INFIERNO PERFECTO © ✓

By pvera01

2.1M 133K 161K

Ella el DIABLO. Ellos los DEMONIOS. Juntos el INFIERNO PERFECTO. ________________________________________ Hi... More

Antes de leer
Dedicatoria
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17 - PRIMERA PARTE
Capítulo 18 - SEGUNDA PARTE
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37 - PRIMERA PARTE
Capítulo 38 - SEGUNDA PARTE
Capítulo 39 - TERCERA PARTE
Capítulo 40 - CUARTA PARTE
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46 - Final
Epílogo
Agradecimientos
Extra I
Extra II
Extra III

Capítulo 41

25.8K 1.6K 2.6K
By pvera01


CAPÍTULO 41

[Trampa]

Maratón final (1/4)

LILITH


Paredes blancas con tonos negros. Armas blancas en las mismas paredes. Repisas con algunos libros. Cama con sábanas negras. Ventana con el vidrio blindado. Muebles viejos. Mi antigua habitación.
Estaba en mi antigua casa.

Había despertado hace unos minutos y lo primero que hice fue observar mi alrededor y darme cuenta que todo lo que pase no fue una pesadilla, estaba en la jodida realidad.

Una realidad en la que no quería regresar pero no tenía más opción que afrontar a todos, porque ya estábamos a nada de acabar con todo, faltaba poco para llegar al final y esperaba que fuera uno bueno.
Había resistido muchas cosas más, no me iba a dar por vencida hasta acabar con todo.

No me había levantado de la cama donde estaba acostada viendo el techo que era familiar para mí, más que nada porque me sentía cansada, me sentía débil y necesitaba ser fuerte para cualquier cosa que mi padre pudiera hacerme.
Porque estaba en su techo.

Sin embargo, no podía sacarme de la cabeza los sucesos que habían pasado en las tierras de Tadeo Kast, no podía pasar desapercibido que los hermanos habían ido a ¿salvarme? Eso creía y esperaba que fuera así porque si no les daría un golpe a los tres por haber sido tan estúpidos conmigo.

Si es que nos veíamos.

Por otro lado, no podía olvidar la traición. La de Aamon y la de Abel. No tenía entendido las razones pero sin duda me dolieron de algún modo, joder, si lo hicieron.

Fue un dolor que nunca había experimentado en mi vida, porque nunca me había enamorado tan locamente, ¿Estaba enamorada? Ni siquiera tenía respuesta para eso, ni siquiera sabía si yo podía sentir ese tipo de sentimientos, ni siquiera me lo merecía.

¿Puedo llegar a amar a tres hombres con gran intensidad al mismo tiempo?
Eso era enfermizo en gente normal, para mí no lo era, para mí era algo único e inexplicable, lo que me hacía ver algo anormal, pero lo normal aburre y está bien ser diferente a los demás.

Muchas preguntas rondaban mi cabeza; ¿Me importaban? ¿Les quería? ¿Les extrañaba? Pues claro que sí joder, cada maldito segundo de mi maldita vida, el no tenerlos conmigo y no poder sentir que era deseada, protegida y querida al mismo tiempo me hacía sentir mal porque de algún modo ellos me hacían sentir así, me hacían sentir bien después de tanto tiempo de no sentir nada.

No lo tenía todo perdido y no desperdicié la oportunidad cuando estuve cerca del collar en aquella pequeña y mugrosa habitación, el collar que no brillaba ahora estaba en mis manos, había podido tomarlo a última hora y ahora estaba en mi cuello con un pequeño destelló en esté, ahora estaba prendido y las esperanzas crecieron, lo oculte bien para que nadie lo viera y no me arruinara las oportunidades de poder ser libre está vez.

La pequeña burbuja de paz que había estado teniendo se esfumó cuando escuché como abrían la puerta de la habitación. Seguí acostada en mi cama y no tuve que ponerme de pie ni voltear la mirada para saber que la persona que había entrado era mi madre.

Lo sabía por el exagerado olor de su perfume que parecía que se había vaciado todo el recipiente del líquido en ella solo para una ocasión, también pude escuchar el sonido de sus tacones tan familiar, siempre usaba tacones y me preguntaba si no le dolían los pies luego de estar con ellos las 24 horas del día.

—¿No vas a saludar a tu madre?—es lo primero que pregunta cuando cierra la puerta una vez que está dentro.

