This Not Another Enemies To L...

By Team-Pink

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Al ver como se comportaba recordé las palabras dichas por mi tía hace mucho tiempo. "No confíes en las person... More

Personajes
Capitulo 1 No es muy sensato allanar casas
Capítulo 2 Pesadilla o sueño hecho realidad
Capítulo 3 Un lobo vestido de oveja
Capítulo 4 El castigo de la rubia
Capítulo 5 El dibujo del cambio
Especial Navideño
Capítulo 6 Con estos amigos para que quiero enemigos
Capítulo 7 El cuerno no deseado
Capítulo 9 Blink y Mérida
Capítulo 10 ¿Casualidad o Destino?
Capítulo 11 Señorita Sade
Capítulo 12 Venus Retrógrado
Capítulo 13 Amistiversario
Capítulo 14 Amistiversario 2.0
Capítulo 15 Nada que tú no harías
Capítulo 16 El evento y la sorpresa
Capítulo 17 El gusto por el futbol
Capítulo 18 El Concurso de arte
Capítulo 19 Cosplays y Bella
Capítulo 20 Stand By Me
Capítulo 21 Una visita deseada
Capítulo 22 Recuerdos y voleibol
Capítulo 23 Fin del semestre
Capítulo 24 Una Cita Inesperada.
Capítulo 25 Personas inesperadas
Capítulo 26 Sentimientos encontrados
Capítulo 27 Dos dias y una noche
Capítulo 28 La foto del problema
Capítulo 29 Una vida en dos maletas
Capítulo 30 Paper Rings (parte 1)
Capítulo 31 Paper rings (parte 2)
Capítulo 32 Paper Rings (parte 3)
Capítulo 33 Hilo rojo
Capítulo 34 La familia de Nina
Capítulo 35 Pueblo Mágico y Bob
Capítulo 36 Preludio
Capítulo 37 Arte genealógico
Capítulo 38 Missing
Capítulo 39 Missing (parte 2)
Capítulo 40 Road to hell
Capítulo 41 Workship
Capítulo 42 Escape
Capítulo 43 Exit
Capítulo 44 Hospital
Capítulo 45 Secreto a voces
Capítulo 46 Under the rain
Capítulo 47 Futuro incierto
Capítulo 48 Pensamientos Intrusivos
Capítulo 49 Question
Capítulo 50 La casualidad no existe en el destino
Capítulo 51 Fin de ciclo
Capítulo 52 Dorothea
Capítulo 53 Esta no es otra historia de enemigos a amantes
Epílogo
Extra 1
Extra 2
Extra 3 Primera parte
Extra 3 segunda parte
Extra 4 primera parte
Extra 4 segunda parte
Extra 4 Final
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Capitulo 8 No es una cita

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By Team-Pink

Alana

Sin recordar a qué hora me dormí cuando le dije a Ali que lo haría, me desperté como a las 3 de la mañana probablemente por los ronquidos de Luis o que Ali estaba siempre intentando echarme de la cama y no porque soñé que me estaba asfixiando en mi sueño una pelinegra súper linda que me ahorcaba con las piernas.

Me pregunto ¿Por qué había soñado con Nina? ¿Sera por la conversación que tuvimos hace unas horas?, después de que habíamos hablado me quede pensando en su comportamiento

Es todo un enigma para mí, que gana actuando así ¿será que me odia por no haber pagado su ventana? No, si ella me odiara no me hubiera ayudado ayer, supongo que solo le gusta molestarme. ¿Por qué a mí? ¿Este es acaso un resentimiento infundado hacia las rubias? o es porque soy fachera. Nunca lo sabré.

Decidí dejar este tema para poder descansar un rato mañana sería un largo día, cerré los ojos dispuesta a dormir un rato pero no pude porque los pensamientos seguían viniendo a mi mente, todas esas veces que me molestaba, sus ojos observándome fijamente mientras me curaba, sus piernas a mi alrededor cuando estuvo encima mío y esa tonta sonrisa que siempre me tira y sin recordar cuando me volví a quedar dormida sonó la alarma

— Uhg me quiero morir. —Dije mientras tallaba mis ojos, sentía el ardor por lo poco que había dormido.

— Rubia calla a ese gallo que canta raro. — Respondió Luis medio dormido. — Es la alarma idiota. — Replicó Ali con un tono molesto.

