Love and Darkness | Draco Mal...

badMalfoy7

2.2M 158K 166K

Draco Malfoy siempre ha sido conocido como un Slytherin ambicioso, pero nunca contó con tener el completo man... Еще

INTRO
PRÓLOGO.
001
002
003
004
005
006
007
008
009
010
011
012
014
015
016
017
018
019
020
021
022
023
024
025
026
027
028
029
030
031
032
033
034
035
036
037
038
039
040
041
042
043
044
045
046
047
048
049
050
051
052
053
054
055
EPILOGUE

013

45.1K 3.6K 3.8K
badMalfoy7




Emily. 𝔭𝔬𝔰𝔱 𝔪𝔬𝔯𝔱𝔢𝔪. 𝐿&𝒟.


El sol cálido filtrándose por la ventana. Las sábanas frías debajo de su cuerpo. El adormecimiento que se extinguía por todo su cuerpo. Era lo único que podía sentir. Sin embargo, podía oír las voces y los pasos yendo y viniendo.

Sentía la boca seca; una sed terrible que cada vez se hacía aún mayor. Movió los dedos de la mano, entonces escuchó un chillido.

Parpadeó lentamente, tratando de acostumbrarse a la luz del día.

Cuando su visión al fin se acostumbró, vio a tres caras familiares, las cuales añoraba ver hacia semanas.

— ¿Mamá? — dijo. Su voz salió ronca y baja.

— ¡Oh, Merlín! — la mujer se tapó la boca con una mano y permitió que las lágrimas corrieran por sus mejillas.

Cuando Emily trató de incorporarse, el dolor de las costillas, la espalda y la cabeza se hicieron presentes. Dejó salir un jadeó de dolor, y su padre, que estaba a su lado, le dio un leve empujón para volverla a acostar.

Sus ojos vislumbraron dos figuras más: Phia, que estaba en un rincón de la habitación y una bruja delgada de estatura media, con un pergamino en la mano y una pluma. Medimago.

— No es recomendable que te pongas en pie ahora — habló por primera vez la bruja —. Aún estás en recuperación.

«¿Recuperación? ¿Qué había pasado?»

Draco le prometió que la dejaría ver a sus padres, pero no contaba estar dormida cuando sus padres la visitaran.

Lo único que podía recordar eran los gritos asustados de las personas, los cristales recorriendo el lugar, las maldiciones y... bueno que los estaban atacando. Nada más que eso.

Sintió algo frío sobre el antebrazo y giró la cabeza solo para ver una bolsa llena de un líquido de color blanco; en su antebrazo una aguja le traspasaba la piel.

— Lo siento, debí quedarme dormida.

— ¿No recuerdas nada?

Esa voz profunda, baja y peligrosa, la sobresaltó un poco. Entonces giró en dirección a esa voz y vio a Malfoy acercándose lentamente hacia la recamara.

— ¿Acordarme? — frunció el ceño —. ¿Del ataque?

— Es probable que sus recuerdos estén borrosos ahora mismo — informó la medimago —. Pero pronto los recuperará.

Emily cada vez se sentía más confundida.

— Fuiste herida.— dijo Draco.

— Ah...— fue lo único que pudo contestar.

El hombre de cabello platino asintió con la cabeza en una forma de despido y salió de la habitación junto a la medimago, dejando a Emily junto a sus padres.

Phia se acercó con una pócima verde en la mano y se la tendió a Emily.

— Phia recibió órdenes estrictas de darle de esta pócima a la Srta. Emily.

— Ahora no, Phia.— pidió.

— Es para el dolor.— dijo su madre y cogió la pócima. La destapó y obligó a Emily a tomarla.

— ¿Tienen tiempo aquí? — inquirió.

— Estamos hace una semana aquí.

— ¡¿Una semana?!

— Has estado inconsciente, Emily — dijo su padre —. El Sr. Malfoy ha mandado por nosotros desde el primer día.

