¡Ey! Es Un Amor Entre Nosotro...

Niky_pollo

414K 28.5K 9.3K

Jayson Thomas, un hombre reconocido en el Reino Unido, queda encantado con una chica de cabellos rubios despu... Еще

Personajes
Bienvenido
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25 "El pasado"
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Epílogo

Capítulo 35

6K 487 119
Niky_pollo

Secret love song - Little Mix.

Toda esta semana ha sido aburrida porque Jayson, por cuestión de trabajo, se ha marchado a Italia. Hemos hablado bastante por teléfono, el detalle es que no es lo mismo escuchar su voz a través de un aparato electrónico que escuchar su voz en persona. Esas son las consecuencias de acostumbrarse a estar con alguien las veinticuatro horas de los siete días de la semana.

Lo bueno es que mañana ya lo tengo de vuelta en casa. Puedo apostar conmigo misma de que el resto de la noche la voy a pasar dando vueltas y en la universidad mirando el reloj con el único deseo de que pase rápido el tiempo para ver a Jayson.

Te emocionas más por recibir a tu noviecito que a tus padres.

Sí, aunque a la vez no tengo la culpa de que, de los cinco meses que he vivido aquí, no vengan a visitarme. Yo juraba que los iba a tener acá cada semana. Puntos a favor, Jayson y yo no tuvimos que vernos obligados a pretender que apenas no soportamos.

Apuesto que me echas de menos— dice Jayson.

—Lo normal— respondo viendo el techo blanco de su habitación.

Esta semana tocaba dormir en su recámara, es por ello que aquí estoy aunque él no esté presente.

Mentirosa, yo sé que me extrañas.

—Bueno pues, un poquito nada más.

Yo sí te echo de menos. Y mucho.

—Lo sé, yo soy la que le da color a tus días.

No es para tanto.

—Niégamelo, señor Tomate.

No responde nada por unos extensos segundos.

Está bien, tú haces mis días más entretenidos— puedo garantizar que está sonriendo como bobo. Y para qué mentir, yo también estoy sonriendo como boba—. Nena, debo colgar. Te veo mañana.

—Vale. Adiós.

Te amo.

Abro la boca e intento articular esas mismas palabras. Sin embargo, de mi garganta no pasan.

—Te veo mañana— sin más, corto la llamada.

¿Cuándo será el día que pueda decirle a una persona que la amo?

Dios, es como si quemara pronunciar aquella frase. No es como que puedo andar saltando por todos lados diciendo a cualquier persona ''te amo''. Para mí, los te amo, tienen un valor sentimental muy profundo.

No estoy preparada para decirle a Jayson que lo amo, a pesar de que lo siento desde lo más profundo de mi corazón.

Espero que con mis acciones sea suficiente para que él sepa lo importante que es para mí.

Con borrascosas pensamientos martirizando, me quedo dormida abrazando la almohada.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Voy tardísimo a mi primera clase del día.

Corro como un gato persiguiendo un ratón por los pasillos, casi desérticos, de la universidad.

Me da vergüenza llegar y tocar la puerta. A lo mejor el maestro no me deja entrar a su clase. Oh, y lo peor de todo, es que voy a recibir un montón de miradas chismosas por parte de los alumnos.

Parada afuera del aula, me armo de valor y toco la puerta con delicadeza. Hubiera sido buena idea solo llegar y entrar a la clase sin anunciar mi llegada. La mayoría de los alumnos hacen eso.

—Buenos días. Perdón por llegar tarde— carraspeo, apachurrando mis libros contra mi pecho.

El maestro me da una mirada desaprobatoria.

—Pase, señorita Morgan— hace ademán con la mano—. No vuelva a llegar tarde a mi clase.

Asiente cuatro veces, subiendo los escalones para tomar asiento en una de las múltiples butacas disponibles. De mi mochila saco mi laptop, una libreta, plumas y guardo los libros que traía en brazos. Posteriormente, regreso mi mirada al maestro que ya va avanzado en un tema.

A partir de aquella primera clase, paso a tomar las demás revisando cada que pueda la hora en mi celular.

No entiendo por qué cada vez que deseo que el tiempo corra más rápido, pasa lo contrario. Las manecillas del reloj se mueven más despacio, causando que la ansiedad me consuma más rápido.

—Ya, por favor deja de revisar tu celular— bufa Jackie.

—No— repocho cuando veo que Jackie me quiere arrancar el celular de las manos.

—¿Por qué no?

—Déjala. Hoy llega su amors, por eso está como loca esperando a que pasen las horas— explica Cat.