Me levante como pude a apagarla, Alissa no era muy linda en las mañanas de domingo y preferí no tentar al diablo. No podía creer que no había dormido casi nada y todo por estar pensando tonterías sin sentido, escuché a mi mamá llamarnos para desayunar y los tres bajamos casi arrastrando los pies hasta la cocina donde ya estaban mis padres y mi hermana.

— Buenos días muchachos —. Saludo mi mamá.

— Hola. — Fue el turno de papa. — ¿Escucharon a la niña que grito anoche? Espero que este bien se oía asustada.

— No fue una niña, era Luis. —Respondió Ali.

— Oh ¿De verdad? ¿Estás bien hijo? —Preguntó mi mamá algo preocupada.

— Estoy bien señora A no se preocupe lo que pasa es que un ogro de cabeza rubia me asustó y no grite como una niña asustada mi grito fue de niña valiente.

— JAJAJA lo siento hijo tienes razón fue un grito de niña valiente. —Contestó mi papa mientras le daba algunos golpes en la espalda para luego mirarme a mí.

— ¿Y a ti que te paso? —Preguntó arrugando la frente. 

— ¿Qué tengo algo en la cara? —Lo miré confusa.

— Tienes unas ojeras de oso panda hija. —Ahora fue mamá quien habló.

— Eh ¿De verdad? Es que tuve problemas para dormir. 

— ¿Tuviste pesadillas? —Preguntó papá.

— Si he estado teniendo pesadillas últimamente.

— ¿Segura que eran pesadillas? porque estabas inquieta moviéndote mucho y parecías muy feliz. — Dijo Luis sonriente.

— ¿Por qué diablos me estabas viendo dormir? —Le dediqué una mala mirada.

— No te estaba viendo dormir tú me pateaste y cuando quise ver qué pasaba vi tu estúpida cara sonriente. Estabas teniendo un buen sueño no mientas rubia.

Lo mire indignada y él soltó una carcajada mientras mis padres compartieron una mirada rara.

— Está bien hija a tu edad es normal tener ese tipo de sueños.

— ¿De qué hablas? No le creas a este tonto a alguien se le cayó cuando era chiquito.

— Alana no te enojes con Luis y no te voy a regañar por tener sueños adultos.

— Suficiente no la molestes más. — Sentenció mi mamá. — Tiene 17 es normal que no controle sus hormonas. — Dijo riendo.

— ¡Mamá! —Grite—. Yo vine a comer pero si se van a poner así me voy a recuperar algo del sueño perdido que debo salir hoy.

— Ya hija no seas tan dramática por fuera serás como yo pero te comportas como tu padre —ella rodó los ojos—. Además con hambre no vas a dormir, come y luego te vas.

Decidí hacerle caso es verdad con hambre no puedo dormir. 

Después de comer Luis y Alissa salieron de mi casa al parecer también tenían planes y yo me fui a recostar un rato y le pedí a mamá que me despertara a las 12:00 pm. 

Me desperté de golpe cuando sentí que me estaba ahogando abrí los ojos y lo primero que vi fue una almohada en mi cara, agite las manos y empuje a quien estaba haciendo eso y resulta que era Astrid mi hermana menor.

— ¡¿Qué te pasa, quieres matarme!? —Contesté enojada mientras recuperaba el aire.

— Es que tengo rato tratando de despertarte y no me hacías caso. — Respondió sin el más mínimo interés por mi reacción. — Mamá me dijo que te despertará para que fueras a tu cita.

— No es una cita y ¿Qué hora es?

Al ver la hora me levanté de un brinco eran las 12:30, ya iba a llegar tarde. Me cambié lo más rápido que pude mientras mi hermana me veía sentada desde mi cama, tomé mi gorra antes de salir de mi cuarto y mire a mi hermana.

— Cuando regrese hablaremos con mi mamá sobre tu intento de homicidio contra mi pequeña psicópata. — La observe con ojos entrecerrados

Aunque soy deportista y estoy acostumbrada a correr sentía que me iban a explotar los pulmones, inevitablemente llegue tarde ella dijo 1 pm y ya había pasado media hora de eso. 

Al llegar a la escuela entre lo más rápido que pude en dirección a la biblioteca, el lugar estaba casi desierto salvo por algunos chicos que habían venido ya sea por algún trabajo o para practicar en las canchas y prepararse para alguna que otra competencia, cuando me dispuse a dar vuelta por el corredor que da a la biblioteca choque con alguien y reconocí su perfume de inmediato.

— Vaya si te dignaste a venir. —Parecía algo molesta.

— Lo lamento mucho pero si vine y es lo que cuenta ¿no?

— Como sea es tarde vamos. —Ella engancho su brazo al mío y empezamos a caminar.

— Es increíble rubia incluso tu amigo ya está aquí trabajando.

— ¿Luis está aquí? —Pregunté sorprendida. 

— Si él está con Melissa. —Respondió ella.

— ¿Y ella acepto quedarse con él? Creí que lo odiaba.

— Mmm ¿Por qué piensas eso? 

— Pues huye de él y lo mira como si lo quisiera matar. —Ella río.

— Bueno puede ser odio o tal vez le gusta y no sabe cómo manejar el sentimiento y por eso huye. — Contesto mientras abrazaba mi brazo y sonreía.

— ¿Qué clase de tonto actúa así cuando alguien le gusta? — Ella abrió los ojos grandes y soltó una carcajada.

— Yo creo que es lindo lucen realmente tiernas las personas así. —Sentí como se apegaba más a mi brazo

Cuando llegamos a la puerta de la biblioteca me solté de ella y le abrí para que entrara primero porque soy una mujer damallerosa ante todo. Dentro habían varias parejas en diferentes mesas probablemente también vinieron para empezar el trabajo de literatura.

— Sígueme todavía hay una mesa vacía al fondo. —Ella comenzó a jalarme para que caminaramos.

La biblioteca de este lugar era realmente grande con libreros tan altos que necesitaban escaleras para llegar a ciertos libros, que terrible la vida de la pobre alma que tenga que limpiar todo este lugar. 

Cuando llegamos finalmente al lugar que ella dijo estábamos considerablemente alejadas de los demás, me inquieto un poco ya que ella parecía cambiar de personalidad cada vez que nos quedábamos solas.

— ¿Y bien? —Preguntó ella mientras tomaba asiento. Al ver la confusión en mi rostro ante su pregunta me sonrió—. Me refiero a tu excusa por haber llegado tan tarde ¿Cuál es? —Con su mano señaló el asiento que estaba frente a ella yo tomé asiento para posteriormente observarla.

— Vine tarde porque me quedé dormida. —Intentaba verme tranquila pero me resultó algo difícil ya que recordé que la razón por la que no había podido dormir anoche fueron esos extraños sueños. Ella asintió y me vio como si tratara de ver que estaba pensando.

— Entiendo te perdonaré si me dices que fue lo que no te dejó dormir anoche.

— ¿Quién dijo que no pude dormir anoche?

— Mmm bueno quiero suponer que estabas tan cansada por eso y no pudiste evitar llegar tarde porque el sueño te ganó, el día que te conocí parecías muy enérgica incluso para ser domingo y otra cosa todavía tienes ojeras que te delatan.

La miré sorprendida lo que solo provocó que su sonrisa se hiciera más grande.

— Solo estoy intentando pensar lo mejor de ti o es que ¿Quieres que piense que eres una irresponsable?

— Está bien es verdad que no pude dormir y por eso llegué tarde pero no te voy a contar mis sueños ¿Qué te pasa?

— Hagamos un trato si adivino algo de tu sueño ¿me cuentas todo? —Levantó una ceja.

— No me hagas reír como podrías tu saber que tengo en mi cabeza. —Contesté sonriente. Esta chica es desesperante y cree tener respuesta para todo pero nadie puede leer mentes.

— Bien tomaré eso como un "aceptó el reto" —Empezó a analizarme con la mirada y finalmente menciono—. ¿Tengo que ver con tus horas de sueño perdidas?

— ¡No! — Grite y me puse de pie, escuche a alguien a lo lejos que me silencio.

— No te alteres rubia si haces tanto ruido nos van a echar de aquí. Como sea un trato es un trato adivine ahora tienes que contarme el resto. —Ella no dejaba de sonreír.

— Estas siendo muy engreída por creer que soñé contigo. —Aunque es verdad—. No pude dormir porque tuve una pesadilla en la que moría asfixiada.

— Morir asfixiada eh... Te gustan ese tipo de cosas rubia. — Ella me miraba con una sonrisa mientras levantó una ceja.

— Eso... No es de tu incumbencia además ¿No vinimos aquí por un trabajo importante? no hemos hecho nada aun. —Me sentía bastante alterada. Acaso a esta chica no se le pasaba nada era como si se pudiera meter en mi cabeza y solo lo hiciera para burlarse de mí.

— Tienes razón. —Contestó mientras buscaba algo en su mochila y sacó una libreta de apuntes y un bolígrafo—. Bien aquí dice que debemos elegir un poeta para esto ¿Tienes alguna sugerencia?

— Lo siento no tengo experiencia en este campo. —Ella suspiro—. Pero no seré una carga tu dime como te puedo ayudar y lo haré, me leeré una biografía de algún poeta si eso quieres. —Ella levantó la vista y me sonrió de manera dulce.

— Eso es muy lindo rubia... Bien tienes suerte de que te emparejaran entonces conmigo porque este es mi campo. —Mencionó ella sonriente—. Tengo algunos nombres en mente, yo te cuento algunas cosas sobre ellos y tú me dices cual te gusta más ¿Qué dices?

Asentí ante su pregunta y seguido de esto ella se levantó de su lugar y me hizo una señal de que la siguiera así que lo hice, al parecer a pesar de ser nueva en este lugar ya tenía localizado el lugar exacto de la biblioteca donde estaban los libros de poesía. 

Al llegar al estante de los poetas ella empezó a buscar los libros que quería sacó dos libros y me los paso, pero parecía que no podía encontrar uno que buscaba en específico.

— ¿Qué buscas? —Pregunté curiosa.

— No es que busco sino a quien. — Respondió. — Elvira Sastre ¿La conoces? — Yo negué.

— No sé quién es pero tal vez estas buscando en el lugar equivocado. Tal vez este entre los libros de más arriba. ¿Quieres que traiga la escalera?

Ella asintió y me dispuse a ir por ella así que me alejé un poco de donde estaba Nina. 

Camine hasta el estante en específico donde había visto la escalera cuando entramos, al acercarme pude ver que en la mesa cercana a ese lugar había dos personas, reconocí a Luis y a la chica pelirroja, ella lucia muy irritada como si quisiera gritarle a Luis y él sonreía como bobo, que pena me da mi amigo el simp. 

Tomé la escalera que era algo pesada y camine lo más rápido que podía mientras cargaba. Al llegar ella se hizo a un lado para que yo pudiera apoyar la escalera en el estante.

— Bien sube yo la sostengo para que no te caigas.

— Gracias rubia y por favor no espíes. —Mencionó mientras empezó a escalar. Subió unos 5 escalones y se detuvo a buscar.

Bah cómo si yo quisiera verle algo pensé indignada por su acusación. Levante la vista para ver si ya había encontrado lo que buscaba y de repente ella empezó a descender.

— La encontré —Parecía feliz—. Mira ella es Elvira Sastre. —En sus ojos se notaba cierto brillo que no había visto antes mientras me mostraba la fotografía de la poeta que estaba en la parte trasera del libro. 

Empezó a hablarme sobre el trabajo de la poeta, quedé algo hipnotizada por su manera de hablar y gesticular, no mintió al decir que era su campo y se nota que realmente le gustaba mucho hablar sobre esto.

Por alguna razón que desconozco empecé a pensar en lo linda que se veía cuando hablaba de algo que le gustaba, me pregunté qué pasaría si decidiera tomar venganza por todas las ocasiones en que ella me ha molestado, ¿Qué pasaría si yo decidiera empujarla contra la estantería y la besara, se sorprendería demasiado? ¿Se sonrojaría por eso? Me parece justo molestarla con eso después de todo me ha hecho pasar malos ratos además aunque no quise admitirlo frente a ella no había podido dormir bien por su culpa. Sacudí mi cabeza al darme cuenta de lo que estaba pensando, esto debe ser culpa de mi falta de sueño.

— Y en 2016 publicó "La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida" —Terminó ella.

— Eso es muy impresionante. —Respondí de inmediato—. ¿Quieres que hagamos el trabajo sobre ella?

— ¿Si estabas prestando atención? —Comenzó a burlarse de mi—. Por un momento creí que le estaba hablando al estante.

— Si te estaba escuchando —Rodé los ojos.

— ¿Segura? Estabas haciendo unas caras muy raras hace un momento.

— Yo no estaba haciendo caras raras, esa es mi cara cuando estoy concentrada.