Necesitaba recuperarse lo antes posible. Odiaba sentirse débil, enferma y sin recuerdos. Volvió a incorporarse sin importarle el dolor que aún estaba presente en todo su cuerpo. En sus huesos, en su piel y tendones.

— Gracias por estar aquí.

Horas después, Phia le había traído la comida a Emily. Se quedó varías horas platicando junto a sus padres; poniéndose al día sobre el negocio de su padre y las cosas en el exterior. Feyre se tiró junto a ella y le habló sobre sus clases y cómo le estaba yendo.

— Dicen que soy una bruja maravillosa.

— Eso es excelente. Estoy muy orgullosa de ti, Feyre.

— Yo también lo estoy de ti.— dijo la pequeña.

— ¿De mi? ¿Por qué?

— ¡Porque estás viviendo como una princesa!

Emily rió ante la respuesta de su hermana.

— ¿Y la familia Cattermole? — preguntó a su madre, sintiendo un nudo alojarse en su garganta.

— Al principio estaban devastados, ahora tratan de llevar la situación...

— Hmm — asintió —. ¿Y asistieron al funeral de Thomas?

— Sí, hemos estado presentes.

— Tenía una novia, ¿no?

Se odiaba por preguntar una cosa así, pues ahora era lo que menos importaba. Sin embargo, su corazón le pedía a gritos la respuesta.

— Sí. Él estaba ahorrando para casarse con la muchacha.

— ¿Y quién era? ¿La conocemos?

— La hija de los Cameron.

Emily volvió a asentir. La conocía, era una muchacha de la misma edad de Emily. Un poco más alta que ella, con los ojos claros y el cabello del color de la miel.

Las lágrimas le picaron los ojos y comenzó a parpadear para ahuyentarlas.

— Gracias por estar aquí.— repitió.

Cuando sus padres dejaron su habitación para volver a casa, Emily los abrazó a todos, sintiendo una opresión en el pecho.

Acto seguido Emily se puso en pie sin aguantar un minuto más en la cama. Le pidió a Phia amablemente que saliera de la habitación y la dejara sola por unas cuántas horas.

Se detuvo frente al espejo de cuerpo completo y observó su rostro en éste.

Tenía un parche sobre la frente y otro sobre su mandíbula. Lentamente colocó la mano sobre su frente y comenzó a despegar el parche poco a poco, dejando ver un corte aún fresco y rojizo. Hizo lo mismo con el parché de la mandíbula, y al final recogió su cabello y vio otro parche que estaba situado un poco más arriba de su nuca.

Gracias a la pócima, Emily se sentía un tanto mejor. El dolor había disminuido y se podía mantener en pie sin necesidad de marearse o sentir náuseas.

Comenzó a quitarse la ropa. La playera de algodón y los pantalones. Entonces vio su cuerpo completamente magullado. Sus piernas estaban llenas de varios moratones y cortes que a la larga dejarían cicatrices.

«Más cicatrices».

También habían algunos sobre su estómago, sus caderas y espalda baja. En conclusión, estaba hecha polvo.

Sintió tristeza. Oh, claro que la sintió. Cuando empezaba a sentirse un poquito más segura de si misma, un poco más atractiva, un poco más agraciada, le tenía que pasar esto.

Resopló y miró hacia el techo, intentando no llorar.

«Y para rematar, todos sus recuerdos estaban borrosos».

Entró al baño, prendió la ducha y se permitió descansar un largo tiempo bajo el agua caliente que remojaba todo su cuerpo.

Sus músculos se relajaron, su cuerpo entero se relajó. Al igual que su mente y sus sentimientos.

Salió, se detuvo frente al espejo y comenzó a ponerse todo lo que encontró sobre el rostro y el cuerpo.

Se alisó el cabello, se perfumó y después volvió a vestirse con su pijama y se acostó.

Phia hizo acto de presencia con una bandeja llena de comida y postres. La dejó sobre la cama y le sonrió.

— El amo Malfoy ha ordenado que coma.

Emily alzó las cejas con gracia y rió.

— ¿Y si no lo hago?

— Phia le recomienda hacerlo.