Trato de no poner mala cara o suspirar con fastidio pues no quiero que mi madre piense que no la extrañe en todo este tiempo que no estuve en su casa.
Me obligó a sentarme en la orilla de la cama y mirarla a los ojos.

Era más que claro que había algo de parecido entre nosotros. Habían pasado solo algunos meses, más de lo que me gustaría admitir, pero se encontraba igual, su cabello negro había crecido solo algunos centímetros y ahora caía a sus costados a la altura de sus voluptuosos pechos. Sus ojos cafés a diferencia de los míos que son azules herencia de mi padre me estudiaban con ligereza. Vestía como si fuera la puta reina de todo con un vestido rojo que hacía juego con su maquillaje y sus tacones resaltando su piel blanca. Sin duda había heredado su belleza eso no se podía negar y es algo que agradecía.

—Madre, es un placer volver a verte—sonreí al decir eso.

Entonces, su ceño fruncido se suavizó y esbozó una sonrisa cálida extendiendo sus brazos en señal de un abrazo que no podía rechazar y poniéndome de pie me acerqué a ella aceptando el abrazo que me pareció algo cálido, si tan solo me hubiera dado estás atenciones cuando enserio necesitaba un abrazo, ahora no me servía de nada, el daño estaba hecho.

—Hija mía, no sabes cuánto te extrañé—dice cuando hemos acabado el abrazo y vuelvo a sentarme en la cama.

—Y yo a ti, mamá—la palabra mamá sonaba extraño en mi boca, no se merecía aquel título, no cuando me dejó sola muchas veces cuando yo estaba hundiéndome.

Yo la hundiré a ella.

—Tyler también te ha extrañado mucho.

Tyler…

—¿Dónde está?—volví a ponerme de pie.
Necesitaba ver a mi hermano.

—Encerrado en la misma celda, tu padre no lo ha dejado salir hasta que cumplieras con tu misión, por lo visto todavía no lo dejará salir.

La misión…

No lo había completado, por lo tanto él todavía no podría salir. Mi padre había sido tan enfermó como para  mantener encerrado a su propio hijo. Pero así era él, no podíamos hacer nada.

—¿Puedo verlo?—pregunto.

—Lo siento pero tu padre tiene prohibido las visitas para él.

Suspiré. Sabía que no iba a conseguir nada si me ponía a rogar cuando se trataba de mi padre.

—Pero no te pongas así, deberías estar feliz—me dice al ver mi rostro que había decaído por lo que había dicho.

—¿Por qué debería estar feliz?—dije y era cierto, no estaba ni un poco feliz de estar de nuevo en este lugar, lo único que me motivaba a estar aquí era mi hermano.

Es el único que ha estado conmigo cuando más lo necesitaba, somos mellizos y nos prometimos no dejarnos solos y no lo haría en esta ocasión, sé cumplir mis promesas y lo haría, lo sacaría de ese encierro que ha tenido que vivir durante meses.

—Por estar de nuevo con tu familia.

—Cierto, mamá, lo siento, es que en verdad quería ver a mi hermano.

—Lo sé, yo igual.

Sabía que no estaba de acuerdo con las decisiones de mi padre pero para ella en su relación no tenía derecho de opinar y era absurdo que aceptará aquello, alguien debería abrirle los ojos a mi madre pero yo no iba a hacerlo. No sabía cómo podía estar con alguien que le había sido infiel. Pero talvez lo sabía, mi madre tenía miedo a él y más que nada a quedarse sola, porque sabía que sin mi padre ella no tendría nada.

Le tenía miedo a la soledad y por eso ha estado aguantando tanta humillación de parte de el hombre que se hacía llamar mi padre.

—¿Por qué me volvieron a traer cuando no he cumplido con la misión?—pregunté.

Ella sabía que no podía regresar hasta que no trajera a los hermanos conmigo para poder completar la estúpida misión que tenía, misión que se me había salido de las manos.

—Porque Jasón ya no puede seguir esperando.

—¿Esperando qué?

—Esperando a casarse.

Lo último que quería saber era lo que hacía el estúpido de Jasón.

—¿Y quiere que sea su dama de honor o qué...?

No pude completar mi oración cuando ella me interrumpió.

—Se casará contigo—sonríe como si la idea de eso le encantará, pero a mí me causaba náuseas.

—¿Qué?