— Mmm digamos que te creo. —Y regreso su atención a los libros que había tomado.

Parecía tener dificultades para elegir uno de los libros que tenía en frente. De repente ella se sentó en el piso y puso los tres libros sobre sus piernas para seguirlos observando.

— ¿Te gustan mucho esos tres? —Le pregunté mientras me ponía frente a ella apoyando un poco la espalda en el estante de los libros al lado de la escalera teniendo cuidado de no tirarla.

— Si, cada poeta tiene lo suyo... Pero estos tres hacen que me sienta a gusto y comprendida. — Expreso sin mirarme. — J. Wailen, Emily Dickinson y Elvira Sastre.

— ¿Tienes un favorito? —Negó

— No podría elegir... Tengo una idea te leeré algo de cada uno y tú me dirás cuál te gusta más y elegiremos ese poeta para el trabajo ¿te parece bien? — Yo asentí y ella abrió uno de los libros y fue directamente a la última página.

"Si mis palabras estremecen tu corazón, imagínate mis labios en tu boca... mis dedos en tu piel... mis sueños en tu locura... y mi sonrisa tatuada en tu memoria".

Cuando terminó de leer fijo su vista en mí y me miraba directamente a los ojos desde donde estaba, parecía estar esperando algún tipo de reacción de mi parte y yo sentí como el aire abandonaba mi cuerpo por la frase que ella había dicho, la manera en que lo dijo provocó que mi mente volará y sentí que mis piernas temblaron. ¿Por qué eligió ese poema? Me sentía algo tonta por dejarme afectar por sus palabras sabiendo que es por el trabajo.

— Eso es muy bonito ¿de quién es? —Pregunté intentando que mi voz no flaqueara.

Ella parpadeo varias veces e hizo un intento de sonrisa antes de aclararse la garganta y cerrar el libro para después hablar. — Es de J. Wailen me gusta lo que él escribe... si pones atención te ayuda a comprender muchas cosas —Dijo esto último con un tono algo apagado y me preocupo que así fuera.

— Me gusta... podemos hablar de él si quieres o me puedes leer algo de las demás y elegimos juntas, no sé si al final será J. Wailen de quien se trate el trabajo pero definitivamente investigare sobre él. —Levantó la cabeza y me sonrió de forma tan dulce que no pude evitar el sonrojo en mi rostro lo podía sentir.

— Está bien te tomaré la palabra Alana.

Me sorprendió un poco esta era la primera vez que me llamaba por mi nombre, no me había dado cuenta que nos habíamos estado viendo a los ojos sin decir nada no sé por cuánto tiempo. Ella parecía haber entrado en cuenta de lo que estaba pasando y rápidamente volvió su vista a los libros.

— Me alegra que tuvieras una buena primera impresión sobre la poesía. —Comentó ella rompiendo el silencio.

— Si bueno supongo que la presentación que le diste tuvo que ver.

— Es todo gracias al poeta... Siempre he amado la forma en que ellos transmiten lo que estaban sintiendo en su momento...

Era la primera vez que me sentía muy tranquila estando con ella, mientras hablaba me encontré perdida en su voz y deje de poner atención a mi alrededor, era como si no hubiera nada ni nadie más a nuestro alrededor, mi estado de relajación fue tanto que no me di cuenta en que momento me había inclinado hacia un lado y terminé moviendo la escalera intente que no cayera pero fue muy tarde. 

Nina dejó de hablar de golpe y miró en mi dirección algo asustada por el fuerte sonido de la escalera cayéndose, mire en dirección a la escalera y después la miré a ella que seguía sentada en el piso, entre en pánico.

Tomé las cosas de ella lo más rápido que pude y pedí que me diera la mano, ella no lo pensó dos veces para hacerme caso de un jalón estaba de pie y los libros cayeron al suelo. 

Corrí hacia la salida sin soltar su mano, ya estábamos casi por salir cuando vi que algunos chicos venían por el pasillo principal así que jale a Nina para escondernos en uno de los estantes al lado del pasillo que llevaba a dónde provino el golpe, agradecí en silencio al que hizo que este lugar pareciera laberinto.

El grupo de chicos pasó justo al lado sin notarnos, no me había dado cuenta que la estaba abrazando muy pegada a mi cuerpo. La solté rápidamente y escuche una risita en mi pecho.

