El Heroe De Mis Sueños - Ichi...

By MBelitah

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"Llegaste a mi vida tan de repente, y solo únicamente para rescatarme de mi sufrir. Eres Mi Héroe" La alegre... More

Nota de la Autora
Capitulo 1 - Gatito Abandonado
Capitulo 2 - Oportunidad. Parte 1
Capitulo 3 - Oportunidad. Parte 2
Capitulo 4 - Un almuerzo para dos.
Pido sugerencias please
Capitulo 5 - ¿Amor Platónico?
Capitulo 6 - No hay por que llorar
Capitulo 7 - Rechazo
Capitulo 8: ¿Por qué el amor duele?
Capitulo 9 - Amigos y Conocidos.
Capitulo 10 - Sentimientos Correspondidos
Capitulo 11 - Amor de hace 9 meses.
Capitulo 12 - Sueños de una adolescente
Capitulo 13 - ¿Novios?
Capitulo 14 - Las Amigas.
Capitulo 15 - Flores
Capitulo 16 - Está bien
Capitulo 17 - Superar es difícil, no imposible
LO SIENTO MUCHO
Capítulo 18 - Preparativos
Capitulo 19 - Desahogalo Todo
Capitulo 21 - Sin Remordimiento ( Parte 2)

Capitulo 20 - Sin Remordimiento (Parte 1)

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By MBelitah

Advertencia, este capítulo contiene elementos de actividad sexual, se recomienda discreción.

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Jyushiko no entendía por que de pronto su novio se había quedado tan petrificado y sin palabra alguna.

Entre la tenue luz de la luna que ingresaba por la ventana ella trató de descifrar la causa su estado de shock pero solo logró percatarse de como la cara de Ichimatsu lucía como un tomate humedecido por el sudor.

-¿Ichimatsu? - Trató de llamarlo para hacerlo reaccionar pero el mencionado solo sintió como el labio le temblaba, como si tratase de decir algo que por alguna razón le costaba - ¡Ichimatsu!

-Jyushiko...- Pronunció Ichimatsu, aún con ese semblante de asombro, Jyushiko ya impacientada pensó en quitárselo de encima a la fuerza, pero finalmente sus dudas fueron aclaradas a ver qué algo cambiaba en el rostro del Matsuno.

En el resaltaba como estaba embelesado en ella, sus ojos se notaban perdidos pero brillaban como nunca en ese intenso violeta tan característico de él y no solo eso, se mordía los labios con una sensualidad que delataba el enorme deseo de su alma, lo que provocó una enorme vergüenza en Jyushiko, nunca había visto una expresión así en él, mucho menos una tan atractiva que le ponía los pelos de punta.

-Jyushiko... Te ves... Te ves... Te ves realmente hermosa...- Su voz pronunció esas palabras con tanta suavidad que el corazón de la pobre muchacha casi da un vuelco. Ahora entendía porque Ichimatsu se había quedado así.

Algo entonces en ella despertó, ante la mirada deseosa y fogosa de Ichimatsu, pudo percibir un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo, activando sus hormonas, que solo hicieron con ella lo mismo que con Ichimatsu y es que, había sido realmente estúpida para no notarlo antes; Ichimatsu estaba sin camisa, podía apreciar su cuerpo prácticamente desnudo, de no ser por los pantalones del pijama.

¿Como era posible que hubiese ignorado eso?Había estado tan cerca de él, abrazado a él cuando estaban viendo la película, lo había rozado con su cuerpo y la tela de ese pijama era tan ligera que probablemente también había podido rozarle "ahí abajo" y casi sentirlo directamente.

De pronto imágenes llegaron a ambos, recordaron la última vez que habían estado solos en la casa de Jyushiko; cómo se habían besado, como sus cuerpos se habían tocado uno el otro mientas de repartian caricias sobre la ropa, cómo de pronto aquel instante se había vuelto algo tan excitante y mágico que por un instante estuvieron dispuestos a caer bajo la influencia de sus necesidades carnales, desgraciadamente no lo lograron por cierta interrupción... del segundo Matsuno

Sin embargo, igual que en aquella ocasión ambos no podían apartar los ojos entre ellos, algo en sus miradas los atraía con una fuerza indescriptible, y solo se escuchaba el fuerte palpitar de sus corazones, latiendo ansiosos por encontrarse el uno no el otro.