—Esque estoy tan feliz por tí, hija mía, Jasón te quiere y con eso me conformo.

—Pero yo a él no, mamá, yo no me quiero casar.

—Lo siento, Lilith, ya está organizado todo, te casarás mañana.

—No, no pueden hacerme eso, yo no quiero eso—me altere, jamás estuve de acuerdo con esa decisión.

—Tu padre así lo quiso, así lo quiero yo y así lo quiere Jasón.

—Pero no lo quiero yo, tienes que respetar mi decisión.

—No hay de otra, Lilith, tu padre tuvo que pagar sus deudas con los padres de Jasón con este casamiento.

Ya no me sorprendía, sabía que mi padre haría cualquier cosa con tal de salvarse el mismo sin importarle los demás y mucho menos su familia, era egoísta y solo pensaba en sí mismo.

—Me vendieron...—susurré dándole la espalda y manteniendo mi vista a la pared.

—Tómalo como quieras, pero no podrás hacer nada, mañana mismo estarás casada.

Espero que para mañana mismo los hermanos estén aquí antes de que eso pase.

Ya no dije nada cuando oí como sus pasos se dirigían fuera de la habitación saliendo y cerrando la puerta de paso. Se fue dejándome sola como siempre lo hacía cada vez que tenía algún problema.

Jasón y yo nos conocemos hace ya algunos años. Tuvimos algo, no podía negarlo, hubo encuentros sexuales en algunas ocasiones pero no llegó a más allá de eso, no pude llegar a sentir nada más que no fuera placer por él, pero el idiota se obsesionó conmigo y ahora aprovecharía las deudas de mi padre para tenerme.

Nunca fue mi novio y ni siquiera me lo había propuesto, pero sin duda le hubiese dicho que no, no me interesaba tener nada de él que no fuera sexo, experimenté algunas cosas con él, pero era claro que mi cuerpo y mis sentimientos no reaccionaron igual que como lo hacen con los hermanos.

La idea de contraer matrimonio con Jasón me hacía querer lanzarme del edificio más alto que hay en todo el puto mundo, de solo pensarlo me daba náuseas, asco, no quería estar con él para el resto de mi vida, sería la cosa más estúpida que pueda yo hacer.

Rogaba que en esta ocasión los hermanos llegarán a tiempo y que se dieran cuenta de el hecho que el collar ahora funcionaba, que ahora podían saber mi ubicación y podían llegar a mí con más facilidad, a un cuando eso implicaba que cayeran en mis garras, en mi trampa para poder rescatar a mi hermana.

¿Sería capaz de matarlos?

La pregunta rondaba mi cabeza desde el primer día en que los conocí en ese bosque, pero no era la primera vez que nos habíamos visto por lo que sus ojos me resultaron familiares, de pequeños básicamente éramos amigos antes de que la rivalidad de nuestros padres se hicieran presentes.

Ellos tenían la culpa de todo.

Mañana me casaría y no podía sacar de mi cabeza tal cosa, nunca había soñado con casarme y si lo hiciera la última persona que quisiera que fuera mi esposo sin duda era Jasón.

Detestaba al hombre.

Joder, estaba estresándome de tanto pensar y me obligué a mi misma a volver a la cama y recostarme un rato.

La servidumbre se encargó de alimentarme lo que agradecí pues había estado muchos días sin haber probado bocado cuando estaba en las manos de Tadeo. Se me hizo una eternidad que el día pasará rápido como otras ocasiones y cuando cayó la noche me exigí a no seguir pensando para no seguir dañándome a mí misma como siempre lo hacía.

Cerré mis ojos en busca de que el sueño me consumiera rápido lo que también se me hizo difícil pues estuve muchos minutos tratando de dormir y no podía, por alguna razón la sensación de estar en mi antigua casa me inquietaba, los recuerdos venían constantemente haciendo que me estremeciera hasta que por fin el sueño cayó en mí cerrando completamente los ojos y dejándome llevar por la oscuridad que tanto deseaba.

Las horas habían corrido demasiado rápido. Casi no pude dormir en toda la noche aunque lo intenté me fue imposible. Ya era de mañana. Ya era la boda.

Ya habían organizado todo como si el hecho de contraer matrimonio era la cosa más genial del mundo. Como si tuviesen la boda planeado desde hace mucho sin que yo aportará nada de lo hablado.