No rechistó, pues estaba famélica.

Se inclinó sobre aquella bandeja y probó cada bocado de ella; bebió una poción y después volvió a acostarse.

— Phia cuéntame algo.— pidió.

— Phia no tiene nada que contar.

— Cuéntame los secretos de la mansión.— giró sobre su costado y apoyó la cabeza sobre su mano.

La elfina dejó salir una risa nerviosa y dio algunos pasos hacia atrás.

— Phia desconoce los secretos de la mansión.

— Emily no le cree a Phia.

La puerta hizo un sonido al abrirse, y Emily giró la cabeza para encontrarse con el hombre que acababa de entrar en sus aposentos.

— ¡Merlin! — exclamó con una sonrisa —. Luces terrible.

— Me siento igual.— bufó Emily.

Se acercó a ella lentamente mientras sacaba de su pantalón un cigarrillo largo envuelto en un papel blanco. Entonces se dejó caer sobre la cama.

— Sabes, estoy ofendido.

— ¿Por qué?

— Porque hace una semana atrás, un día después del baile, vine a visitarte porque te prometí un café, y me dijeron que estabas en cama y prácticamente en coma. Me dejaste plantado.

— Oh, lo siento.— respondió con sorna.

— Pero en fin — chasqueó la lengua y se metió el cigarrillo a la boca para después prenderle fuego —, te debo el café, pero te ofrezco esto.

— ¿Qué es? — preguntó Emily lo miraba

— Es igual que un cigarro normal. Sin embargo, éste es más especial.

La puerta volvió a abrirse, ahora dejando pasar a Draco Malfoy.

Elevó las cejas mientras veía a Emily y Elliot sobre la cama.

— No sabía que estabas aquí, Elliot.— dijo él.

— Le prometí a Emily una visita.

— Ya veo...

Emily humedeció sus labios y frotó las palmas de las manos sobre sus pantalones de pijama.

— Buenas noches, Srta. Cresswell.

— Buenas noches.

Se podía sentir la tensión del momento en el aire.

— Yo — elevó la mano mostrando un cuaderno de cuero negro —, le traje el cuaderno de bocetos que me pidió.

— Oh, muchas gracias.

Draco se aproximó a una mesa, dejó el libro sobre ella y volvió a girar sobre sus talones.

— Elliot, te quiero ver en mi despachó en cuanto termines.— acto seguido, salió de la habitación y cerró la puerta.

Elliot se reacomodó sobre la cama, sostuvo el cigarrillo y lo acercó a los labios de Emily. Ella, sin pensarlo y sin quitarle los ojos de encima, abrió la boca y dejó que él colocará el cigarrillo entre sus labios.

— Ahora inhala como si fuera un cigarro común y corriente. Toserás a la primera, pero te acostumbrarás.— reconoció.

Emily siguió sus instrucciones. Inhaló profundamente y dejó que el humo de aquel cigarrillo — desconocido para Emily — se filtrará en su boca y bajará a sus pulmones.

Emily tosió y un dolor se hizo presente en sus costillas.

Joder.

— Hmm, jodeme.— murmuró el chico, viendo los labios de Emily.

— ¿Huh?

— Que sí, como jode.

Emily entrecerró los ojos, dubitativa. Volvió a darle una calada al cigarrillo y se lo pasó a Elliot.

— ¿Dónde estabas cuando pasó todo eso?

— Peleando.

— ¿Por qué no te vi?

— Te tuve que dejar cuando Snape apareció en la tarima, porque de alguna u otra manera, les sirvo y es mi trabajo.

— Bien.

— Vamos — le dio una calada al cigarrillo y volvió a acostarse —, pregúntame lo que quieras.

— ¿Cuántos años tienes?

Elliot rió. Y Emily casi se derrite.

Su risa, al igual que su voz, era ronca y seductora.

— ¿En serio, Emily Cresswell? — volvió a reír —. Tengo veintisiete años. ¿Y tú?

— Veinte.

Después de un largo silencio, Elliot volvió a tenderle el cigarrillo y Emily lo aceptó.

