Amara
Nate caminaba de un lado a otro con la mano en el mentón.
- A ver, déjame ver si entendí....- suspira y se para a mirarme con las manos en las caderas- Hiciste un trato con nuestro enemigo ¡Y no sólo eso! ¡Lo besaste!
Abro la boca intentando acotar algo en mi defensa pero la cierro inmediatamente.
- Más bien....él me beso- le digo huyendo de su mirada juzgadora.
- Tu mamá va a matarme, tu mamá me cortará las bolas- habla pasando las manos por su rostro preocupado.
Me acerco y lo detengo por el brazo, me desespera que se mueva tanto.
- Mamá no te hará nada, además mi padre sabe mi plan e increíblemente me respalda, así que no te preocupes que no dejaré que nada pase.
Suspira.
- ¿Estás segura de esto?
No.
- Claro que sí ¿Que podría salir mal? Solo es un intercambio de beneficios.
- Eso no incluye besarte con el líder de la mafia Alemana- me señala con reproche.
- Fue un desliz que no volverá a ocurrir, no te preocupes.
Me mira enarcando una ceja.
- Bien, como digas pero....¿Qué haré ahora? ¿Se supone que deba seguir fingiendo?
Hago una mueca.
- Bueno, no, no serás un súbdito de él pero seguirás cuidándome, aunque más bien yo cuidaré tu trasero esta vez, no dejaré que te haga daño.
Me mira con burla.
- ¿De verdad crees que dejaré que me haga algo?- pregunta mirándome con una ceja alzada.
- Alexandre está loco, yo que tú no me fío.
- ¿Me quedaré en esa mansión también?
Me encojo de hombros.
- Puedes dormir conmigo, no tengo problema.
Muerde su labio y me mira con perversidad.
- Encantado de dormir contigo, preciosa.
Ruedo los ojos y comienzo a sacar mi maleta que aún no estaba desecha.
Aún no podía creer que solo habían pasado días y ese imbécil ya me había descubierto, pero en parte era mi culpa, tampoco me había esforzado en lo más mínimo en pasar desapercibida.
Nate se fue a su cuarto para preparar sus cosas y en cuanto estuvimos listos ambos nos dirigimos a la gran mansión Dubois, que más bien parecía un jodido castillo.
Aún no me fiaba del todo de Alexandre, pero de todos modos no tenia más opción para averiguar lo que sucedía aquí. Mi padre por su parte estaba encargándose de nuestra mansión en Rusia, alguien debía asegurarse que la mercancía, el dinero y los papeles importantes sobre las empresas del lavado, resguardados en ese lugar estuvieran a salvo.
Llevo un vestido apretado de color vino que se ajusta a mi figura, es corto y mut cómodo, en mis pies unos tacones que aumentaban mi altura y unos lentes de sol que descansan sobre mi cabeza.
Baje del coche con Nate a mi lado, quien llevaba un estilo bastante elegante que daba vibes de italiano y que me recordó a mi hermano.
Dios...como lo extrañaba.
Lleva una camisa negra arremangada a los codos con unos botones desabrochados, dejando relucir una cadenita con una cruz de oro, debajo unos pantalones blancos de vestir que llegaban solo a los tobillos y unos mocasines en negro también.
Caminamos a paso decidido, me sentía poderosa con mi estilo habitual y no como un jodido soldado.
Me abrieron las puertas y enseguida lo noté parado en la entrada con un vaso de whisky en la mano, Thor estaba echado a su lado con las patas cruzadas y observando el panorama.
Los empleados bajaban mis cosas y antes de que siguieran con las de Nate detuve a uno de ellos.
- Lleva estas a mi habitación también, él se quedará conmigo.
El chico asintió y comenzó a dictar órdenes.
Llegue hasta donde estaba Alexandre y me quite los lentes.
- Alexandre- asentí.
- Amara...- murmuró mirándome fijo.
Miré al perro a su lado y sonreí cuando se acercó a lamerme la mano.
- Hola cariño...- le hablé como bebé y pude sentir la mirada del hombre frente a mí.
- Ya está todo listo- escuche la voz de Nate y voltee.
Mire a Alex que miraba con confusión al chico detrás de mí.
- ¿Acaso tú no eres uno de mis hombres?
Antes de que Nate pudiera abrir la boca, contesté.
- Es mi compañero, no creerás que me metería a la boca del lobo sola ¿no?- lo mire con una sonrisa ladeada- Él se quedará en mi habitación, no causará problemas pero está aquí para cuidarme, si alguien intenta algo él no dudará en atacar y matar de ser necesario.
Noto como tensa la mandíbula y se acaba el trago de golpe.
- Preparen una habitación para él- le habla a los empleados.
Lo miro con una ceja alzada y bufo.
Siento la presencia de Nate detrás y no tardo en sentir sus labios en mi oído susurrandome.