Desde la ventana que no se me permitía abrir podía mirar claramente el gran patio de la casa donde iba a ser la ceremonia. Sillas blancas. Un camino de flores blancas. Un gran arco hecho de las mismas flores. Todo era blanco. Era un color que me gustaba, pero no en esta ocasión. En esta ocasión estaba mareándome.

La ceremonia iniciaría dentro de tres horas por lo que me habían comentado y deseaba con todo mi ser que está vez los segundos pasarán como si de una tortuga se tratase, rogué que las manecillas del reloj fueran las patas de ese animal.

No tardó mucho que tres mujeres entrarán a la habitación a arreglarme para mi boda. Joder, iba a casarme y sin nadie que la interpusiera yo no podía hacer nada.

No me negué cuando una de ellas me pidió que me sentará en la silla blanca frente al espejo del tocador para ellas comenzar el trabajo.

Suspirando deje que hicieran conmigo lo que quisiesen al final de cuentas ni me importaba mi apariencia para esa ocasión, por mí me iría en pijama a ese evento, pero no, era la persona que se iba a casar y como tradición tenía que llevar un vestido blanco.

Nunca soñé con usar un vestido de novia blanco, dije que era absurdo que siempre en todas las bodas la novia tuviese que llevar un vestido blanco para ese día, que solo se usaría para una ocasión y que luego estaría guardado en algún cajón de algún mueble lleno de olor a viejo como lo tenía mi madre. ¿Cuál es la manía de gastar tanto dinero por un vestido que solo usarán una vez?

Sinceramente, si algún día llego a casarme de verdad, me gustaría vestirme a mi manera, a mí estilo, con lo que me gusta, con lo que me sintiese cómoda, sin importarme el color, siendo yo,  porque ese día es para disfrutar y estar cómodas consigo mismas sin seguir la tradición y salirse de la zona de confort. Porque ser diferente no está mal, talvez ellos se rían de mí por ser así, pero yo me reíre de ellos por ser iguales y seguir cada cosa que la sociedad propone.

Me veía al espejo mientras que por el cristal divisaba a una de las mujeres hacerme un peinado recogido detrás de mí, la segunda se encargaba de el maquillaje frente a mí y la tercera preparaba el vestido y accesorios, lo sabía porque la podía ver yendo de un lado para otro buscando y quejándose de no encontrar todas esas cosas a través del espejo.

No sé cuánto tiempo duraron en acabar con sus tareas y cuando me ví nuevamente al espejo con esa cara sería que no había borrado desde que me levanté supe que habían hecho un gran trabajo.

El maquillaje era algo sencillo que no pasaba a ser exagerado, tonos naturales haciendo resaltar mis ojos con esas sombras claras que me habían proporcionado, se veía bastante bien en mi rostro eso no se podía negar a simple vista.

El cabello rojo estaba recogido, algunos mechones rojos caían por mi rostro haciendo que el peinado se viese despreocupado y elegante al mismo tiempo, hasta parecía una de esas modelos que aparecían en los catálogos, lucía increíble.

—¡Es hora del vestido!—dijo la tercer mujer con entusiasmo como si de ella se tratase la boda sacando el vestido blanco del closet y extendiendolo para yo lo viese.

Antes de pensarlo la puerta de la habitación se vuelve a abrir como si ya fuese una costumbre entrar sin antes pedir permiso.

La persona causante de todo ésto entra y yo deseó desaparecer de ese lugar.

—¡Es de mala suerte ver a la novia antes de la boda!—grita una de ellas al ver que Jasón ya me miraba con una sonrisa en su estúpida cara.

Era atractivo, eso no se juzgaba, pero era estúpido.

Mesdemoiselles, me gustaría hablar con ella solo unos minutos—les dijo con ese acento que lo hacía lucir elegante y simpático.

Olvidaba que ponía en práctica su increíble francés.

Las mujeres dudaron un momento y al dedicarles una mirada de «Sí» ellas se fueron dejándonos solos.

mon amour, que bella está hoy—me dice acercándose.

—Cierra el pico y dime de una puta vez que estás planeando—le dije con brusquedad.

—Nos casaremos, luego te llevaré lejos de aquí claro, pero serás mía, mon amour, solo mía.

Trató de rozarme la palma de su mano en mi mejilla pero yo retrocedí antes de que hiciera aquel acto.