— Explícame como eres un mortifago, pero no, pero sí.— rió al escuchar la pregunta mal formulada.

En ese momento Emily se dio cuenta de los efectos que Elliot le había contado.

Todo parecía más alegre, más vivido.

Era un mareó, pero un mareó agradable. De esos que no molestan.

Sonrió, esperando la respuesta de Elliot.

— ¿Alguna vez has sentido que no perteneces a ningún grupo, aunque eres parte de el? Quiero decir, tienes tu grupo de amigos, pero no te sientes parte de ellos; porque, prácticamente, siempre te dejan de lado.

Emily pensó y pensó, y después se dio cuenta que llevaba años sintiéndose así. Aunque no tenía varias amigas, pero sí. Se sentía así.

— Sí.— contestó.

— Bueno. Así me pasa a mi. Soy parte de ellos, trabajo con ellos, pero no me siento parte de ellos. Siempre me dejan de lado, pero cuando algo sale mal ellos acuden a mi.

— Eso es triste.

— Ya no me importa.

— ¿Y antes te importaba?

Ambos se quedaron mirando por un largo tiempo.

Sus ojos, los ojos de Elliot, eran tan verdes, tan profundos y a la vez tan oscuros. Estaban llenos de misterios y secretos.

— Sí, antes me importaba mucho — murmuró—. Recibí la marca a los dieciséis años, y estaba tan jodidamente feliz, pero luego la emoción comenzó a disminuir lentamente.

— ¿Por qué?

— Porque Lord Voldemort creía que era un inútil, que no servía para nada, y por ello siempre me humillaban.

— ¿Y ahora?

— Ahora Draco esta en su lugar y es prácticamente lo mismo, con la diferencia que, ya soy más mayor, por ende más inteligente — bufó —. Mucho más inteligente. Y casi siempre yo soy el que les da idea u organiza los planes.

— ¿Y te sientes feliz haciéndolo?

Se encogió de hombros, restándole importancia.

— Sí. Me gusta hacerlo, me sastiface.

Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando Elliot parpadeó y al abrir los ojos sus pupilas se dilataron.

— ¿Puedo hacer otra pregunta?

— Puedes.

— ¿Cuáles son tus intenciones conmigo? — soltó, sin pensarlo dos veces.

El chico sonrió de lado y se acercó aún más a Emily, tanto que se podía decir que estaba encima de ella.

— Mejor pregúntame cuáles no son mis intenciones, Emily, porque tengo tantas, tantas intenciones contigo y ninguna es inocente.

Elliot apoyó las manos sobre el colchón y se acercó más y más a ella. Sus narices se tocaban y sus ojos estaban conectados.

— Soy virgen.— confesó.

— La virginidad no existe.— dicho eso, Elliot unió sus labios en un beso lento y apasionado.

Sus lenguas se encontraron a mitad de camino, rozándose, jugando. Elliot acercó la rodilla a la entrepierna de Emily, y comenzó a frotarla de arriba a abajo.

Sus pezones se pusieron erectos y un cosquilleó recorrió todo su cuerpo para después situarse en su abdomen bajo.

Emily jadeó sobre sus labios y después le dio un leve y sensual mordisco, separándose por aire.

— Debo irme.— murmuró sobre sus labios.

— Sí — asintió Emily —. Deberías.

Él se puso de pie, buscó algo en su bolsillo trasero y después dejó una cajetilla de cigarros sobre la mesita de noche.

— Un regaló.— dijo y se marchó.

Emily tumbo la cabeza nuevamente sobre su almohada, sintiendo los latidos de su corazón acelerados. Suspiró dos veces y se cubrió la cara con las dos manos.

— Al amo Malfoy no le gustará esto.— esa voz chillona, la sacó de sus pensamientos.

Se incorporó de un salto sobre la cama y vio a Phia en el rincón, jugando con sus manitos y con la cabeza ladeada.

— ¡No te atrevas!

— Phia solo recibe órdenes del amo Malfoy.— acto seguido, la elfina chasqueó los dedos y desapareció.