—¿Nada más por eso? ¿O será que te tiene una deliciosa sorpresa en casa?— Jackie eleva sus cejas, coqueta.

—¿Por qué eres así?— arrugo la frente.

—¿Así como?

—Siempre estás pensando en cosas cochinas.

—¡La cochina eres tú! ¡Yo no dije nada malo!

—¡Con tus palabras doble sentido, hasta las monjas comprenden a lo que te refieres!

—¡¿Por qué gritan?!— exclama Cat.

—¡Porque Lea dice que soy una malpensada!

—¡Lo eres!— confirmo.

—¡Mierda! ¡Tienes razón!

—¡Cállense las dos!— Cat tapa nuestras bocas—. Alteran a mi hijo— hablando de bebés. Resulta ser que Cat estuvo en lo correcto al afirmarnos que su hijo sería un varón. Los instintos maternos pocas veces fallan.

—Hmmm— quito su mano de mi boca—. Tienes razón. Jackie, cierra la boca.

—¿Y por qué yo me tengo que callar? Cállate tú.

—No, cállate tú.

—No, tú, Lea.

—¡Callénse!— grita Cat, cansada de nuestra actitud—. ¡Ya dije que alteran a mi hijo!

—Ves, cállate, Lea.

Achino los ojos lista para reclamar, pero Cat me asesina con los ojos, por lo que mejor decido mantenerme callada.

—Ja, mamá Cat te callo la boca— ríe.

—Jackie, mamá Cat dice que no digas nada más si no quieres recibir unos buenos golpes.

Jackie deja de reír.

—Das miedo. Pobre de tu hijo.

—Es que ustedes dos me sacan de quicio— rueda los ojos.

—Yo no, sino Jackie.

—¿Vas a seguir?— Cat me engulle con la mirada.

—Ay, es broma. Tranquilízate.

En ese instante la maestra entra al aula. Todos dejan de platicar y vuelven a retomar sus lugares. Incluyéndonos.

Al ser la última clase del día, los segundos avanzan a la velocidad de un caracol. Además, tengo que agregar que esta maestra no me agrada del todo, pues le fascina bajarme puntos por cualquier cosa mínima. En el último periodo de exámenes, me bajó puntos en un proyecto por olvidar agregar mi nombre y apellido al boceto final del planeo que realicé. Admito que si fue mi error, pero no es para que me haya perjudicado tanto en calificación.

Cuando la clase concluye, me despido de mis amigas y salgo corriendo a la salida de la universidad con la ilusión de ver a Jayson esperando por mí.

Mi sonrisa se desvanece un poco, pues Parish es quien me espera para llevarme a casa.

—Señorita, buenas tardes— abre la puerta trasera de la camioneta.

—Hola Parish. ¿Jayson ya está en casa?

—Sí, señorita.

La sonrisa vuelve a aparecer.

Tras subirme presurosa, Parish cierra la puerta, rodea el frente de la camioneta para acomodarse en el lado del conductor y sale del aparcamiento de la universidad.

Por lo que resultan ser los treinta minutos más tediosos de mi semana, conseguimos llegar a casa. Mientras Parish busca donde estacionarse, mis ojos me mantienen fijos en aquel hombre que tanto he extrañado. Él parece muy centrado en la llamada, porque no levanta la cabeza hacia nosotros.

Cuando la camioneta se detiene, ni siquiera espero a que Parish venga a abrirme la puerta, solo tiro mi mochila a un lado, bajo y salgo corriendo a Jayson. Debería mantener la calma sabiendo que está ocupado, en cambio, salto y me cuelgo de él, enredando mis piernas en sus caderas. Jayson me sujeta de la cintura y, con cuidado, me vuelve a dejar en el suelo.

¿Qué le sucede? Pensé que estaría feliz de verme.

—Mañana arreglaremos eso. Adiós— al cortar la llamada, guarda su celular en el bolsillo interno de su saco de vestir.

Lo veo con las cejas juntas. Tanto esperé por este momento y el mugroso me recibe de mal humor.

—¿Todo bien?

—Sí— por la sequedad con lo que responde, me envía una alerta a mis interiores de que algo no anda bien.

—Imaginé que estarías feliz de verme.

—Lo estoy.

—Mentiroso.

—Lo juro.

—Bien, entonces dame un beso.

Ja, ahora eres tú quien pide un beso.

Gracias por recordarlo, conciencia.

—No creo que sea buena idea.

—¿Por qué no?— me cruzo de brazos.

—Porque...

Jayson es interrumpido por una conocida voz.

—Lea, hija.