En ese instante ambos parecieron aceptar lo que estaba por ocurrir pero Ichimatsu despertó de ese fuerte trance que de inmediato hizo aun lado, quitandose de encima y sentándose en la orilla de la cama , cosa que hizo Jyushiko se desorbitara al no entender porque se alejó

-¿Ichimatsu...?- Le llamó pero éste no respondió sino al cabo de unos minutos cuando ella posó su mano sobre su hombro.

-¿Está bien para ti?.. - Preguntó el cuarto, mirandola apenas de reojo

- Por supuesto que sí... ¿Por qué no lo estaría? - Admitió la rubia, quien se acercó para abrazarlo por la espalda mientras unas sus manos acariciaba el rostro de él, con la intención de hacelo voltear hacia ella - Oh.... ¿Tienes miedo?

-¿¡Q-Que... Yo!? ¡Claro que no! -Se defendió rápidamente Ichimatsu frunciendo el sueño, pero luego relajandolo al ver Jyushiko tan cerca de su rostro

-¿Entonces...?- Preguntó Jyushiko, al percatarse de la inseguridad de su amado decidió animarlo plantando un pequeño beso en su cuello, lo que hizo que Ichimatsu se erizara completamente

- Es solo que...- Suspiró el cuarto, mostrando cierta frustración - Nunca lo he hecho con nadie ... ¿si? Soy un maldito virgen, no lo haré bien... Puede que lo arruine todo... - Dicho esto, terminó por bajar la mirada al piso.

- Yo también soy virgen, Ichimatsu... No tienes que preocuparte por nada... -  En tono suave y cariñoso Jyushiko habló cerca de su oído, de manera que pudiera rozarle los labios cerca de éste, casi pudo sentir como Ichimatsu se erizaba hasta los pies y se tensaba por su respiración caliente. - ¿Que dices..? - Escuchándose bastante comprensiva y al mismo tiempo decidida, Ichimatsu se tomó su tiempo asumiendo lo que podía o no pasar, por un lado era la oportunidad perfecta para dejar de ser virgen, que al igual que sus hermanos había sido un objetivo que estaba dispuesto a cumplir lo más pronto posible, pero "esa forma de pensar" era algo del el viejo Ichimatsu soltero, sentía asco de sí mismo al pensar que podría mal interpretarse cómo que él solo deseaba el cuerpo de Jyushiko y eso no era cierto, lo que sentía por ella era mucho más que solo deseos carnales y quería demostrarle a ella cuan enamorado estaba.

En su momento había considerado esperar lo que tuviera que esperar, no quería que Jyushiko se sintiera usada o que pensara que "eso" era lo único en cuanto pensaba él, pero justo en ese momento pudo comprender que tal vez no tenía nada de malo en darse la oportunidad de explorar más allá, sobre todo si era ella quien deseaba hacerlo también. El Matsuno estaba bastante indeciso, pero observando los ojos suplicantes de Jyushiko, su cuerpo deseaba a una gran escala dejarse llevar y sumergirse en ese mar profundo lleno de misterios sin descubrir.

Con la mente decidida, y el corazón tan latente, se dispuso a avanzar y explorar los desconocidos caminos por el cual su novia quería conducirlo, se levantó, dándole la espalda, tragó saliva y respiró profundo para darse valor y voltear a dónde estaba ella sentada, sonriéndole tan radiante como nunca la había visto.

- V-Ven aquí... - Pidió la rubia, escuchándose tímida en su momento, pero denotando estar segura de ello. Conocía bien a Ichimatsu para saber que las cosas nuevas no eran fáciles para alguien tan inseguro, pero también sabía perfectamente que tampoco era alguien inocente, su mente debía de tener pensamientos tan sucios y obscenos como cualquiera de sus otros hermanos, y sabía de eso debido a que ya varios de ellos tenían fama de pervertidos, y sí Ichimatsu lo era, no sería algo porque molestarse, Jyushiko también había pensando en "eso" muchas veces, tan solo les avergonzaba demostrarlo mutuamente, pero si ella no era la que tomaba la iniciativa él iba a retractarse como última vez.

Por otra parte, Ichimatsu se llenó de valentía suficiente para acercarse una vez más y encimarse sobre ella; despacio y con discreción, subió en la cama a gatas, apoyado en la rodillas y con las manos a cada costado de Jyushiko a quien hizo que se recostara mientras él se acomodaba entre ambas piernas de la joven, de manera que quedarán en cierta posición vergonzosa pero que le diera oportunidad de acercarse lo suficiente para juntar de sus caras.

Jyushiko tragó saliva, el calor subió a sus rostro, que ardía como olla en fuego. No se sentía así desde la vez en que conoció al Matsuno, era una oleada de emociones revolviendose en su estómago que hacía sus sentidos estar alertas y bajo cualquier mínimo toque podría reaccionar, cosa que ocurrió; la mano de Ichimatsu acarició su mejilla, le acomodó delicadamente el cabello detrás de la oreja para después trazar un camino con su dedos por debajo de su menton hasta terminar en el borde inferior de sus labios, estos eran carnosos y se veían irresistiblemente provocativos, deseaba besarlos con una fuerza voraz que se apoderaba de su ser

- Sabes que no habrá vuelta atrás... - Murmuró él, ya cerca de juntar sus labios con los de ellas.

- No quiero mirar atras... No quiero que tú mires atrás... -

Con esas palabras Jyushiko sentenció el final de toda barrera impuesta entre ellos, dando paso a aquello que desde hacía rato habían prolongado demasiado, y sí seguían dudando se arrepentían de llegar hasta ahí, haría que se detuvieran, lo que tal vez lamentarían después.

Con la cercanía de ambos Jyushiko lo terminó de atraer, sosteniendolo firmemente de la nuca para poder besarlo, despacio pero por un lapso prolongado y profundo, a lo que Ichimatsu correspondió, sintiendo como de a poco su boca parecía derretirse como un helado al sol. Era tal cual había ocurrido la última vez; ninguno lograba resistir el indescriptible sabor del otro y el ambiente sofocante de pasión se le podía comparar con un mar sin fondo en el que ambos se hundían de forma lenta y asfixiante. El calor los abrazaba a pesar de la frescura de la noche veraniega, sentían un vértigo acoplado en sus estómagos que elevaba los niveles de sensibilidad de sus cuerpos; cualquier roce entre ellos provocaba descargas que viajaban por toda la extensión de éstos y ciertos espasmos que aumentaban la intensidad de su deseo y la adicción al calor del otro, activando una necesidad por juntarse, apretarse con el otro, como deseando fusionarse.

Ichimatsu percibía como Jyushiko se removía cada vez que su pecho rozaba sus senos, no estaba seguro de estar haciendolo bien, a pesar de que el beso los ensimismaba en su mundo, pero los instintos de él lo hicieron actuar por cuenta propia; aquel beso que empezó por iniciativa de Jyushiko se transformó en su campo de juego. No supo cómo pero tomó ventaja de estar encima de ella, con la intención de poder sentir más de ese vertigo que solo hacía subir el volumen de su excitación. La apretó contra la cama, llevó su mano detrás de su cabeza y la sostuvo por su cabello con cierta fuerza para que la otra no se alejara cuando él sin previo aviso invadió su cavidad bucal.

Desconocía la habilidad que había despertado en él,  una capaz de permitirle explorar por los lugares inexplorados de la boca femenina, quien se derretía ante la caricia de la lengua ajena sobre la suya, húmeda y caliente, la cual batallaba por no dejarle respirar ni un segundo, manteniendola atrapada y ahogandola en ese deseo desenfrenado que emanaba de él. Todo cuánto experimentaba Jyushiko Ichimatsu podía percibirlo igual, sintiéndose fascinado y satisfecho de excitarla con solo aquello. Estaban conectados, algo le decía que así era, juntos hacian florecer aquello resguardado en profundo de sus almas, exponiendo al aire sus verdaderos sentimientos, por lo que, dejaron de cohibirse para demostrarle todo lo que aquel beso provocaba en sus adentros