Emily se quedo con la boca entreabierta, tratando de procesar la traición de su elfina.

Al día siguiente, Emily tomó una ducha y después se vistió.

Antes de salir de la habitación, le echó un vistazo al cuaderno de bocetos que Draco le había traído la noche anterior.

El cuero era suave, de un negro brillante y las páginas estaban todas en blanco.

Se lo llevó a la nariz con disimulo y lo olisqueó.

Olía a él. A Draco Malfoy.

Entonces salió. No quería estar ni un día más encerrada en su habitación, siendo atendida por una elfina traicionera.

— ¡Emily! — escuchó la voz de Lily, y giró a verla —. ¡Por Merlin Santo! Creí que estabas muerta. En realidad, no. Bueno sí, pero luego me enteré que solo estabas herida.

La rubia abrazó a su amiga y después enganchó su brazo con el de ella, instándola a caminar.

— ¿Qué pasó? — le preguntó —. ¿Cómo fue que saliste herida?

— ¿Si te digo que no recuerdo nada sobre eso, me creerías?

— Entonces es nuestro deber ponerla al día.— Ophelia apareció de algún lado, uniéndose a las dos chicas.

— Agradecería eso.— reconoció Emily.

— Primero que nada, tres chicas abandonaron la mansión al instante.

— ¿En serio?

Ophelia asintió.— Por lo tanto, Malfoy solo deberá dejar ir a dos más.

— ¿Y lo hará?

— Sí. Se supone que debe hacerlo hoy.— informó Lily.

— Bueno. ¿Y las clases?

Lily chilló en respuesta y después se tapó la boca.

— ¡¿No te enteraste de eso?!

— Pues no, Lily.— replicó.

La rubia tiró de Emily y Ophelia, adentrándose en el salón de té.

Varias chicas al ver a Emily comenzaron a murmurar entre ellas y a señalarla sin ningún disimulo.

Las tres chicas las ignoraron y se aproximaron a una mesa. Cogieron asiento, entonces Lily puso El Profeta, delante de Emily.

— Adelante, léelo.

Emily cogió el periódico en sus manos y empezó a leer.

¿Ataque en la mansión Malfoy?

Hace unas semanas ha habido un ataque dentro de la mansión Malfoy, donde varios mortifagos resultaron heridos, entre ellos, la invitada predilecta de nuestro próximo ministro: Emily Cresswell.

Nadie sabe mucho sobre el tema y no quieren hablar sobre ello, debido al trauma que sufrieron varias personas.

Era obvio que estarían faltos de detalles. Draco Malfoy no quería reconocer que su enemigo Harry Potter lo estaba atacando desde hacía meses.

Emily pasó a la siguiente página, y lo que vio le causó náuseas.

Era una imagen de Draco, con la máscara sobre el rostro y la varita colocada sobre la espalda de una persona con cabello rojizo: Gadea Davies.

El príncipe de la oscuridad mata a la profesora delante de todo el pueblo mágico.

Draco Malfoy ha reunido a todo el pueblo mágico frente a su mansión, para hacer la muerte de su ex-profesora Gadea Davies, pública.

Gadea era la profesora que le enseñaba a las chicas de la mansión lo básico sobre la magia, pues muchas no han tenido la oportunidad de asistir a un colegio, ni mucho menos a Hogwarts.

Antes de matarla, el mago oscuro pidió a sus mortifagos que, por favor, dejaran al descubierto solamente la espalda de la mujer. Acto seguido, el mago oscuro se acercó a la ex-profesora, y con la varita en mano comenzó a hacerle algunos cortes profundos sobre la piel.

Muchos dicen que el príncipe oscuro estaba escribiendo un nombre en específico sobre la espalda de Gadea Davies. Pero al parecer, nadie pudo ver cuál nombre era.

Después de torturarla, dejándole grabado el nombre de alguién sobre la espalda, le apuntó y con la sangre fría, la mató usando la ex-maldición imperdonable.