- Tendré que escabullirme para liberar estrés.
Suelto una risa leve y niego con la cabeza ante su picardía.
Miro a Alexandre que mantiene el gesto serio y endurecido.
- Instalate y ven a mi despacho, ya sabes donde queda.
Ruedo los ojos y me encamino hacia donde me indican los de servicio, estoy por entrar cuando veo a Marina caminar hacia mí con altivez.
Me mira de arriba a abajo y noto la confusión en sus ojos, también puedo notar que Alexandre no le ha dicho nada.
- ¿Qué haces así vestida? Ve a hacer tus labores maldita holgazana.
Me cruzo de brazos y alzo el mentón, suelto una risa echando la cabeza para atrás.
- Ay cariño, tu jefe no te ha dado las directivas pero yo lo haré- carraspeo- No puedes mandarme, ahora soy tu superior por mucho, cariño.
- Déjate de estupideces y comienza a obedecer, no querrás saber lo que te haré si no empiezas a hacer caso.
Alzo una ceja.
- No digas después que no te advertí.
Intento pasar por su lado pero me detiene soteniendo fuertemente mi brazo sacándome una mueca, estoy segura de que su apretón me dejará marca.
- No me tientes, Arlette.
- Marina- la voz que dice su nombre la hace tensarse de pies a cabeza.
Mientras por mí parte sonrío con superioridad.
- Suéltala- ordena y enseguida obedece.
Me alejo de ella y me planto a un lado de Alexandre que mira con seriedad a la mujer.
- Amara es tu superior, su nombre no es Arlette y mientras esté aquí ella no recibirá órdenes de nadie mucho menos de ti, díselo a todos.
Asiente y noto sus ojos cristalizados cuando se marcha.
Siento una caricia en el brazo y miro a Alexandre que roza con sus dedos la zona enrojecida.
- Tienes la piel muy delicada- murmura distraisamente.
Me remuevo incómoda cuando su tacto provoca sensaciones extrañas y me alejo.
- ¿De qué querías hablar?
- Ven, vamos a mi despacho.
Lo sigo en silencio y el cierra la puerta en cuanto estamos ambos dentro, él se sienta en su silla mientras yo me quedo de pie y con los brazos cruzados mirándolo fijamente.
- Necesito que me ayudes a encontrar a mi padre, Amara, es realmente importante ni siquiera estoy seguro de que siga vivo todavía.
Lo miro notando la tristeza y la preocupación en su semblante, intenta ser fuerte y ocultar lo que siente pero soy una persona que sabe distinguir demasiado bien los gestos y comportamientos, puedo asegurar que Alexandre se encuentra desesperado.
- Esta bien pero sabes lo que quiero a cambio.
Asiente y suspiro apoyando mi trasero en su escritorio.
- Mi padre dijo que estaban a punto de negociar por una nueva ruta de transportación que le pertenecía a tu padre, así que habían estado hablando desde hacía unos meses y había alguien quien disputaba también esas rutas pero tú padre no confiaba demasiado en esa otra persona por lo que ellos iban a reunirse para cerrar el trato pero él jamas llegó, él no sabe quién era esa persona pero lo que sí me dijo fue que esas rutas iban desde Berlín hasta Moscú, lo que le pareció raro a papá, a nadie se le permite vender en la capital porque, precisamente, le pertenece a él salvo tu padre que tenia tratos con el mío.
Alexandre se frota los ojos con cansancio.
- Es muy extraño- lo miro confundida.
- ¿Qué cosa?
- Los mensajes del teléfono de mi padre o sus correos, no decía nada allí.
Hago una mueca intentando pensar, cuando la respuesta viene a mi sin tanta dificultad.
- Lo han hackeado, si tú padre hubiera negociado con el tipo habrían registros de llamadas o algo y tú me dices que no has hallado nada, eso solo significa que este tipo que se lo llevó es muy inteligente.
Él bufa frustrado y se levanta para servirse un trago en el mini bar, sin saber muy bien porque me acerco y acaricio un poco su espalda logrando que me mire, quizá es por qué yo estaría igual en su situación y hasta más loca tal vez.
- Lo hallaremos, no te comas la cabeza.
Me mira fijo como si estuviera analizandome y me detengo un momento detallandolo. Tiene los ojos marrones verdosos un extraño color, su piel es aceitunada y su cabello es castaño oscuro casi negro, tiene una mirada intensa y que podría hechizarte si no tenias cuidado.
Alexandre Dubois era atractivo y esa aura que poseía era fuerte, dura, dominante y nada fácil de sobrellevar por lo que había notado. Tenia que tener cuidado, un solo paso en falso y caería directo en esas redes engañosas que poseía.
- Eso espero....
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Nuevo capítulo🙌🏻
Espero que les haya gustado❤️🩹
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Nos vemos en el próximo capítulo🦋
- Cam🖤