— ¿Qué fue todo eso rubia? Fijo su vista en mi. — Se me hizo tierno ver como levanto un poco su cabeza para poder mirarme por la diferencia de estatura.

— No me puedo meter en otro problema con la bibliotecaria aunque le diga que fue un accidente no me creerá y hará que me castiguen.

— Otro problema... ¿Qué hiciste exactamente?

— Nada grave solo un pequeño incidente. —Respondí y ella se pegó más a mí y volvió a sonreír para decir.

— ¿No me digas que rompiste una ventana aquí?

— De hecho fueron dos —. Dije y ella rio.

— No puede ser y yo que me sentía especial y resulta que es costumbre tuya hacer eso. —Hizo un puchero el cual me pareció lo más tierno del mundo.

— Si quieres puedo ir a tu casa de nuevo y romper un par de ventanas más. — Conteste divertida sonriéndole

— Si, romper cosas y huir parece ser tu especialidad. — Ella seguía sonriéndome fijamente y luego fijo su vista en el pasillo. — Que pena hasta deje los libros tirados en el piso.

— Ya te dije que yo no huyo, son retiradas estratégicas. Y no te preocupes por los libros esos chicos que pasaron seguramente los verán y los recogerán.

— Bueno ¿Y ahora que hacemos? Ni siquiera pude presentarte a las otras poetas.

Suspiré y mire al techo, en ese momento pensé un lugar donde podríamos ir. ¿Por qué no le dije que fuéramos ahí desde un principio? Sabía la respuesta a eso, no la lleve ahí por que quien está en ese lugar no me va a dejar en paz.

— Conozco un lugar al que podemos ir no esta tan lejos de aquí.

— Bien en marcha te sigo.

Empezamos a caminar hacia la salida en silencio. Era algo extraño que el silencio que había entre nosotras no fuera incómodo, estábamos por abandonar el colegio cuando ella habló.

— ¿Esa no es tu amiga Alissa? —Preguntó y yo mire hacia la dirección que ella veía.

— Si es ella... que extraño ¿Por qué estará aquí tan tarde en domingo?

Ali estaba con la vista en su cuaderno y sentada en una de las banquetas que está en el jardín del frente de la escuela, estábamos a una distancia considerable pero la podía reconocer.

— Iré a saludar- —Aunque la vi en la mañana.

Cuando quise empezar a caminar sentí como Nina jalo de mi brazo. — ¿Qué te gustan mis brazos o? — Le pregunté y ella me respondió con una sonrisa. — Puede ser. — Respondió acercándose demasiado, intente apartarme pero ella no me dejó.

— No molestes a tu amiga parece que está ocupada. —Señaló hacia la dirección donde estaba Alissa.

Ella ya no estaba sola ahora había otra chica con ella. No sabía que Ali podía sonreír así, la chica se sentó al lado de ella y empezaron a platicar con una gran sonrisa.

— Rubia ya es tarde a este paso no podremos hacer nada vámonos.

Yo asentí y empezamos a caminar, ella me había soltado y sentí frio al no sentirla tan cerca, el lugar al que nos dirigíamos estaba a unas cuantas cuadras de la escuela. Al llegar al primer cruce que debíamos pasar la tome de la mano, para que no se perdiera obvio.

— Estas muy cariñosa hoy rubia. —Contestó con un tono coqueto.

— No te hagas ilusiones es para que no te pierdas y prefiero que me digas Alana —ella rodo los ojos mientras sonreía—. Si claro Alana. —Al volver a escuchar salir mi nombre de su boca provoco un escalofrió en mi espalda.

Mediante nos acercábamos al lugar me di cuenta que ella empezó a ponerse algo inquieta y al llegar al lugar parecía estar sorprendida.

— Rubia ¿Por qué aquí? —Me observaba con una mirada que no podía descifrar.

— Pues es una librería ¿no? Además conozco a la dueña nos hará un espacio para trabajar por hoy.

Ella respiro profundo como si se preparada para sumergirse y contestó con un bueno entremos no tenemos mucho tiempo.


Hola chicos, espero se encuentren bien esta semana :) nosotras nos enfermamos :,v pero no de covid por suerte, cuídense del covid y todas sus transformaciones c:

Si se preguntan como iban vestidas Alana y Nina dejen les doy una idea

Alana:

Nina: 


Para finalizar acá les dejamos el meme de capitulo c:

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