Beso tras beso, solo se escuchaba el sonido de sus bocas húmedas al separarse y volverse a juntar con la misma pasión embriagante que subía de nivel a medida del paso de los segundos. Ya el pudor de ambos se había esfumado y desesperados se abrazaban como si nunca quisieran separarse; las manos de Jyushiko se arrastraban por todo el largo de la espalda desnuda de Ichimatsu, apretando  los dedos contra la piel enrojecida del Matsuno, quien se respingaba y gemía ahogado al sentir las uñas femeninas rasparle por su torso, haciendo que descargas viajarán desde la zona hasta su palpitante erección, la cual seguía atrapada bajo la tela del pijama, poco a poco éste fue deslizandose por sus muslos y pronto terminaría su erección expuesta al aire, aunque por otro lado, Jyushiko no le dió importancia si Ichimatsu iba desnudandose por todo el movimiento de sus cuerpos, ella se concentraba en besarlo y abrazarlo, acariciarlo por cada parte de su torso y hasta sostenerlo del cabello, mientras ella se volvía gelatina entre las manos del Matsuno, quien con descaro y sin vergüenza pasaba las manos por piernas, apretandola, subiendo por su cintura , colándose bajo la camisa para acariciar la piel de sus caderas, vientre y espalda, hasta finalmente rozo uno de sus pechos bajo la camisa, sintiendo una suavidad irresistible de tocar, tanto que atrapó éste en la palma de su mano, empezando a tironear y apretar como si jugará como niño emocionado con una pelota de goma.

Jyushiko ante la sorpresiva acción del cuarto se sobresaltó, rompiendo el beso y cubriendo la boca con su mano al haberse escapado un gemido por ello.

-Son muy suaves...- Comentó Ichimatsu, relamiéndose los labios, mostrándose maravillado al poder tocar por primera vez el pecho de su novia de forma directa y sin vergüenza, jamás lo hubiese imaginado así, y también, y eso lo excitaba bastante, lo que avergonzó un poco a la rubia.

Ichimatsu, notaba como tantos los labios de ella como los suyos estaban humedecidos e hinchados, jadeaban y tenían la mente desorbitada, se dió cuenta también de lo agitada que estaba su amada pero no quería darle chance de pensar, no quería que se arrepintiera a esas alturas.

Aprovechó que Jyushiko había girado el rostro a otro lado para tomar aire dejando su cuello descubierto. Ahí debajo de su oreja fue su primer lugar de ataque. Pasó su lengua y se mantuvo firme para que Jyushiko no lo apartara. El sabor de la piel salada se quedaba marcado en su paladar y era un sabor unico y delicioso. Su cuello era suave y con un aroma exquisito a durazno, probablemente debido al shampoo que usaba.

-Eres increíble, Jyushiko... - Murmuró antes de buscar camino por el resto de la extensión. De una forma detenida y sensual, el Matsuno trazó un camino con la punta de su lengua por varias direcciones de su cuello, succionando la piel morena con sus labios y dejando pequeños rastros de mordiscos en el hueso de su clavícula, lo que hizo que la rubia chillara y se retorciera mientras contenía el aire. Los besos y lamidas de Ichimatsu en la piel morena era cosquillosos también muy eléctrisantes, tanto que Jyushiko apenas lograba mantener cordura. Una mano de ella estaba enredada en los cabellos de su novio, mientras la otra pasó a sostenerlo por debajo de su oreja, denotando que quería mantenerlo ahí y sentir más de esos mismos escalofríos cuando rozaba su oreja.

- I-Ichimatsu...- Intentó llamarlo, pero este no prestó atención, estaba demasiado entretenido en deleitarse con ella que varios más de sus instintos salieron a relucir; fue bajando de su clavícula cerca su pecho, encontrandose con la tela que en ese momento pareció un estorbo. Él tiró de la franelilla subiendola hacia arriba, permitiéndole acceso y visibilidad a su pechos, grandes y apetecibles, más hermosos que los que había visto en fotos y videos. Tragó saliva, no tenía palabras para describir como se veía, estaba más excitado que nunca, Jyushiko por otro lado no comentó nada, le avergonzaba sentir su mirada pero también le excitaba que Ichimatsu viera y tocará sus partes más íntimas, aunque claro que eso solo eran sus senos, quien sabe cómo sería cuando viese lo "otro".

Ichimatsu por su parte terminó de sacarle la franelilla por encima de la cabeza, ni el mismo sabía de dónde había salió tanta valentía para llegar tan lejos, tal vez antes incluso se hubiera defecado encima solo por intentar besarla por nervios, pero ahora todo fluía con naturalidad y pensar eso le hizo sonreír con malicia, ya nada podía detenerlo.

- Voy a disfrutar esto tanto como tú...- Mencionó apenas se acercó al pequeño pezón erguido que no dudó en atrapar en su boca a pesar de los chillidos suplicantes de Jyushiko, que pronto se transformaron en sexys gemidos para los oídos del Matsuno. La boca caliente de Ichimatsu alrededor de su pezón causaba sensaciones que no lograba soportar, cosquillas y vértigo, todo junto y mezclado en una sustancia erógena que ponía su piel de gallina hasta los pies.

Jyushiko se estremecía y se sacudía de un lado a otro sin poder dejar de escapar sonidos eróticos, pero aunque tratara de apartarlo sus manos temblaban y terminaban aferrandose a los cabellos del Matsuno. Y así como él la torturaba chupando y succionando con su boca, disfrutando de sus reacciones, quiso hacerlo mucho más usando sus manos. Bajó éstas por la cintura femenina cintura, apretando con sus dedos, llegando al short, cuya tela era tan suave que la goma le permitió deslizarlo por sus muslos junto a la ropa interior, al mismo tiempo que sus manos acariciaban esas partes de las piernas que durante años tanto deseó tocar en una mujer.

Semejante a la emoción que sintió por tocar los pechos de Jyushiko, una sonrisa surcó su boca al sentir como los glúteos de ésta se acoplaban en sus palmas. Firmes y bien formados, no dejaba de jugar con ellos. Jyushiko ya inquieta ante el juego de él con sus nalgas, logró alejarlo lo suficiente para que Ichimatsu soltara el pezón de su boca y liberara una risa divertida y maliciosa.

-¿Te gusta, cierto,? - La observó con picardía, relamiéndose los labios mientras esperaba una respuesta, pero ante el silencio de su amada, prosiguió- A partir de aquí no podemos detenernos - Y otra vez siguió explorarando la anatomía de ella con intención de desvestirla. Los muslos femeninos se sentían blandos pero firmes, con una superficie liza y ancha, era inevitable para él no apretarlos mientras terminaba de bajar la ropa hasta el final de las piernas. Al momento no pareció razonarlo pero al percatarse que Jyushiko estaba desnuda, tuvo una gran necesidad por mirarla completa. Se enderezó y solo la hermosa imagen de su novia se grababa en su mente, una mujer completamente sin ropa y a su merced, casi sintió que el corazón se le escapaba.

-"Pero que hermosa fantasía hecha realidad"- pensó Ichimatsu, mordiéndose el labio inconscientemente. Jyushiko por otra parte trató de esconderse entre las manos, ser observada no era algo por lo que alarmarse, se trataba de Ichimatsu después de todo, pero igual no se acostumbraba a la idea de que un hombre estuviera viéndola sin ropa

-¡Deja de mirarme tanto, me avergüenza!- Exclamó, ya sin poder soportar la mirada lujuriosa del cuarto, al cual le proporcionó una patada sin mucha fuerza en el rostro, con la intención de hacerlo mirar en otra dirección, lo lamentó después, creyendo que había arruinado el ambiente, pero contrario a eso Ichimatsu sonrió.

El golpe le había causado una descarga placentera por su cuerpo y a su vez lo ánimo a proseguir con la intención de vengarse por ello. Jyushiko tragó saliva al percatarse que él planeaba algo.

- Vamos pequeña, abre las piernas. -  Demandó Ichimatsu, pero en vista de que su novia no pareció entenderlo, fue él mismo quien separó éstas utilizando las dos manos y aplicando cierta fuerza para que no se cerrarán.