—Yo no soy ni seré tuya, Jasón, entiende de una puta vez que no me gustas, que no te quiero, que no estoy enamorada de tí, que solo me das asco, me fastidias, y si te casas conmigo créeme que vivirás una maldita pesadilla porque te haré pagar todos los malditos votos qué dirás.

—Lo siento, mi bella dama, aquí no es lo que tú quieras, es lo que yo quiero y te quiero a tí, el contrato que hice con tu padre ya está firmado, me perteneces ahora , solo falta casarnos.

—Eres un...

—Seré tú esposo y tendrás que respetarme, mon amour.

—Jodete.

Antes de que el pudiera decir algo más mi padre entró a la habitación aumentando más mi enfado que lo oculte, no quería problemas con mi padre.

—Te esperaré abajo, futura esposa mía—se despidió Jasón intentando darme un beso en la mejilla que esquivé justo a tiempo, supe que le molestó porque apretó la mandíbula pero no dijo nada y salió de la habitación.

Cuando estuvimos solos mis padre habló:

—Mi pequeña niña, al fin te nos casas.

Sonrió y odie su sonrisa llena de complicidad que no entendía.

Quise reprocharle, quise gritarle en la cara pero reprimí todo indicio de enfado dentro de mí y solo me límite a preguntar:

—¿Qué pasa?

—No soy idiota, Lilith, se que tarde o temprano los hermanos vendrán a rescatarte.

—No si no saben mi ubicación.

—¿El collar está haciendo un buen trabajo con eso?

Me había descubierto, mi padre era inteligente, ¿Cómo no se me pasó por la cabeza?

Me encogí de hombros.

—Fallaste la primer regla.

«No te enamores de ellos»

—No lo hice—le dije tratando de sonar decidida con mis palabras, ni siquiera yo sabía si aquello era verdad.

—Claro que lo hiciste y mutuamente, los cuatro se dañan por eso, se dañarán.

—Tienes un plan ¿Cierto?—dije al ver su mirada y tratando de cambiar un poco el tema de los sentimientos.

—El plan era que tú los trajeras a mí y lo estás haciendo, seguro ellos vienen en camino ¿Les gustará ser las damas de tu boda?

—¿Y si no quiero seguir con el plan?—cuestioné sabiendo la respuesta.

El suspiró y se acomodó el cabello negro mirándome con burla en aquellos ojos azules que había heredado.

—Sabés lo que haré.

Él sabe el vínculo muy grande que había formado con mi hermano y se está aprovechando de eso, es muy maldito.

—Es tu hijo—susurré.

—Nunca me ha servido de nada hasta ahora, tú decides, Lil, es la vida de tu hermano o la de ellos, seguir con la misión por la que llegaste a Fordel y salvarlo o tirar todo el avance a la basura y que Tyler pagué las consecuencias.

Tú decides...

Una decisión que implicaría muertes.

Me odié porque desde un principio sabía la respuesta.

Ya estaba lista para la boda. Ya me habían puesto el ridículo vestido blanco con bordados florales en el. Los invitados estaban esperando ansiosos mi entrada mientras que yo estaba agarrada del brazo de mi padre que iba a conducirme hasta el altar donde se encontraba el estúpido de Jasón con una sonrisa. En mi otra mano llevaba el ramo de flores.

—¿Lista?—me pregunta mi padre.

Quise decir que no pero me obligué a asentir.

Después de que me anunciarán una música empezó a sonar mientras yo avanzaba con mi padre en el camino de flores blancas con el bullicio de los aplausos de la gente que la mayoría eran desconocidos para mí.

Quedé a lado de Jasón cuando mi padre me dejó con él. Jasón iba vestido con un traje negro típico de los novios, el cabello rubio lo traía peinado hacía atrás y me dedicó una sonrisa que yo no respondí y me límite ver al juez que iba a empezar la ceremonia.

—Buenos tardes. Nos encontramos reunidos aquí para unir en matrimonio a Jasón Pierre Lambert y a Lilith Kahler Kane, antes de comenzar con la ceremonia, me gustaría darles la enhorabuena por haber tomado una de las decisiones más importantes de sus vidas...

Deje de prestarle atención mientras mis pensamientos se iban a otro rumbo, solo quería que ya se callará de una buena vez.

