó en tono cansado, y escuchó a su amiga gritar del otro lado.

Te veo a las cinco afuera de tu casa. — y colgó.

Minjeong dejó el celular por un lado mientras seguía acariciando a su perro.

— ¿Qué se supone qué tenga qué hacer con esto? — formó un puño hacia su pecho como clavando una daga a su corazón. El perro hizo un sonido quejumbroso pero a la vez tierno mientras miraba a su dueña, ella se rió y lo abrazó.

(...)

Al llegar pudo notar claramente el lugar en donde estaban; juegos mecánicos por todas partes, puestos de comida y de otros donde jugabas y si ganabas te llevabas un premio.

Para Minjeong era algo extraño estar allí sobre todo cuando aun era de día, pero era mejor ya que no le gustaba salir de noche.

Ella notó a Yeji y Ningning muy extrañas, las dos paradas una cerca de la otra con las manos una sobre la otra, como esperando a alguien. Luego notó venir a Jeno y Yangyang caminar hacias ellas.

Ella se confundió aun más ya que pensó que solo vendrían ellas tres. Sin más se acercó hacia Yeji mientras esta hablaba con Jeno.

— Pensé que solo vendríamos nosotras. — susurró luego de que Jeno se alejara para ir con Yangyang.

— Si pero... decidimos que ellos también podrían venir. Ya sabes, para cuidarnos.

— ¿Enserio, Yeji? — se cruzó de brazos mientras alzaba una ceja, con incredulidad. No estaba creyendo absolutamente en ella.

— Bueno, ¿y qué? — se encogió de hombros — No tiene nada de malo.

— Pero mentirme si.

— No te estoy mintiendo. ¿Por qué lo haría?

— ¿Sabes qué si ellos vienen le dicen a Haechan en dónde están para qué venga con ellos también? — Yeji se quedó pensativa por un momento, con una mano sobre su barbilla.

— Mmm no lo había pensado, hasta ahora.

— Creo yo...

— No pienses en irte — volteó hacia ella — con o sin él tienes que quedarte aquí porque a eso viniste, a distraerte. Si no quieres hablarle eso es cosa tuya, pero no quiero que te vayas. — le tomó la mano y la envolvió con la otra. Minjeong sabía que le sería bueno distraerse, pero si Haechan estaba allí sería más díficil.

En eso lo vio venir hacia ellos con las manos metidas en las bolsas de la chaqueta.

¡Justo lo que faltaba!

𝖫𝖾𝗍'𝗌 𝖯𝗅𝖺𝗒 ➸ 𝖧𝖺𝖾𝖼𝗁𝖺𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora