Relamí mis labios lentamente tirando de la manta trenzada con la punta de los dedos hasta mi barbilla. Me ardía la nariz y aún tenía esa incómoda sensación revoloteando en mi vientre. Tener que dar respuestas esquivas a mis dos madres y Asthon es algo que sin duda no se repetiría. El calor regresaba de solo pensar.
Maldito Blake.
Jackson, sentado a mi izquierda miraba la pantalla parpadeante del televisor. George que estaba a mi derecha leía iluminando las páginas de un grueso libro con la luz de la pequeña lámpara situada junto al brazo del sofá. Entre tanto yo me dedicaba a tirar de los hilos sueltos de la manta bostezando.
—Annie tesoro, deberías ir a dormir.
Bostecé tapando mis labios con las manos.
—Claro papu. —Sonreí débilmente tirando de la manta lejos de mis piernas. Me levanté con pasividad. Inclinándome deposité un beso en la frente de George y otro en la cabeza de Jackson. —Buenas noches papas.
—¡Buenas noches cielo! —Se despidieron los dos a la vez.
Sonreí dulcemente.
Arrastrando mis descoloridos e infantiles calcetines avancé por el pulido suelo de piedra en dirección a mi cuarto. El pasillo estaba oscuro y olía a lavandas mientras caminaba derecha a mi cuarto. Mis ojos se posaron un breve segundo en la puerta cerrada donde dormía la bestia come niñas.
«Por favor Ann, no tienes 4 años. »
Una vez en mi habitación me dejé caer contra la comodidad de mi cama. Cerré los ojos contra el edredón suave aún llevaba puestos los vaqueros y el jersey negro. Con leve gruñido giré sobre mi costado. Estiré las piernas y me balanceé hasta quedar de nuevo de pie.
Mordisqueando la sensible carne de mi labio avanzo hasta quedar agachada, mis dedos se aferraron al frío metal del cajón para tirar de él.
Una luz captó mi atención cuando me volvía a incorporar con la ropa entre mis brazos. Tragué saliva al comprobar que se trataba de la casa convecina. La casa de Blake.
Me apoyé en el cristal de la ventana con el pijama ya puesto. Entrecerré los ojos para agudizar mi vista. Jadeé al percatarme de que era la habitación de Blake, él estaba sentado sobre su cama nueva con un reluciente ordenador sobre sus musculosas piernas cruzadas. Sus carnosos labios fruncidos en signo de concentración. Me sorprendí pasando los dedos por donde habían pasado, toda la zona hormigueaba. Cerré los ojos.
«Que bajo estás cayendo...¡baja la persiana!»
Obedecí apretando el botón y salté sobre la cama. Deslizándome bajo las sábanas con mi cabeza apoyada en el blando colchón eché un fugaz vistazo al casco negro que conservaba sobre mi escritorio.
Cerré los ojos sintiendo el salvaje pulso de mi corazón contra mis sienes y la vibración de las hormonas en mis venas.
Caí dormida.
(...)
—¡Ni en un millón de años! —Negué lanzando mi mochila descuidadamente en el banco que crujió herido. — ¡No!
Jake resopló con fuerza a mis espaldas.
—¡Por favor Annie! —Suplicó mi amigo agarrándome por los hombros.
Me giró con suavidad. Bufé alejando un par de mechones sueltos de mi rostro.
Sus cálidos ojos castaños me observaban suplicantes. Mordí con fuerza mi labio inferior cuando Jake ladeó la cabeza. Podía llegar a ser tan adorable...
Llevaba desde primera hora procurando convencerme de ir a la fiesta de Emma, llevaba seis horas negándome.
Mi amigo acarició mi cabello con su suave mano con delicadeza. Suspiré mientras guardaba un mechón tras mi oreja.
¡No jugaba limpio!
Relamí mis labios balanceándome sobre la suela de mis All Stars.
«Bien jugado Chase, bien jugado. »
—Esta bien... —murmuré en voz queda.
Pude apreciar como iba surgiendo la sonrisa en sus labios, hasta terminar en una resplandeciente mostrándome sus paletos levemente desviados.
Sus brazos quedaron en mi cintura. Chillé mientras me levantaba del suelo en un fuerte abrazo. Comenzó a darme vueltas mientras tatareaba la misma palabra.
—¡Gracias!¡Gracias!
—¡Suéltame! —Reí con fuerza en su oído.
Jake corrió con mi peso cargado sobre su hombro. Con mi vientre fuertemente apretado alcé la vista, mi cabello caía en cascada sobre mis ojos impidiendo una visión clara del pasillo que dejábamos atrás con rapidez. Alargué mis brazos para apoyarme de forma correcta y un poco más segura enrollándolos en su cuerpo. Estaba mareada, cerré los ojos sintiendo la sangre ascender lentamente por mi cuerpo hasta mi cabeza.
Chillé cuando de un brusco movimiento me dejó caer. Jadeé confusa mientras abría los ojos, mi espalda contra el colchón de mi cama. la consusión plasmada en mi rostro cuando Jake abrió mi armario.
—¡Bien! — Jake sonrió mientras sacaba el teléfono móvil de su bolsillo.
Me incorporé con lentitud, quedando sentada mientras peinaba mi desordenado con los dedos. Jake hablaba animadamente mientras arruga la nariz.
Ladeé la cabeza, ¿qué andaría tramando?
«Tenlo miedo, mejor no revivir el episodio de la nata en frascos ultrasensibles. Jackson parecía un papá Noël muy enfadado. »
Reí ante ese recuerdo.
— Perfecto. —Le miré. — Tenemos coartada, Teddy llamará a tus padres y les convencerá. Al parecer nos quedamos a dormir en su apartamento, ya que necesita ayuda para terminar de colocar los últimos trastos de la mudanza. — Se encogió de hombros con una sonrisa malvada.
Mordí mi labio sin poder apartar mis ojos de él, maravillada.
—¿Cuánto tiempo llevas planeando esto Jake? — Pregunté despacio.
La sonrisa que esbozó no dejó lugar a dudas.
— Desde que nos invitó.
Puse los ojos en blanco y me impulsé fuera de la cama. Mis pies pararon paralelos a los suyos mientras alzaba la cabeza con los labios fruncidos.
—Eres un estupendo manipulador. —Dije admirada. Una chispa de maldad picó en mi pecho. —Tienes buena motivación.
Las mejillas del chico se encendieron con ferocidad. Reí.
— Eres mala.
Me encogí de hombros, ignorando deliberadamente la ventana que se encontraba a mis espaldas. La tentación de mirar era fuerte, pero me hacía sentir estúpida.
Jake chasqueó los dedos ante mis ojos. Parpadeé despertando de mi estado de ensimismamiento.
—¿Preparada para le mejor fiesta del siglo?
Suspiré tirando del borde del dobladillo de mi jersey marrón con los dedos.
—¡Preparada! —Sonreí.
«¿Preparada? Oh esto quiero verlo. »
Reto: ¡Si este capítulo llega a 100 votos publico maratón de 3 capítulos, ni uno no dos, ¡TRES capítulos sobre la fiesta! Si no los iré publicando, no sé cuándo ya que empezó el instituto otra vez. Ya lo habéis leído.
¡100 VOTOS!
No pido tanto, teniendo en cuenta que el anterior cap lo leísteis más de 600 personas, sip, yo os veo.
Esto es un reto tanto para mí, esta historia como para vosotros.
Ya que estoy, ¿qué opináis de Blake? ¿De sus padres? ¿Del conejo? Yo adoro a todos.
El reto empieza en
3…
2…
Y…
¡GO!