Agacho un poco la cabeza para observar el interior de la casa a través de la puerta principal. En la parte superior de las escaleras, me encuentro a mi padre con una sonrisa fulgente plasmada en sus delgados labios.

Ahora comprendo porque Jayson se está comportando con indiferencia.

—¿Papá?... ¡Papá!— salgo corriendo al segundo piso y me tiro a los brazos de mi papá.

—Hola princesa— me aprieta contra su cuerpo.

—Papi, te extrañé mucho.

—Y yo a ti.

Me separo para ahora ir a abrazar a mi mamá que me mira con ojos impacientes.

—Hola cariño.

La suelto y la recorro de pies a cabeza. Sigue igual, lo único nuevo en ella es que su cabello tiene un rubio más oscuro. Seguro se lo ha vuelto a pintar, con eso de que no le gustan las canas que le empiezan a salir.

—¡Mamá!

—¡Hija!— exclama de vuelta—. ¿Cómo has estado, Lea?— acaricia mi cabello.

—Excelente.

—Y mira que no te querías venir a Londres.

—Lo sé, lo sé— río.

—Jayson me estaba contando que te has comportado bien estos meses que has vivido aquí— escucho a mi papá decir a mis espaldas.

Al girar sobre mis talones, tengo a ambos hombres viendo. Uno que me ama por ser su hija. Otro que me ama por ser el amor de su vida.

—Todo cambia cuando vives en casa de un extraño— le resto importancia.

—Si sigues así, quizá regreses antes del tiempo debido a Vancouver.

Le regalo una sonrisa fingida.

Después de todo lo que hemos vivido juntos Jayson y yo, no creo que mis futuros planes estén regresar de manera permanente a Vancouver. No mientras sigamos siendo pareja. Mantener una relación a larga distancia va a ser difícil de sobrellevar, más al saber que nuestro noviazgo no va a ser bien recibido por mi padre.

—Que... emoción.

—No suenas convencida, ¿acaso tienes un novio por ahí?— dice mi mamá emocionada con la idea.

—Eh...— le doy una mirada rápida a Jayson. Sí, mamá. Lo tienes justamente a un lado de ti—. Puff, no— río, nerviosa.

—Que bueno. Ocupas estar enfocada en tus estudios nada más— recuerda mi papá.

—Cual que bueno, yo imaginé que ya andaría saliendo con un guapo inglés a estas alturas— bufa mi mamá.

—No mandé a Lea aquí en búsqueda de un novio, Lucía. Nuestra hija no necesita una pareja— se cruza de brazos en desaprobación— Mira a Catalina, se consiguió una pareja y ahora está embarazada. Esa niña ha echado a la basura su futuro con un hijo.

Quiero reprocharle a mi padre que Cat, pese a que va a ser mamá a sus veinte años, va a salir adelante porque es una mujer que no se da por vencida tan sencillo. Ella se esfuerza hasta alcanzar sus objetivos. Con un bebé de por medio, sé —y puedo jurar— que mi amiga no va dejar de luchar por el bienestar de su propia vida y la de su hijo. Asimismo, en cualquier punto que llegue a presentar dificultades, me va a tener a mí para que le ayude a pasar cada obstáculo que se oponga en su camino.

—No creo que haya echado a la basura su futuro. Yo conozco a muchas mujeres que se embarazan y le demuestran a los demás qué ser madre no es un impedimento para salir adelante— mi madre le recalca a mi padre.

—Como sea. No quiero que Lea tenga novio y punto.

Jayson se muerde el labio inferior. Aquello solo lo hace cuando no está de acuerdo en algo. No obstante, se va a tragar sus palabras con tal de no estropear la bienvenida de mis padres.

Si no es porque Romina viene a ofrecernos a pasar a la mesa del comedor para que nos sirvan la comida, las cosas pudieron llegar a salir de control.

Los cuatro bajamos y vamos a la sala del comedor, donde mi papá y mamá terminan sentados juntos, Jayson en la cabecera y yo a un lado, quedando de frente ante mis padres.

Mi padre parece venir con sus garras muy afiladas y, lo único que puedo pensar, es que la última carrera que tuvo, las cosas no han de haber salido bien. A lo largo de mi vida he insistido que eso no debería ser razón para venir a tener aquellas actitudes nefastas con su familia. Mamá siempre le recuerda que no debe descargar sus inquietudes del equipo con nosotros; como todas las ocasiones, parece olvidarse de ello.

Quiero mucho a mi papá, pero a veces no soporto sus comportamientos ni opiniones.