-¡Ichimatsu!- Dijo ella, con la cara roja a más no poder, la actitud de Ichimatsu le sorprendía para ser alguien virgen, estaba bastante metido en su papel -"Tímido y todo pero es un pervertido en realidad"- Pensó Jyushiko, tratando de pelear con la fuerza del Matsuno para cerrar sus piernas, sin poder lograrlo -"Diablos, tiene mucha fuerza de repente"- Aunque en realidad Jyushiko consideraba que era ella misma quien no estaba aplicado la fuerza suficiente para apartarlo, en el fondo la situación le gustaba en demasía más de lo que le avergonzaba, por lo que, en vista de que Ichimatsu no iba a retroceder, dejó de pelear y suspiró profundo, cerrando los ojos, resignada a estar a bajó la absoluta disposición del Matsuno

-Buena chica...- Satisfecho de obtener la victoria, por segunda vez esa noche, se animó para pasar una de sus manos por el torso de ella, bajando lentamente por su muslo para volver a subir en dirección a su intimidad femenina, la cual no pudo contenerse de tocar delicadamente, por el exterior, rozando sus dedos con los labios exteriores sorprendiendo al sentir que había humedad en ellos. Jyushiko se arqueó estremecida, cerrando más fuerte los ojos,  era una zona bastante sensible y solo con su toque externo todo su cuerpo temblaba.

Aparte de la humedad, Ichimatsu notaba aquel lugar estaba caliente, perceptible a cualquier roce de él, conforme movía levemente la mano Jyushiko se respingaba y gemía suave, era un descubrimiento interesante y provocador, necesitaba más de ello, mucho más.  Empezó con separando los pliegues de ésta, la humedad se resbalaba por la piel como una fuente viscosa que desprendia un olor apenas perceptible e irresistible. Jyushiko gimió más alto ahora que sus dedos masajeaban cuidadosamente los labios internos, haciendo presión con la parte inferior de su palma sobre el hinchado clítoris.

- ¡I-Ichi..! ¡Ahg..!- Jyushiko se movía de un lado a otro, siendo la primera vez que una mano ajena la tocaba en su sexo se le hacía extraño pero no placentero, claro que las reacciones por su parte eran imprevista, no podía contenerlas, mucho menos cuando uno de los dedos encontró el camino hacia la puerta que nunca antes se había abierto a nadie. Se tuvo que moder los labios, tragando la saliva que cada vez más de acumulaba en su boca, y relajar las caderas para adaptarse a ese pequeño invasor que poco a poco se abría espacio en sus adentros, hasta convertirse en dos, que sin remordimiento se movían de un lado a otro, torturandola placenteramente.

El cuatro estaba fascinado en como aquel lugar reaccionaba con sus dedos, humedeciendose más y expandiéndose mientras él se embelesaba en la sensual imagen de Jyushiko bajo su poder, perdiéndose en ese curvilíneo cuerpo que serpenteaba sobre la sabanas. Ya no tenía razonamiento propio, su mente sucia lo hacia actuar de forma inconsciente pero fascinante;  en un momento tuvo curiosidad de conocer que sabor tendría una mujer y no se abstuvo de llevar esa misma mano que usó para masturbarla a su boca, saboreando descaradamente aquel líquido salado y de consistencia pegadosa que le resbalaba por los dedos.

Era verdaderamente increíble, ni el mismo se creía lo que estaba haciendo. Jyushiko, a quien finalmente le habían dado una tregua para descansar de la tortura, miró de formar desaprovstoria como él se lamía sus propios dedos con tanto descaro pero a Ichimatsu no le importó, el sabor era único y adictivo a su paladar, tanto que necesitó más de él.

-¿Q-Que... Haces..? - Preguntó la rubia, algo jadeante y alerta al darse cuenta cuando el rostro de su novio se acercó a besar su vientre y empezó a bajar peligrosamente - ¿Ichi...?- más Ichimatsu no respondió y sin darle una oportunidad de reaccionar a la otra tomó entre sus labios el pequeño botón de su sexo. Jyushiko se sobresaltó y ahogó un gritó contra su mano ante la acción que la tomó de imprevisto. -¡M-Mhg..!- La traviesa lengua de Ichimatsu entonces empezó a jugar, haciendo pequeños círculos con la punta al rededor del clítoris, presionandolo y succionandolo de vez en cuando, llevando a la rubia a un desconocido abismo de placer.