Emily dejó el periódico sobre la mesa. Sintió el estómago darle un vuelco y escuchó cada latido de su corazón en sus oídos.

— Necesito aire fresco.— fue lo único que dijo antes de ponerse en pie y salir de aquel salón.

Sus pasos eran rápidos, precisos y firmes mientras se dirigía al despacho de Draco Malfoy.

Sin mirar atrás, sin pensar, abrió la puerta y se adentró.

— ¡Te pedí que la despidieras, no que la matarás! — exclamó al hombre que estaba sentado detrás de su escritorio.

— Buenas tardes para usted también.

— ¿Buenas tardes? ¿Qué tienen de buenas?

— Si sigue tan amargada, nunca le verá lo bueno a la vida.

— ¿Por qué la mataste?

— Lo hice por usted.— se encogió de hombros.

— ¡Yo no le pedí que la matara!

Malfoy dejó el pergamino sobre la mesa, se levantó y comenzó a acercarse a Emily.

— Ya lo hice.

— Deje de matar a gente solo porque quiere y puede.— lo retó.

— Y usted deje de besarse con mis mortifagos — enfatizó la palabra —, en mis habitaciones.

Emily sintió la pared a su espalda y colocó las manos sobre esta.

Las piernas empezaron a temblarle, pero en ningún momento bajo la cabeza. No le dejó ver que tanto la intimidaba su cercanía.

— No me diga que hacer.

— Usted tampoco me diga que hacer.

— Usted debe dejar de hacer las cosas solo para demostrarme que tiene interés en mi.— le golpeó el hombro con el dedo índice.

— Y usted debe dejar de confundir el amor con el deseo, Emily, porque si sigue así, lo único que recibirá será decepción.— sus ojos recorrieron el cuerpo de Emily, y se acercó aún más.

— Es un psicopata.

— Prefiero creativo.— sonrió con sorna.

Emily le dio un empujón y salió de su despacho sin cerrar la puerta.

«Eso lo molestará aún más».

Más tarde esa noche, cuando la hora de la cena llegó, Emily entró al comedor junto a Ophelia y Lily. Cogieron sus asientos y minutos después entró Draco.

Las miró a todas y después se sentó.

— Buenas noches, Draco.— lo saludó su madre.

— Hola, madre.

Entonces comenzaron a cenar. Todas esperaban algo más. En realidad, esperaban a que Draco dijera los nombres de aquellas que debían volver a casa, pero nada pasó.

La cena siguió silenciosa e incómoda. Todas estaban calladas, cenando. Lo único que se escuchaba eran las respiraciones y los tintineos de los platos.

— En unas semanas una nueva profesora llegará — informó Narcissa al ver que nadie se disponía a hablar —. Para que puedan retomar sus clases.

Todas asintieron en sincronía, entonces el silencio volvió a reinar en el lugar.

— Draco.

— ¿Huh? — Draco levantó la cabeza viendo hacia su madre.

— ¿Ya decidiste que chica volverá a su casa?

Él fijó su mirada en Emily. Solo en ella.

Y Emily tembló ante eso.

«¿Pensaba mandarla a casa? ¿Quería hacerlo? ¿Se había molestado?»

— Mañana daré los nombres.— respondió.

— Pero se supone que debías hacerlo hoy.

— Lo sé, pero han habido unos cambios de planes.

Продолжить чтение

Вам также понравится

193K 13K 39
𝑨𝒄𝒉𝒊𝒍𝒍𝒆𝒔 𝒉𝒆𝒆𝒍-🌴🍍 ‟Porque tu eres mi puto talón de Aquiles, Goldy. Eres mi única debilidad, la que me importa. Si salgo herido, si me ro...
319K 21.7K 94
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
LA CASA DE LAS SERPIENTES lanabalderas17

Детектив / Триллер

6.1K 299 6
Un fanfic sobre la saga de Harry Potter que incluye drama teniendo como romance principal a Draco Malfoy, Matheo Riddle y Tom Riddle tres chicos una...
325K 24.8K 53
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.