Muchas y muchas palabras dijeron que no escuché porque no me interesaban hasta qué:

—Siendo las 13 horas del día Viernes 12 de mayo, comparecen quienes acreditan ser Jasón Pierre Lambert y Lilith Kahler Kane al objeto de contraer matrimonio civil en virtud de la autorización recaída en el expediente número 310 quiero hacer constatar que se han cumplido todas las prescripciones legales para la celebración de este matrimonio civil, sin que en la audiencia sustitutoria de edictos se haya presentado ni denunciado impedimento ni obstáculo para esta celebración.

Nadie había impedido la boda.

El collar estaba encendido. Mi ubicación era fácil de hallar. ¿Dónde estaban?

Después hablaron de artículos y más artículos que no me interesaban en lo absoluto.

Yo estaba impaciente.

—Hemos llegado al momento clave de este gran día. Así pues, les pregunto: Jasón Pierre Lambert ¿quieres contraer matrimonio con Lilith Kahler Kane y efectivamente lo contraes en este acto?

Jasón no dudó al contestar con una sonrisa:

—Sí, acepto.

El juez me miró a mí y mi impaciencia creció.

—Lilith Kahler Kane ¿quieres contraer matrimonio con Jasón Pierre Lambert y efectivamente lo contraes en este acto?

Mi pulso aceleró.

«No» quise decir. El silencio tenso se acumuló en el ambiente. La gente y Jason esperaban mi respuesta, no podía contradecir a mi padre y cuando estaba apunto de decirle «Si» todo paso de repente.

Y como si de una película se tratase todo pasó en cámara lenta. Primero mi mirada se dirigió a mis padres que veían con ilusión la escena pero no veía a mi hermano por ningún lado. Luego ocurrió algo inesperado para todos, esperado para mí y mi padre.

—¡Un momento!—gritó una voz conocida y todas las cabezas voltearon a verlo. Al ver al rubio de ojos negros.

—¡Es de mala educación empezar una boda sin nosotros!—el pelinegro de tatuajes también gritó a lado de su hermano menor.

—¡Yo me opongo!—y por último el segundo pelinegro atravesó las paredes con su voz.

Debería estar feliz pero no lo estaba.

Y mientras los hermanos veían desafiantes a los hombres de mi padre. Jasón maldecía. Los invitados se mantenían confundidos. Yo le dediqué una mirada a Jacob Kahler y con solo esa mirada me lo dijo todo, le dije todo.

Salvaría a mi hermano.

—¡Eso es todo!—grité llamando la atención de todos, los miré a ellos—¡Felicidades hermanos Kast, han llegado a la recta final del juego, han caído en mi trampa!—sus ceños se fruncieron, está vez miré a los hombres de mi padre—¡Ahora, encierralos!

Y con mi grito los hombres reaccionaron para agarrar a los hermanos e inmovilizarlos.

Esto era lo que tenía que hacer desde un principio y era hora de terminar con todo.

¿Qué tal el capítulo?

Llegué nuevamente con las actualizaciones después de un año jeje.

A mí defensa estaba descansando de mis colapsos mentales y preparándoles un maratón.

Estamos cerca del final, ¿Lloramos?

Antes de que vayan al siguiente capítulo les pregunto: ¿Qué creen que pasará?

Pista: narración de Lilith meses atrás.

Nos vemos en el siguiente capítulo...

Continue Reading

You'll Also Like

71.9K 3.4K 16
Olivia se muda a su primer departamento en Manhattan. Todo marcha perfectamente bien, hasta ese segundo en el que mira hacia por la ventana. Frente...
4K 107 5
๋࣭ ⭑𝑁𝑜 𝑠𝑜𝑦 𝑝𝑟𝑜𝑝𝑖𝑒𝑡𝑎𝑟𝑖𝑎 𝑑𝑒 𝑛𝑖𝑛𝑔𝑢𝑛𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 ℎ𝑒𝑎𝑑𝑐𝑎𝑛𝑜𝑛𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑖𝑛𝑐𝑙𝑢𝑦𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎 ℎ𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎. ๋࣭ ⭑𝑃𝑜𝑟...
3.9K 339 7
PRIMERA VERSIÓN/ SIN CORRECIONES Diferentes escenarios. Épocas distintas. Heridas y pasiones. Dónde la vida jamás es suficiente para alcanzar nuestro...
502K 68.7K 42
OBITO│ ¿Contamos estrellas? ✎│ INICIO: 27/08/17 ✎│TERMINO: 11/10/17 © │ Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto, a excepción de ____ y uno q...