Jyushiko tubo que sostener el cabello de Ichimatsu, como un reflejo de desesperación cuando la boca de éste viajó más  abajo con la intención de saborear y deleitarse con cada rincón que con ella pudiera alcanzar. Los movimientos con su lengua sorprendentemente eran bastante hábiles, de arriba a bajo, izquierda a derecha, círculos  e incluso fuertes succiones que provocaba que en toda la habitación se escuchará los sucios sonidos de su boca haciendo un trabajo que estaba volviendo loca a Jyushiko, al punto en que su cuerpo temblaba y ya no lograba contener los gemidos en su garganta, menos aún cuando Ichimatsu volvió a usar los dedos para penetrarla al mismo tiempo que le práctica sexo oral.

Ichimatsu no imaginó que le parecería tan erótico hacerle sexo oral a una mujer y menos que disfrutaría tanto eso, pero escucharla tan excitada, exclamando su nombre como si suplicara mientras tironeaba su cabello con aquella fuerza en su mano, descubrió que no quería detenerse hasta no verla rendida en la cama. La idea le gustaba tanto hasta el punto en que el dolor de su excitación demandó atención urgente. El pijama de los pantalones ya había llegado más abajo de sus rodillas, ninguno de los dos lo había notado, Ichimatsu al menos hasta ese momento, por lo que, con ayuda de su vieja y confiable amiga, aprovechó la situación y con aquella vista tan sensual, comenzó a complacerse a si mismo con la única mano que tenía libre.

Jyushiko por su parte, estaba cegada y con las lágrimas de excitación que se acumulaban en sus ojos, no se daba cuenta de lo que hacía Ichimatsu, se encontraba demasiado inmersa en el placer que el Matsuno le proporcionaba que terminó por perderse en el abismo de la lujuria. A Jyushiko el aire le faltaba y cada parte de su cuerpo se había entumecido, punzadas atacaron un punto fijo en su vientre y se extendieron como un calor sofocante, esparciendose por todo su pecho a su vez, las piernas, las cuales llegaron a un punto en que ya no las sentía.  Una especie de ardor se concentró fuertemente en su clítoris, sintiendo que de pronto iba estallar. Algo estaba por suceder, fue lo que percibieron los dos, e Ichimatsu se propuso entonces subir la rapidez de sus movimientos con la lengua y los dedos, ágil y con destreza, con la única finalidad de ayudar a su amada a sentir el deseado éxtasis. Jyushiko por su parte sintió que vértigo le subía desde el vientre y se le atascaba en la garganta al mismo que un calambre le electrificó las piernas, nunca había sentido algo parecido a ello y fue imposible no gemir, al punto de casi gritar cuando Ichimatsu succionó y apretó los labios con fuerza, alcanzando un punto que puso el mundo alrededor de Jyushiko de cabeza y dando vueltas.

-¡I-chi.... Ichimat...!- Apenas logró decir, dejando derramar la saliva acumulada por las comisuras de sus labios. Fueron una gran cantidad de estamos los que invadieron su cuerpo y poco a pocos estos fueron disminuyendo conforme los síntomas del orgasmo iba pasando, dejándola agitada y el corazón palpitando tanto como sentía su clítoris.

Ichimatsu quedó maravillado ante lo que había presenciado mientras se masturbaba, preguntandose si no era su imaginación que le hizo creer que Jyushiko había llegado por obra suya, pero notando exceso de humedad y como ella estaba toda sensible y vulnerable, tratando de recuperar el aire , no pudo evitar sonreir satisfecho con cierto orgullo, era regocijante saber que todo eso fue por obra suya y nadie más.

- ¿Te sientes bien? - Decidió preguntarle el Matsuno, optando por tomar una actitud afectuosa, acariciando su rostro con cariño cuando Jyushiko se había recuperado y reposaba tranquilamente. Ella abrió los ojos, lo miró algo avergonzada y empezó a jugar con los rizos de su propio cabello

-Si... Estoy bien..- Le respondió, sonriéndole - De maravilla... Jamás imaginé que se sentiría tan bien...

-Me alegra saber que te gustó, Ahora solo... ¡Ah!- Ichimatsu hubiese seguido hablando, pero fue callado por su propio gemido que fue provocado por la mano de Jyushiko que se estiró hasta la alcanzar la punta de su erección, la cual se encontraba mojada y parecía que iba a estallar de lo hinchada que estaba - Jyu... Jyu...shiko...

- Ichimatsu... En el cajón de la mesita de noche hay una cajita de condones...

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