—¿Todo está bien, Lea?— cuestiona mi papá en el momento que mi mamá jala a Jayson en una conversación de cómo le hace para que su casa que tiene puras decoraciones negras, se vea tan espaciosa y espectacular.

—Sí, ¿por qué?

—Te notó algo rara.

—Estoy un poco cansada.

—Nosotros igual. El viaje estuvo bastante largo— mi madre se une a la conversación.

—Ya me imagino.

El resto de la comida continúa con pláticas sobre cómo es mi vida acá de Londres. Platico sobre todos los sitios que he visitado, sin mencionar que algunos de ellos los he conocido gracias a Jayson. También hago mención de mis nuevos amigos, donde mamá me obliga a enseñarle fotos porque no le gusta que platique sobre personas sin saber cómo se ven.

Nunca antes había temido enseñar mi galería de fotos hasta ahora. Muchas fotos son de Jayson y mías: agarrados de las manos, dándonos besos o haciendo caras graciosas. Lo bueno es que mi papá no se interesa por ver las fotografías y mamá me deja que se las enseñe sin que me robe el celular de las manos.

Para cuando terminamos, pasamos a dirigirlos a lo que sea su recamara por los próximos días.

Mi mamá se detiene en el pasillo donde se encuentra el cuadro que ha comprado Jayson en la subasta. Mi piel reacciona tras recordar las palabras de Jayson: "porque en cada lugar que dejes una huella tuya, ya no podré olvidarlo fácilmente".

—Qué cuadro tan bonito— dice.

—Lo es, señora Morgan— Jayson esconde sus labios. Seguro él también ha revivido recuerdos.

Volvemos a retomar el camino a la recámara de visitas. Jayson se toma el tiempo de indicarle a mis padres el armario y el baño con las respectivas toallas que pueden usar. Después desaparece con mi papá para platicar acerca de algunos negocios que tienen pendientes.

Siendo que mi mamá y yo estamos solas, nos disponemos a deshacer las maletas para acomodar la ropa en los cajones.

—Los noto muy extraños al señor Thomas y a ti, Lea.

—No es nada. Ya sabes que desde un principio no nos llevamos muy bien— le resto importancia.

—Eres mi hija y puedes confiar en mí.

—Ya lo sé.

—Entonces dime que sucede.

—Nada, mamá.

—Préstame atención, Lea Morgan— me arrebata el celular de las manos.

—Mamá, es que no sé cómo decírtelo— ¿será buena idea decirle?

No, qué tal si ella también lo desaprueba.

Deja te recuerdo que ella básicamente te dijo que te ligaras al señor Thomas.

Punto para mi conciencia.

—Solo déjalo salir— abro la boca para hablar, pero así de rápido la vuelvo a cerrar—. Solo dilo, Lea.

Le voy a decir porque entre nosotras no hay secretos. Conozco a mi mamá y sé que ella siempre va a apoyar mis decisiones.

—Tengo novio.

—Ya lo sé.

Okay, eso no me esperaba.

—Eh... mi novio es Jayson.

—Eso también lo sé.

—¿Qué?

—Te vi como te tiraste a sus brazos cuando llegaste de la universidad. Si no es porque Jayson te vuelve a dejar en el suelo, seguro le das un beso enfrente de tu padre— se ríe—. Además sus miradas y la conexión de ambos es de dos personas enamoradas. No estaba tan segura, pero me lo acabas de confirmar.

—Por favor no le digas a papá. Pronto encontraré la forma de decirle.

En eso, la puerta de la habitación se abre.

—¿No decirme qué, Lea?

Oh mierda, espero que no haya escuchado toda la conversación.

———————
Capítulo nuevo😮

Prepárense que con la llegada de los papás se van a dejar venir muchos dramas😈

Продолжить чтение

Вам также понравится

1M 89.4K 44
Emma Brown es una chica que desde niña supo que todos los hombres eran iguales. Cuando creció se permitió salir con ellos pero dejando los sentimient...
Antes de que el fuego se extinga. Mariza Canto

Подростковая литература

35.2K 3.1K 21
Capítulos extra de la historia de Atracción Mortal. Dereck vivió trece años de abusos y maltratos, al lado del hombre que debía protegerlo y cuidar...
87K 11.4K 51
━ ❝¿Ves esa caja en sus manos? Significa: ¡Que es una emergencia!❞ Choi Yeonjun ¡Jamás! Ha dado algún indicio de que le guste alguien, el chico es at...
16.7K 1K 21
Levi queda encinta, lo cual representa una serie de acontecimientos que la joven pareja de médicos deberá sobrellevar a lo largo de los próximos mese...