Capitulo 1 - Gatito Abandonado

699 66 15
                                    

Fue un viernes, 3 de abril del 2015.


Una joven adolescente de 17 años con una delicada piel morena, la cual contrastaba con su rubio cabello largo, dándole una apariencia bastante extravagante para el ojo de muchas personas, se encontraba en posición fetal, tirada en el suelo bajo la fría y oscura lluvia.


Las calles estaban solas, no había nadie por los alrededores, solo podía escucharse los fuertes truenos provocados por la tormenta. La muchacha sollozaba en silencio mientras el maquillaje de sus ojos se escurría, acompañado así las lágrimas que resbalaban por las mejillas de su pequeño rostro. Aquel uniforme de preparatoria que llevaba puesto estaba empapado hasta los zapatos, y por sus hombros colgaban mechones de su cabellera, la que siempre estaba recogida, pero en esta ocasión el listón que ella utilizaba se había soltado.


Aquella chica, que era la encargada de alegrar las tristes o enfadadas caras de sus amigas mostrando su entusiasmo y optimismo antes las cosas, se encontraba ahora entre lloriqueos y lamentos, desahogando toda la tristeza que en su corazón guardaba.


Se decía así misma que nunca debía llorar, se contenía con todas sus fuerzas para no mostrarle al mundo el sufrimiento por que el día a día atravesaba, pero en esta ocasión no pudo soportarlo más.


En momentos como este, cuando ya no tenía la suficiente fuerza para contener todo aquel pesar, es donde ella deseaba terminar con su insignificante vida e ir algún alto edificio y dar solo ese último paso al vació, creyendo que tal vez así podría terminar con ese sufrir... Pero no lo hacía, no quería que sus queridas amigas y sus personas más allegadas se sintieran destrozados por la muerte de la chica que les animaba los días, los que llenaba de luz y alegría aun cuando hubiesen sido los peores. Siempre ella estaba allí para poner una feliz sonrisa en esos decaídos rostros, y no quería acabar con esa felicidad que se esforzaba por conseguir para darla una muestra al mundo de como toda esa desbordante energía era una total farsa. Que solo era una mentira, que la alegre Jyushiko no era nada más que otras de esas personas que se rinden antes la presión de la sociedad y creen que lo mejor para ellos es desaparecer de la faz de la tierra.


No, definitivamente no permitiría que nadie supiera sobre ese lado de debilidad que tenía la mujer que en la escuela no permitía que la pisotearan. Nadie nunca debía saber del verdadero rostro que estaba detrás de la capa de maquillaje que todos los días en su rostro traía.


Para la rubia era mejor esconderle al mundo ese estado de angustia por los que a veces atravesaba. Definitivamente nadie debía verla en ese modo, si quería mantener la raya tenía que esforzarse, aun si le era difícil hacerlo.


Sin embargo, existen ocasiones en los que la vida pone en tu camino lo que es mejor para ti.


Oye, ¿Que se supones que haces llorando en el suelo?— Preguntó un desconocido, que hizo reaccionar a la chica e hizo que buscara con la mirada al dueño de esa masculina voz. Se terminó por encontrar con alguien con la piel pálida cual papel, alto, joven como de su misma edad, de cabello oscuro a igual que la noche, y además unos ojos semejantes a unas hermosas y brillantes gemas amatista. Éste vestía desarreglado el uniforme de su misma preparatoria, y portaba en sus manos lo que parecía ser una sombrilla, la que no permitía que el agua tocara su pelo.


Jyushiko no supo cómo reaccionar ante la mirada del otro y abrazó con firmeza las rodillas contra su pecho para ocultar su cara entre ellas, pues, lo que esperaba de alguien que la viera en ese estado sería tal vez alguna burla, pero lo que ella recibió fue el resguardo del paraguas que el chico traía consigo. Desconcertada por no sentir más el agua caer, levantó su vista y notó como azabache se hallaba hincado de rodillas en frente, con tan solo un semblante de indiferencia que esperaba fuera suficiente serio y desinteresado como para ocultar la gentileza en esos destellantes orbes.


¿Piensas quedarte aquí toda la noche?—Jyushiko le miró entristecida, sin decir una palabra. La verdad es que no sabía que decirle. Él suspiro con pesadez —Voy ayudarte, solo no te quedes aquí, te enfermarás— Habló nuevamente, tomando la delgada mano de la chica y se colocó en pie ayudándola a levantarse junto a él. La expresión de la rubia cambio a una de vergüenza, no esperaba tanta amabilidad de un extraño.

Ambos caminaban en silencio, cubriéndose del agua bajo el paraguas del desconocido, el mismo miraba al frente, evitando cualquier curse de miradas con la más baja. Jyushiko por su lado mantenía la cercanía al otro, casi abrazada de su brazo, admirándole detalladamente el rostro. Le conmovía saber de que sin una razón, sin conocerla siquiera, él la había ayudado unas cuadras atrás. Notó como no cambiaba su expresión, si no que mantenía la misma expresión cansada y distante. Aquel era un sujeto misterioso, un carisma así en la joven provocaba una sensación de curiosidad y una especie de cosquilleo en el estomago que hacía su corazón latir con fuerza.


Fue imposible evitar que un rubor se formara en las mejillas de Jyushiko gracias al calor corporal que se prolongaba debido a la cercanía de mantenían uno del otro.


"¿Quién es él?""¿Por qué me ayuda a llegar a su casa?" — Pensaba Jyushiko. Recordaba que otras personas que pasaron donde ella estaba anteriormente ni siquiera la notaron. Sin embargo, él si fue capaz de ayudar y por eso no se atrevía a preguntarle nada, no necesitaba respuestas después de todo se sentía bien que después de un mal rato alguien tuviera el suficiente corazón como para detenerse a rescatarla, tal como si de un gatito abandonado bajo la lluvia se tratara.


El silencio estuvo presente hasta que llegaron a la casa de la chica, quien tímidamente se alejó de su acompañante y se inclinó hacia él haciendo una reverencia en agradecimiento.


M-muchas... Muchas gracias... —Fue lo que pudo decir, se sentía nerviosa y con una presión en el pecho ante estar presente a la fija mirada del aquel sujeto.


De nada...—Respondió el. Jyushiko levantó la mirada para cruzarse con la suya una última vez. Su ritmo cardíaco se aceleró, sus mejillas ardían al admirar el intenso color de esos profundos ojos. Las piernas le empezaron a temblar cuando se dio cuenta de que era un joven bastante atractivo el que la ayudó —Solo... Solo no vuelvas a quedarte bajo la lluvia así... Adiós— Fue lo que el muchacho dijo antes de dar unos pasos para alejarse de la entrada de aquel hogar.


¡E-Espera!—Le detuvo Jyushiko—¿C-Cual...Cuál es tu nombre?— Le preguntó tratando de no voltear el rostro, debido a la vergüenza que sentía, y así poder dar otro vistazo a aquel hombre parado bajo la lluvia quien se mantuvo callado por un corto tiempo para por fin responderle.


Ichimatsu... —Después de eso volvió a darle la espalda y emprendió su camino de regreso a casa, dejando a una embobada Jyushiko que lo observaba marcharse hasta que a los lejos se desvaneció su presencia entre la neblina que inundaba las calles. Fue entonces cuando finalmente Jyushiko entró al recinto.


Una hora después la rubia ya estaba acostada en su cama, observando por la ventana el agua de la tormenta caer aun. Respiró profundamente, sus mejillas se volvieron a colorar al recordar los hermosos ojos del chico que conoció esa noche...


Ichimatsu...— Susurró suavemente, y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro para después al fin pegar sus párpados y dejarse caer sobre los brazos de Morfeo.


La joven durmió plácidamente durante toda la noche, sin tener esas horribles pesadillas que solía tener con frecuencia desde pequeña o sin tener que volver a pasar por unos de esos malos ratos en los que despertaba y le costaba reconciliar el sueño. No, esa noche descansó como no lo había hecho en mucho tiempo. El silencio pacifico reinaba, la cama en la que reposaba ahora la hallaba más cómoda y suave, como si descansara su delicado cuerpo sobre una esponjosa nube, y la sonrisa formada en su rostro desde antes de cerrar sus ojos permaneció todo el tiempo gracias a que en sus sueños divagaba la imagen del aquel extraño, del cual la pobre chica se acababa de enamorar.



Continuara...

El Heroe De Mis Sueños - IchiJyushiko (EMISIÓN)Where stories live. Discover now